Partida Rol por web

A Ariadna le quedó claro que su búsqueda no era estar al lado de Aguilar, si no el conocimiento y la inmortalidad. Su convicción era fuerte, pero para la joven, estaba errada.

- Siento tu pérdida, Valeria..., pero no..., ninguna de las dos estamos muertas... - miro a la mujer a los ojos -... ella siempre habitará en tu corazón, forma parte de tu vida y recuerdos, a veces esa es una forma de vivir... - le respondo -... y yo..., sigo aquí..., es curioso, deseas lo que yo no hubiera deseado para mi... Por lo tanto piensa algo..., si lo que buscas y anhelas no lo has conseguido, sigue luchando de la misma manera o... busca una alternativa... Para mi alcanzar la vida eterna no ha sido difícil, me ha encontrado ella a mi y he sido elegida sin saber porqué.... Busca otras alternativas... Si pudiera ayudarte lo haría... - le dice tocando su antebrazo, intentando ser próxima -...¿Cuándo te ha dicho Aguilar que te convertirá?.... ¿Cuándo se supone estarás preparada?...

Ariadna intentaba ser amable y cariñosa a pesar de lo seca que era aquella mujer, aunque comprendía que debía sentirse muy mal por dentro, llegaba una desconocida con lo que más deseaba en este mundo, obtenido de la manera más sencilla y no tenías la persona amada al lado, la vida no le había tratado bien.

- Si en algún momento pudiera ayudarte, no dudes en hablar conmigo, Valeria... Estoy segura de que eres una mujer muy capaz y terminarán dándote lo que deseas... Tenlo por seguro... - decidió saber algo más de ella -...¿Eres de Venecia?... No parece que tengas el acento de esta región... - le pregunta interesada mientras la joven Ariadna se desnuda y viste con las prendas que le da la mujer.

-Mi alternativa son los miembros del clan Giovanni- susurro pero, claro, ella con su fino oído lo ha escuchado -Sí, dudo que te hablen de él pero existe. Generalmente son independientes y mayormente se compone de mafiosos del sur de Italia.- Asiento -Sí, mafia italiana. Su origen se remonta a otro clan que ya no existe. Los Heraldos de las Calaveras. Eran conocidos por los vampiros en la Edad Media y los Giovanni no eran más que una línea de sangre de éstos.- ¿Sabría ya que los clanes podían dividirse en líneas de sangre? -Con el don de la sangre y la inmortalidad los Heraldos de las Calaveras podían cruzar el manto que separa el mundo de los vivos de los muertos. Algunos Giovanni también adquirieron esta sabiduría. Si no consigo lo que quiero de mano de los Tremere, recurriré a ellos sin dudarlo.- Sentencié.

Inspiré hondo -No, no soy de Venecia. Soy Holandesa. No lo habrías adivinado nunca con este pelo negro ¿eh? Mi madre era española, del sur- comenté despreocupada. Me sentía curiosamente cómoda hablando con Ariadna. -¿Sería este el magnetismo propio de los Toreador?-

- Oh... ¿realmente existen los del clan Giovanni?... Si lo sabes es porque seguramente habrás entrado ya en contacto con ellos...¿verdad?.... - Ariadna parecía interesada, fascinada, pero su mente unía cabos con rapidez, y determinó que la mujer, la que supuestamente debía ser fiel a Aguilar, era probablemente una traidora, cosa que le haría saber a su amado anda más tuviera un momento para compartir con él -....Mafia italiana, eso suena interesante... ¿cómo conseguiste conocerlos?.... Eres muy inteligente...¿quizás leíste algo de ellos en los libros y les seguiste la pista?....¿Cómo piensas convencerles de que te hagan uno de los suyos?.... ¿Qué podrías ofertarles? ¿Qué podría interesarles?.... - la voz de Ariadna sonaba suave, sensual, musical, su belleza y encanto, su mirada inocente y sus ansias de saber quizás provocaran en Valeria muchas más ganas de hablar.

