Partida Rol por web

Despues de la porfia, Moses compra todo lo que quiere y os dirigiis de nuevo a la Pluma del estudiante donde os esperan todos vuestros compañeros restantes, la barbara, el enano, el mago y Egil.

Lona, hemos servido durante meses en un buque mercante, ¿De verdad no has aprendido aún a largar lastres o virar la verga del mástil? Además, el Venganza lo llevaban entre ocho orcos, echando cuentas supongo se requerirán unos cinco marineros activos, por Pelor espero que Rurik y Jenkins decidan venir con nosotros, sabían bien lo que hacían en aquél buque mercante.

Pero no olvido tranquila, no tengo ganas de perderme, tenemos unas valiosísimas cartas de navegación, pero buscaré a alguien que sepa leerlas, buscaré a un navegante, deja de preocuparte, vamos sobradísimos de personal,¿o acaso me tomas por una aficionada?

¡ Mira, ya hemos llegado !

Entramos en una tienda que supone el bajo de un gran edificio, en su puerta un letrero con una estrella indica que es escuela de magos y forjadores de objetos que van mucho más allá de la imaginación de cualquier mortal

Dirigiéndome ahora al tendero y con Lona tras de mí extiendo en un pañuelo grande, blanco y sucio los objetos logrados

Señorita si no le parece mal, Perdone sr mago - Digo al delgado hombre de túnica azul que regenta el lugar - Soy Abyl de Lormyr, y le traigo esto. Querría averiguar si estos objetos son mágicos, y de ellos cuales son sus aptitudes y su valor monetario

Emmm.. un momento... ¿Es ud. una mujer? Válgame el cielo, mil perdones señora... o más aún

- Claro empecemos - dice la vieja, coje los objetos y los pone en una mesa dentro de la barra se da la vuelta tra un momento vuelve a poner los objetos encima de la mesa. - Bien tenemos tres anillos normales, pero hay un anillo magico, es de protección. Con respecto al cetro también es mágico, se trata de un bastón de defensa, el cual contiene una serie de conjuros, y hay en el un total de 50 cargas, y el pergamino se trata de un conjuro de teleportar. El broche es un broche común.- Termino diciendo esta

Buen anillo - Dice Abyl calzándoselo junto al otro anillo de Scarbelly que ya llevaba entre los dedos y guardando los otros tres anillos en un saquito lleno de pequeñas joyas del mismo estilo.

Coloca un saco sobre el mostrador y empieza a contar las monedas con las que pagar a la hechicera

¿Por cuanto me compraría ud. este bastón y por cuanto este pergamino?

Tal vez esté interesada en hacer un intercambio con otros objetos de su tienda, me espera un largo viaje

Y si me llevo algo bueno, no dude que cantaré el nombre de su tienda allende de los mares, allá de los horizontes que me quedan por surcar

Leoncio, un hombre como pocos. Bien plantado, pulcro, bien vestido, bien afeitado, y su pelo... oh, qué gozada verlo; se encontraba fisgoneando en una tienda de magia. Si había algo que le pirrara más que un bien sombrero a la moda era un pergamino de conjuros o un objeto mágico.

De repente, entraron un hombre y una mujer. El hombre un tanto ordinario y la mujer algo vulgar por sus ropas raídas. Parecían ambos sacados de una batalla. Leoncio no les prestó atención en absoluto hasta que hablaron de partir aun largo viaje en barco. Por lo visto tenían un barco propio y necesitaban tripulación.

Oh, qué recuerdos! Marineros no los hay como aquellos del Pepino de Mar. Ay, ay, ays.

Luego, como quien no quiere la cosa extraen de un trozo de tela mugrienta una serie de tesoros mágicos muy apetecibles. Me acerqué a ellos y les hago una señal discreta para que se me acerquen y poder hablar con ellos tranquilamente sin que la tendera sospeche.

Señores, no he podido evitar escuchar su conversación. Son los dueños de aquel hermoso barco amarrado en el puerto, el Venganza nosequé? Soy un amante de los viajes en navíos tripulados por marinos experimentados. Yo mismo tengo unas nociones sobre cómo manejar un barco de esas dimensiones. Sería importunarles preguntar hacia dónde van?

