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Nazarene´s Lot

Nazarene's Lot

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05/04/2021, 12:15
Director de juego

Gloria Méndez, bastante molesta por la presencia de unos niños en una zona que debería haber estado desierta de personas, está deseando terminar la misión para llamar a los servicios sociales. Quizá la excusa de buscar un mejor futuro para todo ellos calmase una pequeña culpabilidad por el hecho de no soportar a esos locos bajitos de comportamiento impredecible y, en este caso, incluso peligroso para ellos mismos y los demás.

Frank Gambetta, el constructor, duda acerca de que un puente construido en madera hace quizá demasiado tiempo sea capaz de soportar el tonelaje de un vehículo 4x4 cargado con cuatro personas y un equipo de enseres de investigación. Teóricamente la construcción era perfecta, pero si la calidad de la madera estaba en consonancia con el resto del pueblo, el pasar a pie ya supondría un pequeño riesgo. Ni pensar siquiera el ir en coche hasta el otro lado.

Sharpay, por su parte, realiza conexiones entre el vetusto aparato de ortopedia encontrado y el que, probablemente, fuera el vecino más infame que tuvo Nazarene’s Hill, Henry Willard que, si sus suposiciones son ciertas, llegó al lugar huyendo de las persecuciones de brujería en la cercana localidad de Salem. Sobre temas más mundanos, y al igual que Gloria y Frank, cuya opinión respeta, Sharpay tiene serias dudas sobre la resistencia del puente.

El padre Flaherty mira con escepticismo el puente cubierto al tiempo que escucha detenidamente todo lo que sus compañeros dicen al respecto. Al igual que Gloria, se encuentra más tranquilo por el hecho de que los niños no hayan vuelto a hacer su aparición. Niños; seres puros, sin malicia y angelicales… al menos algunos de ellos, dado que otros parecen hallarse en la pubertad. Por supuesto, no puede dejar de observar la niebla.

La pregunta de Arnold acerca de la fecha de construcción del puente cae en el más completo de los silencios. Tres cuartos de lo mismo sucede con lo que él llama «el mantenimiento» del mismo. Es muy probable que el puente haya tenido alguna remodelación con el transcurso de los años, pero siempre tareas menores que no requerían modificar su estructura básica y, por lo tanto, no posee ningún tipo de fiabilidad.

Comienzan a caminar por el puente, que sólo cruje ligeramente bajo los pasos del grupo. No parece que vaya a deshacerse en astillas y a precipitar a los cuatro investigadores al caudaloso río que les espera por debajo. La fuerte corriente forma una nube de espuma alrededor de la estructura, dando la impresión de ser la entrada a un lugar ajeno a la realidad. El puente, por dentro, parece resistir bastante bien el paso del tiempo y quizá hubiera sido lo bastante resistente como para aguantar el peso del vehículo. Quizá.

Siguen internándose en el puente sin escuchar más ruidos que los procedentes del agua, bastante fuertes por otro lado. Dentro del túnel que forma el puente cubierto, se puede ver un vehículo abandonado entre las sombras que dominan el lugar. Es una antigua furgoneta oxidada y sin ruedas, colocada de manera trasversal que podría emplearse como algún tipo de parapeto. O quizá se trate simplemente de algún vehículo averiado en aquel lugar situado, azarosamente, ocupando casi todo el espacio.

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07/04/2021, 00:47
Sharpay Wong

Tras abandonar nuestro vehículo, nos aventuramos hacia el puente. Alumbraba concienzúdamente mi alrededor, buscando cualquier pista que me ayudase en la investigación. A pesar de ello, el ruido y la escasa visibilidad bloqueaba mis sentidos y mi único objetivo, en aquel momento, se convirtió en mantenerme cerca de mis compañeros para no perderlos de vista. El paisaje impulsaba mis pensamientos con una fuerza similar a la corriente que descendía bajo nuestros pies, casi haciéndome temer que el Proyecto Punta de Flecha se hubiese instaurado en Nazarene’s Lot.

Avanzamos por el puente y trato de concentrarme en mi objetivo principal. En cada desaparición, las primeras horas tienen una relevancia especial. Tras el primer día, las probabilidades de encontrar a alguien con vida caen como un buitre que avista carroña. El tiempo pasa y sólo cuento con una lista, de la cual ni siquiera puedo deducir la voluntariedad o no de esas desapariciones, y mucho menos de ningún tipo de móvil. Desconozco el lugar exacto donde desaparecieron. No tengo información sobre sus costumbres, familiares, amigos, trabajo… No conozco la relación que existe entre las víctimas. A todo ello se suma el descubrimiento de la red de cuevas subterráneas, un lugar perfecto para que un sinfín de larvas se alimenten durante generaciones. La idea de encontrar a esas personas con vida se vuelve tan implausible como la de encontrar pistas relacionadas con las desapariciones en este pueblo. A pesar de todo, y mientras haya lugares por investigar, mi esperanza se niega a ceder. Lo único que sé es que, según asegura la agencia, en Nazarene’s Lot puedo encontrar esas pistas... ¿O acaso mentían…? ¿Qué saben ellos y por qué nos envían aquí?