- Holandesa... que maravilla....y de madre española..., no lo habría adivinado nunca..., tienes una belleza que proyecta fuerza, Valeria... Cuando consigas convertirte serás preciosa.... - alargo mis dedos hacia su mejilla y la acaricio con delicadeza, sonriendo con encanto a la mujer, sabiendo que ella hablaba más cuando lo requería -... ¿por qué quieres esta inmortalidad?.... Por cierto, ¿confías en Aguilar?....¿Crees que realmente te convertirá tal y como te dijo?.... ¿O será una argucia para que estés a su servicio?.... - con este comentario quiso sonsacarle información, saber hasta que punto aquella humana iba a ser un problema -...Si tú fueras yo..., ¿crees que hago bien dejándome llevar por él? ¿o sería más adecuado buscarme otro camino?..... - pregunta con delicadeza, aunque tenía claro la muchacha que por nada en el mundo se separaría de su adorado Aguilar, le había regalado la mejor noche de toda su vida y sentía la necesidad de quererle, agradarle, solo pensar en separarse le dolía -...¿Alguna vez no has pensado en... ¿traicionarle?... - bajó la voz como si ella fuera su mejor amiga -... Tranquila, esto será un secreto..., entre nosotras, nadie tiene porqué enterarse...., podemos compartir ropa y también informaciones, estamos del mismo lado...¿verdad?....

Y así fue como Ariadna comenzó a jugar con Valeria, evaluando sus respuestas y determinando hasta que punto ella era tan fiable como esperaba.

Niego con la cabeza -No he entrado en contacto con ellos. Aguilar nos dio clases sobre los clanes y sus diferencias- aclaro, tras ello sostengo la mirada de Ariadna mientras lanza un comentario, seguido de una pregunta, seguido de otro comentario. No respondo. Me quedo mirándola. -Bien hecho, princesita- la halago con sinceridad -Mucho interés en mis asuntos ¿no? Tu intención es buena, pero las preguntas demasiado directas. Salgamos ya, tú también eres leal a Aguilar. Tranquila, si tuviera que elegir el clan de Giovanni sería el último y traicionar a Aguilar...- niego con la cabeza -Le debo demasiado para eso. Pero tu interés en mi posible traición me da a entender que tú le eres leal. Ahora, tú también le debes mucho-. Había superado la prueba pero era demasiado inocente. Si va a formar parte de nuestra "familia" tendríamos que pulir eso.

Antes de salir del cuarto me detengo -En este juego he interpretado un papel para sondearte. No te enfades con Aguilar pues él no ha tenido nada que ver. Sus métodos son más invasivos a nivel mental. Tampoco es mi deseo que te sientas ofendida por mis métodos pero si lo estás lo entenderé. Cuando se te pase volveremos a hablar y te enseñaré cómo sonsacar verdades a la gente.- Hablaba con seriedad, lo que más me había costado era mantener el tipo frente a una joven vampira recién abrazada e impredecible, pero aún era una buena chica. Quizá demasiado buena.

-El mundo es un lugar cruel-

-Pero mi historia... eso sí...- quería decirle que aquella parte, aunque formaba parte del juego, sí había sido real. Había sido sincera con ella. No fueron necesarias más palabras pues leí en sus ojos que me había entendido.

Fuera del camarote pero antes de subir a la cubierta os detenéis. Hay alguien en la estancia. Un hombre con una indumentaria bastante peculiar esta allí, de pie, mirandoos.

Alzo las palmas en señal de paz, luego los índices antes de hablar. Las señalo, pero las palabras se me aturullan y no hago más que balbucear. Cierro los ojos y aguardo ordenando mis ideas, aún con los índices en alto. Hablo despacio -Cuando... he... visto al... estirado del jersey... pensé que el brujo no... tiene buen gusto para sus acompañantes- abre los brazos en gesto hacia vosotras -Pero ahora... uff... retiro ese pensamiento.- Sonrío. Saludo hecho con éxito.

Me llevo los dedos al puente de la nariz -Tengo que dejar de beber sangre de destilados- comento, vuelvo a mirarlas -¿Qué? Es mi noche libre. ¿Cómo iba a saber yo...?- señalo afuera, hacia Aguilar, luego me señalo yo y finalmente hago un gesto hacia abajo, hacia el lugar en el que me encuentro.

