Partida Rol por web

Los Tremere de Berlín tienen mucha más influencia en Berlín de lo que su reducido número permitiría suponer. Al igual que los Nosferatu, tienen acceso a un tipo de información que nadie más puede o quiere dar. Los Brujos también tienen sus propios objetivos, entre los que se encuentra, ni más ni menos, la búsqueda del caudal oculto de conocimientos y artefactos mágicos que, según los rumores, yace enterrado en algún rincón de la ciudad.

Los Tremere guardan silencio respecto a quién quieren que gane la batalla por la ciudad de Berlín, y suelen cambiar de tema siempre que las preguntas se acercan demasiado al asunto. Su opinión sobre lo que debería hacerse es un secreto que sólo compartirán con otros miembros de su clan... aunque no con todos.

En la capilla sólo hay dos Tremere: Maxwell Ldescu (El Magus) y Heinrich Himmler (Der Führer), aunque jamás has visto a este último. Por otro lado, Maxwell siempre se muestra despreocupado y amistoso hasta que alguien mete sus narices donde no le importa, como, por ejemplo, en cualquiera de sus asuntos. Cuando está nervioso se vuelve frío y silencioso. Justo como ahora.

La capilla no te resulta cómoda a tu regreso. Está solitaria y silenciosa aunque pareciera que te observan. Como si sus paredes contuvieran el aliento. Cumpliste con tus obligaciones, redactaste el informe de lo ocurrido en el tren¹ que es lo que se espera de ti y saliste hacia el refugio en el que debías encontrar a Ibrahin las noches pasadas, el lugar por el que nunca apareció.

 Tras informar los detalles de la reunión y de lo acontecido en el tren, pregunté a los Tremere presentes, tratando de ser sosegado y civilizado:

 - ¿Alguna noticia de mi Sire?. Desde la noche de la muerte del Malkavian, no le he vuelto a ver y estoy preocupado por él.

 La verdad es que esta larga ausencia de Ibrahin no era nada extraño, pero normalmente me avisaba en caso de una usencia prolongada o indefinida.

-Eso mismo íbamos a preguntarte nosotros. ¿Sabes siquiera si sigue en la ciudad?- Estaba claro que Ibrahin no había pasado por allí y eso sólo podía significar una cosa -No confía en los Tremere de Berlín- 

Aunque nunca un Tremere atacaría a otro brujo sin un motivo de peso, la situación no era cómoda. El poder de la casa de espías del clan corre por vuestras venas. Descendientes de Goratrix.

Tu sire no estaba en la capilla y no apareció por allí desde el día de la reunión en el almacén de Hyde. La situación en Berlín es tensa. A caído bajo el control de anarquistas pero Linn no ha tomado el papel que le dieron en la reunión. Son otros los anarquistas que han tomado la ciudad y no parecen responder ante la Camarilla. Permanecer allí es un peligro.

Decides pasar por vuestro piso franco (aquel al que os debíais dirigir tras el almacén) para recoger tus cosas, preparar la maleta y viajar a otra capilla cuando, al abrir la puerta, advertiste que había alguien dentro. Te preparaste por si era un enemigo pero te alivió escuchar una voz conocida. Era tu sire hablando por teléfono en italiano.

-Sì, d'accordo... Viaggerò a Venezia il prima possibile... No, li ho. Lo porterò con me. Devo riattaccare.-

Cuelga y alza la vista hacia ti, sosteniendo tu mirada. Guarda silencio. Va al armario y saca dos maletas, una para ti y otra para él.

-Debemos irnos de Berlín- comenta en tono neutro -Recuperamos los objetos Tremere pero... había más. Algo mayor.- añade mientras desperdiga la ropa sobre la cama.

 - Creo saber a lo que te refieres... - Mikael le contó los detalles de la reunión y como apenas escapó por los pelos, a causa del Nosferatu y sus perros, mientras ayudaba a su sire con las maletas. - ... ¿Has averiguado algo más?. ¿Y donde se encuentran los artefactos Tremere?. Debemos de asegurarnos de que se encuentran a salvo, fuera de manos ajenas al clan.

 El Tremere más joven lamentaría que, después de todo el tiempo y esfuerzo invertido en recuperarlos, volvieran a perderlos, a causa, por ejemplo, del ataque anarquista que estaba recibiendo la ciudad en ese momento.

Ibrahin alza la vista hacia ti cuando insinuar que sabes a lo que se refiere y escuchó atento.

No respondió a tus preguntas, te sostuvo la mirada.  -¿Le has contado esto a alguien más?- su semblante es serio.