Oh, y este bastón y este pergamino son muy valiosos. Cualquier mago que se precie los desearía. Soy un mago, ahí donde me ven y sé de estas cosas.

Cuando la hechicera me susurra al oído el precio del cetro y el pergamino, hago un gesto para que se los lleve

Traígame un catálogo con los objetos que tengan... en esta tienda han entrado aventureras, pero saldrán héroínas

A la aparición del joven sonrío, ¿A qué chica no le gusta que le alaben los oídos? Pero rápidamente se le ven las intenciones a tan poca sutil sugerencia - Sí, cualquier mago como tú... y tú eres.... ?

Dejo la mochila que tengo en el suelo mientras el susodicho se presenta

Sí, soy Abyl, Princesa de Lormyr y Capitana del Venganza Sangrienta

Saco un pequeño cofre que coloco sobre el mostrador y al abrirlo saco de él unos mapas y cartas de navegación que extiendo sobre la mesa.... realmente necesitamos un navegante.... mira bien estos mapas.... ¿Qué puedes decirnos de ellos? Demuestra tu habilidad.... y ... deduzco que eres mago... también necesito a uno... enséñame qué puedes hacer

Cruak, amo, este marino tiene dos jorobas en el pecho! Amo, amo!

Pito vio algo raro y no dudó por un segundo que debía comentarlo. Era el cronista simultáneo de todo lo que sucedía.

Leoncio, más ducho en estas lides, comprendió que había tenido un error de apreciación como a esta mujer había tenido un momento antes con la tendera.

Princesa Abyl, es un honor. Disculpe a mi familiar, es un tanto inoportuno. Yo soy Leoncio, mago de profesión.

Observa los mapas y cartas de navegación y describe lo que ve en ellos.

Así que necesita un mago y un navegante, entonces ha tenido una suerte tremenda, pues los tiene reunidos en una misma persona. Mis conocimientos abarcan poderes básicos como dormir o hechizar, pero también lanzar rayos de fuego abrasador o telarañas inmovilizadoras, entre otros muchos y útiles conjuros que albergo en mi libro. Aunque no le quiero aburrir. Me pide una demostración, pero contra quién considera usted que puedo lanzar uno de mis conjuros sin que salga alguien herido? Umm, bueno, el menos peligroso es un hechizo soporífero.

Pero antes de aceptar hacerle la demostración, necesitaré saber a dónde quieren ir y con qué motivos. Una causa noble o una investigación donde haya magia en juego, me pueden interesar, aunque un viaje de placer también es tentador para mí. Díganme entonces, pues por su indumentaria me da la impresión de que vienen de una lucha y no quisiera involucrarme en una persecución de las autoridades, espero que se trate de algo lícito por lo menos.

Mmmm sonrío, un mago guapo, decidido, y ¡¡con un cuervo que habla!!, este sí tenía más pinta de mago.

Hechizos de dormir y hechizar.... ¿No tiras fuego? ¿Rayos? ¿Rayos mezclados en bolas de fuego?

Señalo los mapas y cartas de navegación que hay sobre la mesa

Tranquilo, seguimos la luz de Pelor, nuestras andanzas son muchas y muy diversas... pero yo estoy buscando un trofeo con el que volver a mi tierra, algo con lo que pueda merecer el cargo que ostento en Lormyr, estoy buscando un dragón, pero seguramente el camino sea largo, y muchas otras aventuras se crucen en nuestro camino.

Si conoces donde se habla acerca de la guarida de alguno de estos saurios, serías para mí de inestimable ayuda

De Mineas aprendí, que los magos dependeis de un libro de mago, tal vez, ¿si te compro un pergamino, fueras capaz de lanzar el hechizo que con él te encomiende? ¿Tienes algún tipo de limitación?

