Partida Rol por web

Hazlo Anne Marie, sólo tienes que desearlo, mátalo, imagínate el poder cumplir todos tus deseos, eres capaz de hacerlo, lo sé nuevamente esa oscuridad, pero ahora hay una luz al fondo, siluetas de figuras conocidas por ti van surgiendo de ella.

Deseas hacerlo, todo el mundo va a morir pronto, todo el mundo, pero podemos evitarlo, yo puedo ayudarte a evitarlo

Un desierto, un llanto, eres tú, no, es tu hermana, llora, lo sientes más que verlo, un hombre junto a ella, en el suelo, muerto, el dolor de Roux, tu dolor, ellos lo causan, la figura de José sonríe en el fondo, con él hay otra mujer de mirada dura, hablan y ríen, ¡Anne! tu hermana grita tu nombre, ayúdame desgarradores sollozos, la ves, estás cerca, pero no tienes fuerzas, eres débil para hacerlo, un hombre con un sombrero y una espada, la cabeza de Roux rueda por el suelo, es la tuya, sois las dos, muertas, eres débil.

-Eso Anne, así se hace, ya casi lo tienes comiendo de tu mano -piensa mientras sonríe encantadoramente a Clement... pero de pronto es como si él, como si todo en esa sala comenzara a distorsionarse, las voces se oyen lejanas y se siente levemente mareada.

Hazlo Anne Marie, sólo tienes que desearlo, mátalo, imagínate el poder cumplir todos tus deseos, eres capaz de hacerlo, lo sé nuevamente esa oscuridad, pero ahora hay una luz al fondo, siluetas de figuras conocidas por ti van surgiendo de ella.

Deseas hacerlo, todo el mundo va a morir pronto, todo el mundo, pero podemos evitarlo, yo puedo ayudarte a evitarlo

Esas voces otra vez. ¿Qué diablos le pasa? ¿Y esas imágenes?

-Sol... -musita en tono casi inaudible.

Respira profundo, esas imágenes, esas voces, es como un sueño, una pesadilla. ¿Qué significan?... El pecho se le aprieta, se siente algo sofocada, quiere salir de ahí, pero no puede, no debe, de esa noche dependen muchas cosas. Su bolso ¿Dónde está su bolso?. Anne desvía la mirada, en algún momento lo dejó sobre la barra... necesita un cigarro y uno de sus calmantes.

Camina hasta la barra, la distancia pese a ser corta se le hace eterna, se sabe y siente observada, no ha perdido por completo la noción de dónde está y con quién. A cada paso sus caderas oscilan con esa sensualidad natural que posee al caminar. Llega a la barra y pide que le sirvan otro Martini, entre tanto busca en el bolso los cigarrillos y los calmantes. Encuentra ambos. Rápidamente saca una pastilla y disimulada se la echa a la boca, el Martini ya está frente a ella, toma la copa y bebe. Por último toma la boquilla con el cigarrillo y pide al barman que le preste fuego. Da una larga calada, la sensación la relaja, vuelve a tener el control.

Bueno la verdad es que todavía tenemos que solucionar un par de asuntos, ya veremos que tal va el asunto.. digo tratando de quitarle importancia al asunto mientras disimulo la sorpresa que me ha causado la rapida y eficaz salida de Anne.

Bueno, por lo menos parece que Anne me ha echado un capote, así mi presencia aquí ya no destaca tanto

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Escucho las pabras de Julian mientras trato que su actitud me resbale

Este tio es realmente irritante, no dudo que sera una persona famosa, pero esa forma de ser de !ey¡ me molo a mi mismo porque soy el mejor y lo se todo me da por culo...

Seguro que era el típico chico guay gilipollas de la clase....

Según parece usted es un gran conocedor de las aptitudes de la señorita Cavallie, así que por favor ilustreme..... me quedo expectante a su respuesta confiando a que ese aire de superioridad le haga decir algo que crea que no tiene sentido para mi , pero que unido a las demás piezas del puzle arroje algo de luz.

