-por eso quiero ir a las arcas de este lugar!!! para poder hacer un equipaje util!! maestre se puede o no?
- Me temo que no poseemos arcas aquí, sólo "amigos" - Alb se mostró tajante - Decidme que deseáis y nuestros "amigos" lo conseguirán de manera legal.
Aun sin decir nada, Alb estaba preocupado por la joven Suni, que debería haber vuelto ya con el caminante Golgari renegado. Quizá debió mandar a Gin, ya que Kamigawa era su tierra, pero ya era tarde para cambiar decisiones.
Esperó a que los demás del grupo hablaran.
- La tienda puede ser demasiado grande para transportarla, aunque he oído de algunas mantas que evitan que el agua las traspase. - Dijo Eevar a la espalda del grupo - En cuanto a la comida y los odres, ya están en camino, junto a unas cuantas joyas que cambiar por moneda foranea en caso de necesidad. Y una brújula, un zurrón o mochilas y pergaminos. Es el paquete básico - rió pícaramente - Preguntamos por si necesitáis algo más complejo.
Normalmente, para caminar solo se puede llevar lo que uno tenga encima, ni vehículos, ni otros seres vivos ni cosas demasiado grandes. Tampoco os paséis con lo que pedís, nada de joyas por valor infinito ni nada de eso...
-Por mi parte creo que con el equipamento basico estare bien.- Le respondo a Alb.
“algo más complejo…” luego de meditarlo unos segundos… -fuera del equipo básico me gustaría obtener una cuerda y un par de dagas… miro al maestre alb –sería mucho pedir?
el equipo como baculos y dagas... solo serviria para equipar creaturas? olo podriamos usar para atacar??? o seria meramente ornamental como por ejemplo quiero cortar maleza uso una daga y cosas asi?
- Por supuesto estará a tu disposición - Dijo el maestre - Cuerdas y dagas, apuntado.
Una pequeña hoja se movió cerca de él y una pluma la siguió danzando sobre su dorso, escribiendo.
Me temo que son meramente ornamentales, aunque fuera de combate si pueden servir.
Si vas a escalar un acantilado, puedes subir ayudado por cuerdas o con un conjuro de volar, son maneras de que todos los personajes puedan hacer de todo cuando no estén combatiendo.
Las dagas, si no posees un conjuro que haga daño o destruya criaturas no servirán de nada. Es decir, puedes decir "agarro una de mis dagas y se la clavo al minotauro en un brazo" y debajo ponerme "uso choque para hacerle 2 daños" y habrás roleado el choque como un golpe de machete.
O, "lanzo mi daga y se la clavo al ladron en el ojo" y en notas me escribes "le lanzo una doom blade" y estarías roleando que le matas de un golpe.
Así, personajes como Gideon o Sorin que son más físicos que mágicos, tienen acceso a hechizos que serían raros de verse lanzados por ellos.
Una vez todos tuvieron lo necesario para el viaje, el Maestre Alb abrió un pegramino que les permitiría viajar a Mirrodin.
Con unas pocas palabras, los caminantes se despidieron de su anfitrión y viajaron hasta el plano de metal.
Si bien era una forma de contrastes, maleza metálica por una parte y lava metal caliente por otra.
Duh, Luciel, y Zhalfirin habían llegado, junto a Eevar a Mirrodin, en una de las pocas zonas que aún no habían sido infectadas.
- Uno de vosotros vendrá conmigo hacia el "bosque" metálico, allí se encuentran los elfos y los humanos Sylvok, tratando de resistir - Miró hacia la "montaña" metálica y la señaló - El otro grupo deberá dirigirse hacia las montañas, donde los humanos Vúlshok tratan de resistir en una extraña unión de tribus.
Explicó que allí debían ayudar en lo que necesitasen las gentes del lugar... aunque no fuese agradable. Sobretodo los Vulshok tendían a poner pruebas a aquellos forasteros que llegaban. Su caso no era mejor, si bien los Sylvok no eran demasiado amigables, no eran nada en comparación con los Elfos de la zona, y menos tras la guerra.
Siento muchiiisimo la tardanza, pero cuando volví de vacaciones he vuelto sin muchas ganas... trataré de mejorar, chicos.
Continuad este post en "02 Las dos facciónes"
- No hemos tardado mucho - Dijo Suni al ver a su compañera en el suelo, y con una sonrisa la tendió una mano - Estamos en Ravnica, y allí está mi maestro.
Parecía que habían aterrizado a las puertas de un centro de enseñanza.
Allí, un hombre de barba blanca y larga despedía a cuatro hombres que parecían despedirse y ¿viajar entre planos?
Probablemente era la primera vez que Sira veía tantos caminantes juntos.
De repente el hombre miró hacia las dos jovenes y se apresuró hacia ellas, abrazando efusivamente a Suni.
- Pensé que estabas... - Dijo él afligido - ya hemos tenido bastante con mi hermano, no me des esos sustos.
Luego miró hacia Sira, y con un gesto más formal la tendió la mano.
