Partida Rol por web

-Pues no hay mucho que contar en realidad. Vengo de Chicago, donde tenía un pequeño negocio. Sin embargo, salió mal y tuve que cerrar. Decidí tomarme un descanso y nada mejor que un hermoso barrio como este para rehacer tu vida, ¿no te parece?. Además, a mi mujer y a mi hija les gustó, así que aquí estamos. ¿Qué hay de tí?, ¿Dices que tienes una hija?, ¿estás casada entonces?.

Todos estaban expectantes al policía, a cada movimiento que este realizaba, pero confirmando sus sospechas, Mary Alice yacía en el suelo en algún lugar de su casa, y su cuerpo sin vida alguna, la noticia provocó desesperación, nerviosismo, parálisis y algún que otro ataque nervioso...

Aquella Gabrielle hipócrita, superficial, que le preocupaba tan solo la apariencia que los demás tuviesen en mente de ella desapareció, aunque fuese por unos instantes, seguidamente dos lágrimas brotaron a través de aquellos ojos marrones y resbalaron por su cara, llenas de sentimiento y conmoción, esta vez se dejó llevar por la emoción y en aquel momento no parecía tan fría... Pero el policía insistía en que se marchasen todos a sus respectivos hogares, ya no quedaba nada que pudieran hacer.

Esto no podrían arreglarlo ni una semana entera de compras, pensó irónica, pero verdaderamente comenzaba a comprender la importancia que había tenido aquella mujer para todas sus amigas, incluyéndose ella misma, pero comenzaba a volver en sí para contestar a su marido confuso:

- Era una persona tan humilde y muy dulce - no podía creer que ya hablara en pasado - es prácticamente imposible que alguien no fuese capaz de darse cuenta, y la veo incapaz de haber tenido algún enemigo, no lo comprendo... – dijo perpleja y llevándose la mano a la cabeza - Necesito una aspirina o este dolor acabará conmigo - pero las dudas seguían rondando por la mente de Carlos - ¿Algo muy gordo? No puede ser... lo que sí es más que evidente, es que este barrio no volverá a ser tranquilo y mucho menos seguro - añadió, pero ya se notaba la ausencia de Mary Alice - No sé que idea me gusta menos, si el hecho de que la hayan matado o que se haya suicidado, no creo que tuviese motivos para querer acabar con su vida, así que... - no pudo acabar la frase y la fachada de su casa estaba justo en frente de ellos, así que entró, necesitaba reponerse un poco, pronto se reuniría con sus amigas para hablar de lo sucedido.

Los labios de Katherine se fruncieron, al punto de volverse una delgada línea. Negó con vehemencia.

Sabía yo que esto no era una buena idea...

Con paso rápido, se encaminó a la habitación de su hija. Tocará la puerta si está cerrada; pero luego de tocar, la abrirá sin esperar mucha contestación.

- ¿Dylan, cariño? - su voz exhaló su preocupación, volviéndose suave. - Soy yo. ¿Cómo estás, cariño?

Aterrada y llorando, cómo va a estar...

Katherine esperará sólo unos segundos antes de ir con su hija, y fundirla en un fuerte abrazo, cobijándola con su cuerpo para darle consuelo.

Oyes a través del teléfono la voz de Tom.

Susan llega a casa pálida y como si su corazón se hubiera hecho trizas, no se podía creer lo que había ocurrido era demasiado para ella. Cuando hubo abierto la puerta de su casa, vio a su hija Julie acelerada, deseosa de saber que había ocurrido así que con un esfuerzo grandioso por pronunciar una palabra dijo:

- Julie, cariño, Mary Alice ha....- rompió a llorar y abrazó a su hija con fuerza.- ...ha muerto.

Susan no pudo aguantar más las lágrimas no cesaban y le recorrían su rostro inmensamente triste que ahora abundaba en ella y pensaba ¿Por qué Mary Alice? ¿Por qué ha tenido que pasarte esto?.

- No se porque ha pasado todo esto, es muy...- paró para secarse un poco las lágrimas.- es muy injusto no tenía que haber... muerto. Ella no.

Susan buscó un pañuelo para sonarse la nariz y secarse las lágrimas que parecía inagotables. No podía dejar de pensar en Mary Alice, ella siempre había estado con Susan, ayudandola, animandola, soportandola y ahora... ya no estaría más.

Aun teniendo una ligera noción de lo que ha pasado en casa de Mary Alice, no puedo evitar consternarme cuando llega la ambulancia, y pasados unos minutos, los ats salen de la casa, sin llevar a Mary Alice con ellos. Las lágrimas afloran a mis ojos, pero me mantengo fuerte, nadie puede ser testigo de mi tristeza. Veo llegar a Rex en su coche, y antes de que el juez y los servicios funerarios lleguen al barrio, me voy sin decir nada a nadie.

Rex, ha ocurrido algo terrible.

