Partida Rol por web

Va siendo hora de salir de aquí. La princesa de las compras parece tener mucha prisa y poco hambre. ¡Qué desperdicio de comida!

De repente pongo cara de haber olvidado algo muy importante.

-¡Oh, Dios santo! Ahora que hablas de ver una grabación... LLamé reservando un montón de películas a varios videoclubs diferentes, para no aburrirme en casa, ¡Y no me he acordado de recogerlas! Dios, será mejor que me vaya corriendo lo antes posible o cerrarán antes de que pase por todos. Por favor, perdonar que os deje en mitad de una cena como esta. Tom, cuando vuelva a salir, te prometo que para compensarte te invitaré yo y después iremos a ver esas cintas, ¿de acuerdo?

Y me piro antes de que salga la comitiva de la madre patria para estar en mi moto con mi aspecto antes de que ellos se pongan en movimiento.

Veronica no parece creerse en absoluto tu excusa, o mejor dicho, la excusa de John Jackson. Sin embargo Tomse muestra mas comprensivo e incluso se despide de ti con una sonrisa.

- Oh, claro, no te preocupes John. Tienes mi telefono, llamame cuando te dejen salir de nuevo.

Estrechas su mano y rapidamente sales del Cougar. Sales del edificio y ves que los coches vuelve a estar en la puerta, esperando. Te alejas un momento a un callejon para recuperar tu aspecto y te subes a tu moto.
Justo a tiempo, Voleur esta subiendo a la limusina.
Disimulas brevemente cuando pasan por tu lado y dejas un par de coches entre ellos y tu. Nuevamente recorreis Manhattan hasta que se detienen frente al Hotel Sheraton. Un lujoso hotel de cinco estrellas donde dormir una noche ronda los doscientos dolares.
Esta vez algo parece distinto, si bien la comitiva se detiene en la puerta del hotel tan solo se baja la limusina Lady Voleur. Uno de los enormes guardaespaldas la escolta al interior sin que nadie mas se mueva de los vehiculos.
Los dos coches y la limusina permanecen a la espera en la puerta del hotel, sospechas que no se va a alojar en el Sheraton. ¿Pero que otra cosa puede hacer en un hotel?

Al llegar al hotel, veo como se baja la mujer a la que sigo con un único guardaespaldas. El resto parecen quedarse fuera esperando su regreso.

Mmm... Es como si fuese a reunirse con alguien allí dentro. Déjame pensar, la mafia rusa la recoge a la salida de la cárcel, la lleva de tiendas y a cenar con todos los gastos pagados, y ahora que la niña está de buen humor la llevan a ver a alguien. Seguramente si entro allí no podría dejar pasar la ocasión de liquidar a algún capo de la mafia, lo que echaría por tierra mi misión. Mejor quedarme aquí. Que pena perder esta oportunidad...

Me quedo a la espera de su regreso.

Esperas pacientemente observando el hotel desde la distancia. Tras unos quince minutos la mujer vuelve a salir. El guardaespaldas que le acompaña lleva una maleta mientras que ella porta un maletin negro.
Es posible que fuese detenida cuando se alojaba en el Sheraton y el hotel guardó sus pertenencias a la espera que regresara a por ellas. Aunque lo mas logico es que hubiesen sido requisadas como posibles pruebas para su juicio, pero sabes que existen al menos una docena de formas de poner a buen recaudo tus objetos sin que la ley pueda acceder a ellos.

En cuanto sube a la limusina la marcha se reemprende. Finalmente llegais al centro de Manhattan, a los pies de un imponente edificio de oficinas. La comitiva entra en el parking subterraneo del edificio tras identificarse al personal de seguridad.
Te asomas sin que te vean y compruebas que tras la barrera hay un par de hombres. Uno a cada lado, comprobando quien entra y sale. Ademas hay un par de camaras, una para el conductor y otra para la matricula. Es un lugar importante con fuertes medidas de seguridad.
En la puerta del edificio ves tan solo un portero, aunque apuestas a que en el interior tambien hay personal de seguridad para filtrar los accesos al lugar.

Cuando finalmente los veo salir del hotel, me apresuro a tomar fotos de ellos con los maletines. Nunca está de más un par de fots extra para el jefe. Así se creerá que trabajo y todo. Después arranco y les sigo hasta la siguiente parada.

El imponente edificio parece más una fortaleza que cualquier otra cosa. Tomo una foto del garage por el que entran y apunto la direción y hora de entrada en mi libreta.