Tal vez Abyl pudiera parecer una bárbara, pero era una princesa, y aunque fuera su esbelto y atlético cuerpo lo que más reluciese, también tenia el coco necesario para entender cuanto ocurriera a su alrededor.... tonta tonta.... no era

Oh, disculpe. Veo que ya ha tratado con magos y sabe el funcionamiento de la magia arcana. Mis rayos son de fuego, sí señora. Y producen quemaduras muy peligrosas. Aunque todavía estoy investigando para poder lanzar las bolas de fuego, ya que requieren mucha experiencia y todavía soy joven, mis rayos son muy útiles contra un enemigo como pueda ser una fiera del tamaño de un caballo. Pero un dragón escapa a mis poderes, alteza. Sé que tengo talento, pero lo que usted persigue no es una lid para cualquiera. Aún así, si se planifica con sumo cuidado y se cuenta con el apoyo de la magia, matar a un dragón puede ser posible, aunque sumamente peligroso. Por favor, no se gaste dinero, el cual le será muy útil en su largo periplo para verme lanzar un hechizo. Si quiere que le acompañe a un lugar apartado, con sumo gusto le haré un demostración de mi rayo. Y quizá pueda dormir a algún animal o montura sin necesidad de que sufran daños.

Siguen las directrices de Pelor, me dice. Bueno, no es que sea un devoto, más bien soy un poco laxo en mis creencias y devociones, pero respeto y valoro la honradez y buena voluntad de los seguidores de Pelor. Quién de ustedes es sacerdotisa? Quizá usted, señorita? Observó el mago a Lona, aunque todavía no conocía su nombre.

Cruak, amo, amo, a la princesa le gustas!

Cómo no, el cuervo debe poner la puntillita.

Pito, no inoportunes a su alteza Abyl con tonterías de las tuyas. La princesa sólo piensa en su misión y no necesita tus comentarios. Le contestó Leoncio, intentando que su familiar hiciera algo que no sabía: disimular.

El cuervo sí sabía de las reacciones iniciales de muchas féminas hacia su amo, así como de las grandes decepciones y frustraciones que luego le hacen pagar con creces a su querido amo sin tener culpa alguna.

Amo, amo, yo no te miento a ti. Pito previene.

Paso los objetos a la tendera y le señalo algunos objetos del catálogo, mientras desaparece en la trastienda y unos homúnculos ponen sus ojos sobre nosotros para que no hagamos ninguna trastada en el establecimiento sujeto del hombro al mago, es un poco más alto que yo y ya era hora de vérmelas cara a cara con un hombre hecho y derecho

Así que lanzas rayos. ¡¡ Contratado !!

Más tarde mostrarás tus habilidades por ahora tu palabra es más que suficiente

¿Querrás una paga? ¿O prefieres arrimar el hombro y jugarte la vida, para participar en los beneficios? Y te aviso que los beneficios son muy sustanciosos, pero tendrás que demostrar, que eres el mejor mago que podía haber contratado, por cierto ¿Como te llamas?

La vieja trae un espadón que Abyl sujeta entre sus manos observando la hoja, mientras pasa la mano por su elaborada empuñadura la anciana pone también una armadura tan bien forjada que podría haber pertenecido a un dios.

Abyl mueve el espadón y unas plumas del pajaro caen suavemente mientras el ave grazna asustada volviendo al hombro de su amo

Ops, lo siento

Abyl se quita las pieles y las enrolla en un enorme fardo, y comienza a ponerse la armadura mientras Leoncio acepta o rechaza su oferta y la anciana pone un montón de pociones que mostrará y explicará a Abyl mientras ésta elige cual será la siguiente compra

Lona se da cuenta del error de Abyl y enrojece de vergüenza. Todavía divagando en sus ensoñaciones escucha un graznido y pone su atención en el apuesto marinero y su cuervo compañero. ¿Un marinero con un cuervo? ¿Serán un mago y su familiar? Más ensimismada que interesada pasa a observar las bartijas expuestas en la tienda. De seguro que nos timan piensa para sí. Un nuevo graznido y los decididos pasos del marinero la sacan apenas de su ensoñación. Moses es un pesado... pero es buena gente. Si no fuera porque siempre está con lo mismo... y por su estúpida pretensión de ser el centro de todo... hasta podría caerme bien. Desde luego no quiero que le pase nada. Y me alegro tanto de haber podido ayudar a sus amigos... Quizá me quede en Freeport... Claro, que Abyl se podrá hecha un basilisco, ¡menudo genio de mujer! Y bla bla bla...