-Ariadna- atraigo la atención de la muchacha y hago un gesto hacia... -Él es Kavi. Si la mentira y el engaño tuvieran su versión en vampiro, sería así-

Kavi sonrió visiblemente halagado.

Ariadna inicialmente no dijo nada a Valeria cuando fue descubierta en sus intenciones. La joven ansiaba aquella información que la mujer le transmitía, e hizo lo que consideró más oportuno, pero claro, sus preguntas fueron excesivamente directas, algo que no volvería a suceder. Conocer sus fallos era importante, así podía aprender de los errores y no caer a la próxima ante quien se consideraba su enemigo. Valeria lo sería si traicionaba a Aguilar, aunque parecía ser que todo había sido una prueba

- Me interesa todo lo que rodea al dueño de esta embarcación... - respondió Ariadna con una leve sonrisa, sin entrar en detalles de lo evidente, que interrogaba a Valeria -...Bueno, yo tengo claro lo que quiero, me recoge, ha estado a mi lado, me protege y me ama... Le debo mucho, pero también tengo deudas con mi padre por sus sacrificios y sin embargo no regreso a casa... Decido quedarme y seguir sus palabras... Llámalo lealtad, aunque yo tengo otro nombre para lo que a él me une.... Es algo más profundo aún que eso...

Ariadna sonrió, ¿enfadarse ella con Aguilar?... Imposible, le había dejado entrar en su mente, él sabía todo de ella, por descontado no iba a mandar a Valeria a sondearle. La inteligencia de la joven tenía claras sus propias ideas.

- No me ofendo con facilidad, Valeria... Y me gustaría que me enseñaras a extraer verdades de la gente... - dijo la joven sin añadir de que ese episodio en el camarote, el tremere lo conocería, al fin y al cabo, si él era quien dirigía todo, debía estar al tanto

Valeria aún dentro de sus mentiras había dicho una parte de su realidad -... Dices una verdad para que te crea y así continúas hilando el resto de la historia.... - aprendía a mentir como la humana, entendiendo en qué consistía su juego -....De esta forma no te descubren..., ¿verdad?... - sería joven, pero no era estúpida no solo no quería desvelar mentiras, también a hacer lo contrario y si el tiempo le seguía dando noches de existencia, sería una vampira muy peligrosa.

Al salir del camarote se encuentran con un varón y Valeria les presenta -...Es un placer Kavi... - dijo la bonita joven observando el atuendo extraño del hombre que aparentaba estar completamente bebido -...¿El estirado del jersey?... ¿quién es?... - pregunta con curiosidad, estaba claro que había llegado mucha más gente -...Vaya..., experto en mentiras y engaños... Te prefiero de amigo antes que de enemigo... - Anuncia la joven observando al tipo -...¿Qué haces aquí abajo? ¿No deberías estar arriba con el anfitrión?.... - estaba claro de que Ariadna ejercía como si fuera la dueña de la embarcación, controlaba los detalles que no le encajaban, y deseaba orden y corrección en la que determinaba, ya era su hogar. Esperaba que Aguilar le hubiera dado permiso a Kavi para bajar hasta allí pero, ¿con qué propósito? 

-¡Eseteban!- respondo a la pregunta de la nueva abriendo un cajón -El pavo del jersey, el comopañero de...- señalo a Valeria, cierro el cajón y abro un mueble superior -...este bocado tan suculento- la mira de arriba abajo frunciendo el ceño, cierro el mueble y abro otro más abajo -¿Estás libre mañana poro la noche?- le pregunto, pero la joven atrae mi atención, dejo el mueble anterior abierto y abro la nevera -Yo elijo a mis amigos y estoy aquí poroque Papibrujo me deja estar aquí. ¡Y no miento! Solo... vivo realidades alterenativas y, a veces me confundo- me sorprendo a mí mismo -Joder, que excusa más buena, no sé cómo no se me ha ocurrdio antes- susurro demasiado alto mientras encuentro en la nevera lo que busco -Bueno, vengo aquí por...- alzo una bolsa de sangre espesa y oscura, muerdo una esquina con los dientes abriéndola y succiono el interior. Mis colmillos se alargan. Rápidamente, el contenido se vacía y el plástico queda trasnparente y como si hubiera sido envasado al vacío. -Deliciosa. Sabe a exquisitez, glamour, fiestas, sociedad. Es muy dulce y agria al mismo tiempo- ya no me tambaleo, y hablo con absoluta corrección. Vuelvo a abrir muebles arbitrariamente, algunos los cierro, otros no, hasta que encuentro un paño que uso para limpiarme la boca y lo dejo por ahí... al azar.