Intento evadir las dudas y fijar mis pensamientos en el escenario relacionado con las desapariciones. Un pueblo intrínsecamente ligado a la religión, cuyas prácticas no parecen remontarse exclusivamente al pasado. Rastros de sangre que recuerdan a rituales y documentos con antiguos símbolos mágicos expresamente dibujados, cuyos intentos nadie, o quizás pocos, sabe hasta dónde pueden llegar. La palabra sacrificio pasa inesperadamente por mi cabeza, estremeciéndome la simple posibilidad. De ser cierto…, ¿con qué objetivo realizan esos sacrificios? ¿Buscan lo mismo que supuestamente buscaba Henry? Repaso mentalmente nuestro recorrido y, de nuevo, las palabras abundancia y fertilidad asaltan mi pensamiento. ¿Es que el linaje cultural de la familia Willard no se ha extinguido? La mayoría de nuestros hallazgos se relacionan con esos conceptos. La manufacturación del maíz ha tratado, tradicionalmente, de simbolizar esas ideas, al igual que algunas de las máscaras con las que esos niños ocultan su rostro. ¿Han sido esas personas sacrificadas en aras de una triste fortuna? Y es que fuera de Nazarene´s Lot, el mundo no existe; solo el purgatorio, la tortura, el propio infierno.

De repente, algo llama mi atención. - Vaya…, espero que nuestro coche no termine igual… -Al pronunciar esas palabras en voz alta me doy cuenta de lo inoportunas que resultan en este momento-. Lo siento mucho, no debería haber dicho eso. -Me acerco con curiosidad a la furgoneta. Aunque es bastante habitual en un pueblo abandonado, mi mente, a veces incontrolable, no lucha contra la fantasía. En los pocos metros que recorro, el mismo vehículo pasa de ser el coche de una pareja malavenida, atrapada en un pueblo lleno de campos de maíz, al 4x4 de un grupo de agentes gubernamentales desaparecidos en 1983. Esquivo las pesadillas y alumbro la carrocería, buscando algún tipo de símbolo. Tal vez la marca y el modelo puedan darnos alguna pista sobre su antigüedad o su valor monetario. Trato de buscar dibujos en los laterales, comprobando si se trata del vehículo de alguna empresa. Dirijo la linterna hacia la matrícula, intentando conocer su procedencia. Tras examinar el exterior me acerco con cautela, cerciorándome de que nadie ronda la furgoneta, y observo el interior, buscando objetos personales u otros que puedan ayudarnos en nuestra investigación.

 

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10/04/2021, 13:56
Director de juego

La carrocería del coche se encuentra muy maltratada por el tiempo. Lo más probable que la humedad de la zona sea la causante de la oxidación de la totalidad de la carrocería. Las matrículas no están en su sitio. O bien han sido arrancadas por alguien o la corrosión ha causado que cayesen al suelo en algún momento y alguien se las llevó. Naturalmente, el vehículo conserva el número del bastidor, aunque muy desdibujado, por lo que no estás segura de que pueda realizarse una identificación correcta de su origen y ocupantes.

El interior, al menos a primera vista, se encuentra vacío. Sin embargo, esa aproximación te ha permitido ver cómo, en el suelo del puente y a la altura de las ruedas delanteras, hay una serie de abrojos metálicos que quizá en su día pincharon las ruedas. Los «abrojos», denominados «miguelitos» en Hispanoamérica, es un arma simple formada por cuatro o más púas metálicas afiladas de pocos centímetros de largo en forma de tetraedro. Al arrojarlas al suelo, una de las púas siempre apunta hacia arriba, mientras las otras forman la base.

No puedes estar segura de quién arrojó esos pequeños saboteadores metálicos a la carretera, pero algo te hace pensar que quizá esa tal «Ella» está relacionada con lo sucedido. Eres consciente de que, en el caso de haber pasado por el puente con el coche, ese podría haber sido vuestro destino también, pues aún quedan muchos esparcidos por todas partes y de muy difícil visión salvo que los estés buscando de manera deliberada. Regresando al coche, comprueba que ha sido vaciado de todo lo que contenía más allá de los elementos propios de un automóvil.

Sus ocupantes, ¿fueron sacrificados a algún tipo de deidad? «Fuera de Nazarene´s Lot, el mundo no existe; solo el purgatorio, la tortura, el propio Infierno…». Una buena razón para mantener contentas a las fuerzas que allí se encuentren. Al precio que sea. Pero, ¿no cuenta la literatura varios casos parecidos? Stephen King en su relato «Los Chicos del Maíz» y David Pinner en «Ritual», ambas obras trasladadas a la pantalla grande con desigual fortuna, narraban experiencias de ese tipo. Pero claro, todo eso era ficción… aunque había una en particular en la que se referían todos también a «Ella»… ¿cómo se llamaba esa historia? ¿Tendría algo que ver?