Derrepente Anne parece actuar de forma extraña

Pero que co....... digo mientras la veo tambalearse hacia la barra

Si me disculpa.. digo a Clement mientras me acerco a Anne

¿Ey te encuentras bien?, ¿que demonios te ha pasado?, parecías como ... ida

Clement observa la escena con curiosidad, no pone ninguna pega a la disculpa de José y se queda en el mismo lugar en el que se encontraba, pero sus ojos no abandonan en ningún momento a la mujer francesa.

Se cruza de brazos con actitud relajada, sin parecer en exceso sorprendido y un terrible aire de superioridad sobre la situación en general, sonríe a Anne cuando esta termina con el ritual que ha seguido hasta que parece que ha vuelto a centrarse en el lugar donde realmente se encuentra.

Qué la ilustre ella misma señor Fornes dice en voz alta.

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-¿Eh? -titubea- sí, bien, gracias. Acabo de salir de una fuerte gripe y creo que aún no me repongo del todo -miente-, tuve un pequeño mareo, nada alarmante... ya estoy bien.

Voltea y queda con la espalda apoyada en la barra. En verdad se la ve segura y otra vez con total dominio de sí y del local. No por nada es la dueña de "Cosmo", no por nada su local ha adquirido el prestigio suficiente para que un hombre como Clement asista.

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Escucha decir a su invitado estrella mientras le da una nueva calada al cigarrillo.

-Terminará consiguiendo que me sonroje, monsieur Clement -le sonríe, encantadora-, suelo ser mi peor crítico pero difícilmente mi mejor partidario... la verdad es que ya me tiene usted intrigada y me gustaría oír de su propia boca qué es eso que me hace tan especial...

¿Sonrojarse?, bien sabe que su belleza aumenta con ese aire de inocencia señorita Cavaliê devuelve una sonrisa que no le va a la zaga a la de la francesa, acortando la distancia entre ambos, paso a paso hasta quedar apoyado en la barra a su lado.

Mira el techo de la sala, y luego suspira melancólico, para girarse y quedar casi pegado a la joven, sin prestar atención al español al otro lado de la chica, Esta noche, he venido aquí por ti, necesitaba confirmar ciertos rumores que había oído por parte de mis allegados sobre algo acaecido la noche anterior, mi intenciones se debatían entre eliminarte del juego, o pedirte que te unieras a mi bando alarga el brazo y acaricia la desnuda piel del hombro de Anne, con suavidad.

Vuelve a sonreír y a mirarla a los ojos, ahora querrás saber cosas del juego y de los bandos, pero no está en mi mano contártelas, todavía no por lo menos, pero, ¿recuerdas que hiciste anoche? pregunta perdiéndose en el tibio azul que le ofreces.

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Joder con Don Juan , como esto siga así creo que se me va a empezar a poner cara de candelabro.... pienso mientras veo como Clement sigue tratando de alcanzar a Anne con sus rallos super molones de "soy mejor que los demás"

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Al oír estas palabras mi gesto empieza a volverse mas serio Vaya , parece que tenemos un ganador.... Las piezas parecían ir encajando poco a poco , la idea de únete a mi o muere no quedaba tan descabellada para un maníaco , me quedo unos segundos pensativo acerca de que debería hacer, se me plantea el dilema de interponerme entre ellos , cosa que seguro que disgustaría a Clement , tan solo el no tener la absoluta certeza de que es a el a quien tengo que detener y los problemas que le podría causar a Anne me retienen

Demasiadas piezas encajan, es alguien importante , lo que le permitiría tener al a policía en el bolsillo y ahora esto...

