Partida Rol por web

Mundos de sueño y pesadilla (Hentai +18)

Capitulo 1: Camino onírico

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14/09/2018, 18:08
Manchas

Mientras debatíais que hacer o que no hacer, se podía palpar en el ambiente que os estaban observando, no era nada común que unos humanos corrientes estuvieran en el puerto. Un enorme treant, un árbol con forma humana se agacho delante de vosotros, podíais escuchar perfectamente como crujía la madera mientras sus ojos de corteza brillantes os observaban. Con algo de descaro sentisteis una corriente de aire que os olfateaba, pasaba sobretodo por Tina que por un momento sintio esa corriente pasando por su cuerpo de forma circular, en especifico por su cabello.

El sonido del árbol era imposible de identificar, era un sonido como de la madera crujir, como cuando el aire pasaba entre las rendijas de una casa, pero nada mas.
-Miaaaaaaau.- Un largo maullido por parte de Manchas, entonces el treant dejo de miraros y se fijo en el gato, casi tumbándose para estar a la misma altura, se movía lento pero no parecía importarla hacer esas cosas.
-Miau….miaaaaaau….miau...miau…-Manchas empezó a maullar de forma dulce, a veces se lamia un poco la pata, otras sacudía las orejas pero cada vez que acababa de maullar el árbol respondía, como en una conversación entre los dos.

Después de un minuto escaso, el árbol se levanto de donde estaba y empezó a caminar haciendo bastante ruido, a paso de tortuga, siguiendo la calle, perdiendo el interés. Pero Manchas sacudió un poco el cuerpo antes de empezar a morder el pantalón de Rubi, tirando hacia uno de los callejones del puerto con verdadero interés.

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14/09/2018, 18:20
Tina Mitchel

La población acabó siendo algo completamente inesperado. Era cierto que allí todo resultaba ser bastante irreal, pero aquel tortazo al sentido común la dejo sin habla por unos momentos. No había opciones a que tuviera alguna clase de alucinación pues sus acompañantes estaban viendo lo mismo a jugar por los comentarios y el asombro generalizado.

Cuando finalmente pudo reaccionar, el chico dijo de acercarse a una posada o taberna, aunque no estaba muy segura de que fuese una gran idea.

- Es el típico sitio donde no hay mucho que hacer cuando no tienes dinero... y me temo que nosotros estamos sin blanca. Si lo que quieres es un lugar donde preguntar e informarnos, quizá una plaza que debería estar en el centro sea la mejor opción. Ademas, allí encontraríamos gente que ha estado bebiendo, y ya me siento bastante observada en mitad de la calle, no quiero ni pensar lo que podrían decirnos o hacernos en un sitio así.

Fue entonces cuando el árbol viviente se acercó hasta ellos y empezó a ¿olfatearles? Por unos instantes temió que fuese a devorarla viva y se encogió aterrorizada, tan asustada que ni siquiera fue capaz de emitir un solo sonido, ya que de haber sido capaz habría gritado con toda la fuerza de sus pulmones.

Segundos mas tarde, desvió su atención al gato y a continuación se alejó de allí con aquellos pasos angustiosamente lentos.

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14/09/2018, 22:06
Hagiwara Kazuhiko

- Pero es un lugar donde sabes que va a haber gente, ¿No? Si nos mantenemos en los barrios que parecen más... decentes, me imagino que los encargados no tendrían problemas en darnos direccio... - No llegó a terminar, porque entonces ocurrió el pequeño espectaculo con el treant. Parpadeó varias veces, con los labios sellados mientras atendía al detalle. Y entonces pareció que el pequeño Manchas se había obsesionado con algo-.

Ladeó la cabeza, mirando en esa dirección, percatandose de que parecía querer llevarlos por un callejón. Por una parte tenía que tener una razón... y por otra tampoco es que pudieran fiarse, porque si en las calles había gente rara, en los callejones podía ser para flipar. Miró al resto.

- ¿Qué hacemos? Manchas parece tenerlo muy claro.

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15/09/2018, 00:39
Reisa Hatanaka

No pudo evitar dar un par de pasos atrás cuando la enorme criatura de madera se acercó a ellos, cerrando los ojos cuando se acercó a Tina temiendo lo peor, aunque se calmó al ver que no hacía nada y que el gato de Rubi estaba tranquilo ante su presencia. Los animales sienten el peligro- pensó para tranqulizarse.

