Partida Rol por web

Quizás iba distraída o el hecho de estar atenta a no seguir a las Kelbis me tenía con la mente en otro sitio. Cuando probé aquella seta que me dejó la lengua entumecidos me empecé a preguntar cómo no me había percatado de las muescas amarillas, suponía que debía tener más hambre de lo que pensaba o algo más me tenía trabajando sin cuidado, algo inaceptable para mí.

Me trate de espabilar con ambas palmas en las mejillas. Un perfectamente audible clap, resonó de la zona ahora enrojecida de mi rostro.

Debía enfocarme más y quizás aquello fue lo que me permitió estar alerta como para ver a las Kelbis pasar cerca mío, pero eso no me prepararía para la sorpresa que las perseguía.

Una monstruo que no había visto antes en mi vida, algo que podía ser muy peligroso si no me andaba con cuidado.

Ella dejó claras sus intenciones de saciar su hambre, con mi propia carne, algo que me hizo tragar saliva y colocarme en una postura defensiva. Piernas flexionadas, preparadas para saltar o correr, espalda ligeramente encorvada para un bajo centro de gravedad y estabilizarme y el escudo al frente cubriendo mi cuello y pecho.

-Tengo más grasa que carne y soy de huesos gra grandes..no cr creo que sirva- trate de negociar con ella, pues estaba nerviosa, viendo su firme y esbelto cuerpo, sus brillantes escamas y aquellas orejas solo me perturbaba no poder reconocer de que especie se trataba. Por sus garras y piernas tonificada bien podría ser una especie de Prey, pero no estaba segura.

Si no me asalta la duda y los nervios probablemente hasta podría encontrar atractiva a aquella depredadora. En este momento no me lo podía permitir.

-Comida...a mi me gusta la grasa, los huesos crujen en mis dientes...- Se relamió de forma pesada antes de dar un salto hacia ti. Estabas preparada y ella se había acercado lentamente hacia ti por lo que habías podido ver perfectamente lo que quería de ti. Se quedo colgando en tu escudo unos segundos, mordiendo el filo antes de descolgarse, la encontrabas terriblemente ágil y no pesaba nada solo por sostenerla unos instantes pero el escudo tenia la marca de los dientes, no era precisamente una criatura débil.

Empezó como a dar vueltas a tu alrededor buscando un punto debil pero por el momento no lo encontraba, entonces agito un poco sus orejas y empezo a hacer un sonido que salia directamente como de debajo de su garganta, un grito gutural agudo mientras las orejas parecían...iluminarse?

-Hiiii!!!- su respuesta me trajo un escalofrío que recorrió mi todo mi cuerpo desde mi nuca, dejándome sentir como cada cabello se erizaba en su camino hasta mis pies.

Cuando ella salto me mantuve firme aunque con el miedo de ser derribada y grande fue la sorpresa de lo ligero que se sentía su cuerpo. Bien podría levantarlo con mis brazos sin mucho problema.

Pero sus dientes eran otra historia. Habían logrado dejar marcas visibles en mi escudo, aunque era consciente de que este no sería capas de detener las mandíbulas de una rathalos, pensaba que al menos podría contra algo más pequeño. Debía tener cuidado de no recibir sus colmillo o podría devorarme fácilmente.

Ella se mostraba amenazante y aquel instante le respondería de inmediato, llevando en mi brazo un movimiento impulsado más por el medio y la necesidad de que se alejara de mi, que la intención de herirla seriamente.

Por fortuna o no, sentí antes que procesar que había visto a mi espada hacer contacto con su cuerpo en un corte circular hacia su cuerpo.

-No seré tu comida!!- le respondí casi en un grito histérico, tenía miedo y se notaba, aunque aprovecharse esa oportunidad para tratar en vano de mostrarme firme y serena, cosa que ni de asomo estaba ocurriendo realmente.

-Kyam...mhn....- El golpe circular le dio en el vientre pero apenas hiciste que saltaran un par de escamas, esta se toco el vientre y busco sangre pero aun no la habías herido realmente, le habías hecho daño pero no le habías herido de forma seria.

