- ¿Cómo se puede contactar con el director? - Preguntó mirando a Tobías con expresión de muy pocos amigos - Tengo la impresión de que es hora de charlar con él de unas cuantas cosas.
Para llamar a Luis tendremos que ir al pueblo. Aquí la cobertura es malísima, y no hay teléfono fijo en todo el campamento. Por aquello de hacer que la gente se aisle del exterior. ¿A Luis nunca se le había ocurrido que algo así podría pasar? Le preguntó a Miguel sin esperar una respuesta.
- Miguel, ábreme la puerta. Voy al pueblo, avisaré a la policía y ellos aclararán esto. ¿Alguien se viene?
Quizá sea lo mejor. ¿Vamos?
Desgraciadamente llevaban mucho tiempo discutiendo allí. El estómago empezaba a rugirles, y a pesar de la situación que estaban viviendo y el estrés y los nervios que tenían, empezaban a tener un poco de hambre. Además, el sol se estaba poniendo, y para cuando quisieran salir del campamento y llegar al pueblo, se les habría hecho de noche. Y salir de noche, por el pueblo y con un asesino suelto...
Brandy escuchó a Miguel y decidió no hacer ningún comentario al respecto, si aquel chico se había suicidado, Tom desde luego no había tomado la misma decisión, a él lo habían matado y, no solo eso, habían manipulado su cuerpo para iniciar un macabro juego al que nadie quería jugar. Al menos ella no quería.
Miró a Tobías cuando le respondió, y luego a Gabriel y se limitó a asentir una sola vez preguntándose si tendrían alguna forma de viajar hasta el pueblo o deberían caminar ¿Algún coche? ¿Motos? ¿Una camioneta? A lo mejor les tocaba pedir un taxi, si es que la cobertura se lo permitía, cosa que dudaba.
La negra reprimió una mueca, en menudo sitio se había ido a meter.
Brandy sigue a los demás al comedor o donde sea que vayan.
Me quedo un rato valorando las posibilidades que tenemos.
De acuerdo. Está ya demasiado oscuro como para salir. Mañana, con la primera luz del día iré al pueblo por si alguien quiere acompañarme.
Por lo demás. Propongo o bien dormir todos juntos en algún sitio común o cada uno en nuestro bungaló pero tener la posibilidad de cerrar por dentro. Quizá no vendría mal hacer guardias por parejas.
Germán no se terminaba de creer lo que escuchaba. No sólo eso, si no que no se creía las palabras de Miguel. Miró fijamente al monitor jefe, como si con eso pudiese descubrir la verdad. ¿Qué iba a hacer? ¿Gritar que estaba ocultando algo, como habían hecho con ese suicidio? Seguramente, muchos de los que estaban allí presentes le seguirían en sus preguntas, pero sólo conseguirían poner más y más nervioso al personal, y no creía que fuese lo mejor.
Las últimas luces del día se despedían, y las primeras de la noche no tardarían en anunciar su llegada. Salir del pueblo y que el asesino estuviera entre ellos no era buena idea. Y si estaba fuera y les acechaba, seguramente podría acabar con alguno más antes de que pudiesen reducirle. Germán tuvo un escalofrío, y sólo fue capaz de frotarse los brazos.
Creo que Gabriel tiene razón, debemos permanecer juntos aunque eso no le dejaba de producir un sentimiento encontrado.
Idris no terminaba de fiarse de nadie, ni siquiera de salir, ni de quedarse, ni de nadie a su alrededor. Del único que podía llegar a fiarse en más o menos medida, era de Germán porque era compañero de bungalow y había pasado desde que había llegado casi todo el tiempo con él. Tragó saliva, nerviosa, sin saber realmente que hacer. — Está anocheciendo. Y no sé vosotros... Pero yo... No me gustaría morir con el estómago vacío... — Murmuró, quitándole algo de peso al asunto e intentando así desplazar a todo el grupo hacia el comedor, se sentiría algo más protegida entre cuatro paredes y en multitud, que allí fuera mientras oscurecía. — Deberíamos.. entrar ya. — Finalizó después. Miró a Germán con una mirada cómplice, como si buscara ver que haría él, si la acompañaría o no. Y después se giró para empezar a caminar hacia el Comedor.
Ana no sabía que decir ni que pensar, era demasiado para ella, quería despertarse de aquella pesadilla.
No había comido nada, pero no tenía hambre, y tampoco tenía intenciones de irse a dormir, no cuando había un asesino entre ellos.
pensó en aquel chico suicida y en la muerte de Tom, aparentemente no tenía ninguna relación, pero tenía curiosidad por saber más sobre el chico suicida.
Y viene a un campamento para suicidarse? por que? como era aquél chico? en que pensaba? se peleó con alguien? quizás Luis le hizo alguna de sus bromas? tenía familia? que dijo su familia? Había algo en esa historia que no encajaba muy bien, uno no se va de campamento si tiene intenciones de suicidarse, quizás le pasó algo.
Miguel se quedó mirando directamente a Ana y agachó la cabeza. Pues si te digo la verdad, se suicidó al poco de llegar aquí. No supimos mucho de él, como tampoco de vosotros le quiso decir, pero tampoco era plan de echar más leña al fuego, y sobre su familia... era extranjero y desgraciadamente nunca pudimos contactar con ella, ni siquiera nos quedó claro si tendría familia, amigos o... algo...
A pesar de la tensión que estaban viviendo, a Tobías le rugió el estómago sonoramente. Las mejillas del hombretón se tornaron rosáceas por la vergüenza y se llevó la mano al estómago. Seguramente lo mejor sea que vayamos a comer algo y seguir hablando allí sobre cómo proceder... no es muy seguro andar por el sendero a estas horas...
¿Vamos?
Tobías sale y se va al comedor.
Tobías tiene razón. Vayamos al comedor y allí nos organizamos para ver cómo pasamos la noche y qué pasos damos mañana.
Comienzo a andar detrás de Tobías de camino al comedor
Gabriel sale y se dirige al comedor
Germán asintió a las palabras de los demás y se alejó de allí. No entendía nada de lo que estaba pasando, y esperaba que su mente funcionara con normalidad al salir de aquel patio
Al comedor
Ana sigue a todos hasta el comedor, callada y con la mirada perdida, pensativa, tratando de encajar piezas que no encajaban.
Al comedor!