Intentó aportar algo a la conversación sobre a dónde deberían ir, pero no se le ocurría nada, ambos parecían tener razón. Sin embargo, al ver el comportamiento de Manchas y lo que acababa de pasar con el treant, dijo: El gato ha... ha hablado con eso?- señaló al treant- Quizás le ha aconsejado que vayamos por ahí pero... ¿Por qué nos iba a ayudar?

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16/09/2018, 18:20
Rubi Myers

En la cabeza de Rubi se había desplegado el tiovivo de una feria. Colores, luces, ruidos y poco sentido. Manchas se enzarzaba con el pantalón de su pijama, a su juzgar tremendamente segura del camino que debían de tomar.

Al menos uno de nosotros lo está…

Tomó aire por la nariz, despacio, intentando pasar por alto que un árbol móvil acababa de agacharse ante un felino que podría haber aplastado con el pulgar. Sus compañeros titubeaban, y no ser la única paralizada le hizo sentirse un punto más valiente. Se encogió de hombros.

- ¿Por qué no iba a ayudarnos? Es mi gata, al fin y al cabo -Había invocado sus mejores dotes de actriz y, tal y como esperaba, la frase había salido con el convencimiento justo, sólida e indiscutible-. Y lo queráis o no, nosotros no dejamos de ser turistas. Voto por dejar que Manchas nos haga un tour por su mundo.

Se agachó lo justo para que la yema de sus dedos enarbolara aquellos bigotes que cosquilleaban en la piel. Su tacto la hizo sentir mejor. No podían seguir dudando.

- Confío en ti, pequeña -murmuró. Se ajustó la gorra y asintió con convencimiento, para sí misma y para el resto-. ¡Vamos allá! Guíanos.

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17/09/2018, 14:31
Narradora

-Miaaaaaau…- Maullo Manchas ante las caricias de Ruby y como si la hubiera entendido empezó a corretear en dirección al callejón, girando la cabeza y parándose de tanto en tanto asegurándose de que la seguíais. El callejón era oscuro, pero estaba conectado por varios callejones que llevaban a las calles del puerto, pasasteis por un montón de cajas y botellas vacías, en todo momento parecía que Manchas sabia a donde tenia que ir asi que por el momento al menos una referencia teníais.

Después de varios minutos sorteando las callejuelas llegasteis a una calle que no estaba tan transitada como el resto, de hecho se podían ver algunas tiendas pero no tanta gente comprando, el sonido del mar os indicaba que estabais cerca del puerto, podíais escuchar incluso las olas y mas allá había una calle grande, probablemente llevara a la zona de atraque. En esa calle había un establecimiento al cual Manchas fue corriendo, mirándoos un momento, parecía ser una especie de bar antiguo si teníais que compararlo con algo, habían dos grandes barriles a modo de mesa fuera pero encima solo habían gatos, maullando y dejando pasar el tiempo.

Manchas espero a que estuvierais cerca, en el cartel de ese local había una patita de gato dibujada y cuando estuvisteis cerca Manchas entro por una gatera que había en la puerta principal, el interior sin duda os sorprendió aunque fuera un poco. Al contrario que en el exterior, el interior tenia algo mas de color, las paredes de madera estaban pintadas con tonos rosados y amarillos haciéndolo bastante acogedor, mas que mesas habían un montón de cojines por todo el suelo junto con algunas mesas que estaban cerca para poder tomar los alimentos, también había una barra de taberna antigua pero con esos colores y ambientación ademas de unas escaleras a mano izquierda que subían a un segundo piso. El local estaba lleno de “animales”, habían gatos normales al igual que Manchas pero también habían hombres y mujeres peludos con aspecto de animal, gatas, zorros, perros… Una de las camareras llevaba enérgicamente una bandeja llena de bebidas y comida mientras que era seguida por una segunda que era mucho mas calmada.

-No os quedéis en la entrada.- Dijo una voz desde abajo, una especie de gato que caminaba a dos patas y tenia un aspecto humanoide os miraba, su pelaje era negro y parecía no tener mucha amabilidad. -Entorpecéis el paso.

Quizás lo mas sorprendente de todo aquello era que regentando el lugar, desde una tarima un poco elevada, había un gato que tranquilamente llegaba a los tres metros de altura, totalmente blanco, con unos grandes ojos y una chaquetita naranja como indicando que aquel era el dueño, pero solo maullaba de tanto en tanto y se quedaba en la tarima que estaba cubierta por un humillo blanco que ascendía la cuerpo del gato.
 