-M...i...mi...ra...me...- Fue diciendo como cautivadora antes de soltar un grito gutural de nuevo y sus orejas hacer un resplandor que te golpe directamente. No te diste apenas cuenta de lo que pasaba hasta que paso, la luz resplandeció tanto que te habías quedado ciega de forma parcial, veías sombras, alguna luz, figura pero nada que pudieras distinguir bien hasta que un zarpazo araño con fuerza tu armadura y tuviste que tirar hacia atrás mientras escuchabas como la criatura masticaba el aire.

-Deliciosa...carne suave...tierna....

Cómo cabía de esperar, ella no se veía mosqueada siquiera, solo le había arrancado un par de escamas nomás, nada por lo que ella debía preocuparse, pero para mí era mucho por lo cual debía preocuparme.

Esperaba su respuesta inmediata pero en lugar de atacarme me había pedido que la viese, de una forma extraña para la situacion. Esperaba un grito no un sinuoso e hipnótico tono de voz que me había atraído directo a su trampa. El Flash posterior me hizo soltar un grito agudo pero corto un quejido por el ardor que creía sentir en mis ojos ante esa cegadora luz. Ahora estaba en una situación aún peor, eso solo contribuía al aumento de mis nervios y que creciera en mi un sentimiento paranoico acompañado del intento fútil de distinguir algo más que siluetas.

Podía ver sombras que se movían pero no entendía sí era por culpa de los movimientos de mi cabeza o ella realmente se estaba moviendo.

El dolor había sido nada más el aviso de que aquella reptil había aprovechado su oportunidad y hasta se daba el gusto de hacérmelo saber. Una mezcla de miedo y enojo imperaban en mi pecho y en aquella torpe postura que apenas podía mantener.

No podía verla con claridad pero esperaba que en cuanto viera una sombra acercarse demasiado simplemente lanzaría una puñalada en aquella dirección. Entre mis intento uno sentí golpear algo, pero me parecía mejor quedarme con esa sensación antes que arriesgarme a ser atrapada de nuevo.

-Se que te di, a que do do dolió eh?- me sentía una pequeña ardilla blandiendo un arma, pero no me detendría.

Un nuevo grito ahora si que empezabas a hacerle algo pero aun no sangraba, escuchabas el como su cola golpeaba el suelo cada vez mas y mas fuerte antes de que la Tzi tzi desapareciera brevemente de tu campo visual.

Imito el mismo movimiento que había hecho la vez anterior, saltar hacia ti, pero esta vez no sabias donde poner el escudo y eso por poco te hizo una herida fatal. Sentías sus garras clavándose en tu armadura hasta llegar a algunas zonas de tus hombros haciéndote sangrar levemente mientras el peso de la criatura te intentaba inmovilizar en el suelo.

-Doler...carne querer hacerme daño...pero yo ablandar...comeré despacio para escucharte gritar...- Dijo con tono algo lúgubre pero era mas por su tono de voz que por sus intenciones reales pues al haberte montado sentía algunas cosas en tu cuerpo que empezaban a gustarle. -Seras buena presa. -Relamiéndose antes de prepararse para el siguiente golpe.

Esta vez las garras no las pude evitar tampoco, de hecho, había sido reducida a una situación mucho peor que la que ya de por si me encontraba. El dolor en mi cuerpo por aquellas garras era muy fuerte como para ignorarlo y seguro otro golpe como ese y aquella reptil cumpliría sus avisos.

Eso me daba menos razones para quedarme a la espera de mi muerte, mucho menos para desaprovechar la oportunidad que me había dado, pues estando empecinada en sujetarme contra el suelo, ahora me dejaba claro dónde estaba y donde debía apuñalar para llegar a su torso, quería agrandar aún más la herida de antes quizás con suerte eso bastase para ahuyentarla o acabar con ella, antes que lo hiciera conmigo.

-Sigue y todo lo que comas se te saldra- replicaba histérica y con miedo, pero con la convicción de no rendirme, aún estaba conciente y no sería devorada, no hoy.