Por ultimo Clement suelta su ultima frase lanzando una pregunta al a que yo todavía busco respuesta

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Por un momento no puedo evitar que se me quede cara de estúpido ¿Pero que coño?, ¿ella tampoco?.... El hecho de que ella no recordase lo que hizo la noche anterior le daría credibilidad a la versión que me contaron Lea y Luc

No puede ser , esto es de locos..... trato de recuperar la compostura para que Clement no note nada y me quedo expectante de la respuesta que pueda dar Anne

Mierda, este tío cada vez me da peor espina , pero puede ayudarme a comprender porque yo tampoco puedo recordar nada, ¿pero quien demonios es?......

Julian se mueve como un felino y a ratos ella parece caer en su embrujo. Es un hombre realmente cautivante, pero Anne no se deja impresionar, menos por un alguien como él, acostumbrado a tener todo, incluyendo mujeres, con un simple chasquido de dedos.

Esboza una sonrisa y sostiene su mirada, midiendo fuerzas quizás... Anne también gusta de ese particular juego de cacería.

Anne estudia el rostro de Julian, escruta en sus ojos. El tacto de su piel no le es indiferente, pero sus palabras la ponen en estado de alerta. Lentamente se aparta de la barra y camina por la sala en dirección a los sillones. Al hacerlo pasa por el lado de José, sus miradas se cruzan. Fornes, por lo que alcanza a percibir, observa a Clement con una desconfianza infinita. Anne también desconfía, no le ha gustado para nada ese tono que él ha usado aunque debe admitir que en otras circunstancias no dudaría en invitarlo a compartir la cama.

-No me gusta jugar sin conocer primero las reglas del juego, monsieur Clement, mucho menos hacerlo sin haber sido invitada a participar -su voz es calma pero aún así posee una fuerte carga de sensualidad- ¿Acaso quieres jugar conmigo Julian? -lo trata con la misma familiaridad que él lo hiciera minutos antes.

Da un sorbo a la copa y termina el que ya es su segundo cigarrillo.

-Y respecto a tú pregunta -sonríe- no la responderé... Tengo derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede ser usado en mi contra...

Comienza a recitar con aire divertido, aunque en realidad de divertido no le parezca nada, porque sí, Clement tiene razón, no recuerda lo que pasó... ¿Qué diablos había hecho la noche anterior?

Ríe ante tu broma, apurando el contenido de su vaso, apoya los codos en la barra, de espaldas a ella, de frente a vosotros, sin dejar de observar en ningún momento los movimientos de la francesa, su expresión es la misma que un cazador adoptaría con su presa, pero con la diferencia de que parece disfrutar con todo aquello, que no lo hace por simple necesidad.

Devuelve la sonrisa, perfecta, provocadora, ¿Acaso alguien no querría señorita Cavaliê?, vuelve a buscar la cercanía de la joven, no le gusta estar demasiado lejos, como si temiera que fuera a escapársele, ni siquiera mira a Fornes, es evidente que es un terreno que maneja con solvencia, Las invitaciones son para quienes las necesiten, lo mismo que las reglas entorna los ojos, ladeando ligeramente la cabeza y sonriendo de manera mucho más peligrosa Anne Marie

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Anne ve a Clement acercársele, mira a Fornes y le sonríe, alza una ceja al hacerlo como diciéndole "míralo, éste ya se jura que me tiene en el bote". Vuelve a mirar a Julian cuando éste ya está junto a ella y la llama por su nombre.

-Las reglas, Julian, siempre existen, aunque nosotros creamos que no se necesitan.

Lleva ambas manos al pecho de él, acercando el rostro al suyo, parece tener intenciones de besarle la mejilla, pero cuando aquello parece inminente, se limita a oler su perfume y ordenarle la solapa del traje. Luego sonríe y se aparta.

-Todo es este mundo son reglas y todos nos regimos por ellas. -lo rodea mientras habla- De las "normas sociales" -flecta ambos brazos, levanta las manos y dibuja con sus dedos índice y anular las comillas; los demás dedos permanecen doblados- ni siquiera tú te escapas -sonríe, se encuentra parada tras él- o si prefieres... -le habla cerca del oído, los tacos ayudan a que no parezca tan baja a su lado y permiten que al hablar su respiración pueda ser sentida por él en la nuca- en lugar de "normas" les llamamos "protocolo" -repite el gesto con los dedos.

