Partida Rol por web

Yui da unos pasos hacia atras y dice:

- No se si podre hacer algo con mi magia, pero lo intentare

Yui da un paso hacia atras y se concentra durante unos segundos para seguidamente levantar sus manos, de ellas aparecen varios petalos de color rosa los cuales se dirigen hacia uno de los Azhos ( el que no ha sido atacado). La intencion de Yui es la de usar los petalos como si e trataran de cuchillas para acabar con las criaturas

de momento hasta ke yui pierda poder solo tiro sin modificadores, con tal de ke no sake pifia mata al anzhos por eso tb te decia el bajarle el poder

Aunque esté debilitada, la anzhos amarilla no parece rendirse por lo que se abalanza hacia Kastumoto sacando un aguijón de su bulba dispuesta a envenarle. Mientras, la otra flor revoleta hasta daros la espalda tiendo cada uno de vosotros un anzhos en cada extremo. A pesar de los buenos reflejos de Katsumoto y de su buena voluntad es alcanzado por la flor, clavándose su aguijón en el abdomen. Afortunadamente, el aguijón te hace daño pero la única secuela de su veneno es la formación de una roncha que te durará unos días.

Parece que con su ataque aguijón, se le va el último aliento del anzhos amarillo puesto al instante se desploma al suelo quedando inerte. Por su parte, Yui invoca su magia con la intención de rasgar al anzhos que queda aún en pie pero sólo consigue cortarle una de sus hojas haciendo que la flor se mantenga en el aire de forma irregular.

Como en todo combate, lo mas normal era recibir daño, y aquella flor, se tomo su venganza final, de manera literal y no poetica, con él mismo. Aunque habia puesto de su parte para bloquear o esquivar el ataque, aquello, realmente no habia funcionado muy bien. Se llevo el aguijonazo en el abdomen. Aquello le dolio. Maldita flor que habia tomado hormonas y estaba hiperdesarrolalda...

Almenos, el ataque de Yui no fue en vano, y el otro dichoso ser, de color diferente, no acabo con el pero lo hirio y lo desestabilizo. Con aquello era suficiente, ahora el mismo podia poner final a aquel bicho y que les dejaran en paz. Luego ya se preocuparia de la herida del abdomen, y con un poco de suerte, terminaria con ese sera, de aspecto bello y fragil, pero con unas cuantas y desagradables sorpresa.

Exactamente, era hora de atacar. Cierto que no tenia sus armas (seguramente de ser asi, aquellos bichejos habrian sido despachado mas facilmente), pero ahora pensaba realmente que podia acabar con aquella flor, con uno o dos ataques, si acertaba. Era hora de probarse a si mismo, y de probarlo, haber que pasaba.

Ademas, asi podia evitar que Yui usara mas magia, dado que si el mismo podia despachar a la flo que quedaba rapidamente, ella no tendria que esforzarse mas...

Después de varios días caminando si rumbo fijo por fin encuentras señales de vida. Durante este tiempo que has andado por estos parajes, el paisaje apenas mostraba algo interesante; sólo pasabas de bosques repletos de criaturas que no presentan peligro alguno para ti y campos para el cultivo sin aprovechar. Ante este panorama se puede llegar a pensar que el ser humano dejó abandonado aquel rincón de tierra para vivir en otras zonas.

Por eso, al ver la cabaña te sorprendes y más cuando ves que sale humo de la chimenea. Está claro que alguien vivía allí lejos de todo signo de civilización.

Voy andando hacía la cabaña, pensando que harían esa gente viviendo en este tipo de parajes, cuando llegó llamo a al puerta, y digo:

-Hay alguien, podrían abrir a un viajero cansado?

La puerta de la cabaña poseía una portezuela abajo que sirve de entrada y salida para animales domésticos por lo que nada más llamar a la puerta un perro ladrando se abalazó sobre ti, posando sus patas delanteras en tu abdomen. Es de raza labrador y parece contento de verte.

- ¿Qué sucede Lala? ¿Por qué te pones a ladrar? - Una voz femenina se oía desde el fondo de la casita.

Acariciando al perro, recordando en los tiempos de niñez, donde jugava con un perro que había en la calle, y que exactamente era de la misma raza que ese perro:

-Hola bonito, donde esta tu dueña?-después de oír la voz de la dueña, empiezo a hablar para que la dueña sepa que estoy en la entrada-Hola, su perro está aquí, soy un viajero que necesita un sitio para dormir

Vas andando por el bosque tranquilamente sin rumbo fijo. Tu destino no está marcado pero confías que pronto sabrás dónde tienes que ir. Este bosque no parece peligroso a pesar de las lenguas que dicen que allí mora toda clases de peligrosas criaturas dispuestas a merendarse a todo trasehúnte que pase por allí. Pero no hay nada por suerte o desgracia.