-¿Qué hace una chica como tú... vampira... chiquilla del dueño de la sangre que me acabo de beber...? ¡Oh! ¡Eres el postre! Follar y comer es el mayor placer- me relamo acercándome a ella sin envainar mis colmillos.

-¡Kavi!- ignoro el desastre pues mis ojos le lanzan una mirada que entiende, perfectamente, que no debe seguir por ese camino. -Es una broma- comenta con una sonrisa -Lo sé. Aun así... no vuelvas a incomodar a mi invitada ni a mis aprendices-

- ¿Esteban?... Es un hombre muy agradable... - y no lo decía por cumplir, realmente lo pensaba. Ariadna cuando escuchó que llamaba a Valeria "bocado suculento" dio un paso hacia adelante, posicionándose delante de ella -... Ni se te ocurra... - Escuchaba las palabras del tipo y ciertamente parecía haber bebido, ella tenía costumbre de ver gente borracha en las reuniones donde iba a cantar y alguno siempre se propasaba con la niña, interviniendo su padre, era una novedad que ella misma diera un paso adelante, descubriéndose más valiente de lo que inicialmente se creía.

- ¿Sangre?... - Ariadna no esperaba que hubieran bolsas dispuestas, y menos que aquella perteneciese a Marcus, si hubiera estado viva, habría pestañeado por lo menos tres o cuatro veces -...¿Postre?... Sabes que no.... - respondió la joven, quería mostrarle sus propios colmillos pero para ser sincera, no actuaría de manera agresiva a no ser que se viera en muy mala situación -...No puedes dañarme, Aguilar no lo permitiría... - esas palabras salieron como si fuera un escudo protector, creía en lo que decía, y así sucedió, apareció él imponiendo orden.

- Por supuesto es una broma... - remarca la joven Ariadna, aunque se la veía algo alterada. Obviamente subrayaba lo que decía quien ella consideraba su pareja. Sus motivos tendría para aceptar a un tipo tan repulsivo en su barco y darle libertad de movimientos entre sus aprendices. Ariadna comprendía que había un ajedrez imaginario donde cada uno de los vampiros era una pieza, Aguilar conservaba las suyas, porque los movimientos de unos y otros derrocaban cualquier rey.

Debe ser valioso para permitirle lo que hace... Yo no voy a llevarle la contraria ni a señalarle con el dedo... Si Kavi es importante, no debe sentirse insultado...

Asentí. Miré a unos y a otros. -Aquí estoy. Tengo el pago. ¿Qué necesitas ahora, viejo?- le pregunto a Aguilar cambiando completamente de tema y rompiendo la coherencia de la conversación.

Aguilar habló -​​​​​​En Berlín...- alcé una mano para que callara. -¿Una historia? Pfff, no he venido a perder el tiempo. Sáltate la intro y ve al nudo. ¿Qué tengo que hacer?¿Cuánto me vas a pagar por acerco y cuándo me darás el pago?- sabía que estaba pisando terreno fangoso pero me daba igual. Él me necesitaba porque estoy fuera de su mundo y de sus problemas. Ese es un valor que no voy a perder.