Vale, esto empieza a mosquearme. ¿Por qué se empeñan una y otra vez en que no les siga? Aaaaaaaaahhhhhh... sí, cierto. Ellos mafiosso, yo poli. Malditos prejuicios... De verdad, acabaríamos mucho antes si me dijeran diréctamente lo que quiero saber y se muriesen después. ¡Incluso me ahorrarían balas!

Modifico ligeramente mi aspecto para no ser reconocido y me acerco por la puerta principal. Quiero ver de qué está hecho el portero.

Cambias tu imagen para acercarte al edificio. Eliges el aspecto generico que mas te gusta, el viejo cartero que repartia en tu barrio cuando eras pequeño. Era una persona que transmitia paz y nunca podran sospechar de alguien asi.
Ademas, si algun dia te pillan con su aspecto el hombre no tendrá problemas, seguramente lleve muerto unos cuantos años.

Al acercarte al portero el hombre te abre la puerta despues de mirarte de arriba a abajo. El filtro inicial no es mas que una criba para evitar gamberros, borrachos o ladrones. Ademas de la imagen de lujo que ofrece tener a alguien solo para abrir la puerta.
Una vez dentro te encuentras en una recepcion tipica de oficina. Una enorme sala de 10x10 metros con una mesa semicircular en el centro. Detras estan los ascensores, tres en total. En la mesa hay tres hombres de seguridad. Dos de ellos estan sentados, por su la atencion con la que miran deben estar vigilando camaras de seguridad.
El tercer hombre esta de pie, parece el encargado de atender a los visitantes.
Los tres empleados no son meros recepcionistas, pese a sus chaquetas puedes ver que dedican algunas horas a fortalecerse y posiblemente sepan, como minimo, algo de autodefensa. Uno de ellos, de los que vigila la pantalla, luce una fea cicatriz en su ceja derecha. Eso, sumado a su nariz aplastada, le confiere el aspecto de un boxeador.

Lo que no ves son armas, aunque no puedes ver la cintura de los que estan sentados ni lo que ocultan tras el mostrador.
Mientras permaneces junto a la puerta ves un par de camaras, una enfocando a la entrada y otra a los ascensores y la escalera, cuya puerta esta junto a estos.

Me acerco con tranquilidad al mostrador de la recepción y pregunto con naturalidad:

-Buenas noches, señores. Estoy buscando a un amigo mío, que me dijo que podría encontrarle en este edificio. Sin embargo no soy una persona a la que le atraiga verse rodeada de cierto tipo de gente, asi que si son tan amables, ahórrense contarle a nadie que he estado aquí y solo díganme dónde puedo encontrar a mi amigo.

Por favor, que sean más tarugos de lo que parecen y se lo traguen...

Pese a las horas de gimnasio parece que tambien han recibido cierta formacion en cuanto a diplomacia. Lejos de ser porteros de discoteca, pese a parecerlo, sus formas son correctas.

- Buenas noches caballero. Si me facilita el nombre de la persona a la que desea ver o el nombre de la empresa en la que trabaja podremos consultar y solicitar su acceso.

Te fijas que junto al ascensor hay un panel con distintos nombres de empresas segun los pisos que ocupan. El edificio tiene unas 23 plantas, pero solo hay identificadas las 18 primeras. Reconoces algunas de esas empresas, asi que supones que estos hombres no pertenecen a la mafia. Simplemente son personal de seguridad del edificio pagados por todas las empresas que lo ocupan, lo cual te lleva a pensar que una vez mas estas frente a alguien que cobras mucho mas que tu.

-Mi amigo se llama Victor. Estoy seguro de que lo conocen, aunque sea de vista. Ya saben, ruso, con un par de guardaespaldas siempre tras él...

Les doy su descripción física para ver si lo conocen.

-... Pero como ya les he dicho, él sabe que vengo. De hecho acabo de llamarle hace un rato. No es necesario avisarle, aunque si alguno de ustedes quiere acompañarme en lugar de solo indicarme el camino, no lo detendré.

Es evidente que lo conocen, tienen bastante claro quienes son los miembros de la mafia que habitan el edificio. Sin embargo una vez mas su formacion frusta tus planes.

- Caballero, necesito un nombre completo o un numero de extension para confirmar que le esperan. Nadie puede acceder a las oficinas de ninguna empresa sin previa autorizacion de alguno de sus empleados.

Pese a todo parece que no han detectado el engaño, el hombre que habla contigo se permite darte un consejo que, en otras circustancias, seria bastante util.

- Puede llamar a su amigo y decirle que esta en la recepcion. Entonces él podrá bajar a buscarlo o avisarnos para que le permitamos el paso.