Anne nuevamente se aparta de Clement, es como si inconscientemente buscara poner distancia entre ambos. Mira con aire distraído la hora en su fino reloj de pulsera. Por la hora intuye que el local habrá comenzado a llenarse.

Continuo como testigo mudo de la conversación entre Anne y Julian , a pesar de la tremenda seguridad que demuestra Julian ella no se amilana, apesar de eso por un momento me asalta la duda Joder , como esto siga asi , Anne pasa junto a mi lado y me lanza una mirada bastante explicita. Hecho la mano a mi perilla Vaya con la francesa... pienso mientras la acaricio Aunque por otro lado si es relaciones publicas y encima de una discoteca tiene que estar acostumbrada a lidiar con listillos

Mi mirada pasa de Anne a Julian , observo sus reacciones No creo que este acostumbrado a que alguien no se rinda a sus "encantos", veremos que tal encajas ver como la presa se te escapa...

¿Le aburro señorita Cavaliê? pregunta con aire divertido cuando mira el reloj, observa todos los gestos de aquella mujer que parece sentirse a gusto en este juego del gato y el ratón, devuelve la mirada a Fornes, un extraño invitado en esta curiosa función que se está representado, le guiña un ojo de manera cómplice, demostrando confianza, parece encantado con todo el asunto.

Así que ni siquiera alguien como yo escapa a las “normas sociales” vuelve a centrar su atención enteramente en la chica francesa, pues pensaba que estaba por encima de ellas, siempre lo he pensado, desde que tengo uso de razón vuelve a hacer desaparecer la distancia entre ambos, como si una goma elástica invisible los uniera, y así era en cierto sentido, con un hábil movimiento coloca la mano en la cintura de Anne, atrayéndola hacia él, hablándole en voz baja, un susurrante letanía

Quizás debería besarla señorita Cavaliê acerca el rostro, en una imitación al anterior gesto de la chica, pero no lo haré, no negaré que ansió conocer el sabor de esos labios, la mirada se dirige a ellos, pero esperaré a que sean ellos los que busquen los míos vuelve a levantar la vista enfocando el pálido azul eso hará el momento tan especial como tú ha dejado de sonreís, no está serio, sino más bien expectante y satisfecho, alejándose un poco, liberando el cuerpo de la joven, pero manteniéndose cerca.

Si quieres, si lo deseas, te mostraré un mundo por encima de esas reglas que parecen atarte Anne, de esas que siempre te han mantenido a la sombra de tu hermana, llevándote a elegir un tipo de vida totalmente diferente

Anne no puede más que sonreír, complacida, por el tono y las palabras que Clement le susurra.

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-Cuando eso pase habrás dejado de ser el cazador y te habrás convertido en mi presa... ¿Estarías dispuesto, Julian?

Pero entonces él mencionó a su hermana y la mirada de Anne se tornó fría como la nieve y el pálido celeste pareció volverse gris.

-¿Qué sabe usted de mi hermana, monsieur? -volvió a poner distancia en el trato aunque no deja de ser cálida y amable- Por lo demás, si estuviese a la sombra de ella, como monsieur dice, no viviría en Europa mientras que ella lo hace en América ni mucho menos tendríamos ocupaciones tan disímiles... Non, monsieur Clement, vous êtes erronée.

Se acerca a Fornes y lo toma del brazo con fingida familiaridad, se supone que ambos se conocen o al menos se han visto un par de veces más, por lo tanto no debería causar extrañeza.

-Monsieur, Clement, son muchas las cosas que he visto y muchas más las que me quedan por ver, seguro la gran mayoría, sino es que todas, me las puede mostrar usted, pero soy mujer a la que le gusta mantener el control y pisar sobre seguro. Usted me desconcierta, pero se que yo le desconcierto en la misma medida, por algo sigue acá y ofrece mostrarme ese mundo del cual, según me dice, es usted amo y señor... sin embargo, mientras no tenga garantías, mi respuesta habrá de ser: non, merci.