Notas de juego

Aunque este mensaje es para la Jugadora que lleva a Sharpay Wong, tras su aproximación al coche que se encuentra en el puente, me ha parecido interesante que el resto de Jugadores (que no Personajes) podáis hacer una aproximación a sus averiguaciones y pensamientos.

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13/04/2021, 12:04
Gloria Méndez

Por suerte para nosotros el puente aguanta nuestro peso a pesar de los crujidos que acompañan nuestra caminata, por lo que puedo respirar tranquila cuando pongo un pie fuera de la estructura. Sin embargo, pronto otra sorpresa nos aguarda, y no puedo evitar pensar lo mismo que dice Sharpay, encontrarnos un vehículo como aquel, en el estado deplorable en el que está tras dejar el nuestro atrás... parece un mal agüero. 

Veo como mi compañera se acerca al coche para examinarlo y la acompaño, quizás encontrásemos algo interesante. Pero pronto me doy cuenta de que la furgoneta está aún peor de lo que parecía desde lejos. 

¿Puedes ver el número de bastidor? - pregunto mientras intento anotar los números que me parece visualizar para después mostrárselo a Wong por si consideraba que alguno no era el adecuado.

Después rodeo el coche y reparo en las ruedas.

Vaya, vaya, parece que algo sucedió aquí, ¿creéis que la banda de niños dirijida por la señorita Rottenmeier han podido tener algo que ver? - empezaba a plantearme si había sido buena idea dejar nuestro único medio de salida de aquel horrible lugar atrás, aunque decidí no compartir aquellos funestos pensamientos, porque si la furgoneta estaba allí ¿dónde demonios estaban sus ocupantes? ¿habrían decidido caminar hasta encontrar ayuda y regresar a sus casas? Esperaba que sí, porque imaginaba que nunca lo sabría, aún así, era una cosa importante para el informe posterior.

Una vez acabé de examinar el vehículo y la zona, esperé a que mis compañeros decidiesen continuar.

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13/04/2021, 18:49
Arnold Flaherty

Me acerco a mis compañeras mientras miraba por ambos costados del puente al tiempo que pensaba -En el Salmo 91 hablan de como la confianza triunfa sobre el miedo pero... Este pueblo cada vez me gusta menos- Hago una pequeña inspección del vehículo, un poco imitando a Gloria y a Sharpay pero se nota que no es mi área de trabajo -Lo único que me queda claro es que alguien quería evitar que esta camioneta cruce el puente, ya sea para entrar o para salir del mismo- Aunque estoy muy convencido de este pensamiento no lo comparto en voz alta de momento ya que no quería levantar alarmas que tal vez estuvieran infundadas, así que decido primero escuchar a mis compañeras antes de soltar alguna conclusión apresurada.

Vaya…, espero que nuestro coche no termine igual…  Lo siento mucho, no debería haber dicho eso. -

-Tranquila que estoy seguro de que no eres la única con esa preocupación, querida. Pero si queremos avanzar es aún más claro que antes que no podemos hacerlo con el vehículo ya que no se como haríamos para quitar esta cosa de aquí

Vaya, vaya, parece que algo sucedió aquí, ¿creéis que la banda de niños dirijida por la señorita Rottenmeier han podido tener algo que ver? - 

-Los niños son niños, querida. Y aunque con su actitud parece que fueran bastante capaces de hacer algún acto de vandalismo... El conseguir los medios para llevarlo a cabo es otra historia- Inmediatamente se me vino a la cabeza la historia de uno de los chicos que había tenido que guiar en el pasado. Desde los 14 había empezado a delinquir pero su punto más bajo fue después que su primo de unos 23 lo instara a robar estaciones de servicio con un arma robada. Por suerte ahora había conseguido encontrar a Dios y seguramente estuviera disfrutando de una taza de café caliente en estos momentos... Lo cual era más de lo que se podía decir de mi en este momento.

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13/04/2021, 21:24
Sharpay Wong

Me acerqué al coche y pude darme cuenta de que el paso del tiempo volvía a enemistarse con nosotros. Cada centímetro del metal de aquel vehículo había sido invadido por miles de átomos de oxígeno. ¿Durante cuánto tiempo? Dada la humedad que reinaba en aquel pueblo, era difícil estimar la rapidez con la que el óxido, la corrosión o la podredumbre podrían haber hecho su trabajo. No encontramos más información, ni menos, que el número de bastidor levemente conservado.