-Van a venir a por mí. Quiero que los distraigas- zanjó disimulando vagamente su molestia. Asentí. La distracción es mi especialidad. No dije nada pues sólo había respondido a una de las preguntas. -La investigación de El Viejo ha vuelto a salir a la luz-

Abrí mucho los ojos -¡Mierda brujo! No necesitaba saberlo. Ahora tendré una implicación personal. Sabía que no debía haber venido.- Niego con la cabeza. No hay pago suficiente por conseguir algo que mi corazón me empuja a hacer gratis. Conflicto de intereses.

Me paseo nervioso por la estancia. -Si lo hacemos, debe ser hasta el final, sin importar las consecuencias. Si me traicionas, iré a por ellas dos y les haré vivir una pesadilla hasta que se arranquen los ojos con sus manos.-

Él sonríe. Me tiene y no tiene intención de traicionar. Por sus propios motivos (que espero no me cuente) tiene intención de llegar al fondo del asunto. Igual que yo.

-Ni a Ariadna ni a ti os conocen. Tendréis eso en común y debéis mantenerlo. No saben que vuestros intereses son los mismos que los míos. Esto quedará entre nosotros tres y mis aprendices.

Ariadna. Te necesito. Tu objetivo es presentarte a la sociedad vampira como alguien deseable e inteligente. Acercarte a la élite de Europa y, concretamente, al vampiro en la sombra que controla la empresa Transaxa S.A.

Kavi, crea una maraña de pruebas de forma que no puedan seguirnos el rastro y, quien se acerque, crea que está perdiendo la cabeza. Nubla su juicio. Haz lo que mejor se te da y con lo que más disfrutas. Que no puedan fiarse de sus sentidos.

Esteban y tú usas el día para acercarnos a la empresa, sus ghouls y sus movimientos.

¿Dudas?

Ariadna escuchaba la manera tan burda y grosera que Kavi usaba para hablar con Aguilar, pero ella no se pronunció al respecto, siempre le decía su padre que si no tenía nada útil que decir, lo mejor era callarse. Y en aquel contexto ella no tenía ni idea de si estaban tratándose negocios, o eran amigos de toda la vida, determinando al final de la conversación, que se traba de lo primero.

Pudo deducir que alguien perseguía a su pareja, y él necesitaba distraerlos, pues un tema estaba en el aire, una investigación por lo visto, relacionado con alguien apodado el Viejo, tal y como Kavi había llamado al vampiro que le había dado protección.

Aquel tipejo destartalado amenazaba a ambas féminas en caso de verse traicionado, pero Ariadna intuía, o casi quería creer que eso no iba a pasar, la sonrisa de seguridad de Aguilar así se lo indicaba.

Él dijo su nombre y los ojos azules de aquella bonita muchacha pestañearon un par de veces, atendiendo sus palabras -...¿Quién es el vampiro que controla la empresa Transaxa? ¿Cuál es su nombre?... - preguntó ella rompiendo su silencio, intentando saber un poco más de lo que de ella se esperaba, dejando las labores de Kavi para él mismo -... No dudes de que yo te ayudaré, Aguilar pero...¿Qué pasó en Berlín? ¿Por qué tienes que huir?.... ¿Hiciste algo indebido?... - su inocencia, sabía guardarla cuando debía, pero la joven no podía comprender el mundo donde se había metido -... Para entrar en la sociedad vampírica de Europa deberé conocer al menos los nombres de quiénes la forman, sus gustos, debilidades..., todo lo que puedas facilitarme allanará el camino.... - comentó ella extrapolando la información a la alta sociedad Veneciana -... Necesitaré recursos económicos y medios de contacto....

Tenía voluntad y era dispuesta, solo faltaba que resultara lo suficientemente encantadora como para que en Europa, la apreciaran y vieran como alguien más que deseable.