Quién de ustedes es sacerdotisa? Quizá usted, señorita? Dice el atractivo marinero. Acostumbrada a los toscos rostros y modales de los elementos masculinos de su grupo, Lona se ruboriza y tartamudea:

S-si en en e-f-fec-to. Intenta torpemente una sonrisa que muere como una mueca entre sus labios y se escuda detrás del voluminoso cuerpo de Abyl que la mira socarrona por un instante y continúa su cháchara con el marinero. ¡Serás estúpida, Lona Cuilwen! Que mal te está haciendo este viaje... ¡¡sonrojarte por un humano!! ¡Tú! Una sierva de Pelor... ¿Cómo has podido caer tan bajo? Se reprocha.

Abyl, considero que deberíamos probar su destreza ANTES de contratarle y no DESPUÉS. ¿Abyl? ¡Abyl! ¡Oye! Lona tiene que darle un empujón a Abyl con todas sus fuerzas para que esta recuerde su presencia. Te decía que deberíamos probar su destreza antes de contratarle. Ante la mirada seria de Abyl y recordando su reacción con Mineas, Lona se queda paralizada y murmulla. Por favor.

Mmmm vale.... tírale el rayo a ella

Bajo las manos de Leoncio- Que nooo, es broma, no hay contra quien disparar aquí el rayo, y lanzarlo al aire podría alarmar a alguien

Si dice la verdad nos lo mostrará sin ningún esfuerzo, si me miente le cortaré la cabeza

Pero mírale, no miente, creeme, conozco muy bien a la gente tan pronto la veo

Abyl se ha terminado de poner la flamante armadura, y ahora con el espadón aún en sus manos aún espera una respuesta del mago

¿Y bien mago? ¿Qué dices? ¿Querrás subir a bordo como navegante del Venganza?

¿Eres digno y suficientemente poderoso y leal como para servir a una princesa?

Con este espadón... y este mago... cazar a ese dragón iba a ser pan comido.... ya solo había que encontrarlo... jejeje

Visto de ese modo... Por Pelor que esta mujer no va a aprender nunca. Si el marinero-mago demuestra ser un patán, ya intentaré salvarle la vida de algún modo. Podrías ayudar un poco a tu sierva haciendo que estos bárbaros entren un poco en razón, ¿no crees? Se quejó internamente a su dios... había dado a parar en el grupo más variopinto y alejado de sus creencias que podría haberse encontrado.

Tras algunos gestos llamativos incluso para Leoncio, observaba atónito la transacción entre Lady Abyl y la comerciante, la cual se relamía ante la adquisición de tan jugoso objeto mágico y la venta de una espada y armaduras de las que había visto centenares.

Menudo desperdicio de magia, un bastón de defensa con todas sus cargas!

Por un momento, la oferta de la capitana del Vanganza no le pareció tan atractiva como al principio. Sin duda debía ser ella quien tomase las decisiones. Y la sacerdotisa de Pelor no tenía autoridad alguna! Qué grupo de aventureros era éste! Aunque había visto cosas más extrañas.

Señora, me permito pedirle algo a cambio del honor que usted me hace al depositar su confianza en mí. Sólo aceptaré compartir éxitos y fracasos, dificultades y gloria con su grupo si tengo independencia de decisión y autonomía. No quiero decir que no respetaré su autoridad, por supuesto, no la pondré en entredicho, aunque pueda tener opiniones diferentes. Al contrario, un liderato es necesario en la batalla y en la organización de un grupo, pero me reservo mi criterio profesional y mi voluntad personal en lo que respecta a mi persona y a la de mi cuervo. Por cierto, disculpe mi falta de cortesía. Mi nombre es Leoncio, aunque si vamos a ser camaradas, pueden llamarme Leo. Mi familiar se llama Pito, es por su tono de voz algo agudo y sonoro. Pero es un gran vigía en lo alto del mástil mayor, además de enterarse de todos los rumores que circulan por el puerto.

Y bien, Lady Abyl, seremos socios? Le contesta con su mejor sonrisa, una llena de dientes blancos como perlas, así como una línea de los labios bien trazada y perfilada, la cual indicaba salud y armonía genética, todo un imán para las mujeres de buen gusto.

Cuando la bárbara casi le cortó por la mitad, Pito no pudo callarse, si es que lo había podido hacer alguna vez...

Cruak, qué bárbara! Da miedo a Pito! Amo, amo, princesa no querer Pito!

La pobre elfa, que no había hablado nada, tartamudea ante el impasible a sus encantos, Leoncio.

Cruak, otra que tal canta!