Mientras trato de descifrar la serie, Gloria me muestra, en su libreta, los números que ha registrado. - Puedo ver algunos números, pero no todos. - Alumbro sus notas con la linterna y compruebo que coinciden con los que yo puedo identificar-. Algunos dígitos podrían ser de mucha ayuda para conocer el origen del coche, pero es importante conocer su posición en la serie. – Vuelvo a mirar y examino el número de bastidor con atención, tratando de conocer la posición de cada número -Los primeros podrían ayudarnos a saber de dónde procede, aunque no indican necesariamente la procedencia de sus ocupantes. -Alumbro la parte trasera y observo que es imposible conocer su matriculación-. La matrícula, si estuviese, sería de más ayuda para conocer esos datos…

Sigo rondando el coche cuando unos abrojos me sorprenden. Un escalofrío recorre mi cuerpo al pensar en los hospitalarios habitantes de Nazarene’s Lot. Después de todo, ha sido buena idea dejar atrás el 4x4. Miro con seriedad a Gloria, pensando que también recuerda nuestro vehículo en estos momentos. Afortunadamente, responde con algo de sarcasmo. Río, aunque con cierto nerviosismo, y trato de apoyar el humor con el que afronta esta situación-. Esa señorita llegaría a echar de menos los Alpes si viviese entre estas montañas… -Pero su comentario es más que un simple sarcasmo. Ella… - A mí también me cuesta pensar que esto haya sido la ocurrencia de unos niños. -Continúo, apoyando la idea del padre Flaherty-. Desde luego, no parece plausible que tengan medios para esto. Ni materiales, ni intelectuales. Nada más que para desarrollar la estrategia se necesitan capacidades con las que los niños no cuentan. -Me acuclillo unos segundos para examinar los pinchos. ¿Llevan aquí mucho tiempo o han sido especialmente colocados para nosotros? Miro con atención los posibles sedimentos acumulados sobre ellos. La escasez de estos depósitos o de su adhesión indicaría una colocación reciente. Empujo los abrojos cuidadosamente con el pie, observando si dejan una señal marcada sobre el pavimento. Me levanto, al comprobar que mis compañeros están listos para continuar, y alumbro el puente que debemos cruzar-. Hay abrojos repartidos por toda la carretera. Debemos tener cuidado.

Retomo el camino con la cabeza llena de chatarra. Desarrollar una estrategia como esta, para inutilizar el vehículo de quién sabe qué visitantes, requiere algo más que una planificación simple y rudimentaria como la de un niño. Los registros calcinados cada vez se alejan más de ser el objetivo de un puñado de macarras. Esa información no fue casualmente destruida. Las referencias a Ella han sido escasas a lo largo de la investigación, pero la verdad es que también han sido altas y claras. Recuerdo, con voces pueriles, varios comentarios que aludían a una autoridad poco benevolente. Lo más inquietante de todo es que parecían temer a esa figura, aunque aparentemente no estuviera presente. ¿Por qué? ¿Los vigilaba a través de la red de cuevas? ¿Cómo podría saber qué hacían esos niños en cada momento? Ella no puede ser simplemente una mujer, pero ninguna otra especie animal puede adiestrar a un grupo de niños. A medida que mi mente reproduce los recuerdos, esas fantásticas historias de terror parecen explicarlo todo mejor que lo que mi estudio me ha enseñado. Un buen puñado de ellas giran en torno a una figura femenina, pero suelen alejarse de las leyes biológicas que acostumbro a manejar… Recuerdo una de las primeras preguntas que me hice en este pueblo. ¿Quién coño es ella?

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14/04/2021, 17:14
Director de juego

Tras el comentario de Sharpay Wong, que ella misma considera de mal gusto, acerca de que el coche del grupo pudiese terminar igual que el que se encuentra en el puente, se escucha la voz tranquilizadora de Arnold Flaherty. El religioso es un hombre que sería capaz de amansar a las fieras con su sereno timbre de voz.

Tranquila, que estoy seguro de que no eres la única con esa preocupación, querida —aventura, aunque su tono de voz afirma—. Pero si queremos avanzar es aún más claro que antes que no podemos hacerlo con el vehículo, ya que no sé cómo haríamos para quitar esta cosa de aquí.

Así pues, una de las incógnitas que habían surgido acerca de usar o no el vehículo todoterreno en el puente queda respondida de manera automática.

Caminando tras Sharpay, Gloria Méndez se acerca al vehículo abandonado en el puente que, para su sorpresa, se haya en peor estado de lo que parecía a simple vista. Observa cómo su compañera mira con detenimiento el coche, como buscando algo que le sirva para identificarlo o de ayuda para seguir adelante (es difícil saber qué tiene esa mujer en la cabeza habida cuenta de sus actos, tan geniales como impredecibles).

¿Puedes ver el número de bastidor? —pregunta la arquitecta mientras ella anota los que encuentra cerca del motor.

Unos instantes después le muestra a Sharpay la escasa información que ha recogido.

Puedo ver algunos números, pero no todos —sin embargo, un buen fragmento de la numeración coincide—. Los primeros podrían ayudarnos a saber de dónde procede, aunque no indican necesariamente la procedencia de sus ocupantes. La matrícula, si estuviese, sería de más ayuda para conocer esos datos…

Detrás de las dos mujeres se escuchó la voz de Frank Gambetta.

Los números de los neumáticos también podrían ser de alguna utilidad, creo —al instante parece darse cuenta de que su idea no tiene una base real—. Bueno, en todo caso no están —comenta, casi como si se respondiese a sí mismo.