Sostuve la mirada de Ariadna -El nombre del vampiro que está detrás de Transaxa S.A. Eso es lo que tienes que averiguar. Te daré algunos contactos y nombres de su círculo cercano pero deberás ser tú la que investigue usando tus armas de dulzura y seducción inocente.- Inspiré hondo y miré a Kavi, sopesando si él también debía saberlo y, lo justo, es que sí. -Maté al primogénito Malkavian de Berlín- confesé -Tuve ayuda, por supuesto. Pero fui yo el responsable y el que convenció al otro.-

Decirlo en voz alta me debía haber aliviado, pero no. No sentí nada dentro de mí, ni una pizca de remordimiento y aquello me preocupó. Es cierto que, por las atrocidades que el primogen Malkavian había cometido merecía la muerte tanto como Marcus y que, por los objetos recuperados, el clan Tremere me lo agradecerá a su debido momento. Pero... El incidente provocó la caída de la Camarilla en Berlín y el alzamiento de los Anarquistas -¿Cómo no supe verlo?-

Alejandra lo sabía, intentó advertirme de su plan... Pero no quise escucharla. La subestimé, tuvo un éxito y la traicionaron.

-Kavi, en tu viaje a Berlín busca a Alexandra. Ayúdales y te ayudará. Dile que vas de mi parte. Intentará sonsacarte información de mí, pero no le digas nada.-

-Sí, Ariadna. El vampiro que va a enseñarte ya debería estar aquí.

Ariadna se quedó mirando a Aguilar, le pedía que hiciera algo para ayudarle, pero no tenía ni idea de por dónde comenzar su pedido, sintiendo cierto malestar del querer cumplir y no saber exactamente cómo hacerlo. No obstante, no quería ser una decepción y se vio afirmando con la cabeza, casi sin dudar, un gesto que desde luego no tenía nada que ver con sus miedos interiores.

- De acuerdo, me haré un hueco en la comunidad vampírica e intentaré saber quien es el dueño de Transaxa S.A... - atendió a la petición que le hacía a Kavi, Alexandra sería su enlace fuera quien fuera ésta, mientras un vampiro se encargaría de enseñarle a ella, la joven volvió a afirmar y mirar a los ojos de Aguilar -...¿Cómo se llamará mi maestro?.... ¿Vendrá pronto? ¿Esta noche quizás?.... - estaba ansiosa, ella quería saber para ir comenzando a encajar en aquel mundo nuevo donde le habían obligado a permanecer, una subcultura que sobrevivía con sangre y que solo los mitos describían.

Ibrahin comienza la frase -Se llama...- pero soy yo quien la termina entrando en el camarote -...Víctor Vargas- hago una reverencia algo exagerada y extiendo los brazos, un Jersey De merino Acanalado y Ceñido RLX de la colección Purple Label de cuello alto negro impoluto, perfecto, sobre el que luzco una chaqueta informal de la misma marca hecha a medida. -Siento la tardanza pero lo bueno se hace esperar.- Muestro mi sorpresa al ver tal despliegue de belleza. Miro a Ibrahin -Ariadna- él asiente confirmando -Tal despliegue de gracia sólo es equiparable a las musas.- El piropo sale de mis labios sin acercarme a ella, como muestra de respeto a nuestro anfitrión. Tan solo me limito a volver a agachar la cabeza. -Es un placer volver a verte, Ibrahin. He de confesar que tus últimos actos han llamado poderosamente la atención de muchos en Europa y vuestro nombre se rumorea en ciertos círculos en los que no es conveniente estar.- Le advierto con sinceridad pero sin preocupación. -Permitid que me presente como es debido. Los Toreador, como ya sabéis, son famosos por su buen gusto y refinamiento en lo que a las manifestaciones artísticas se refiere. Si bien mi sire quiso inculcar en mí amplios conocimientos en bienes artísticos y de colección y éste es el resultado.-

-El único arte que le interesó a Vargas es el de la Guerra. Se ha convertido en un asesino de vampiros con bastante éxito. Dime, "compañero", esos círculos de los que hablas y en los que ha comenzado a sonar mi nombre. ¿Son los tuyos?- Le pregunto sin andarme por las ramas. Él se limita a sonreír. Yo asiento -¿Hay un encargo en firme?- Víctor inspira haciéndose el interesante y me responde -Ten por seguro que, de haberlo, sería yo quien lo aceptaría. Soy el que mejor te conoce y el que más probabilidades de éxito tiene de avisarte o... destruirte. Pero no enturbiemos esta agradable velada con fantasías que aún no son reales. ¿Quieres que haga de esta joven vampira una dama o una asesina?- sonríe -Éste es un encargo fuera de lo común dentro de tus encargos raros, Ibrahin. ¿Has hecho el primer pago?- 

