Katherine mira a su hija. La conoce perfectamente y sabe muy bien que lo que quería era salir sola; y por ello, para hacerle saber que la entiende, le sonríe con dulzura y luego va a buscar algo para ponerse encima.
- Sé que salir conmigo no es tan divertido como hacerlo sola. Te prometo que el próximo lo darás como tú quieras.
Sí, el próximo, luego que ya sepas a qué va la cosa y cómo responder ciertas cuestiones...
Encuentra lo que busca, se lo pone, y abre la puerta de calle, ofreciéndole el paso.
- Usted primero, señorita. - dice, guiñándole un ojo.
De la casa al fondo de la calle, al lado de la de Edie Britt, una mujer y una adolescente salen. La mujer cierra la puerta con llave, mira al cielo, y luego mira a su alrededor como si estuviera buscando algo. Luego le sonríe a la adolescente, que le corresponde el saludo, y comienzan a caminar sin rumbo mirando las casas.
Las mujeres por fin consiguen por teléfono reunirse en casa de Lynette, todas ellas cuentan con dulces de diferentes tipos para dárselos a la recién llegada.
El pastel de Lynette, se terminó de hornear enseguida y al salir visteis como la Señora de la casa salía junto a su hija.
Gabrielle recuerda que no han avisado a Mary Alice de que se uniese para dar la bienvenida al barrio.
Susan recuerda esa cara, es Katherine.
Era su amiga en el barrio antes de que se marchara de él para cuidar de una anciana tía suya y de que ni siquiera llegaran Gabbi, Lynette y Bree. Su hija, Dylan, era la mejor amiga de Julie.
Unas cuatro chicas salen de casa de la casa del lado del parque, de la casa 4355. Pareces reconocer de entre ellas a una en especial, a Susan Mayer.
Vas en el coche hasta el supermercado más cercano, al llegar coges una cesta para la que necesitas.
No reconoces a nadie, pero no por eso te sientes incómodo. En seguida encuentras lo que buscas y una mujer muy guapa se acerca a ti.
Hola, ¿te conozco de algo? - dice la mujer con una amplia sonrisa.
Xiao-Mei entra en la habitación donde estabas dándote un baño relajante y se acerca a ti de espaldas.
Al darse la vuelta se tapa los ojos - lo siento señol, no quelia... yo estaba limpiando, yo limpio... - la mujer se puso muy nerviosa y roja.
El taxi te dejo justo en la dirección que le diste.
La casa parecía estar desierta, pero en ella se escuchaba la risa de una niña pequeña viendo la televisión.
Una muchacha os atiende y coloca en una caja las magdalenas que habías pedido, Alma estaba sonriendo como si nada pasara, como siempre.
De nuevo se había salido con la suya y eso te enfadaba.
Llegáis al barrio en unos minutos y ves en el jardín de la casa de la nueva vecina que hay una especie de "fiesta de bienvenida", todas las mujeres del barrio y dos que no conoces, por lo que supones que será ellas.
Oyes mucho bullicio en la calle y miras por la ventana, son las cuatro mismas de siempre Lynette, Bree, Gabrielle y Susan que están en el jardín de Lynette con cestas y cajas, por lo que supones que llevan dulces a Katherine.
Tom se acerca a la puerta y una vez delante de ella se detiene. Por un momento, no le parece tan buena idea esto de andar visitando a antiguas conquistas, por un momento, el haber venido aquí carece totalmente de sentido, pero solo por un momento. Al fin y al cabo, no hay motivo por el que no pueda ser agradable con una ex-novia. "¿Quedamos como amigos, no?...y los amigos se visitan de vez en cuando ¿verdad?"...
Solucionado su dilema interno, Tom se coloca bien el nudo de la corbata, ensaya su mejor sonrisa y llama a la puerta.
Me alegro de que haya terminado la huelga de guionistas. :-)
Susan al reconocer a la mujer y a su hija que han llegado al tranquilo barrio de Wisteria Lane no se puede creer lo que está viendo.
- Katherine, eres tú, has vuelto.- dice mientras va corriendo a saludar a la nueva inquilina.
Cuando llega le abraza y la lleva con las chicas para presentarsela:
- Chicas esta es mi amiga, estaba aquí antes de que llegárais, su hija Dylan era la mejor amiga de Julie....- decía sin poder parar de hablar estaba nerviosa por la nueva situación en la que se encontraba.
No pasa nada Xiao, todavía estaba vestido… …es culpa mía que tenia que haber cerrado la puerta…
No sabia que estabas en casa, en fin, no te preocupes dentro de poco salgo.
Perdona, creí que no tenia que decir las típicas cosas de cierro la puerta, abro la puerta, cojo las llaves jejej, seré mas meticuloso a partir de ahora :D
En unos pocos minutos nos encontramos las cuatro en la cocina de casa de Lynette, todas llevamos algún presente para los nuevos vecinos, en el aire flota suave y deciciosamente el aroma de la tarta acabada de hacer de Lynette.
Cuando salimos a la calle, por la puerta de la casa sale la vecina recién llegada al barrio junto a la que probablemente sea su hija. Susan se adelanta acercándose a ellas con alegría. Para mi sorpresa Susan y la mujer se conocen, se saludan efusivamente y nos la presenta.
Vaya, a vosotras os ha sorprendido tanto como a mi?
Digo casi en un susurro, a Lynette y a Gabrielle.
Con el pastel en la mano, Susan saluda a la recién llegada y nos la presenta. Mira a Bree y asiente con la cabeza.
Pues sí - responde, con una sonrisa.
Deja la tarta encima de la mesa y da un paso adelante - Yo soy Lynette Scavo, mucho gusto - se presentó, mirando a Susan de reojo para recordarle que no les había dicho cuál era su nombre, luego miró a la chica - Hola Dylan - saludó de nuevo, con una igual sonrisa.
-Vamos cariño, pongamos las magdalenas en la cesta y vayamos a la fiesta, parece que ya ha empezado.
Orson cruzó la puerta de su propio jardín, camino por el corto sendero, rodeado de floridos parterres pulcramente arreglados.
Su intención era colocar la repostería en una bonita cesta de mimbre, probablemente adornarla con alguno de los lazos que guardaba en un cajón y llevársela después a las nuevas vecinas.
Se dirigió hacia la casa de Lynette, allí las chicas esperaban a que ésta terminase su pastel, un adorable olor impregnaba la casa, Creo que ya he olvidado su sabor, pensó mientras repasaba uno a uno los dulces que habían preparado, cuando ya salían Gabrielle recordó algo:
- Chicas, ¿nadie ha avisado a Mary Alice? Yo lo olvidé por completo, aunque seguro que ella también dará la bienvenida a los nuevos vecinos.
Susan conocía a los recientes inquilinos del 4360, las caras de las tres mujeres expresaban desconcierto, Gabrielle ni siquiera consideró necesario contestar a la pregunta de su amiga, sus facciones hablaban por sí solas:
- Mi nombre es Gabrielle Solis, encantada - luego miró a Dylan, ¿Es mi impresión o esa chica me mira mal? mientras la observaba - A ambas - añadió con una de sus sonrisas.
-Vamos cariño, pongamos las magdalenas en la cesta, aunque... mmmm parece que ya tienen visitas. Será mejor que vayamos cuando se haya calmado un poco.
Orson cruzó la puerta de su propio jardín, camino por el corto sendero, rodeado de floridos parterres pulcramente arreglados.
Su intención era colocar la repostería en una bonita cesta de mimbre, probablemente adornarla con alguno de los lazos que guardaba en un cajón y llevársela a las nuevas vecinas cuando tuvieran menos ajetreo.