Gloria repara en la ausencia de ruedas y no puede evitar hacer un comentario.

Vaya, vaya, parece que algo sucedió aquí, ¿creéis que la banda de niños dirigida por la señorita Rottenmeier han podido tener algo que ver?

A pesar de que probablemente Gloria no ha querido resultar graciosa de manera deliberada, Sharpay no puede evitar reírse antes de responderla en todo igualmente jocoso.

Esa señorita llegaría a echar de menos los Alpes si viviese entre estas montañas…

El padre Flaherty vuelve a intervenir con una ligera sonrisa conciliadora. O quizá estuviese teniendo un recuerdo en ese mismo instante.

Los niños son niños, querida —sentencia de manera evidente, pero al mismo tiempo reveladora—. Y aunque con su actitud parece que fueran bastante capaces de hacer algún acto de vandalismo... El conseguir los medios para llevarlo a cabo es otra historia.

El carisma del religioso es incuestionable y su racionalidad y estoicismo apabullante.

A mí también me cuesta pensar que esto haya sido la ocurrencia de unos niños —le apoya Sharpay—. Desde luego, no parece plausible que tengan medios para esto. Ni materiales, ni intelectuales. Nada más que para desarrollar la estrategia se necesitan capacidades con las que los niños no cuentan —se agacha para mirar los pinchos—. Hay abrojos repartidos por toda la carretera. Debemos tener cuidado.

Frank Gambetta vuelve a intervenir.

Es imposible que esto lo hayan hecho los niños —comenta—. Y no me refiero a los pinchos, que eso sí parece que pudiera ser obra suya. Mirad este vehículo… lleva aquí abandonado muchísimo tiempo. Está oxidado hasta la carrocería. Ellos no tienen la edad suficiente como para estar aquí desde que esta furgoneta se averió. Y también dudo bastante que hayan podido mover hasta aquí… no sé… ¿dos mil kilos? ¿De veras unos niños van a arrastrar esto aquí? —su rostro revela incredulidad—. Opino igual que el padre Flaherty: una cosa es que sean unos gamberros y la otra es que puedan llevar a cabo según qué cosas.

Teniendo en cuenta que no han conseguido más información sobre la furgoneta que un número incompleto, deciden seguir caminando por el puente dejando atrás los restos oxidados de la furgoneta. Se trata, según el escaso conocimiento en vehículos que tienen y algunas piezas originales que aún quedan enteras, de una Ford. Quizá a su regreso, Sharpay pueda proporcionar esa información para ayudar en el esclarecimiento de algunas desapariciones.

Escasos y tristes rayos solares entran por algunos de los huecos de la madera, aunque todo el interior del puente sigue estando en penumbra. La niebla está desapareciendo poco a poco, aunque el sonido del agua bajo el puente parece recrudecerse. El olor a madera flota en el ambiente y ni siquiera las corrientes de agua pueden hacerlo desaparecer u ocultarlo de alguna forma. Lanzando miradas en todas direcciones, los investigadores de Nazarene’s Lot están a poca distancia de lograr traspasar el puente que les conducirá hacia la iglesia del lugar. Pero, inesperadamente, un conjunto de zumbidos se escucha en lo alto.

Junto a una de las vigas de madera que sostienen el techo, una colmena de abejas presenta una insólita imagen. Una incontable nube de esos insectos rodea su hogar, anclado en la madera, en una posición muy poco natural. Como si se tratasen de helicópteros al ataque, están suspendidos en el aire, manteniéndose a corta distancias unas de otras y sin romper su extraña formación. De alguna manera, parecen estar esperando a que el grupo pase cerca de ellas para atacarles. Podría parecer una opinión, pero todos los miembros del grupo tienen esa extraña certeza, incluso Arnold, aunque no se lo reconocería ni a sí mismo.

Oh, Dios mío… —murmura Frank Gambetta.

Todos los demás se vuelven hacia él y pueden ver cómo su cara he demudado el gesto a otro de angustia y sus manos tiemblan ligeramente. Es evidente que tiene algún tipo de miedo a las abejas. Quizá alguna fobia. O también puede ser otra la causa…

Soy alérgico al veneno de abeja —confiesa con un ligero tartamudeo—. Si me pica una sola, no saldré con vida de esta…

Pese a la situación, todos saben que no queda más remedio que cruzar, en algún momento u otro, pues es el único camino para alcanzar la iglesia, recoger la información que pueda tener y terminar de una vez por todas con esa absurda y compleja misión que les han encomendado.

