Partida Rol por web

La carroza había pasado entre los árboles y estructuras de suelo adoquinado, finalmente habían llegado a su destino en los límites de la isla donde el mar se escuchaba en la lejanía chocando contra las rocas, una serie de espectadores los aguardaban rodeando una tarima adornada con antorchas en sus esquinas, diferentes guardias saludaron y el público aplaudía sediento de sangre.

Al bajar del carruaje me detuve un momento a admirar el mar, tal vez me demoré demasiado, pero considerando que uno podía morir en cualquiera de éstos combates, valía la pena.

Al llegar y sentir la brisa marina se me dibujó una sonrisa, el mar siempre me hacía sentir tranquila, aquella era una buena señal, parecía que la cosa empezaba con buen pie.

Accedí a la zona de combate y esperé a mi oponente, que parecía aún mas embelesado que yo. Eso podía ser bueno para mi.

Cuando el combate empezó, no quise darle oportunidad, así que mi reacción fue rápida, usé uno de mis cuchillos como arma arrojadiza, que le dió en un hombro. Mientras se recuperaba de su asombro, corrí hacia él con mi inusitada velocidad, colocándome a su espalda y recuperando el cuchillo que se hundía en su carne, haciendole gemir de dolor al sacarlo.

El era más grande y musculoso, esa no sería una gran herida para el, pero si conseguía desgastarlo sin llevarme un buen golpe, podría derrotarle.

Mi distracción me costó cara, pero la pelea aún comenzaba.

-Así que cuchillos, ¿Eh?¡¿Como estos?! -exclamé mientras expulsaba mis cuchillas justo sobre su vientre.

Inmediatamente, las extraje, sacudí la sangre de ellas y adopté una postura defensiva.

Al parecer, mi enemigo también era bueno con los cuchillos y estaba preparado para el cuerpo a cuerpo. ¿Que tal se le daría la distancia? Coan rápidos y ágiles movimientos cambien mis cuchillos por el arco y disparé tres flechas a la vez. había entrenado tanto con el arco que mis manos estuvieron mucho tiempo heridas y ensangrentadas. La recompensa era notoria, era capaz de hacer auténticas maravillas con las flechas.

No me hizo gracia que consiguiera esquivar una de ellas, pero las otras dos se clavaron con fiereza en su brazo. Esperaba que poner distancia con el me diera algo de ventaja. - No vas nada mal de reflejos...

Mi oponente tenía varios trucos bajo la manga. Me sorprendió con un par de flechas. Me las arranqué del brazo, me tomé unos segundos para recuperar el aliento y arremetí contra ella.

-¡Ahora verás!

Comencé a mover mis cuchillas hacia arriba y abajo, causándole cuatro cortes profundos.

Los cortes abrasaban mi piel y escocían. Podía sentir la sangre caliente deslizándose y hicéndome sentir pegajosa, pero no era suficiente para detenerme. Usé mi esencia sangrienta, la bruma roja salía de mi cuerpo como si mi alma estuviera abandonandome, avanzando sinuosa hacia mi enemigo, que despistado con ese movimiento, fue acariciado muy profundamente por mis cuchillos.

Me coloqué a su espalda, sujetando su brazo atrás y retorciendo la hoja de la daga dentro de su muslo. - No es nada personal...

Mi oponente hizo algo extraño con su sangre que me inmovilizó lo suficiente como para que pudiera clavarme su cuchilla otra vez.

-¡Arghh!¡Toma ésto! -dije lanzándole un golpe, pero el dolor no me permitió hacerle mucho daño.

Su ataque consiguió darme, pero no fue lo suficientemente intenso, así que debía aprovechar y contraatacar. Usé su propio impulso contra el, agarrando su brazo y lanzandole por encima de mi cabeza, dejándole en el suelo, boca arriba, para terminar clavando mi cuchillo nuevamente en su carne. Ahora tenía los dos brazos bastante heridos, esperaba que lo suficiente para poder ganarle con un último ataque.

Me había confiado demasiado. Ahora estaba en una situación complicada. Pero sabía que los momentos de desesperación, a menudo sacaban lo mejor de uno. Así que tomé coraje y arremetí denuevo.

-¡Ahora verás!

Salté y le di una patada. Ni bien caí, saqué mis cuchillas y le practiqué dos cortes. Luego le di una patada giratoria que la dejó confundida por un instante. Si aprovechaba esta oportunidad, podría lograr la victoria, pero un sólo paso en falso y estaba acabado.

El golpe que había recibido había sido feo, pero nada que no pudiera tolerar. Sacudí mi cabeza y con plena confíanza, arremetí con mi esencia sangrienta por delante, nublando su visión y clavando mi cuchillo en su espalda con un gracil salto sobre él, empujándole hacia delante.

De esa forma queda derrotado y sin poder contraatacar. - Has sido duro de roer...

ROUND 2

FIGHT!

Mi oponente parecía bastante repuesto, se recupera con fácilidad, será un digno oponente.

Mi sexto sentido me dice que éste round no será tan sencillo.

Ese último golpe casi acabó conmigo. Pero todavía no estaba dicha la última palabra. Me incorporé tan rápido como pude, lo cual, debido al dolor, no era mucho decir. Pero confiaba en que podría dar vuelta las cosas ésta vez.

Casi no le dejo tiempo entrar en la zona de batalla, nada más dar la señal, me lanzo sobre él con violencia, asestándole dos fuertes golpes en las heridas que aún estaban sanando. Si le hacía quedarse sin aliento, podría tener otra oportunidad de pillarle por sorpresa.

El siguiente ataque de mi enemigo me dejó algo confundido confundido.

-¡Maldita! -grité mientras lanzaba dos cuchilladas a ciegas que, afortunadamente, dieron en el blanco.

Una vez que me recompuse del todo, adopté una postura defensiva. No me agarraría desprevenido otra vez.

Las cuchilladas casi fueron solo un par de roces, pero estaba cansada de que ese salvaje me desgarrara la ropa. Se había acostumbrado a que lanzara un ataque cuerpo a cuerpo y su defensa era buena, así que ahora le atacaría a distancia. Di un salto en el aire mientras sacaba las flechas y, con el arco en posición horizontal, le lancé 5 flechas que cayeron sobre el como una lluvia mortal. - Te tengo... - digo con un tono algo sádico. El desgraciado consiguió esquivar algunas.