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17/09/2018, 21:09
Hagiwara Kazuhiko

Todo esto tenía una ventaja: Si mientras seguían a Manchas les pasaba algo, al menos todos podían librarse de la responsabilidad de haberse metido en un lío. Bueno, menos Rubi, que para algo era su gato. O eso pensaba él, porque en realidad era igual de culpable al seguirlo sin plantearselo dos veces, pero es que a esas alturas estaba empezando a vivir la experiencia. No podía evitar mirar a todas partes, fijarse hasta en las cosas más mundanas para encontrar diferencias con lo que conocia.

Pero le resultó curioso que el animal tuviera tan claro exactamente el dónde quería ir... y no tardó en hacerse una idea de por qué, porque el establecimiento parecía ser bastante popular entre los de su especie. Eso no terminó de sorprenderlo. Lo que sí que le sorprendió, y le sorprendió bien, fue lo que se encontraron dentro. Para empezar el local en sí mismo estaba muy bien, pero su clientela era lo que de verdad llamaba la atención. Una mezcla de animales normales normales y animales no-tan-normales, y...

Y las camareras. Su instinto le obligó - Y él ofreció muy poca resistencia - a quedarse mirandolas un momento. Se sentía muy raro al pensarlo, teniendo el cuenta el donde estaba, pero es que eran preciosas. O a él se lo parecían, al menos. Por suerte, antes de que su embobamiento resultara dolorosamente obvio, el animalillo que por alguna razón le recordó a Meowth les habló.

- Ah, sí, sí. Perdón, perdón - Le había pillado con la guardia baja. Carraspeó y, mirando un momento a sus compañeras antes de apartarse de la entrada, pero sin tener muy claro todavía dónde ir. Musitó para si mismo - ¿Y ahora...?

Volvió a fijarse en el sitio sólo para ver al gato que era casi el doble de alto que él. Parpadeó varias veces. Parecía el dueño, pero al mismo tiempo no tenía clarisimo que fuera capaz de hablar el mismo idioma. Mejor ir a lo seguro: Volvió a girarse hacia el gato humanoide de mal humor. Habló con mucho más cuidado del que suele tener.

- Oye, disculpa. Acabamos de llegar a la ciudad y estamois un poco perdidos. ¿Sabes con quien podríamos... hablar? ¿Para ubicarnos, quizá... ofrecernos trabajo, o algo así?

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18/09/2018, 19:48
Reisa Hatanaka

Reisa siguió al grupo, y por ende, al gato, a pesar de que no le hacía ninguna gracia entrar en un callejón de una ciudad misteriosa. Era de sentido común que en los lugares oscuros se esconderían aquellos que no querían ser vistos, y por tanto, peligrosos.

Con esos pensamientos, moviéndose inconscientemente el pelo hacia la izquierda de su cara, caminó sin saber muy bien hacia dónde hasta que sin darse cuenta, acabaron delante de una especie de posada. Entró cuando los demás hicieron lo propio, y sus ojos se abrieron como platos al ver que estaban en un establecimiento para animales, y se sorprendió aún más al ver aquellos seres "híbridos", que no eran ni personas. Suspiró aliviada por dos razones: La primera era porque parecía un lugar relativamente seguro en comparación de todo lo que habían visto.

La segunda razón era que por fin parecían haber encontrado a otros humanos, y estuvo a punto de comentarlo con los demás hasta que se fijó en sus orejas. ¡¿Chicas gato, en serio?! pensó, algo aturdida por perder la esperanza de poder encontrar a otros que se hubieran quedado aquí y hubiesen podido hacer una vida normal... Todo lo normal que se puede en un sueño.

Dio un pequeño salto apartándose, junto a otro de sus ya típicos gritos ahogados, al escuchar una voz poco educada debajo y detrás suya. Pe... Perdón!- se disculpó, sin saber muy bien como tendría que referirse a un gato parlante, así que se quedó junto al marco de la puerta, al lado de uno de esos barriles, con cuidado de no tocar ninguno de los otros gatos que allí estaban. 

Cuando Hagiwara le preguntó, decidió no decir nada para no atosigarle, y además, evitar cualquier posible consecuencia negativa de preguntar sin saber muy bien como funciona este mundo