Partida Rol por web

Los asesinos de obispos no llaman a la puerta. -Dijo en tono neutro para mostrar su inconformidad ante la idea de tener que dar sus armas y lo ridículo de la situación, por no hablar de que un obispo en su propio refugio deberia tener seguridad. En cualquier caso accedió. Sacó su pistola, quitó el cargador y la bala de la recamara con una sola mano haciendo que saltase y cogiéndola en el aire para entregar solo el arma descargada. Hizo lo mismo con su escopeta, la descargó, guardó la munición en su bandolera donde llevaba el alambre de espino aparte de sus objetos para hechizos y otras cosas. Le ofreció las armas y le enseño la bandolera con el alambre. 

-¿Quieres también el bolso? ¿Vas a poder con todo?  Si no fuese por la voz encantadora que tenia Aurora, daria la sensación de que la estaba provocando. 

La mujer no tomo el arma de Leah ni las de Aurora, sino que llamo a unos ghouls que estaban y sin necesidad de preguntar supieron cual era la orden de ella.  Mientras la mujer asintió ante el tema que mencionaba Leah guardando una neutralidad importante a pesar del tema.

Peri a quien termino respondiendo fue a Aurora. “Confundes nuestras razones hermana.” Dijo simplemente a la primera provocación de ella, pero fue a la segunda donde sus ojos de esmeralda mostraron ya mas molestia. “Si quieres puedes quedartela, gracias por preocuparte de nuestros ghouls.” Dijo de nuevo siendo neutral.

“Siganme.” Dijo y los empezó a guiar dentro. Tras unos largos pasillos estrechos llegaron a una gran habitación, contra una de las paredes se encontraba sentado Ezekiel en un sillón, frente a èl estaba otro sillón de mala calidad. En el cuarto no estaba solo, ahí estaba el gigante que habían visto cuando Ezekiel tomo el lugar de Carolina aunque no estaba el que cargaba una escopeta.

Sin decir mas la bruja se acerco a Ezekiel susurrándole la razon por la que habían venido, con palabras similares a los que uso Leah. Este escucho atento y los miro a ambos con curiosidad.

Ezekiel le asintió y le permitio irse a seguir con su trabajo. Ahora con su atension en el par los invito a sentarse frente a èl, tal vez para relajarlo a pesar del tema. “Es un tema sombrío el que los trae a mi presencia. Espero que ninguno de su manada haya sido un desaparecido, pero si es asi tratare de ayudarlos lo mas posible.” Les expreso a ambos con un tono bajo, que se mostraba tan amistoso como lo seria un jefe que se veía preocupado.

“Diganme que necesitan de mi.” Les dijo para que empezaran a hablar rápidamente pero con seriedad.

-De momento no desapareció ninguno. Capaz usted podría darnos detalles de que pasaba para saber a qué nos enfrentamos o como deberíamos de actuar- Necesitaban saber esas cosas para informar a sus compañeros de manada, si es que no habían muerto ya.

Aurora llegó guiada a la estancia donde encontraron a Ezkeiel y se dedicó a mirar el lugar. Una amplia habitación y los dos sillones. Se preguntó que estaria haciendo el Obispo antes de recibirles o que tipo de ocio se podia tener en una cripta.

Escuchó el recibimiento y la pregunta del hombre y no pudo evitar pensar de forma amargada. -Si no sabe quienes somos o a que manada pertenece desaparecido igual no sabe demasiado.

De nuevo dejó que Leah llevase la voz cantante, ultimamente la gente no tenia paciencia con su sentido del humor y era consciente de ello.

Ezekiel los miro esperando algo tras las palabras de ustedes aunque fuera de Aurora o al menos asi parecio porque rápidamente volvio al tema principal.

"Bien, hay muchos hechos extraños en esta ciudad pero lo que tiene que ver con las desapariciones esta relacionado con las alcantarillas y con el Monte Royal, en especial donde se encuentra la cruz." Comento mencionando donde habia ido el otro grupo y la cruz que estaba en el monte mal alto de la ciudad.