Pero al final, su amo accede a la oferta de ser navegante y aventurero. Con lo que Pito intuye que puede ser peligroso que quien mande sea una mujer poderosa y fogosa. Amo, amo, vigía de dentro y de fuera. Yo pretejo amo!

Abyl estrecha la mano del hechicero con fuerza y alegría, oír a alguien tan decidido le llenaba de energía y ganas de embarcarse en la siguiente aventura, eran hombres así los que necesitaba para su tripulación.

Demuestra el peso de tu valor, porque será el peso de tus palabras

Si sabes hacer cuanto me has dicho, no vas a ser precisamente un remero de mi barco

Y si precisamente buscaba alguien para tí es para consultar acerca de aquello donde mi mente no alcanza a comprender

Y como bien has dicho... cada vez está más cerca la gloria de todo aventurero, la cabeza de un dragón que adorne la chimenea en mi palacio de Lormyr

La anciana saca una capa de colores cambiantes, que se mueven en el interior de la tela como si vida propia tuvieran, y cuando Abyl se la coloca, cada uno de sus movimientos parece dejar una imagen de sí misma tras ella, Lona y Leo se tienen que frotar los ojos para no pensar que es fruto de su vista cansada.

La sacerdotisa se desternillaba de risa interiormente, pero en su cara sólo se reflejaba una leve y educada sonrisa. Este muchacho es guapo, pero no sabe con quién se juega los doblones... Libertad para mí y para mi pájaro, dice. Independencia de decisión y autonomía, nada menos. Menudo zalamero. Y Abyl acaba de degollar al mago del grupo por levantarle un poco la voz... Y ese tal Pito, como no le enseñe a callar su amo, va a terminar en la olla en menos que canta un gallo. Si es que Abyl le permite venir con nosotros, claro. De hecho, si es así, el pájaro será bocazas sí, pero desde luego de tonto no tiene una pluma: Abyl debe estar hasta las trancas por este apuesto joven o no le daría lo que pide ni borracha. Es más, pensándolo bien, si estuviera borracha sería más probable que acabara degollado en cualquier rincón... Seguro que al final le tengo que salvar el cuello.

Pero al escuchar la respuesta de Abyl, Lona no puede evitar que se le atragante la sonrisa y empieza a toser. No me lo puedo creer. ¡La ha embaucado! Realmente cada día comprendo menos a esta Princesa Lormyriana. Veremos lo que nos depara el futuro... Definitivamente no puedo quedarme en Freeport: no puedo dejar a este grupo con un nuevo componente que se declara de moral laxa y a ojos vistas tiene un poder de convicción para con Abyl que no es habitual. Egyl... tendré que rechazar tu oferta aunque me pese. Y pensando en regresar de nuevo cuando tuviera ocasión para reencontrarse con el sacerdote, prestó de nuevo atención a las compras para evitar que la tendera se beneficiara en demasía de la falta de conocimientos mágicos de la Lormyriana.

El desfile de objetos mágicos era tremendo. Había dado de si la venta de tan preciado bastón. No sabía si pensar que eran esos los tesoros habituales de cada aventura o es que todos los administraba la jefa y de origen principal.

Bonita capa. Quizá de contorno borroso o de imagen múltiple? Umm, diría de lo primero.

Bien, señoras, pongámonos en marcha cuando gusten. Tengo ganas de conocer al resto de los compañeros. Ha nombrado un tal Mineas, un mago quizá? Me suena haber oido ese nombre alguna vez. Es a quién substituyo? Y quienes forman parte de la compañía? Algún fornido guerrero, algún hábil pícaro-ladronzuelo, tal vez un elfo estilizado?

Dijo con cierto entusiasmo debido a las esperanzas de repetir el placer de su viaje con hombres musculosos, velludos y rudos, así como sudorosos y fogosos. Sin embargo, las damas podían confundirlo con ilusión por conocer a sus compañeros y formar parte de tan ilustre grupo de aventureros.

Y usted, señorita, no ha hablado mucho? He creído entender que es la sacerdotisa del grupo y seguidora de Pelor. Nuestras fuentes de magia son distintas, pero espero serle de ayuda en lo que necesite, pues sus cuidados son fundamentales para todas… y todos.

Este desliz solía confundirse con su encanto y consideración hacia las damas presentes y no tanto una identificación casual.