Ahora si, sangraba, pero era una herida leve, se notaba que poco a poco ibas haciendo mella en ella, con el tiempo caería, pero quien caería primero? Tu golpe y tu fuerza hizo que la Tzi tzi cayera a un lado y es en ese momento cuando aprovechaste para apuñalarla de nuevo.

Pero aprovechando la gravedad su cola fue directamente a tu cara en la cual dejo un largo corte en una de tus mejillas mientras se ponía de pie de forma ágil y te miraba mostrando los dientes. Lentamente parecía que estaba moviendo las orejas pero no estaba de la misma forma que estaba antes, parecía que simplemente se estaba preparando, como si empezara a cargar.

-Humana deliciosa...peligrosa...deliciosa...sangre ya salir de tu cuerpo.- Relamiéndose un par de veces mientras se encogía como queriendo volver a saltar pero sin hacerlo claro, solo te estaba analizando, parecía una criatura la mar de inteligente.

No me saldría todo tan fácil, pude sentir mi espada clavarse en su carne pero también el golpe que recibiría al rostro gracias a su cola.

Aquel impacto me dejó en claro que mis heridas eran mucho peores de lo que pensaba, apenas y podía mantener una respiración agitada, ni siquiera recordaba en qué momento había empezado a jadear.

Ahora esperaba poder incorporarme siendo que no estaba encima mío y como punto adicional a mi favor. Ahora ella me observaba, me estudiaba. No podía subestimaria y menos ahora que estaba a un pestañeo de caer inconciente y a su merced y ella no parecía estar dispuesta a renunciar a su comida.

No era buena idea correr en ese momento, todo quedaba en evitar ser golpeada y seguir atacando hasta que ella cayera desfallecida, y con eso le propinaria otra puñalada con mi espada.

"Cae de una vez" mentalizaba aquella frase al retirar mi espada de su cuerpo.

-Grrraaaaaa.- La puñalada le estaba haciendo mucho daño, ahora si sangraba y bastante, no sabias cuando le habías quitado pero probablemente estaba en las ultimas y tal vez solo tal vez podrías derrotarla. Pero te faltaba fuerza, te faltaba algo para acabar con una criatura como aquella pues las fuertes garras de la Tzi Tzi volvieron a apresarte, esta vez subiéndose encima de ti una vez mas pero, perdiste la fuerza.

Por el choque contra el suelo tu espada salio disparada unos centímetros de tus manos, quisiste apresurarte a recogerla pero la Tzi tzi le dio un fuerte coletazo mandándola fuera de tu alcance, tu escudo siguió mas o menos el mismo progreso solo que fue ella quien te lo arranco de las manos quedando así vulnerable y un golpe, nuevamente en tu rostro hizo que perdieras el conocimiento.

No duro mas de un par de segundos cuando sentiste que algo se movía por tu cuerpo, al abrir tímidamente y con cierto miedo los ojos, creyendo que era ella que te estaba devorando, pudiste ver la escena. La criatura tenia agarrada tus dos manos con una, impidiéndote que te movieras al menos en ese ámbito, con sus piernas había separado las tuyas y ahora sentías la fuerza que tenia, se relamía al verte con sus ojos purpura mientras sus orejas se movían como ansiosa. Su cola en cambio azoto justo entre tus piernas dándote un latigazo en tu vagina a modo de placer mientras esta, se iba enroscando en la parte baja de tu armadura arrancándola (se puede reparar solo apretando las correas y ya) y tirándola a un lado, dejando tu sexo al descubierto.

-Corderito...carne tierna...jugosa....- Relamiéndose de nuevo casi delante de ti.

No eran suficientes mis esfuerzos por pararla. No me dejaba tiempo a tratar de rematarla, quien lo haría.

Me vi presa de la desesperación cuando estuvo una vez más sobre mí y peor fue cuando trate de tomar mi espada y aquella creatura la alejó del alcance de mis dedos de un coletazo. Se me sería arrebatado mi escudo y pronto miss intentos por sacarmela de encima serían negados por completo con su golpe de gracia que traería la oscuridad a mi mente.