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aprieto la mano de Anne ligeramente para tratar de trasmitirle seguridad

Vaya señor Clement, parece que no consigue todo lo que quiere al final, y lamento decirle , que nadie esta por encima de la ley, de una forma o de otra, al final a todos nos llega lo que nos corresponde.

Es una especie de ley no firmada que rige el mundo
contesto a Clement con cierto gesto de satisfacción al ver la actitud de Anne

Por no hablar de que eres un cabrón mimado que cree estar por encima de la ley, cada vez estoy mas seguro tiene que ser el....

Bueno Jose trata de relajarte, si lo cabreas seguro que a Anne no le sienta bien....

Presa y cazador, no sabes bien quien es quien, pues la sonrisa de calma y confianza que vuelve a transmitir aquel hombre parece dar a entender que las cosas están sucediendo tal y como él esperaba, un juego de intriga y seducción muy de su gusto, muy del estilo de Julian Clement, un hombre que, no olvidemos, marca tendencia en la ciudad donde reina la moda.

Querida Anne Marie pronuncia marcando en exceso la erre, con fingido cansancio, ¿Acaso tenía Alejandro Magno la seguridad de que había algo tras los lugares que mostraban sus mapas?, ¿O Colón sabía que llegaría a un nuevo continente?, niega con la cabeza y la sonrisa ampliada, quien no arriesga, no puede ganar, los grandes descubrimientos son para las personas con grandes miras, nuevamente busca aquellos ojos cambiados, ]b] por eso, señorita Cavaliê, la mayoría de las personas con grandes dones se pierden en el tiempo, por intentar mantener todo bajo control [/B] las palabras de Fornes le asquean ligeramente.

¿La ley?, esa la marcan personas, como usted, que no son capaces de mirar más allá, que no conciben el hecho de vivir sin reglas, como se hacia antaño, como se hará en el futuro, todas las leyes son desafiables querido amigo, y todas pueden cambiarse, sin excepción un breve rastro de compasión, tal vez porque considere que nunca podrás entenderlo, así que regresa a la joven, a su mirada.

Su hermana siempre le ha disgustado, por como se comporta, por como es, porque cree que pudo ser mucho más, porque a usted la limita su voz se suaviza, de manera imperativa, inquietante debo confesarle que me gusta conocer a aquellos que voy a visitar

-Y a mí me gusta conocer a aquellos con quienes voy a jugar -responde . Las palabras de Julian le suenan a desafío y decide aceptar-. Así que... Julian -pronuncia su nombre con medida parsimonia-... va siendo hora que me hable de usted, pero no quiero saber lo que la prensa dice de Julian Clement sino lo que Julian Clement dice sobre Julian Clement.

Aprieta la mano de Fornes poco antes de soltarse de su brazo. Mientras le tenía tomado del brazo ha podido notar lo tenso que está y lo aún más tenso que se pone cada vez que Clement menciona una palabra. Intenta, con ese leve apretón que le da, transmitirle la misma serenidad que él le transmitiera momentos antes.

Anne está jugando con fuego, lo sabe... lo sabe por instinto, lo sabe porque Fornes la ha puesto en estado de alerta, pero no sabe si el peligro provienes de Clement o no, quizás y provenga del mismísimo José, sin embargo el único modo de averiguarlo es, precisamente, jugando sus cartas como hasta ahora.

Sonríe condescendiente conforme tus palabras van causando efecto, satisfecho de que hayas aceptado jugar, se acerca a la barra y pide una copa, repite con el champán, por lo menos parece que ha sido de su agrado, algo es algo, cuando se la sirven, vuelve de nuevo a la posición de la joven francesa, a su lado, Creo que deberíamos sentarnos para charlar de un hombre como yo, quizás algo de lo que escuches haga que caigas de espaldas tiende el brazo a la chica de modo caballeroso para que la acompañe a los sillones.