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20/04/2021, 17:44
Sharpay Wong

Mientras escuchaba a mis compañeros reflexionaba acerca de sus ideas. Era muy posible que hubiesen colocado los abrojos antes de que ese grupo de niños hubiese nacido. Pensaba en sus impacientes y repetidas peticiones para que abandonásemos aquel pueblo. Parecía ilógico que hubiesen pretendido averiar nuestro único medio para salir de allí. Aun así, era consciente de la amenaza que suponíamos para su continuidad en Nazarene’s Lot. Era consciente de que ese tal ella no iba a permitir tan fácilmente que se convirtiese en un embalse. Por otro lado, también era posible que ese coche hubiese sido traído hasta aquí, pero aquella escena indicaba que lo más probable era que hubiese quedado inmovilizado a causa de los pinchos, terminando en esa posición al perder el control del vehículo. De cualquier manera, era algo que no averiguaríamos en aquel lugar, así que debíamos continuar nuestro trabajo.

Me alejo del vehículo con la sensación de que los números recuperados podrían contener más información de la que soy capaz de extraer. Aun así, tal vez en la agencia puedan hacer algo más con los números que Gloria ha anotado. Trato de concentrarme en los últimos datos. Parece que fue producido por la empresa Ford, aunque no sé de qué modelo podría tratarse. Intento contextualizar esta información y parece que, a pesar de la gran corrosión, no lleva ahí demasiado tiempo. Esta empresa no produjo grandes cantidades de automóviles hasta 1913, así que no podría tener más de 70 años… Es más, si se trata de una furgoneta, como en un principio parecía, su producción es incluso posterior y no tendría una antigüedad mayor de 20 años. Grandes cantidades de oxígeno, como las contenidas en esta húmeda atmósfera, pueden haber acelerado los procesos de corrosión y de putrefacción. Gran parte de ese periodo pertenece a los últimos 50 años, cuyos registros están destruidos u ocultos. ¿Es posible que pertenezca a alguna de las personas desparecidas?

De repente un fuerte aleteo se entremezcla con mis pensamientos. Un enjambre furioso manifiesta su disposición a arrojarnos dardos venenosos. Una vez más da la impresión de que los animales se han unido contra nosotros. Sin bien antes husmeábamos un hogar ajeno, esta vez la ofensa no es tan clara. Parecen controlados por algo mayor que su propio instinto. Recuerdo el grupo de niños, cuyas máscaras representan rostros de diferentes animales. Esos niños también parecían controlados por algo ajeno al principal motor de su comportamiento. ¿Tendrá algo con ver con ella? ¿Pero, de qué forma…? Trato de centrarme. Tal vez nuestro encuentro con los cuervos, quienes me hicieron sentir esta sensación hace poco tiempo, me hace interpretar ahora erróneamente la situación.

Miro a mis compañeros, y Frank parece estar a punto de sufrir un ataque de pánico. Escucho sus palabras y su situación me preocupa. Tiendo la mano hacia su hombro mostrándole mi apoyo. - Esta investigación no vale una vida humana, Frank. No tienes por qué pasar por ahí. -Trato de idear alguna estrategia para terminar de cruzar el puente, pero en cualquiera de ellas puede quedar su vida en riesgo. No nos queda tiempo que perder y debemos llegar a la iglesia, así que propongo al resto del equipo un nuevo camino. – Podemos regresar al coche y buscar en el mapa otro recorrido. Aunque la distancia sea mayor es más probable que lleguemos todos. -Permanezco en silencio, esperando la opinión o la propuesta del resto del equipo.

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21/04/2021, 09:12
Gloria Méndez

Tranquilo, no vamos a jugárnosla, tal y como ha dicho Sharpay, la investigación no vale tanto como para arriesgar la vida de ninguno de nosotros, así que, podemos dar un rodeo hasta nuestro destino, ¿vale? Nadie va a hacer que te acerques a esos malditos bichos, la verdad es que todo parece estar en nuestra contra desde que pusimos un pie en este pueblo maldito, ¿no os parece? - resoplo hastiada - primero los niños, Ella, luego aquel suceso con las plantas, lo del coche, los abrojos y ahora esto...

La verdad era que por una u otra cosa no teníamos más que problemas, cuando sacábamos una piedra, salía una nueva, y la mayor parte de las veces aún más grande.

¿Acaso todo estaba contra nosotros desde el principio? Porque, desde luego que si era yo la que tenía que responder a una pregunta como esa diría sin ninguna duda que sí. 

Cuando me habían hablado del trabajo, me había alegrado, era un punto positivo para mi carrera, pero ahora... ojalá nunca lo hubiese aceptado.

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30/04/2021, 03:10
Arnold Flaherty
Sólo para el director

Notas de juego

Perdón por la tardanza tuve unos problemitas con la computadora pero ya estoy de vuelta. Antes de postear ¿Sabría mi personaje que el humo auyenta a las abejas?

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01/05/2021, 20:03
Director de juego

Notas de juego

Por supuesto que lo sabría y sin necesidad de tirada. El padre Flaherty es una enciclopedia andante.