No tendría la suerte de despertar y no encontrarla allí, por lo visto había pasado muy poco tiempo desde que había caído presa de la inconciencia y no me hallaba en una situación muy diferente antes de la misma. Ahora ambas manos propias eran sujetadas por una de las ajenas; me remeció e intenté forcejear pero no podía soltarme, tenía mucha fuerza en ese momento la monstruo, o yo estaba demasiado débil.

-No...sueltame- no tenía suficiente fuerza ni siquiera para gritar, sentía mi cuerpo tan pesado y adolorido que apenas y podía mover un poco mi cadera, milímetros nada más pues mis piernas estaban firmemente apresadas por las de ella.

Trataba de moverme y es entonces cuando aquel latigazo vino. No había sido doloroso, podría haber entendido perfectamente las intenciones de ella y quizás tomarlo de una forma distinta, pero como me encontraba, había pensado que fue una forma de indicarme que me quedase quieta y mi cuerpo reaccionó paralizando se, mis ojos se volvieron cristalinos por unas lágrimas que aún no intentaban escapar por mi rostro, pero que en cualquier comento desbordarian.

-No soy un corderito...por favor sueltame- aunque me negaba, y pudiera en mi mente siquiera intentar una vez más tratar de imponerse estaba claro que no lo lograría y darme cuenta que solo tenía una opción en esa situacion, me tenía sumamente desesperada y asustada.

-Por favor...no me lastimes, yo yo...no me comas..- le miraba directo a los ojos buscando un poco de clemencia, si tenía que rogar para vivir un día más lo haría, aunque luego me doliese el orgullo.

-Tu ser mi cordera...- Volviéndote a humillar ante tus negativas antes de que su cola volviera a azotar tu zona pelvica, justo en medio de tus labios disfrutando de como te estaba viendo, alargo la lengua y empezó a lamerte un poco la mejilla como si te estuviera saboreando antes de mostrar sus verdaderas intenciones.

Aun contigo sujetada con una mano, te tomo del cabello con la otra y con un movimiento de pelvis podías ver la vagina de la Tzi tzi. Tal como habías visto anteriormente, el exterior estaba como protegido por esas escamas de color violáceo, pero conforme se movía podías ver un rosado tierno interior que parecía estar hasta húmedo por la excitación. Antes de que te pudieras deleitar con esa visión se sentó justo en tu boca usando parte de su vagina para taparte tanto la boca como la nariz. -Voy a disfrutar esto, si haces algo que no gustar....- Sin miramientos, fue todo muy brusco, la cola de la Tzi tzi penetro tu vagina hasta que sentiste la punta de su cola acariciando la boca de tu útero, usando todo como si fuera un gran miembro, entrando estuvieras lubricada o no. -Desgarrare.- Advirtió como si se tratara de la peor de las amenazas.

-Rápido!- Ordeno impaciente dando algún salto en tu rostro como queriendo que te pusieras a trabajar en ella.

Gimoteaba ante sus palabras y mi cuerpo se tensaba más que nunca al sentir otra vez aquel azote de su cola entre mis piernas. No dolía mucho, podría hasta sentirse bien de no ser por el miedo que tenía y no ayudaba en lo absoluto que se deleitarse con mis reacciones y hasta que hiciera aquello con su lengua, podía sentir su húmeda saliva dejar una sensación vizcosa en mi rostro.

Apretaba mucho mis párpados, negándose a querer ver, a sentir más miedo pero el mismo me obligaba a entreabrirlos en cuanto sentía que ella se movía. Estaba disfrutando de torturar mi mente, eso se notaba en sus ojos.

Aunque en el proceso de encontrarlos mi mente se llenaba de la imagen de su cuerpo y aquel temor se entremezclaba con facinacion por lo que admiraba. Sus brillantes escamas protegían su intimidad pero se veía tan vulnerable y suave como cualquier otra que haya visto antes. Incluso desde tan cerca cuando ella dejaría que sus piernas abrazara mi rostro y su sexo tapase mi boca y nariz, silenciando mis gimoteos en el acto.