 Negué con la cabeza, antes de responder:

 - No, pese a los intentos del tal Krampus de sacarme información, luego vine directamente aquí. De todas maneras, no suelo dar información a nadie ajeno al clan, a menos que sea estrictamente necesario, ya lo sabes.

-A nadie ajeno al clan- repetí sus palabras entendiendo que a los hermanos Maxwell Ldescu (El Magus) y Heinrich Himmler (Der Führer) sí que se lo ha contado todo. -¿Has pasado por la capilla? Seguramente usen tu informe en nuestra contra.- Sostuve su mirada -o, mejor dicho en mi contra. Has hecho bien.- Lo observo evaluando sus reacciones. -¿Qué grado de implicación quieres tener en todo esto?- le pregunto. Hacer la pregunta revela la importancia de los hallazgos en el almacén de Hyde.

 Miré fijamente antes de responder a mi Sire:

 - Sabes bien que nunca me a gustado vivir en la ignorancia, así que cuéntame todo lo que está ocurriendo, y si además puedes contarme quienes eran esos cabritos del tren, que por poco me matan, estaría muy agradecido. Luego decidiré hasta donde quiero meterme, en cualquier caso, siempre podrás contar conmigo para que te cubra las espaldas, ya lo sabes.

 Estaría bien saber en donde me meto, para variar, antes de estar metido hasta las cejas. Pero decidiera lo que decidiera hacer Ibrahim, y en lo que estuviera metido, yo nunca le traicionaría a sabiendas, y él eso lo sabía, por eso siempre podía contar con mi sincera opinión en todo. Después de todo lo que él y yo habíamos pasado juntos y lo que él había hecho por mí.

Parpadeé y volví a mirar a Mikael. -¿El tren?- dejé lo que estaba haciendo y di un paso hacia mi aprendiz -¿Estás hablando del Transaxa?- 

No era fácil sorprenderme pero aquello me sorprendió. Caminé hasta el comedor, quité algo de polvo a dos sillas y las llevé al salón. Hice un gesto a Mikael para que se sentará. -​​​​​Hablemos. Dime qué ha pasado en el tren y te explicaré quiénes son y qué descubrió Alexandra en el almacén de Hyde.-

 Le conté a mi sire los pormenores de lo sucedido, sobre mi encuentro con el grupo y el falso arconte. Como nos tendieron la enboscado y como tuvimos que salvar al Gangrel para sobrevivir:

 - ... Y me gustaría saber también que tiene que ver Alexandra con todo esto y el tipo de relación que tenéis.

-Alexandra es nuestra aliada. Cada ciudad tiene un príncipe. Pero hay vampiros que no se han afincado en un dominio. Éstos vástagos nómadas deben tener a alguien igual de internacional que, más o menos, controle sus movimientos. Ésta figura es Alexandra. Una especie de príncipe que manda sobre los que no tienen dominio.- Hablo de ella mientras pongo en orden mis ideas.

-En 1022 Gorátrix se convierte en vampiro junto a sus compañeros. Un vampiro de 5ª generación. En ese mismo año abraza a Epistatia "Cazadora de Usurpadores", primer Tremere en ser abrazada fuera del consejo de los 7. Epistatia abrazó a Paul Cordwood "Maestro de Espías", uno de los primeros abrazados fuera del Círculo interno y que mantuvo la red de espionaje Tremere. Paul Cordwood abrazó a Diana Aueswald, que a su vez abrazó a Sebastián Aguasvivas.- Esbocé media sonrisa -Yo- cambié de postura -Ya te conté que pertenecemos a la estirpe de Gorátrix pero no que formáramos parte de la red de espías del clan. Eso es porque aún tú no formas parte. Es requiere de que superes ciertas pruebas y seas aceptado.- Pero no es eso de lo que quería hablar -Ocurrió en Marzo de 1126 y yo me hacía llamar Ludwick. Llevaba tiempo espiando movimientos curiosos en la corte francesa cuando descubrí, casi por casualidad, la ubicación de unos restos de interés para el clan. Para cuando llegué allí la Iglesia había mandado a sus perros.- Me encogí de hombros -Así que me hice compañero de Renier de Montfort, un monje copista que tenía bastos conocimientos de lenguas antiguas- a medida que hablaba los recuerdos llegaban a mí como un torrente proveniente de un mundo muy, muy lejano -Encontramos el yacimiento, él copiaba por el día y yo investigaba por la noche. Recogidos en esas tablillas de arcilla había poder, podía sentirlo. Más aún cuando descubrimos que se trataba de la tumba de un vampiro que debió vivir en Época Romana. Saqué la tumba con ayuda de Renier antes de que la Iglesia la encontrara...- Guardé silencio unos segundos pues había pasajes de lo ocurrido que era mejor no recordar, mucho menos pronunciar. -Todo se descontroló cuando El Viejo despertó- concluí -Pasé muchos años en letargo. Perdí todo... incluido mi primer chiquillo. Hasta que, hace unas décadas, unos trozos de arcilla reaparecieron aunque no llegué a tiempo. Cuando logré llegar hasta el lugar lo habían atacado y destruido.- Me levanté muy serio -Las cajas que Gaia y Nicholas sacaron del almacén de Hyde contienen los documentos de esa segunda investigación. Todos los hallazgos y no voy a dejar que nada me impide terminar lo que hace tantos años comencé.- 