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03/05/2021, 17:15
Arnold Flaherty

Oigo con atención a mis compañeras mientras miro la dirección en la que están las abejas -La verdad es que tienen razón, no somos guarda parques ni bomberos así que lidiar con una colmena de abejas excede nuestras responsabilidades. En lo único que difiero es que probablemente no tengamos otra forma de cruzar- Señalo a mis pies con poca ceremonia antes de continuar -Este puente es muy bonito y bastante elaborado... Si cruzar este río fuera fácil no se hubieran esmerado tanto así que vamos a tener que prepararnos para la posibilidad de que no exista otro camino

Estaba eligiendo bien mis palabras, quería que quedara muy claro que no veía probable que encontremos otro camino pero tampoco quería que se confundiera mi actitud con que estaba muy interesado en cruzar -Si por mi fuera ya no estaríamos en este pueblo- Pensé antes de continuar.

-Así que mientras volvemos al auto deberíamos ir pensando muy bien como es que vamos a continuar a partir de aquí-

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06/05/2021, 09:09
Director de juego

Notas de juego

Frank, atenazado por el pánico, no tiene opinión al respecto de lo que vais a hacer para sortear el puente y la gran colmena de abejas que hay en él. Por otro lado, uno de vosotros tiene una idea al respecto, pero si no me comunica que la va a llevar a cabo, de momento estáis parados ante el puente sin hacer nada. Sólo Sharpay ha dicho que ella preferiría dar un rodeo, pero no ha tenido apoyo en ese sentido.

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06/05/2021, 16:48
Gloria Méndez

Notas de juego

Gloria daría un rodeo, *por eso puse lo de que no forzaríamos a Frank a acercase a esos bichos*, osea apoyo a Sharpay xD

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06/05/2021, 18:36
Director de juego

Notas de juego

Ah, pues es verdad, te pido perdón Senya.

Con el 50% de los jugadores de acuerdo con rodear el puente voy a continuar por ahí...

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07/05/2021, 01:27
Arnold Flaherty

Notas de juego

A ver, el padre tiene una idea para alejar a las abejas pero no está en sus intereses el ir para el otro lado. Desde el día de ayer que expresó su idea de irse para informar lo encontrado, pero respeta la decisión del grupo de continuar con el trabajo.

Por eso desacreditó la idea de Sharpay "No creo que encontremos otro lugar para cruzar" e insistió en que planeen su próximo movimiento mientras. Si por alguna razón después de todo esto el grupo siguiera insistiendo conque hay que cruzar el río por todos los medios posibles ahí daría su idea para solucionar el problema abejas. 

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08/05/2021, 11:22
Director de juego

Nazarene’s Lot. Un pequeño pueblo maldito por el interés del Gobierno federal en sumergirlo bajo las aguas para convertirlo en un pantano. Pero la localidad parecía estar maldita de antes, de mucho antes. Creado poco después de los famosos ahorcamientos por brujería de Salem, el lugar tenía su propia leyenda oscura. Se suponía que uno de los acusados por brujería había cambiado su nombre y había llegado a aquellas tierras para fundar su propio pueblo libre de la persecución religiosa. Pero ¿realmente era él? Un cuadro hallado en el lugar mostraba símbolos arcanos y una próstesis dental mostraba que, a un individuo del pueblo, uno muy rico, había mandado hacer un diente en oro para sustituir una pieza perdida. Del mismo modo, unos dibujos infantiles mostraban una calavera a la que le faltaba ese mismo diente y una iglesia con raíces que se hundían en la tierra.

Mientras, un grupo organizado de niños, comandados por una persona o entidad a la que llamaban «Ella» manipulaba todo lo que estaba sucediendo en el lugar. Los niños, de entre diez y catorce años, con máscaras que representaban animales salvajes, recorrían el pueblo a sus anchas dirigidos por la mayor de las niñas. Además de ellos, las raíces de la sacristía, los cuervos del tejado de esta, las abejas de un puente… todo parecía actuar de una manera fuera de lo normal atacando a los intrusos. O quizá no fuera más que el escenario de paranoia de una misión en un lugar solitario y abandonado de la mano de Dios. Un lugar en el que un grupo de profesionales designados por el United States Bureau of Reclamation han ido a comprobar el estado de la zona.

Y ahora, cerca de concluir su misión y tras haber pasado la noche en el pueblo, se encuentran con el dilema acerca de cruzar o no un puente sobre las aguas de un caudaloso río que, prácticamente, rodea por completo el pueblo. El objetivo es alcanzar el último edificio importante: la iglesia. Pero el puente cubierto no parece ser lo suficientemente estable y, para colmo, ya tiene dentro de un vehículo sin identificar de cierto tonelaje. Quizá el todoterreno de los investigadores podría terminar en el agua si lo cruzaban subidos a él. Pero, por otro lado, el puente alberga un nido de abejas a las que Frank Gambetta, experto constructor y muy unido a Sharpay Wong, es terriblemente alérgico.

Esta investigación no vale una vida humana, Frank. No tienes por qué pasar por ahí. Podemos regresar al coche y buscar en el mapa otro recorrido. Aunque la distancia sea mayor es más probable que lleguemos todos —propone Sharpay, que no quiere poner en riesgo la vida de nadie.