Estaba claro lo que ella quería, y no solo era que me ocupase de complacerla y saciar su sed de sentirse superior a mi costa, sino disfrutar de esta última, pues de lo contrario no habría hecho eso.

Mis ojos se abrieron como platos y las lágrimas contenidas en ellos finalmente caerían por los costados de mis ojos recorriendo mi rostro hasta mis orejas.

"Duele....duele mucho" no podía hacérselo saber más que con quejidos de dolor y su amenaza me dejaba en claro que no quería que se pusiera más brusca. El dolor debía aguantarmelo mientras dejaba que mi lengua se moviese algo temerosa y nerviosa, torpe por lo mismo a la hora de acariciar sus labios externos y desleziarse hacia el suave, húmedo y carnoso interior de la depredadora que había invertido los papeles. O quizás, yo, nunca había sido la cazadora en primer lugar.

La incomodidad de mis brazos y aquel apéndice de la reptil dentro de mi sexo no me dejaban concentrarme, era incómodo y doloroso, pero mientras no se moviese mucho empezaría a serenarme y a explorar con mi lengua de forma más curiosa su interior. Lamidas acompañadas de un ligero movimiento de cabeza que provocaría que mi nariz se frota se contra su sexo y en ocasiones , presionaba en su clítoris.

Mis ojos estaban abiertos y trataban de llegar a los ajenos desde ese ángulo, esperaba ver satisfacción en su rostro, esperaba no ver disgusto. Tenía miedo de que me haría si no la complacia, rogaba con mi mirada que retirase su cola o al menos que no fuese tan brusca. Pedía piedad con aquellos ojos brillosos y humedecidos por las lágrimas que se volvían a acumular.

-Sientes....mhn...sientes miedo? Cordera....-Se relamió de nuevo y agarrándote con fuerza el cabello te fue guiando, tu lengua cada vez le daba mas placer, sentías esos fluidos bajando, eran mas salados que los de una humana pero mas densos como si fuera una especie de gel, pero al paladar no era desagradable solo que estaba hecho para recibir otro tipo de miembros.

Como si te cabalgara, fue moviendo la cintura encima de ti, disfrutando de cada movimiento de tu lengua, del tacto de tu piel y de tu nariz, a veces te tapaba la respiración con sus nalgas y su vagina pero nunca llegaba hasta el punto de ahogarte del todo. Lo estaba disfrutando, notabas algunas hebras de tu cabello siendo arrancadas por la Tzi tzi, la cola no se movió, era solo para amenazarte no te iba a dar mas placer que el hecho de tener toda la cola dentro de ti, llegando hasta lo mas profundo, era para asegurarse de que serias de lo mas dócil mientras ella te dominaba y se saciaba contigo.

Al cabo de unos minutos los sonidos guturales de la Tzi tzi se fueron haciendo cada vez mas fuertes, como cuando te dejo ciega, su pelvis se movió cada vez mas y mas fuerte hasta que en un estallido empezó a mojarte la cara con sus fluidos y a correrse directamente en tu boca. Era como un gemido animal, extraño pero a la vez se notaba extasiada.

Entonces sus ojos te miraron y tu viste como sus orejas estaban levantadas y cargadas, entonces un flash cegador te dejo aturdida al mismo tiempo que el cansancio te golpeaba con fuerza, dejando que tu cuerpo se desvaneciera en la inconsciencia.

Solo despertaste cuando sentiste unas patitas pasando por uno de tus pechos, rápidamente te asustaste levantándote con dolores pero no era nada alarmante, de hecho...era una luciérnaga que asustada por tu movimiento se puso a volar con todas las demás. Era de noche, una noche clara e iluminada por la luna, miraste a tu alrededor y encontraste las piezas que te faltaban de la armadura, pero no rastro de la Tzi tzi. No te había devorado, era un milagro pero no había sucedido, aunque si que notaste cierta irritación en tu vagina por culpa de la penetración dolorosa de la cola.

Te levantaste como pudiste, no te había quitado nada, ni siquiera la piel de la kelbin, era de noche pero se podía ver bien. Que deberías hacer? Acampar allí? Volver?