Debería usted beber alguna copa señor Fornes, lo mismo encuentra inspiración en mi historia para alguna canción, aunque no creo que cuadremos estilos, nunca se sabe dice con una aparente sincera amabilidad al español.

Una vez acomodados, Julian deja “escapar” a la chica, a la que mira, ladeando ligeramente la cabeza, Aunque, le advierto que casi toda mi vida está publicada en los más variados medios, desde la más vulgar prensa amarilla, hasta reputadas revistas científicas, se lleva la mano a los labios, a los que acaricia, a modo de reflejo.

Aunque, te contaré algo novedoso, una primicia, toma la mano de Anne, de manera familiar, acariciando su dorso con la yema de los dedos, nuestro encuentro no ha sido casual, aunque eso creo que lo empiezas a sospechar, te hemos estado siguiendo durante algún tiempo, pero ha llegado el momento de actuar, se vuelve hacia Fornes.

¿Es usted su guardián?

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Cada palabra de Julian solo consigue que sienta mas desprecio por el , Jodido egolatra.. sus palabras me hacen recordar las caras de algunos de los clientes que habían pasado por el buffet donde había trabajado durante mi época de abogados, no era el primero ni por desgracia el ultimo hombre que creía estar por encima de los demás, que podía hacer lo que quisiera porque las reglas no estaban hechas para el.

Mi cuerpo se va tensando cada vez mas , derrepente noto el tacto de Anne que trata de ayudarme a recuperar la calma

Si lo mejor es que me relaje, ademas que se crea estar por encima mio puede resultarme una ventaja

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Miro las botellas tras la barra y mi mirada parece quedarse perdida, no puedo evitar que algún flash etílico vuelva a mi cabeza, por un segundo mi mente retrocede a aquellas noches donde la única manera de acallar a mi conciencia era ahogarla en el fondo de una botella

No lo siento, ahora mismo no me apetece.... Tras mucho esfuerzo había conseguido derrotar a los demonios de la bebida, mas de una vez había salido con mis amigos después de superarlo y había bebido sin que pasase nada, pero sabia que mi concentración esa noche debía estar al 100%

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Tiene que ser el estoy seguro... Julian parecía estar autoreconociendose sin ningún tipo de tapujos, quizás porque no sabia que pintaba yo aquí o quizás si , desde luego si la habían estado siguiendo y no sabían que hacia yo aquí podía aprovecharlo

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Mis músculos se tensan cuando Julian menciona que ha llegado la hora de actuar , trato de prepararme sin que se note para abalanzarme sobre el ante el mas mínimo indicio Todo ese rollo seductor ha podido hacerlo simplemente para poder estar cerca y tratar de aprovechar un momento de distracción...

Pero nuevamente Julian parece destapar otra de sus cartas ¿Su guardián?.. realmente sabia aquel hombre que hacia yo aquí , tanta seguridad en si mismo resultaba alarmante, un hombre con esa actitud tenia que tener algún as mas escondido en su manga

¿Su guardián? digo con tono algo sorprendido y distendido Como ya le ha dicho la Anne , somos socios y amigos digo mientras le dedico un guiño a Anne mientras me siento un poco mas cerca de ella tratando de recortar distancias.

Aunque con tanta intriga y siendo tan especial , parece que no le vendría mal a Anne uno....

Estaba seguro de que tenia a mi hombre y seguramente iba a tener pocas oportunidades tan aparentes como esta para frenarle , pero no podía dar un paso en falso y aquel hombre parecía tener las piezas que faltaban en mi rompecabezas

Veamos que historia tiene que contarnos.....

Pero por favor continue, ya ha dejado claro que no persigue a Anne solo por su belleza, ¿que hizo despertar ese interés que le ha llevado a realizar ese seguimiento tan exhaustivo de la vida de la señorita Cavalie?, por lo que parece hasta usted conoce detalles que ella no recuerda....