Tranquilo, no vamos a jugárnosla —afirma Gloria Méndez mirando a Frank—. Tal y como ha dicho Sharpay, la investigación no vale tanto como para arriesgar la vida de ninguno de nosotros, así que, podemos dar un rodeo hasta nuestro destino, ¿vale? Nadie va a hacer que te acerques a esos malditos bichos, la verdad es que todo parece estar en nuestra contra desde que pusimos un pie en este pueblo maldito, ¿no os parece? —resopla haciendo que el cabello rubio de su flequillo flote durante unos segundos—. Primero los niños, «Ella», luego aquel suceso con las plantas, lo del coche, los abrojos y ahora esto...

—No quiero ser una molestia —dice Frank—. Lo que sucede es que una abeja me picó de niño y estuve a punto de morir… —un poco en shock, parece incapaz de ayudar una idea propia al respecto.

El padre Flaherty reflexiona unos instantes antes de hablar, tal y como parece propio en él.

La verdad es que tienen razón, no somos guarda parques ni bomberos así que lidiar con una colmena de abejas excede nuestras responsabilidades. En lo único que difiero es que probablemente no tengamos otra forma de cruzar —señala a sus pies de manera intencionada antes de seguir hablando—. Este puente es muy bonito y bastante elaborado... Si cruzar este río fuera fácil no se hubieran esmerado tanto así que vamos a tener que prepararnos para la posibilidad de que no exista otro camino —hace otra pausa y sigue hablando como si ya hubiese llegado a una conclusión—. Así que mientras volvemos al auto deberíamos ir pensando muy bien cómo es que vamos a continuar a partir de aquí.

En ese momento se escucha una voz bastante varonil, aunque algo estropeada.

Quizá yo pueda servirles de ayuda… si pueden ayudarme a mí primero, claro…

El hombre que ha hablado aparenta tener unos ochenta años, aunque es probable que su edad real sea algo menor. Su ropa es típica de un leñador, luce una barba poblada, tiene pocos dientes y, para sorpresa de todos, los ojos velados por la ceguera. Su altura rondará el metro ochenta y es bastante corpulento, aunque un generoso vientre demuestra que ya no se mueve como quizá debió hacerlo en su juventud.

Conozco muy bien esta zona… de hecho nací aquí… y, si como he oído quieren cruzar al otro lado del puente de Nazarene’s Lot, cosa que no les recomiendo dado su estado, hay otro camino para hacerlo.

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14/05/2021, 21:36
Gloria Méndez

Mientras hablábamos de dar un rodeo por el bienestar de Frank una voz nos interrumpe, se trataba de un hombre que decía conocer la zona. La verdad era que no me lo esperaba para nada, no esperaba encontrarnos a nadie por aquel lugar, aquel pueblo estaba plagado de sorpresas.

Buenos días buen hombre, con gusto agradeceríamos nos guiase, andamos un poco perdidos. Además... ¿sabe algo usted de una banda de niños liderados por una mujer? Porque llevan hostigándonos desde que llegamos, y toda información es buena.

Ojalá que aquel señor a parte de conocer el pueblo pudiese ayudarnos con todo el asunto de los niños que era lo que más me preocupaba.

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15/05/2021, 11:28
Director de juego

El hombre mira en dirección de Gloria Méndez y sonríe. Parece que es un gesto poco dado a hacer, teniendo en cuenta las escasas arrugas que surcan las patas de gallo de sus ojos.

Me llamo Payne, Brandon Payne, señoras y señores —se presenta el hombre con educación—. Como les decía llevo viviendo aquí toda la vida y nunca había oído hablar de una banda de niños —se equilibra agarrándose en un árbol pequeño—. Por esta zona venían excursionistas de cuando en cuando, aunque la última vez que escuché visitantes debía ser un colegio o algo similar. Eran un grupo de niños que cantaban y armaban jaleo en la viaja granja de Finn —intenta señalar hacia algún lugar, pero probablemente no sea el correcto—. Aunque no he vuelto a saber de ellos. Mi perra Laila parece que ha notado la presencia de alguien en el pueblo pero ya está mayor, la pobre, y se enfada con cualquier cosa.

Hace una pausa y se agarra más al árbol, como esperando más preguntan por parte del grupo. El hombre, que dice conocer muy bien la zona, puede ser una buena fuente de información sobre la historia local y quizá sea eso, precisamente, sobre lo que espera ser interrogado.

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18/05/2021, 16:56
Sharpay Wong

Me giro hacia el hombre y, tras escuchar las respuestas que ofrece a Gloria, le hago alguna pregunta:

- Buenos días Sr. Payne. Si ha vivido siempre aquí, a lo mejor usted sabe qué puede haberles pasado a las personas que iban en aquel vehículo. -Señalo el coche cruzado en el puente. Hago una pausa esperando alguna respuesta y continúo-. ¿En qué podríamos ayudarle nosotros?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Intento captar las motivaciones/intenciones del desconocido.