Asentía con la cabeza más por responderle de inmediato que por que casualmente aquello sirviese para estimularla más.

Aunque estaba aterrada, me esforzaba por complacerla, quizás sí lo hacía bien no me lastimada más por hoy, esperaba poder lograrlo.

Ella cabalgaba mi rostro y tironeaba de mi cabello, eso dolía bastante en mi cuello y en mi cabeza, incluso podía ver los pequeños mechones que me eran arrebatado por el desenfreno de aquella reptil que afortunadamente no estaba moviendo su cola dentro mío, más que un sutil desliz por culpa de los movimientos de su pelvis.

Aquello era extraño, aunque el miedo me dominaba a la par que esa fuerte garra que sujetaba ambas de mis manos con suma facilidad; el sentimiento de casi asfixiante cuando se asentaba en mi rostro era perturbadoramente excitante, me odiaba un poco a mi misma por sentir mi pecho agitarse y no solo a causa de la falta de aire. No siempre estaba muy sumisa cuando estaba con otra chica y si lo hacía era más dulce y suave todo, aquí no había eso, había salvajismo del más puro. Ella me obligaba a tragar sus espesos fluidos que me embriagaba con aquel reguste salado que dejaban en mi lengua y paladar.

No era algo extremadamente delicioso pero no me desagradaba y mi cuerpo comenzaba a revolucionar cuando ella estaba llegando a su clímax, había empezado a disfrutar de ese trato rudo, aunque era consciente de ello, no podía estar más confusa, o quizás si cuando ella decidiese hasta donde era suficiente y volviese a usar su luz conmigo.

Una vez más inconciente pero ahora mi despertar fue más bajo mi control aunque sin la amenaza del anterior a la vista, ella se había ido y me había dejado sola con mis cosas cerca mío.

No pensaría mucho en que debía hacer, aprovecharía la oportunidad para vestirme como pudiera, tomar lo que se podría decir que era mi botín y mis cosas y pondría marcha hacia la aldea, no era buena idea acampar en un sitio desconocido, menos sin nada de qué ayudarme y herida, con suerte en el camino debería ser sumamente cuidadosa.

Agotada, pegajosa, pero no vencida del todo, llegaste a tu campamento, tardaste varias horas en regresar tu cuerpo estaba a punto de caerse por el cansancio acumulado de una jornada tan laboriosa como aquella, pero finalmente llegaste a tu campamento.

Eran cerca de las tres de la mañana cuando llegaste, la noche estaba en su máximo esplendor y por fortuna era una noche donde la luna dejaba ver por donde ibas porque si no seguramente te habrías quedado en mitad del camino o en mitad de la pradera.

En todo caso llegaste, pero estaba todo a oscuras, incluido el gremio salvo unas lamparitas de aceite que habían puesto por la entrada a modo de bienvenida a todo viajero que buscara un refugio, la puerta no parecía tener ningún candado pero el interior estaba a oscuras. Como podrías suponer, se había ido a dormir hacia ya tiempo.

En una situación normal en la que pudiera gozar de haber vuelto de una cacería, toda triunfante y rebosante de energía, habría ido en busca de una bebida para celebrar y aunque en teoría había cumplido mi tarea, había un largo trecho antes de poder decir que me sentía una ganadora.

Había sido asaltada por una monstruo y todavía portaba aquella sensación viscosa en mi rostro y la molestia en mi interior, si bien no me había forzado demasiado allí, sentir esa cola llenarme por completo de forma tan brusca me había dejado sensible y resentida. Mis piernas temblaban por el cansancio acumulado y necesitaba tratar mis heridas, definitivamente el día no había terminado bien.

Cansada, casi arrastrando los pies, me desplace hacia el gremio, era el único lugar que tenía luz y aunque era consciente de que no tenía dinero, al menos tenía la prueba del éxito en mi cacería, eso debería bastar para pagar un baño y una cama por esa noche. Buscaría entrar al gremio como podía tratando de no hacer tanto ruido, dejando como primer acción al entrar los cuernos de Kelbi sobre el mostrador, esperando que cuando despertase Felicity entendiera que eso era mi misión cumplida además de mi pago por entrar sin aviso al gremio y buscar una habitación que pudiese usar.