La bellaza, señor Fornes, es algo muy relativo, aunque es indudable que Anne es una mujer muy hermosa se vuelve hacia ella, mirándola, recreándose en su rostro un poco más, pero esa no es la cuestión como usted bien ha recalcado se gira de nuevo hacia José sonriéndole.

¿Más datos sobre mi?, le advierto que no es usted mi tipo señor Fornes dice afablemente, Les contaré porque estoy aquí, porque Anne es especial para mi, y para quien me envía, y por ello debía matarla habla con naturalidad, como si no hubiera dicho nada fuera de lo normal, pero al conocerla se gira buscando sus ojos azules, con una sonrisa evocadora, es lo último que deseo, puesto que aún tenemos algo pendiente, algo que empieza a hacerme pensar más de la cuenta bebe un pequeño sorbo de champán, manteniendo la copa en su mano y mirando los labios de la francesa.

Además, creo en que estaremos de acuerdo, que hacerle tal cosa, no estaría bien, no me apetece nada hacer algo tan horrible vuelve a mirar al español, sería mucho mejor que la propia interesada en este asunto nos comentara algo más sobre aquello que la ha empezado a atormentar dice con tranquilidad.

y por ello debía matarla... Cuando Anne escucha esa frase se siente palidecer. Mira a Fornes, con los ojos abiertos como plato, el impacto de esas palabras ha sido tal que le es imposible disimular.

-Entonces era cierto... -musita, pero su voz no alcanza a ser audible, es apenas un mover de labios.

Vuelve a mirar a Clement, él la mira y le habla de modo tal que la estremece, se siente confundida, ese hombre consigue despertar en ella todo un torbellino de sensaciones, la mayoría de ellas muy poco ortodoxas. Desea salir corriendo, pero Julian ejerce una suerte de magnetismo sobre ella que le es casi imposible obviar.

-Necesito un cigarro... -dice y se pone de pie, camina con paso seguro, cosa curiosa dado que en ese momento lo que menos siente es seguridad.

Eugène, el barman, sigue tras la barra, suerte de mudo testigo de lo que en esa sala está ocurriendo. Las miradas de ambos se cruzan y ella entiende, por el modo en que él la mira, que le está consultando si se encuentra bien o requiere que la ayude. Anne saca un cigarrillo y lo enciende, él le ha servido un trago pero lo rechaza, necesita estar lúcida.

Saber que además de José está Eugène le infunde algo de calma en esa tempestad que siente está inmersa. Sabe que ante cualquier cosa que suceda el barman accionará el botón de pánico y los encargados de la seguridad acudirán casi de inmediato, al tiempo que la policía parisina será alertada. Sí, eso la tranquiliza, no debe, no puede entrar en pánico, necesita saber más... necesita saber si su hermana corre peligro.

Regresa junto a los dos hombres, esta vez ambas manos están ocupadas pues una porta la cigarrera y en la otra lleva el móvil. Descifrar o explicar cómo se siente Anne en ese momento es algo difícil, ni ella misma lo sabe. Es como si su sangre hirviera, siente rabia, temor y a la vez una morbosa necesidad de saber más.

Vuelve a sentarse, esta vez frente a Clement. Da una calada al cigarrillo y abre el móvil, disca el número sin siquiera buscarlo en la agenda, no es necesario, lo conoce de memoria. Tras unos segundos la persona a quien llama contesta.

-Simoné... sí... todo bien... no... Simoné, escúchame... sí... me alegro... tendrás que hacerte cargo... no, después hablamos, ahora no puedo... sí, confío en tí... te quedas a cargo... un beso.

La llamada finaliza, cierra el móvil y mira a Julian.

-Bien Julian, gozas ahora de mi total y absoluta atención -arquea una ceja y da una larga calada al cigarrillo-... antes de decir nada sobre lo que me pueda o no atormentar quiero escuchar de tu propia boca lo que de mí sabes y te agradeceré que te ahorres el juego de seducción, porque ahora no estoy para juegos.