Me tomo mi tiempo para responder sus preguntas -Quiero que le enseñes el mundo en el que ha despertado. Y no, aún no he hecho el primer pago porque no hemos acordado los términos pero no creo que éste sea el momento de hacerlo. Mejor en privado.- Él asiente. Yo me giro hacia Ariadna -Mientras estés a su cargo, estarás bien y aprenderás mucho.- Le revelo aunque no sin preocupación.

Ariadna se giró cuando Victor Vargas hizo su aparición en el camarote de la embarcación de Ibrahin, observando casi con deleite la reverencia exagerada de su interlocutor. A la joven le había llamado siempre la atención las personas ostentosas, así que la seguridad que desprendía el tipo le resultó interesante. Lo bueno se hacía esperar, qué gran verdad.

- La gracia que vos encontráis en mi persona es proporcional a la musa que fluyen de vuestras palabras.... - dijo la joven como respuesta, evidenciando algo que hasta el momento apenas había mostrado, su gran capacidad de hilar palabras y emitir respuestas con cierta belleza lingüística para agradar a quien conversara con ella, a la par que la mirada hermosa, clara y limpia de la joven se fijaba, con marcado brillo sobre el recién llegado -...Queridos, incluso la belleza de la guerra puede ser un arte, ¿por qué en pintura siempre se ha alabado el color rojo intenso comparándolo con el de la tonalidad de la sangre?... Porque ésta, como fluido vital, cuando se estima por fuera de los cuerpos es una metáfora de la pérdida de vida... Asesinar vampiros debe tener la misma magia que alimentarse... Supongo... - dijo la muchacha tanteando a Vargas, ella tenía tendencias muy humanas, de hecho estaba recién convertida, pero buscaba la manera de agradar al hombre que acababa de llegar, si iba a ser su mentor, debía conseguir que ante todo, la amase, pues era el primer paso para que ansiara cuidarla, más allá de Aguilar, por encima de los negocios.

- ¿Dama o asesina?... Vaya, yo creía que ambos términos podían abrazarse en la misma frase... - dijo la muchacha con la mejor de sus sonrisas -... Femme Fatale... - aclaró mientras asentía a Ibrahin, su mentor, el vampiro que en esos instantes tenía absorbido todo su mundo, pues hasta el más mínimo de sus movimientos era para cuidarla, y la bonita joven sabía ser agradecida, nunca habría planteado clavar una daga en la espalda de quien deseaba cuidarla -... Aprenderé y seré motivo de orgullo para mi mentor... - dijo la joven mirando alternativamente a Vargas y Aguilar, deseando en su fuero interno, fascinarles a ambos.

Tras tus palabras, nadie quedó inflexible. Por primera vez y no la última, Aguilar y Víctor se miraron mutuamente sin perderte en su espectro de visión. Sus ojos se encontraron y, aunque ellos aún no lo sabía, una rivalidad (más) comenzó a aflorar en sus corazones.

Víctor asiente muy lentamente, midiendo las implicaciones de aquella amplia afirmación, consciente de que lo que Ibrahin le había propuesto era ayudarle y traicionarle al mismo tiempo y, aquello, encantaba al toreador que, tras aceptar el trato, extiende la mano hacia ti -Aún no eres dama, ni asesina. Pero estás en el camino y sabes andarlo.- Te concede el vampiro recién llegado, cuando le coges la mano te lleva a cubierta no sin antes dejar que te despidas de Ibrahin. -Ve con él- sentencia el brujo -nos volveremos a ver muy pronto- y mientras salías tras Víctor la estancia quedó sumida en un silencio extraño, incómodo, en el que incluso el siempre hablador Kavi guardó silencio e inclinó la cabeza a modo de saludo cuando pasaste a su lado, como si fuera consciente de lo que estaba ocurriendo y sus implicaciones.