“Se les ha dado al responsable de las desapariciones en el túnel el nombre de los desconocido, si bien el nombre no es muy original es lo mejor que se le puede otorgar. Fue nombrado asi por cainitas jóvenes que han podido escapar a la fuerza oscura que vive ahí, que según ellos tienen la habilidad de emerger de los muros y son tan deformes que no recuerdan a ningun ser vivo.” Les empezó a explicar con calma mirando a ambos. “Se culpo en un principio a los tzimises pensando que algun experimento de ellos se habia descontrolado pero se esta planteando que es otro el clan responsable. Los nosferatus.” Les continuo diciendo aunque esto parecía mas conjeturas de su parte que algo tan solido como habia dicho antes.

“Respecto a la cruz en el monte. Ahí hay rumores de un grupo de cazadores que aun eluden nuestras garras, también se dice que es un lugar de mucha fe. Un lugar que es mejor que no pisemos ya que nadie vuelve.” Dijo siendo mucho mas corto pero tal vez porque no habia mas que decir.

Finalmente miro a ambos y tras sus respuestas paso a preguntar èl. “Me gustaría saber como se llama la manada a la que estoy ayudando. Supongo que tiene nombre cierto?” dijo con media sonrisa a ambos. “Supongo que eres su líder. Leah cierto?” pregunto viendo que ninguno se presentaba por propia decisión a pesar de que querían parecer educados.

-Leah, del clan malkavian- Dijo con orgullo, no era muy bien visto su clan por los "estándares" pero era necesarios los profetas, al malky no se le daba muy bien eso de las visiones, pero a otros si. En su favor, podía entrar a una especie de "archivo" y buscar información por esos lares.

-La manada se llama Fernet Branca, somos cinco miembros, de momento. No, no soy el líder, soy un simple hermano de manada que decidió venir a juntar información sobre algo que aqueja a la secta en su totalidad- ​Tenían un lugar donde no pisar, sospechosos y lo que solía atacar, al menos tenían ciertos indicios. Esto inclinaba la balanza para el setita, faltaría ver la información que podría brindar la lasombra.

"Interesante." dijo ante toda la informacion que recibia. "Han sido sabios al venir a buscar informacion conmigo. Aunque me habria gustado conocer a su lider..." dijo dandole un enfoque con la mirada a Aurora. "A menos que este ya este presente." dijo aunque en realidad estaba preguntando si ella era la lider.

"De cualquier forma lo dire para que puedan transmitirlo. Tengo una propuesta para su manada, una alianza que podria beneficiarnos en el conflicto que se aproxima." le comento ahora si a ambos. "Aunque Carolina me dejo hablar en su momento no creo que sea por educacion o porque piensa cederme el cargo que me pertenece. Ahora debe estar complotando para sacarme del camino. Por lo que he decidido reclutar manadas que han venido a la ciudad para la Letania." Les explico mientras miraba a ambos en busca de reacciones a sus palabras.

“Que piensan de ello?” pregunto finalmente.

Embaucador... -Solo lo piensa pero se queda con ganas de decirlo. Estar al margen le permitia sacar conclusiones que de otra forma se le escaparian, pero por desgracia hubiese preferido que fue Leah el que las sacara y no ella.

Entonces sonríe y niega con la cabeza para contestar a esa pregunta velada. -No, yo soy la Prior. Pero puedo trasmitirle su deseo y que se encuentren proximamente. En cualquier caso le agradecemos que nos dedique unos minutos de su tiempo.

-No me cambies de tema... viejo zorro.- Piensa.

-Opino que, por suerte o desgracia, mi hermano y yo no tenemos autoridad para discutir sobre reclutamientos. Vinimos solamente a presentar nuestros respetos y a por información. -Hace una pausa. -Y hablando de información. ¿Sabe el nombre de la manada a la que pertenecen los desaparecidos o donde encontrarlos? Quizá hablemos con ellos.