Uff. Haberlo soltado fue como quitarme un gran peso de encima -Ahora- le hice un gesto a él -podemos hacerlo juntos y- no terminé la frase cuando llamaron a la puerta. Sentí que la sangre se congelaba en mis venas. Miré a mi chiquillo y le hice un gesto para que fuera él a abrir mientras yo me preparaba para la inesperada visita.

Caminas hacia la puerta, dando tiempo a tu sire pero los nudillos son cada vez más insistentes. Cuando abres la puerta ves a Maxwell Ldescu - El Magus. Te sorprende verle. Va en compañía de una mujer vestida de traje, como un hombre. Ella entra apartándote, no es hasta que pasa por tu lado que tiene la mano derecha atrás, cogiendo la empuñadura de algún arma de filo. Te fijas que Maxwell también está preparado. No sabrías decir por qué lo sabes, pero su actitud, las pequeñas sutilezas y detalles revelan que esperaba combatir.

Al mirar al interior ves puntos rojos atravesando los vídrios... -Francotiradores- 

El despliegue era magnífico.

-El pájaro ha volado- dije por el auricular, regresé a la entradita donde aguardaba el chiquillo, ahí de pie como un bobo -¿Dónde está?- pregunté con contundencia -Tu sire está acusado de haber matado al primogénito Malkavian ¿vas a guardar silencio?- aún no he soltado el arma.

-...Mi señora- me atrevo a intervenir -Con el debido respeto. Mikael siempre nos ha sido fiel. Sus informes han sido concienzudos y sinceros, sin escatimar información en los detalles.- Asiente y sale del apartamento. Yo respiro aliviado. Dudo que Mikael entienda de lo que se ha librado.

Le hago un gesto para volver al salón pero repaso las habitaciones antes de hablar con él. Efectivamente, Aguilar no está. Miro a Mikael preguntándome dónde estarán sus lealtades ahora que su sire es un fugitivo.

-Yo aún era un jovencito que estaba en Viena cuando mi maestro se unió a otros magi en su intento de gobernar las tierras que ahora se llaman Hungría. Aquellos idiotas intentaron arrebatarle el poder a los Tremere, derrocándoles antes de que su posición pudiera hacerse demasiado fuerte en aquellos territorios. Creo que nunca he visto mayor equivocación.

Debío de ser Tremere en persona quien dirigió la horda vampírica que aniquiló la alianza de mi maestro. Ninguno de los magi sobrevivió, y todos los aprendices fuimos tomados como esclavos. Yo serví como criado de uno de los Vástagos de menor rango del clan. no era ni paciente ni amable... se parecía al maestro al que había estado sirviendo hasta hacía poco.

Le estuve asistiendo con fidelidad y lealtad durante casi cinco siglos antes de ser recompensado con el Abrazo. Cinco siglos.- Repetí haciendo incapié en la cifra para marcar la diferencia con las épocas modernas -En las décadas siguientes me dediqué al estudio de las artes de la Taumaturgia, y nunca vacilé a la hora de cumplir cualquier misión para la que fuera convocado por mis maestros. Vivía para servir, y servía para vivir. Berlín es la recompensa por mi paciencia y mi servidumbre; aquí me ha sido otorgado el poder absoluto (con excepciones obvias) sobre todos aquellos miembros del clan que vengan a la ciudad. ¿Lo entiendes?-

-Habla ahora. Di todo lo que tengas que decir-

 - Entiendo lo que quiere decir, y lamento que un hermano de clan haya sufrido como lo ha hecho usted, pero antes de decir nada, me gustaría saber quien es la joven que la acompañaba, que me imagino que de joven no tiene nada, y como están tan seguro de que Ibrahim es culpable de lo que se le acusa. - Respondí, educado, pero firme. Indicando que no apreciaba ni la intrusión ni las amenazas.