Sois llevados a vuestros aposentos. El príncipe, de camino, os explica cómo va todo.
Cada uno de vuestros aposentos ha sido diseñado de forma diferente para que os sintáis como en casa.
Arturo va acompañándoos a cada uno a vuestra habitación; cada una está bastante cerca de la otra, aunque lo suficiente para indicaros que, la mayoría de ellas, son grandes.
En un rato, para daros tiempo de acomodaros, os llamaré a todos al salón. Los criados se encargaran de guiaros, así que no os preocupéis si veis que el castillo es demasiado grande.
Y, antes de que entréis a vuestra habitación, el príncipe os da la llave de esta.
Ahora cuenta con que todes estáis en vuestras habitaciones~ Dejad vuestros objetos, descansad si os falta vida, subid de nivel... Lo que queráis, pero cuando vea que todes habéis leído vuestra escena ya se os llamará.
El príncipe, tras dejar a todos en sus habitaciones menos a ti, sigue avanzando.
Lo siento, joven, pero no teníamos pensado que viniera, así que no le hemos creado ninguna habitación. Que se quede usted con la de su compañero caído me parece irrespetuoso, así que si no le importa le llevaré a una antigua sala que no mucha gente usa. Está limpia, no se preocupe.
El príncipe sigue caminando por el pasillo, bajando unos pequeños escalones -ni si quiera sabría si considerar aquello una bajada- hasta llegar a una pequeña habitación llena de plantas y pequeñas flores.
Permítame ahora ausentarme a mis aposentos para prepararlo todo.
Y, sin esperar a tu respuesta, se marcha.
El príncipe te guía hasta tu habitación, la cuál resulta ser una de las primeras. Ves la colorida sala llena de enormes flores blancas, rosas, moradas...
La cama también parece estar decorada con una enorme rosa.
Ahora cuenta con que todes estáis en vuestras habitaciones~ Dejad vuestros objetos, descansad si os falta vida, subid de nivel... Lo que queráis, pero cuando vea que todes habéis leído vuestra escena ya se os llamará.
Llegas a tu habitación después de ver como casi todo el mundo entraba a sus habitaciones. Todos menos Johan... Parece ser que te ha tocado una de las últimas -sino la última- de las habitaciones.
Entras y lo primero que ves es una simple habitación, no demasiado grande -de dos salas- (La que se ve en la fotografía y una segunda con un pequeño baño y algunos cofres.) con una cama que ocupa casi una entera.
Ahora cuenta con que todes estáis en vuestras habitaciones~ Dejad vuestros objetos, descansad si os falta vida, subid de nivel... Lo que queráis, pero cuando vea que todes habéis leído vuestra escena ya se os llamará.
Alguien parece estar tocando, con dulces golpes, vuestra puerta.
Parece ser uno de los criados de los que hablaba antes el príncipe, que viene a recogeros.
El príncipe Arturo os espera en el salón. Por favor, seguidme.
Cuando salís de vuestra habitación veis a bastante gente, contáis a ocho -sin contaros a vosotros mismos-, quien parecen dirigirse al mismo lugar que vosotros, junto a criados y criadas. Aunque algunos parecen estar adelantándose; quizás ya han estado en el gran salón alguna que otra vez...
Llegáis a la enorme sala, el salón; donde el príncipe, sentado en una silla, os espera.
Veo que ya estáis todos listos...
Pues, entonces, explico lo que pasó.
Algunos de vuestros ahora compañeros se pasean por la sala; otros ya se han sentado, o esperan de pie junto al príncipe.
Él empieza a hablar, con un tono de voz preocupado.
Por favor, lee la carta, por si no se acuerdan...
Dice Arturo a uno de los criados, quien empieza a leer la carta.
El príncipe recurre a vosotros, los mejores en magia de cada ciudad, para que ayudéis al rey de Moonguard, el reino humano.
Ha caído en una enfermedad totalmente desconocida, aunque se cree que ha sido iniciada por la magia.