- Disculpa mi comportamiento, soy el maestre Alb.
Sira entró en aquella especie de colegio a las puertas del cual habían "aterrizado", siguiendo a Suni. Un hombre de barba blanca se abalanzó sobre su reclutadora nada más verla y se echó a sus brazos, emocionado. Después le miró a ella y le dijo su nombre: el maestre Alb; Sira estrechó la mano que el anciano le había tendido.
- Yo soy Sira... -se presentó, aunque mientras lo hacía cayó en la cuenta de que si le habían convocado, ya debían saber su nombre. Después soltó delicadamente su mano y miró a su alrededor, de forma tímida. Un encapuchado, un guerrero rubio, una gnoma y una joven de pelo corto la observaban mientras un pequeño goblin, sin duda la mascota, dormitaba en un rincón. -Suni me dijo algo sobre una amenaza. -explicó, sin saber muy bien qué decir.
- Me temo, niña, que no tengo mucho tiempo para explicarte - Dijo el Maestre Alb sacando un pergamino - Viaja aquí, Mirrodin, encontrarás un elfo llamado Eevar y él te dirá los detalles. Si no te gusta lo que te dice, siempre puedes caminar hacia otro lugar.
El maestre parecía apresurado, pero recordaste que había un elfo entre las personas que él acababa de despedir. Las que habían caminado entre planos. Con ese mismo pergamino. No parecía haber trampa.
Una mano se posó en su hombro:
- Si quieres puedo acompañarte.
Era Suni la que hablaba, preocupada... Parecía que había una amenaza real, aunque se veía que tenían prisa por combatirla.
Lo siento, es que si te retrasas te pierdes lo que van comentando allí, y si nos damos prisa te enlazo rápido.
Sira dudó. No le gustaba aquella sensación de premura, yendo sin parar de un sitio para otro. Sin embargo había que reconocer que habían conseguido picar su curiosidad. Además, estaban aquellos caminantes con los que acababa de cruzarse... la perspectiva de unirse a más como ella le atraía. El ofrecimiento de Suni le acabó de decidir.
- De acuerdo... -les dijo a los dos.- Me gustaría volver a Mirrodin, mi única visita fue demasiado rápida. -sonrió levemente mientras recordaba. - Pero fructífera... -añadió en sus pensamientos, pensando en la amistad que había trabado allí con Glissa.
Entonces lo había entendido yo mal, pensaba que estaban todos aún aquí. He editado mi mensaje anterior para quitarles de destinatarios y, sobre todo, para quitar la frase donde dice que ellos me estaban mirando. De momento la he tachado, si te parece bien, la borraré. :)
Suni indicó a la joven como ir. Se concentró en el pergamino que Alb sostenía y se transportó "a través de él" hacia el mundo metálico.
- Mirrodin ha sido infectado por una plaga llamada Pirexia, que asimila todo lo que toca en una vorágine de esparcimiento. No tardaron un año en hacerse con el plano. - Alb resumió todo lo que pudo, aunque sin duda en su cara se veía aflicción - Nuestros informantes en los pocos lugares del plano que han quedado libres nos han comentado que tras la pérdida de su líder principal se formaron facciones entre ellos y que están buscando una manera de esparcirse entre los planos.
Cuando Alb acabó su párrafo quedó patente con una tos su delicado estado de salud.
- Vuestra misión es encontrar a los líderes que puedan llevar a cabo esta hazaña y acabar con ellos, pues es una amenaza demasiado grande para el resto de planos.
Sacó el pergamino y se lo mostró a Sira.
Ya tienes la informacion de lo que hay que hacer, con que pases por el portal podrás escribir en la siguiente escena.
PD: Te la he dejado abierta entera (el siguiente post) para que te enteres tras preguntar. Pondré un "Eevar te lo cuenta todo" y ya sabrás lo que ha pasado en ese post, jeje
Sira escuchó la explicación sobre cuál era la situación en Mirrodin. Durante unos cuantos instantes dudó que aquella guerra fuese con ella y que realmente le importase que los pyrexianos arrasasen el plano comportándose según su naturaleza, es decir, como una plaga. Era su esencia; o ellos eran la esencia de la muerte misma y eso no era algo que aterrase ni escandalizase a Sira. Ni que pudiese censurar.
Sin embargo, su curiosidad seguía sobreexcitada. A la posibilidad de conocer más caminantes se unía ahora la de vivir de cerca la muerte en su más puro estado. El ambiente del plano metálico debía transpirar esa muerte y a lo mejor había algo que aprender de tan intensas emanaciones. No lo dudó más.
- De acuerdo maestre Alb, acepto. Si me disculpa, creo que Suni me espera al otro lado. -se despidió, concentrándose en el pergamino. Al cabo de unos momentos, la golgari desaparecía en medio de una implosión de luz mortecina que se desvaneció en seguida, ante los ojos cansados del maestre.
Y de esta manera, Alb se quedó a solas con sus miedos. A solas con la esperanza. A solas en la ciudad más grande de todos los planos.