Partida Rol por web

No he visto puerta secreta más secreta, aunque sepamos que está ahí. Por los secretos de la mismísima Mystra, los cuales sólo concede a los más poderosos seguidores de la magia!

Nah, será mejor que movamos esos cofres, al menos cuando se asomen, no los vean ahí abriditos y organizados para que los carguen sin más y al volver no veamos ni una pieza de cobre. Yo puedo transportar un cofre pequeñito o un puñado de monedas como este... pillo un puñado de monedas o este tipo de puñado... tomando un puñado más grande a dos manos... o un pellizco... guardándome unas pocas monedas más... pero también puedo volcar el cofre en mi bolsa, sí, eso también... Si es que no me decido. En fin, lo dejaré estar. Digo mientras camino haciendo un ruido metálico al andar.

Jenkins es el único que permanece a mi lado mientras el resto entran en la sala en busca de puertas secretas

Tranquilos, volveremos con la cabeza de Lucius cuando hayamos rescatado a Milos

Y TRES !!

Entro en la sala con Jenkins abriendo la puerta y dando una patada para empujarla y abrirla violentamente mientras enarbolo el espadón y cargo hacia adentro contra lo primero que vea o se interponga

"Míneas, si yo no he encontrado nada es que no hay ninguna puerta, ¿Acaso crees que alguna podría escaparse de mi preciado encanto?"

Mientras observaba cómo Míneas intentaba meterse el dinero en los bolsillos, yo había cogido una cuerda y me la había atado en los pantalones "ja, esto servirá, a propósito he de ir a comprar un carro, ¡necesito un carro!"

En sus reflexiones estaba cuando escuchó el tercer número dicho por Abyl

"Mierda Abyl, ¡espera!¿Es que tienes que hacerlo todo tu sola? Menudo afán de protagonismo nos gastamos" murmuraba Moses mientras terminaba de sujetarse los pantalones saliendo de la sala sin antes echar un último vistazo....

Escucho el "tres" y sé que empieza el lío de nuevo. Salgo hacia el pasillo rumbo a donde están los enanos y Abyl. Escucho las murmuraciones de Moses.

Jejeje, puede una flor dejar de ser una flor, puede un légamo verde, dejar de ser un légamo verde? Puede una mosca cojonera dejar de ser una mosca cojonera? Puede...

"Claro Míneas, claaro" dijo Moses volviéndose de vez en cuando mientras se echaba la carrerita para alcanzar a Abyl "Deja de decir todas esas tonterías de flores y pelagamos o lo que leches sea eso, ¡No ves que tenemos cosas más importantes!" pasando cerca de Lona se paró y la dijo "Princesa, ¿me haceis el honor de ir conmigo?se que a una mujer tan bella como tu no se la debe llevar a la lucha pero quizá necesitemos de tus dulces manos y tus...oraciones" Moses miró con ojitos a Lona mientras tiraba de ella "Vamos Lona, que la acción está allí"

Unas grandes y robustas puertas marcan la entrada al templo principal. Sorprendentemente, no están cerradas ni atrancadas de ninguna forma. Parece que a estas alturas, los habitantes del templo ya están perfectamente enterados de la presencia de intrusos, y han decidido encargarse del asunto aquí, ante la atenta mirada del Innombrable.

Al abrir las puertas os encontraís frente al brillante fulgor de unas antorchas. Cuando vuestros ojos se acostumbran a la luz podéis ver que habéis llegado al corazón mismo del templo: un enorme salón, de unos 40 pies de longitud por otros 35 pies de anchura, flanqueado por seis grandes columnas. Cada columna parece tener una serpiente gigante enroscada a ella, y ese mismo motivo puede verse tambien representado en los frescos de las paredes. Al final del salón se alza un enorme altar de basalto negro; en la pared, justo detrás del altar, hay inscrito un extraño símbolo amarillo. Sobre el altar reposa la estatua sentada de un ser monstruoso, mitad hombre, mitad reptil. Probablemente sea una imagen del propio Innombrable.

Dos figuras vestidas con túnicas oscuras acechan junto a las columnas más lejanas, con basllestas cargadas y apuntando hacia vosotros. Tras el alatar se dibuja la silueta de un hombre de pequeña estatura, con una túnica negra y una capucha que le cubre el rostro. Cuando entraís en la sala se adelanta un par de pasos, se quita la capucha y veis su características gafas de montura de cuerno. Milos sonríe al veros y dice - Sois los primeros extranjeros que jamás hayan entrado en el Templo del Innombrable. Vuestra hazaña merece una felicitación, ¡pero también será vuestra perdición! -

Voy corriendo hacia la sala que acaban de abrir. Allí está Milos con dos secuaces.

Bien, esta es mi oportunidad de hacer algo que ayude a mi grupo y recibir el reconocimiento que merezco.

Tomo un poco de aire, cierro los ojos lo que es un parpadeo y un poco más, me concentro y por fín recuerdo las palabras mágicas del conjuro.

Sopor inminente, abandónate a sus brazos!

Lanzo mi hechizo entre Milos y el hombre-serpiente de la derecha.

Los hombres serpientes sueltan sus virotes hacia vosotros, pero parece la que puntería no esta muy afinada, veis como pasan por arriba de vosotros y bastante distancia