Su atención fue a ella que finalmente hablaba, sonriendo con algo de triunfo algo de triunfo al lograrlo. Aunque al final se notaba que lamentaba la falta del líder de la manada. “Se lo pido que lo hagan, necesito hablar con èl.”

“Si bien un ductus tiene la autoridad que le confiere su titulo, no tiene que olvidarse nunca de la opinión de sus hermanos de manada. Recuerden que este no tiene una autoridad incuestionable por lo que no se crean como menores si posibilidad de tomar decisiones.” Le devolvió a la abad sin comentar en sus expresiones. “Por eso vuelvo a preguntarles que opinan de ello. Sus opiniones me ayudarían y seria poco por la información que les doy.”

A pesar de retomar sus otras dudas siguió contestando lo que ella decía. “Deben estar en el refugio, siendo un lugar seguro para todos nosotros. Respecto al nombre de manada, lamentablemente lo desconocido ha roto manadas enteras y obligo a los supervivientes a quedarse solos hasta encontrar una nueva.”

-Por el momento somos neutrales a ambos bandos, pensamos que es primordial encargarnos de las desapariciones y sanar el daño causado  por los infernalistas, es algo que compete a la secta en su totalidad- Dijo de manera educada y seca. No iba a demostrar su preferencia, no de momento. Eso era algo que compete a la manada entera.

Iba a contestar cuando Leah se le adelantó, acto que agradeció profundamente. Estaba conforme con lo dicho por lo que se limitó a encogerse de hombros y asentir dando a entender que opinaba lo mismo.

A la tremere le resultó desagradable querer hablar de algo y que la otra persona insista constantemente en cambiar de tema, en un primera impresión Ezekiel parecia una persona muy ambiciosa y con la justa delicadeza, mala combinación.

-¿Alguna pista o nombre para poder seguir investigando? Espere... ¿De cuantas manadas rotas estamos hablando?[ -Miró a Leah con preocupación de forma descarada.

Ezekiel asintió a las palabras de Leah tranquilo. “Tal vez eso sea lo mejor. Aunque yo pienso que si no hay un líder claro en Montreal, los problemas que tenemos no se resolverán como deben.” Dijo aunque volvió a asentir. “Aunque no les insistiré, pero les pido que cuando le sea posible a su líder que me de su opinión acerca de este tema.”

Dicho eso paso del tema hacia las desapariciones. “En esta ciudad hay muchas manadas rotas…algunas por monomanías salidas de control o por los lobos o por estos incendios que generan los cazadores que se esconden en la cruz o en otros lados. Las desapariciones que hablan también es otra de las razones principales de las mandas rotas.” Le explica tanto a Aurora como a Leah para que no se vean tan extrañados con esa circunstancia normal para la ciudad, aunque parecía que las cofradías principales no les pasaba lo mismo.

“No tengo nombres concretos de los supervivientes…lamentablemente no he podido darle el tiempo que se merece. Pero como dije en el refugio, en la sala principal, es posible que encuentren a alguno de los supervivientes deambulando por ahí.” Le respondio finalmente mirando a ambos como si esperara una nueva pregunta.

-No tengo más preguntas de momento, capaz encontremos algo en las cloacas o con algún miembro sin manada- Capaz la bruja quiera consultar algo, era su momento de brillar.

Le dió la impresión que al no conseguir que nos decantasemos por un bando dejamos de serle de interés y comenzó a responder de forma ambigua, parece que no nos ayudaría mas.

¿No tengo mas preguntas? Leah el inquisidor -Pensó la tremere entre risas mentales.

¿Nos da una tarjeta o numero de contacto para concretar los detalles del encuentro? -Preguntó y tanto si se la daban como si no, con eso habría terminado su parte y estaría encantada de salir de ahi.