El gremio estaba a oscuras, encima de la mesa había un montón de papeles pero los ignoraste, de hecho dejaste el cuerno encima y te fuiste en busca de una de las habitaciones. No te costo demasiado, las habitaciones estaban abiertas salvo una que suponías que era la habitación de Felicity, la habitación no era la gran cosa pero tenia ciertas comodidades, entre ellas un barreño que conectaba con un sistema de cañerías hacia vete tu a saber donde, es decir, agua, podías tener algo de agua.

Después de refrescarte un poco, el agua era fria pero algo era algo, pudiste dormir bastante bien, agotada después de todo un dia de duro trabajo. Al amanecer te despertó el sonido de una paloma, una paloma que se te quedo mirando desde la ventana de tu habitación como si fueras algo de lo mas inusual, hizo el típico fru fru y enseguida escuchaste.

-Quieres darte prisa!- Desde abajo de las escaleras a lo que la paloma salio volando hacia su destino, se había quedado mirándote casi por mera curiosidad.

Eran mas o menos las nueve de la mañana, era temprano pero tu estabas acostumbrada a madrugar y a dormir poco para estar al máximo de tu fuerza. Escuchabas ruidos abajo, Felicity estaba despierta.

Unas horas de sueño reparador y más temprano que pronto ya me despertaría con un cambio de energía completo. Con lo cansada que había llegado no me costó dormirme y afortunadamente la ausencia de cualquier pesadilla me ayudó a despertar tranquila por el sonido de una paloma.

Me le quede viendo con los ojos entreabiertos pues aún no me acostumbrara a la luz que entraba por la ventana.

Había ruido en el gremio, venía del piso de abajo al parecer y el mismo había espantado a la paloma, era cuanto más curioso aquello pero no tenía motivo alguno para darle mucha vuelta al asunto. Me desperece, estirando mi cuerpo completo en la cama, notando la tensión de mis brazos y piernas al hacerlo y con aquel sentimiento fresco me levantaría finalmente de la cama para arreglar mi atuendo lo suficiente para estar presentable, había llegado a caer "muerta" con la armadura puesta, por lo que bastaría con asegurarme que estuviese bien puesta y una rápida higienización antes de ir al piso inferior del gremio en busca de Felicity para disculparme por mi forma de entrar en la noche.

Por ahora no quería pensar en aquella Prey, hoy era un nuevo día.

Al contrario que el día anterior, que era de noche por supuesto, la luz se filtraba por las ventanas del gremio lo que le daba un tinte un poco mas hogareño a todo el local, si intentabas obviar el hecho de que se notaban las motas de polvo flotando en el ambiente, pero era algo normal en un edificio tan grande y ahora mismo tan desprovisto de vida, salvo la de dos.

Felicity estaba mirando unos papeles y de tanto en tanto iba para mover alguna silla, quizás un acto reflejo para esperar a alguien antes de volver. Al verte sonrió y se apoyo un poco en la barra. -Vaya, la bella durmiente a despertado. -Fue lo primero que te dijo antes de tomar la bolsa de monedas y dejarla encima de la mesa, no estaban los cuernos ya, los había clasificado o hecho lo que considerara oportuno con ellos. -Bienvenida de nuevo aunque...casi esperaba que hubieras vuelto anoche...-Era una alusión a que habíais quedado para iros a los baños, pero habían mas oportunidades, tal vez esa misma noche, quien sabia.

-Buenas noticias para ti, el gremio me a pedido que te de algo de ayuda así que...mañana tendremos compañía. Intenta estar, es muy importante, quitando eso este es el pago por los cuernos, 20 monedas de plata, menos 3 monedas por haberte quedado esta noche hacen un total de 17, por fortuna entra el desayuno.- Con tono jovial te fue explicando antes de servirte lo que seria un desayuno no muy típico pero nutritivo que consistía básicamente en gachas, no era mucho, estaba bueno y servia para lo que necesitabas. -Y ahora que has completado la primera de tus misiones, que tienes en mente?