Partida Rol por web

La cosa se ponía seria poco a poco. Una pistola les estaba haciendo caer uno a uno ¿Por qué? ¿Que tenía esa arma? ¿Balas de plata bendecida? Con las garras fuera Kupuka rompía el silencio de la sangre. Aquello le pareció un desastre, ahora podían intuir una puta conexion entre el museo y los vampiros que habían venido a defenderlos.

- Cuando digas jefa, para lo que quieras, como siempre. - Dijo Sam dispuesta recostándose hacia adelante en la moto.

Lo de la bomba le pareció exagerado pero por lo visto logró convencer al susodicho por lo cual le valia. Rodea al sacerdote para cubrirle de cualquier agresión, o al menos que eso parezca y comienza la marcha junto al resto para salir de aquel lugar.

Se tomó la libertad de echar un vistazo rápido a ver como estaba la situación de los démas, en especial de las chicas de Le Rats.

Ambas mujeres se encontraban atentas a lo que pasaba con Sean en ese momento, aunque pronto se dieron cuenta que la comitiva de Loto se habia movido a donde estaban ellos. Ahi les llego Loto, Lars, el padre Jerome con dos de sus sacerdotes y un policia que suponian que era Martin o eso esperaban.

Habian formas de abordarlos ahora mismo, podian si tenian suerte agarrarlos por sorpresa aunque no seria facil ya que notabas a los sacerdotes junto al padre revisar los alrededores. Mientras el padre parecia bastante preocupado.

"No se preocupe Padre, ya estamos cerca de la zona segura donde la explosion de la bomba no le llegara." dijo tratando de calmarlo Loto.

La pelea con el viejo tirador parecia andar por hacia el lado del cainita. Pero entonces notaste como atras las cosas se complicaban, uno de los sacerotes se acercaba hacia ustedes con unos cuatro vagabundos. Lo notabas en su mirada ferviente que no te tenia miedo sino lo contrario te veia como siempre hacian los religiosos con un deseo de acabar contigo.

"Deus magnus est!" grito y luego lo siguieron los vagabundos, aunque claro el latin de los otros era bastante tosco.

Veo que nos acercamos a las chicas, les parecerá raro ese  nuevo policía entre los que venimos, pero luego comprenderan que debí disfrazarme para ayudar a que el hombre se alejara. No sabía como iban a   responder ellas, pero sabía que algo  harian, así que anticipandome a sus movimientos me doy cuenta que es mejor comenzar activar el plan y trabajar en la voluntad de ese hijo de puta.

Mientras Loto  dice eso yo rápidamente meto mi mano  al bolsillo haciendo que la droga  tome contacto con la tela de la manga, algo muy simple pero justo lo que necesito, facil en el sentido tecnico, era un movimiento normal, pero potente.

Luego  con cara de preocupación digo.

-Tiene razón , aquí estamos seguros- y acercandome al sacerdote le digo- como puede ver en el punto de allá- y en ese momento  cruzo  mi mano de manera casual sobre su cara  justo para que huela la  droga,  un movimiento casual y sin violencia-  es el punto más peligrososo... comprendera que está en peligro y es mejor alejase de aquí Padre Jerome.

Y al decir esto esperaba su reacción.

A pesar de ser un movimiento casual y sin violencia el hombre retrocede un poco, por la sorpresa del movimiento y te mira con mala cara. Sin embargo sigue a distancia segura para que el olor de la droga le llegue a su nariz.

“Si, entiendo pero...” empieza a decir y lo vez bajando la cabeza de repente como si la droga fuera de rapido efecto y lo empezara a hacer cabecear de sueño. Esto no es algo discreto que notan unos pocos, pero tampoco lo es cuando agita la cabeza como si fuera un perro sacandose la humedad de su pelo. “Algo pasa. Si debemos irnos, siento que alguien trata de hacerme mal.” comenta de repente el hombre, despierto y atento.

Ese grito en francés no lo entendió, el viejo era un misterio para él, simplemente le dijeron que era importante capturarlo pero no los motivos. El cainita podía ver que más tipos venían a atacarle por el mero hecho de haber aparecido, le tomaban por el enemigo acérrimo que verdaderamente era. Jodidos curas y fanáticos, debo comer más de ellos. Como si fueran corderos esos cazadores seguían a los pastores, a buen seguro tendrían estacas y podrían ponerlo en aprietos por lo que Sean optó por darse toda la prisa que podía. Haciendo que la sangre circulara a gran velocidad por su cuerpo activó sus poderes esperando que fueran suficientes como para dejar inconsciente al viejo y llevárselo de ahí aprovechando la velocidad de la motocicleta.

- Te llevo, viejo, te divertirás conmigo.

Le dijo mientras con el mango del cuchillo trataba de golpearle pues debía aplicar la fuerza justa para dejarlo inconsciente sin llevarlo a la muerte. De nada les servía un prisionero asesinado por un exceso de celo en la tarea que Sean llevaba a cabo.

Ahora era su oportunidad, tomarlos por sorpresa, pero resultó que fue tan silenciosa cómo un explosivo detonado en una biblioteca, se había hecho más que evidente que ella estaba ahí.

-Prepárate para pelear-

Le dijo a Sam, pues la había cargado y debía tomar responsabilidad de ello, de todas formas, mantuvo la calma al salir de su escondite, le haría comeré ese somnifero antes de que grite y clame por ayuda. 

Sam miró a aurora y sonrió ante su arranque, por fin:

- Detrás tuyo jefa.