Mantiene su sonrisa cordial, tan ensayada como poco sincera.

Una idea viene a mi cabeza en el momento que habla de llamar a mi "amigo".

¡Quieto parao! Sí, subir sería una excelente oportunidad para liquidar a ese cabrón, pero mi objetivo ahora es su acompañante. Mejor dejar los tiros para otro día, e intentar conseguir algo útil para el jefe.

-¡Oh, claro! Puedo llamarle y en un momento estará aquí para recogerme... Pero eso sería cualquier día normal. Hoy está reunido con unos compañeros, acaba de decírmelo cuando hemos hablado, y parece una cosa seria. No puedo llamarle ahora. Sin embargo, ya que mi intención era solo hacerle llegar un mensaje a uno de sus acompañantes, quizás alguno de ustedes pueda dárselo antes de que abandonen el edificio.

Saco mi libreta y el boli, apunto una dirección y una hora para dentro de dos días, junto con uno de mis e-mails falsos. Después arranco la hoja y se la doy al guardia.

-¿Podría darle esta nota a la mujer que acompaña hoy a Victor? Dígale también que me envia un viejo amigo suyo para devolverle un favor que quedó sin devolver antes de que se fuera por tanto tiempo.

El hombre apunta lo que le dices y despus toma tu nota. Ves como lo introduce en un sobre y escribe Victor en él.

- De acuerdo caballero. Le haré llegar este mensaje tan pronto pase por aqui o soliciten el correo de esta persona.

Por la forma en que se queda mirandote, pese a mantener su forzada sonrisa, da a entender que es un buen momento para que te marches. No sabes cual será el destino del sobre cuando cruces la puerta, es posible que te haya creido y la carta le llegue a Victor y él se la entregue a Voleur. O es posible que acabe en la basura en cuanto abandones el edificio.
Sea como sea tu pista se termina aqui, aunque en tu maquina de fotos tienes pruebas suficientes para saber quien será el nuevo jefe de Lady Voleur. Por desgracia no tienes constancia de ningun delito, asi que por el momento deberas esperar o vigiliar a que cometan algun error.
De momento crees que has completado tu jornada laboral, es hora de dedicarte a otras actividades.

-Gracias amigo. Eso me evitará esperar hasta que termine su reunión. Buenas noches.

Me voy del edificio, subo a mi moto y pongo rumbo a casa. Aunque cené un poco en el restaurante sigo teniendo hambre, asi que deseo con toda mi alma que Anna haya decidido pasarse a dormir por mi apartamento y haya dejado algo de cena sin acabarse, o que en el fondo de mi nevera quede algo de comida precocinada o un taper con sobras de otro día.

Entre estas divagaciones tan trascendentales, miro por el retorivisor para ver si alguien me sigue.

Deja de pensar en cenar. ¡Esos tipos a los que has seguido eran de la mafia! ¿Quieres que te sigan a tí? ¡Estate a lo que tienes que estar, coño!

También retomo mi aspecto bajo el casco. Aunque puedo estar mucho tiempo en la piel de otra persona, siempre me siento más agusto con mi propio rostro. No es el más agraciado, pero aun recuerdo la vez que estube seis meses infiltrado bajo el aspecto de un criminal al que había matado. ¡Me costó una puta crisis de identidad!

Vuelves a casa repasando el dia. Practicamente has seguido a Lady Voleur por medio Manhattan mientras ella gastaba dinero de Oleg Pancratius. Esta claro que con quien va a trabajar aunque sin pruebas de delito alguno estará fuera del alcance de la ley.
Cuanto estas a un par de manzanas del edificio donde vives alguien cruza corriendo la carretera y tienes que frenar y esquivarlo. Si hubieses ido un poco mas rapido la moto, y tu, hubieseis acabado en el suelo.
Te giras para ver quien tiene tanta prisa y observas a un hombre corriendo con un bolso en la mano. Al otro lado de la calle hay una mujer de rodillas pidiendo ayuda y señalando al presunto ladron.
El tipo se mete en un callejon entre dos edificios corriendo a toda velocidad.
La mujer no parece herida y el ladron es el tipico ratero insignificante, si le arrestas seguramente mañana mismo esté de nuevo en la calle.

Una sombra cruza rápidamente la calle por delante de mi camino. Al ver la silueta de una persona pegu un frenazo y mi moto derrapa, haciéndome perder el control pero esquivándo al desdichado. Levanto la cabeza y veo el panorama (tal y como me lo has descrito).

-¡HIJO DE PUTA! ¡Casi rallo mi moto por tu culpa!