Digo con media voz, al llegar a su lado. Le miro un instante a los ojos y luego, con la mirada puesta en el suelo entro en casa. Solo resguardada por las paredes, me permito llorar en silencio.

-Hola Tom.-dije cuando pude contactar con él.
-Tengo que contarte una cosa....Bree,ha venido a casa para que fuéramos a dar la bienvenida a los nuevos vecinos, los Mayfair. Cuando estábamos saludándolos hemos escuchado un disparo proveniente de la casa de Mary Alice Young, pero aún no sabemos nada de lo que ha pasado..si pudieras venir...estoy muy preocupada-dije con un poco de tristeza en la voz.

Tras entrar en casa, Carlos se dispone a llamar por teléfono a uno de sus contactos, quiere saber el porque de los hechos y cree que alguno de sus mas leales compañeros puede darle la solución.

Una muerte en su barrio no es normal y s no ha sido un asesinato como él se piensa, bien sabe que debe de tratarse de un suicidio forzado por una amenaza o por una gran deuda con alguien muy importante.

-¿Un disparo?...cariño, llama a la policía inmediatamente. Yo, tengo una cena de negocios esta noche. Cuando acabe salgo para ahí, ¿de acuerdo?. Te quiero.

-La policía ya ha llegado. Creo que iban a entrar cuando yo vine a llamarte. Vaya...bueno te esperaré para cuando llegues.- dije no muy convencida.
Te quiero

Escuché un disparo mientras descansaba en casa, aunque lo dudé un poco, pronto me puse en pie para dirigirme de inmediato, a..., bueno, digamos que a investigar. Salí de mi casa y como la más cercana era la casa de Susan, a ella me dirigí, ni siquiera me dio tiempo de ponerme los zapatos. Era lo de menos, lo importante era saber qué demonios había sido eso. Toqué el timbre de la casa de Susan, a ver qué tenía para chusmear.

Julie se puso a llorar y subió corriendo a su cuarto.

El timbre de tu casa sonó.

La reunión trascurre sin problemas, pero seguro que lo más importante en esos momentos no era una cena, Lynette y los niños estaban solos en casa.

Tu esperabas ser ascendido, pero eso no ocurrió. Tu jefe como siempre te trata como si tus brillantes ideas no lo fuesen, pero tu sabes que son buenas.

Los vuelos no saldrían hasta el día siguiente.

Cuelgas el teléfono como si nada, pero en realidad has notado a tu marido raro, ¿sería por la noticia? ¿o le ocurre algo diferente? Tom esperaba ser ascendido esa noche, pero sus ideas son un poco... especiales.

Miras el reloj de cocina que parece un gato moviendo el rabo al compás de los segundos, casi te quedas hipnotizada con el movimiento pero por casualidad miras las manillas y es hora de recoger a tus hijos del colegio, y ahora con alguien que pueda hacerles daño tienes que tener mil ojos acechando a tus pequeños diablos.

Cojo las llaves del coche que las tenía sobre la mesa del salón.
Salgo a la calle y entro en el coche con el objetivo de ir a recoger a mis pequeñajos.

Conforme arranco, me fijo si mis vecinas siguen en la casa de Mary Alice, por si acaso para preguntarles.

Todas están en casa menos Edie Britt, que está frente a la casa de Susan.

La policía y la ambulancia aun está en casa de Mary Alice.

Observo que la ambulancia sigue en la casa de Mary Alice, asi que sigo mi camino con el coche para recoger a mis hijos.
Ya casi era la hora, y no quería dejarlos solos esperando.

Llamas a uno de tus contactos que mirando en unos segundos te devuelve la llamada para confirmarte que puede que tus sospechas sean ciertas, un asesino ha sido liberado hace unas horas de la prisión pero no cree que tenga relevancia, porque sus cargos son por desviar fondos a una cuenta en Zurich, no por asesinato.

Imaginaste que ese podías ser tu, son los mismos negocios que tu tienes con una multinacional que tiene ahora negocios con el extranjero, tu compañero te recordó que en una hora tenías una reunión con un japonés que quiere comprar algunos de vuestros productos. Tu querida esposa Gaby no sabe nada de eso, y tiene que seguir así, a ella solo le importa comprarse sus caprichos y sus lujos.

Rex cierra el coche y se aproxima a Bree con poco entusiasmo.

Lo siento Bree, pero no entiendo, ¿qué ocurre? - el hombre traga saliva deseando que no sea por lo que él imagina - entremos, no creo que sea el mejor... lugar para hablar - Rex acompaña con la mano a Bree hasta el interior de la casa.

Dylan se acerca corriendo a su madre buscando su cariño y su calor, tiritaba de miedo y sus lágrimas llenaban su rostro.

Mamá, ¿qué ha pasado? ¿Era un disparo? - dice agarrando con fuerza la blusa de su madre.