Saco un trozo de papel, donde no solo escribio un numero sino tambien una dirrecion que entrego a Aurora. "Aqui pueden contactarme. Sino pueden venir aqui o pueden venir al Risco del cuervo, era un manicomio hace unos años pero ahora es nuestra guarida. Toda su manda esta invitada." comento dandoles una invitacion antes de despedirlos formalmente.

Al salir se encontraron con un hombre vestido como motociclista, con una gran sonrisa peligrosa y unos anteojos de sol que tapaban sus ojos. El hombre era el que habia estado con Ezekiel cuando este se anuncio en el ritual, antes lo habían visto con una escopeta en mano pero ahora sostenia las armas que habían dejado.

“Hola…Yasmin me las presto. No le interesan estas cosas, solo la magia oscura a esa bruja.” Comento en tono medio burlon. “Son lindas armas. Han matado a muchos con ellas?” pregunto con una curiosidad morbosa. Luego miro lo que vestia Aurora. “Lindo abrigo, ya veo donde pones tantas armas.” Comento el hombre devolviendo las armas. “Aunque se nota que es nueva.” Dijo como si fuera un reproche con ella.

Un placer, que tenga buena noche. -Dice cogiendo el trozo de papel y guardándoselo bien para luego marcharse.

De salir, se encontraron con el tipo de la escopeta, sonrió al ver un tipo con gafas de sol en el interior de un cripta. -Como si una gafas te hiciesen mas tipo duro.
-Te recuerdo, creo que compartimos gustos por las armas.-Dice mientras coge la escopeta y la pistola y comprueba que todo está en orden, luego revisaría detenidamente que no le habian añadido nada, mágico o tecnológico.

Una lástima... Ella se lo pierde si no sabe apreciar la belleza de un arma de fuego. -Guiño un ojo de forma picarona y paso a contestar con tono neutro la pregunta, para que no parezca un alarde. -Once entre ambas: Tres ventrue, cinco tremeres, dos brujah y dos lupinos.

Le corrijo haciendo un gesto con el dedo indice. -No es tan nueva, la mimo y cuido, asi se que ella cuidará de mi de la misma manera. -Hablaba con cierto entusiasmo, como si fuese una fanática de las armas.

-Pero mas sangre y lagrimas a derramado lo que tengo en el morral. -Haciendo referencia al alambre de espino y el polvo de plata que no se si habrá visto o no. Coge el morral y se guarda las armas bajo la gabardina.

Me quedo mirándolo un momento y me da la sensación de que ese hombre es mas de lo que aparenta. -No nos han presentado.

Guardó su arma y no dijo nada. Tenía lo que necesitaba y era de suma importancia ir con la otra a ver si podía ofrecer info, cuanto antes terminen ahí, antes se reuniría la manada.

A simple vista las armas estaban que cuando las dieron, ya luego podrían revisarlas en profundidad. Junto a eso estaba el morral que seguía con el alambre.

“Ya viste que ropa usa. Te aseguro que no solo su ropa esta atrasado varios siglos atrás.” Comento en burla de Yasmin sin preocuparle si estuviera cerca o de hacerlo en la entrada de la cripta que ella protegía. “Wow…toda una asesina. Ya me caes bien.” Le dijo sonriendo con complicidad a la mujer que le hablaba con tanta facilidad.

El hombre congio los hombros y mostro su vestimenta gastada, señalándola con la mano que tenia un tatuaje de un revolver. “Tu mania. Yo solo me ocupo de mis armas que matan lo suficiente rápido para que no necesite que me cuide mi ropa.” Le dijo medio en puja con ella. Dándole un vistazo al morral sonrio grande con locura. “Tendrás que contarme la historia de eso.”

“Seguro que no. Yo solo me presento cuando voy a disparar…” le dice apuntándole a ambos con su mano. “Pierre.” Dijo e hizo el gesto como si le disparara a ambos en la cabeza, tonteando mas que nada. “Igual creo que tendremos que hablar mas tarde, que tu compañero parece apurado. Estare por aquí, si me buscas.” Termino diciendo para permitirles irse.