Susurró sin seguirla justo detrás, sino dando un rodeo para situarse desde un ángulo que hiciera que de encararse a una o a otra le diera la espalda una de las dos.

Quedó un poco impresionado por ver como se quitaba del efecto del sominfero con una sacudida de cabeza. ¿Sería inmune a este tipo de efectos por un poder superior o la droga era de mala calidad? No importaba solo tenian que seguir avanzando y ya encontrarian el modo de meterlo en el vehículo.

De pronto ve a Aurora cerca. -¿Que narices?

El golpe de Sean le llega con bastante sorpresa y dandole de lleno a en la cara. Pero es la potencia de este lo que llega a desmayarlo haciendolo caer en el piso soltando su arma.

Al tiempo que pasa eso el sacerdote y sus seguidores se te acercan. Sin duda van armados con el sacerdote teniendo un crucifico en una mano y un cuchillo en la otra. Mientras los demas tienen palos de metal y uno una estaca.

Fue de  pronto cuando notaron a Aurora aparecer desde donde estaban ambas ocultas, si bien habia querido pasar desapercibida en el camino termino patiando una lata de cerveza vacia que se encontraba por ahi. Haciendo que todo mundo mirara a en su dirreccion. Sam tuvo mas suerte al ir por otro lado y tal vez por la entrada de Aurora.

"Nos atacan. Policia encargense de ella." Les ordeno el Padre Jerome señalandola con su cruz. Su cruz que aun a la distancia hacia sentir rara a Aurora, rara a su bestia.

Mientras los sacerdotes volvian a ponerse junto al padre alguno de ellos empujando a Martin fuera del camino si este se dejaba.

Loto por su lado miraba algo cansada del drama, por lo que sacando de su cinturro el palo de policia por un momento parecio que iria por Aurora pero entonces ataco a uno de los sacerdotes. Pero el sacerdote lo vio venir esquivandolo sin mucha dificultad. Los demas tenian poco tiempo antes que este avisara a su compañeros que seguian mirando a Aurora.

Su fe es bastante fuerte, esto impide que la vampireza se acerque, pues sus instintos estaban gritando que corriera, pero apenas retrocedía, no quería dejar atrás a sus compañeros.

Ahora se la venia a liar su naturaleza, no podía estar más enojada con ella misma, viendo cómo caía un poco de sudor de su frente, maldiciendo su maldita suerte. 

El golpe fue duro y logró dejar al viejo para el arrastre. Ahora... lo tenía que ponerlo al hombro y transportarlo por entre las calles hasta la furgoneta sin que le pudieran seguir la trayectoria que seguía. Kupuka. Le había perdido la pista y no podía arriesgarse a que The Rats perdiera a su sacerdote cuando él había dicho que se ocupaba de cuidarlo. ¿Estaría bien? Trató de cargar con el viejo y moverse con la motocicleta, el poder de la sangre la ayudaba con una velocidad que podría definirse como endiablada aunque partiría la boca al que se refiriera a ella de ese modo. Se podía mover como un rayo lo que conllevaba un esfuerzo que su cuerpo vampírico pagaba en la forma del consumo acelerado de vitae.

Trató de alejarse de los cazadores a la vez que miraba por kupuka, ¿tendría que sacarlo de allí también? 

Sean se encuentra acelerado en ese momento eso le permite aprovechar para tomar al desmayado y ponerselo encima. Lo siguiente fue ignorar a los que se acercaban para ver mejor la escena. Lentos eran estos motales que a pensas podian seguirlo con la vista y ya con el cuerpo les era mas que complicado.

Ver la escena era una extraña Kupuka se encontraba todo rodeado de vagabundos que lo habian abrazado y se amontinaban encima suyo. Con otros vagabundos en el piso con un camino claro hacia la muerte, mientras el sacerdote le empezaba a gritar oraciones de la biblia. Te hacia acordar esa pelicula que habias visto en el cine, El exorcista. Aunque Kupuka no se veia muy afectado por la cruz que le blandian en la cara, hasta le tira una mordida que casi le saca los dedos al sacerdote.

Por lo demas levanta su estaca para clavarsela en el pecho.

Algo que tambien te llama la atension es vagabundos llevandose a miembros de los rompehuesos a un costado, tratando de sacarlo de escena. Aunque siendo una avenida trasitada las luces andaban demasiado bien en esta parte de la ciudad.

Nunca haz conducido tan bien como ahora, pudiendo sostenerte en la moto y al viejo inconsiente. Notando como Kupuka estaba siendo abordado y como la situacion iba yendose de las manos. Tu mirada fue a los otros grupos, que ahora eran uno.

Tanto los falsos policias como los refuerzos se habian mezclado. La situacion siendo contraria a la que vivias, aunque el Padre no estaba solo parecia estar siendo rodeado.

Se había liado una buena, ¡muy divertido! una batalla campal en plena calle, con la esperanza de que no llamara demasiado la atención. Bastardo, bien sabía que le convenía luchar en un lugar abierto. Pues contaba con muchos esbirros, parecía una legión de locos tan sedientos de sangre como un vampiro o incluso más, semejaban dominados por la bestia, como si en sus corazones latiera el mismo mal que en los vástagos.

No puedo luchar con este tipo a la espalda, lo tengo que dejar donde la furgoneta. No se le ocurría otra forma que quitarse el peso de encima, contaba con su motocicleta para que le llevara y devolviera a gran velocidad. ¡Ya vuelvo Kupuka, aguanta unos segundos! pensó pues no quería ni alzar la voz.