Sin embargo, esa tranquilidad dura muy poco ya que a lo lejos veis que un grupo están siendo atacado por Anzhos unas criaturas no muy peligrosas pero que consiguen lograr un gran daño a todo aquél que se crucen en su camino ya que se camuflan perfectamente como flores pillando a sus víctimas desprevenidas. Son dos exactamente, una se encuentra inerte en suelo pero la otra todavía queda en pie y sus víctimas por lo que ves, parece que no portan arma alguna.

Yui viendo como Katsumoto se colocaba delante dice:

- Intentaremos hacer algo mas, intentare yo tambien dañarles

Yui se concentra y trata de mover de nuevo los petalos usados anteriormente para atacar a la planta intentando acabar con una de ellas

- Lala, ¿dónde estás? ¿Por qué ladras?

Se escucha la voz de Lara desde el otro lado de la puerta. Viendo la joven que su perro no está en casa, decide abrir la puerta por si había salido fuera. Al abrirla, se encuentra con la tierna escena de Lala saludando a Hayato; como quien da bienvenida a un querido amo ausente durante muchos años. La joven al verlo la mira extrañada intentando recordar su rostro.

- Has vuelto - Consigue al fin preguntar. Después con un gesto le quita a Lala de encima y apoya sus manos sobre los hombros del samurai sacudiendole el posible polvo acumulado en el camino. - ¿Conseguiste matar al dragón?

Camino tranquilo por el bosque, el lugar es apacible, tranquilo y relajante... lejos de todas esas habladurías que seguramente solo sean cuentos para dormir a los niños parece un lugar hermoso y lleno de paz, o al menos eso me parece hasta que ante mi encuentro a un grupo de personas atacadas por Anzhos... giro mi cabeza y me percato de quelas víctimas no tienen armas. Acelero el paso y me acerco hasta el grupo dispuesto a ayudarles en cuanto sea necesario con mi magia curativa.

Poniendo cara de no saber de que iba, preguntó a la joven:

-De que nos conocemos, que yo recuerde nunca he tenido la misión de matar a un dragón, puede  decirme amablemente de donde me conoceis?

El anzhos que sigue en pie abrió sus mandulas con la intención de dañar a Yui pues para él era una molestia. Su líder había perecido misteriosamente puesto que no sabía quien o qué lo había matado pero iba a vengarse. Así que quería cobrar su venganza con quien tenía más cerca.

En un instante, su mandíbula se abrió de par en par mostrando una boca llena de pequeños y afilados dientes a dos filas con un interior pringoso que despedía un fuerte olor a clorofila; pero el ataque de Yui fue más rápido y efectivo y los pétalos que la vampira invocó cortaron la flor en varios pedazos.

Todo ha terminado, y los restos de las anzhos esparcidos por el suelo os lo indica claramente. No hay nada que os impida seguir, pero las sorpresas no acaban aquí y es que en un lado del claro aparece un joven con vestimentas propias de un mago que se acerca a vosotros sin intenciones amenzantes.

De forma veloz, aunque sin llegar a correr, te acercas a los traseúntes que acabas de divisar para ofrecer tu ayuda y durante ese tiempo que tardas en llegar, ellos afortunadamente han conseguido acabar con las dos anzhos. Sus restos esparcidos por el suelo son una buena muestra de ello.

Llegas al fin al claro donde se encuentran y ves que hay un hombre y dos mujeres. Él tiene pinta de guerrero pero las profesiones de ellas o su ocupación no logras averiguar puestos que ambas encajan a la vez en todas las profesiones pero no logras situarlas en una en concreto. Así como que tampoco logras adivinar a qué raza pertenecen.

Con paso presto me acerco al grupo de trés, que por fortuna ya han conseguido terminar con la amenaza que se cernía sobre ellos, por lo que reduzco el paso y observo los restos de los Anzhos. Porto un bastón con el que me ayudo para caminar, y me detengo cuando me encuentro a poca distancia de ellos. Sonrío al comprobar que se encuentran bien... Saludos, estaba caminando por aquí y escuché unos ruidos, entonces os vi; ¿os encontráis bien?

Levanto mi mano a modo de saludo y para que comprueben que no porto ningún arma ni nada que pueda parecerles peligroso.