Cambio a primera y acelero al máximo, mientras giro y dejo el freno jalado. Mi moto gira sobre sí misma mientras la rueda de atrás derrapa, y salgo como una bestia tras el ladrón.

Entre la nube de polvo levantada por la maniobra y al oscuridad de la noche, la visión del jinete oscuro a la carga, cayendo sobre su víctima, hace recordar a la señora a la famosa pintura de "Los cuatro jinetes del apocalipsis".

El aspecto mundano del motorista cambia radicalmente al pasar entre los haces de luz de las farolas: las ropas oscuras se van ciñendo más y más al cuerpo, y el casco reduce su grosor hasta convertirse en un pasamontañas de lana grueso. De entre las nuevas ropas oscuras, que apenas se distinguen en la noche de la moto negra, solo destaca una mancha blanca, proveniente de la máscara: una tenebrosa calavera blanca que parece reirse del futuro de su presa.

Hice bien en traer mi pistola y el silenciador. Parece que al final la noche no ha sido en vano...

Sales disparado a lomos de tu moto detras del ladron. Modificas tu imagen y aprovechas tu vision mejorada para no perderlo de vista entre las sombras de la noche.
Rapidamente te acercas al hombre hasta que se mete por una puerta metalica la parte trasera de uno de los edificios. Detienes tu moto con un sonoro frenazo, tu camino sigue a pie.
Sacas tu arma y te asomas a la puerta, que se ha quedado abierta. Ves una escalera que da acceso a los pisos superiores y tambien a lo que debe ser el sotano del edificio. Por suerte no tardas en saber por donde ha ido el criminal, sus pasos acelerados provienen de arriba.
Subes corriendo y llegas a tiempo para verle entrar en una de las puertas del segundo piso. El aspecto interior del edificio indica que sus habitantes no son precisamente los mas acaudalados de la ciudad. Las paredes presentan grietas, la moqueta del suelo tiene partes arrancadas y algunas manchas que posiblemente fueron charcos de orina. Las puertas de madera han perdido su barniz y la iluminacion se limita a solitarias bombillas colgando del techo.
Te encuentras en un largo pasillo, hay tres puertas a cada lado y al fondo se encuentra la que te lleva al escondite de tu proxima victima. A tu espalda el panorama es el mismo, siete puertas a siete apartamentos que no deben ser precisamente grandes.

Esprinto hacia la puerta y concentro toda mi inercia en una patada en el picaporte para "abrir" la puerta. La vieja madera cede bajo mi impulso y la propia energía de la carrera me hace entrar en la habitación según se apartana a un lado lo que queda de puerta.

-¿Qué tal si dejas de correr de una vez? Solo alargas lo inevitable. Deberías saber que es mejor para tí que te atrape yo que muchas otras personas.

En cuanto pueda ver algo apunto mi pistola hacia la silueta que más se parezca a un humano, por si está armado, y si veo movimiento disparo, aunque intentando evitar impactos en el torso y cabeza. No lo quiero muerto, de momento.

La patada, sumada a la fuerza de la carrera, hace ceder la puerta y parte de la cerradura que la anclaba a la pared. Nada mas entrar te topas con una pared, asi que giras hacia la izquierda donde hay una pequeña sala. Aprovechas la cobertura que te da la esquina para echar un vistazo al lugar.
Has entrado en una casa abandonada, a juzgar por su aspecto, pero habitada por rateros, yonquis y/o prostitutas. No hay muebles a excepcion de un sucio colchon y el suelo esta lleno de jeringuillas, cucharas quemadas y condones usados.
Hay tres puertas, dos en la pared opuesta a la de la puerta principal que deben ser habitaciones y otra a la vuelta de la esquina, frente a la entrada, que por su tamaño seguramente se trate del baño.
Una ventana en la pared del fondo esta abierta, da directamente a la calle pero no sabes a que lugar en concreto.
El piso esta ilumunado por la escasa luz que entra de la calle. Las tres puertas estan abiertas, es mas, no hay puertas, tan solo quedan las bisagras. No ves el interior de ninguna de las tres habitaciones, no hay ruido alguno y nadie ha respondido a tu advertencia.

Joder, no me digas que ha saltado por la ventana... el cabrón es mejor de lo que creía.

Me pego a la pared de mi izquierda y me muevo xuidadósamente hasta la puerta que quedaba enfrente de mí a la iquierda. Me asomo cuidadósamente y no veo nada, asi que rápidamente cruzo el umbral de la puerta y prosigo de igual manera con la que está a su derecha. Pero esta vez, nada más asomarme una sombra salta contra mí.