Cuando estás a punto de despertarte, sientes que bajo tu almohada hay algo. Le echas un vistazo sin que el resto de tus compañeros te vea, y ves que es un sobre con tu nombre escrito. Pesa muy poco, así que seguramente en su interior deba de haber un papel o algo parecido.

Tu nombre está escrito con letra de imprenta, el que lo ha mandado no quería que se le reconociese su letra.

Puedes narrar como quieras o lo que quieras. Pero esta noche has tenido un sueño muy subidito de tono con Diane Meyer. Y además te ha gustado. Y mucho.

Se dio la vuelta diciendo por fin salir de la cama, se levantó y cogió su chandal favorito. Pantalón y camiseta negros con franjas amarillo fosforito a los lados. Era su color favorito. Cogió ropa interior y se fue de allí poniendo entre la ropa un sobre.

Kaley??? preguntó al entrar. 

Anabelle se dirige al bungalo, cuando entra exclama:

-¡Kaley despierta!-

Idris tras haber pasado una noche de lo más extraña al fin vio los primeros rayos de luz incidir por entre las ranuras que las cortinas dejaban. De repente sintió como había algo bajo su almohada al pasar mano por debajo de esta como de costumbre hacía para dormir mejor. Tocó algo así como un sobre, abrió los ojos y observó que solo estaba ella y Kaley, por lo que se giró para darle la espalda tumbada en la cama y sacó la carta tapándola con su propio cuerpo. La abrió y la leyó lentamente, sin dar crédito a lo que ponía, desde luego le parecía de lo más absurdo y sospechaba que sería algún tipo de inocentada, como hacían a los nuevos en su primer año en la universidad, o algo así por ser su primer año allí. ¿no? Lo que no sabía es quien habría podido poner eso y le parecía de lo más extraño todo.

Ana estaba tan nerviosa que no dejaba de mirar por la ventana por si entraba alguna de las compañeras de Kaley. Vio que Anabelle salía del baño y decidió salir del bungaló disimuladamente antes de que esta la pillara allí. 

Kaley abrió los ojos sobresaltada al escuchar la voz de Anabelle, había dormido muy mal, era raro que Anabelle la fuera a despertar, normalmente solía ser al contrario pero esta noche no había sido para nada normal. Entre el sueño que había tenido y las extrañas sensaciones de esa noche, no sabía que pensar.- Buenos días.- Dijo a Anabelle mientras se desperezaba.- ¿Qué hora es?.