Aún cuando en el Reino está prohibida, el príncipe ha creído necesario pedir ayuda y permitirla durante cierto tiempo para ayudar al soberano.Se os dará uno habitación en el castillo y todo lo necesario para que curéis al rey.
Aunque el príncipe haya decidido permitiros la entrada, los pueblerinos no opinan lo mismo, así que se agradecería que no se saliera del Castillo a menos que fuera totalmente necesario.Si no acudís en dos semanas se os buscará y llevará a la fuerza.
Atentamente: el príncipe Arturo, desde Moonguard.
El chico carraspea, volviendo a lo que hacía antes.
Dos días antes de que mi padre, el rey Uther Pendragon, cayera enfermo, hubo un gran festín. Muchos de vosotros estuvisteis en aquella fiesta. Mi padre no estaba muy satisfecho con aquello; se sabe en todas las ciudades y Reinos que, en esta ciudad, no se permite la magia ni demás razas. Sin embargo había convencido al rey para que les diera una oportunidad, ya que necesitábamos aliados frente una guerra, y nunca sabemos cuando una puede venir.
El primogénito para durante unos segundos, recuperando el aire y dejándoos a vosotros analizar la situación.
Después de aquello ya sabéis qué viene; mi padre cayó enfermo de la noche a la mañana, algo raro en él; yo, desde que vivo aquí, -siempre-, jamás le había visto enfermo de nada. Cada día parecía estar más débil, hasta que un día cerró los ojos. Él, gracias a Gaius, sigue respirando, pero cada vez va a menos, y es muy probable que termine muerto de aquí a pocos días si no se hace nada al respecto.
Parece estar hablando serio y sin remordimientos, pero notáis un ápice de tristeza tanto en sus palabras como en su mirada.
Gracias al alquimista de la corte, Gaius, y a algunos buenos amigos míos pudimos descubrir que el día cuando fue infectado fue el mismo que el del festín. También creemos que fue con algún tipo de magia o alquimia, por eso os hemos traído a vosotros aquí.
Quiero que algunos investiguen al traidor de Mooguard, mientras otros curan al rey. Cada uno, dependiendo de su especialidad, sabrá qué hacer.
Lo que parece ser una pequeña niña bestia empieza a casicorrer por la sala, subiéndose por las paredes.
¡Va a ser como un juego de investigación! ¡Qué guay!
Grita la pequeña, mirándoos a todos, curiosa. Parece ya estar pensando muchas teorías sin si quiera saber vuestros nombres.
Lyrune, quien ya parece haber digerido bastante bien la borrachera, se acerca al príncipe.
Soy alquimista, señor. Sé de venenos; iré a la sala del rey para ver si identifico con qué fue infectado.
La mujer, ahora firme, se acerca a una puerta, en dirección contraria de la que habéis venido. Parece ser que por ahí es la habitación real...
El chico asiente, haciéndole señales a una enorme mujer detrás de é.
Gawain, ves tú con ella.
La mujer, tras una pequeña reverencia, asiente, siguiendo a Lyrune. Ambas salen del gran salón, en dirección a la habitación del rey.
Un extraño que aún no habíais visto se destaca, yendo a hablar con el príncipe. Se sienta en una silla cercana a él; ambos empiezan a conversar, y ambos parecen algo tristes.
Una mujer, esta humana, sonríe al príncipe y, en realidad, a todo el mundo de dentro de la habitación.
Yo, alteza, iré a investigar; creo que seré más útil así.
El joven vuelve a asentir, mandando a un guardia junto a ella.
Un hombre refinado y alto, con el cuál ya os habíais tomado antes, parece ser el único que no dice nada. Está apoyado en una esquina, mirando el panorama. Nadie parece estar prestándole atención.
Hice una reverencia de agradecimiento al príncipe mientras entraba a mi habitación y miro todo impresionado, el lugar tan florido me trae a la mente un recuerdo de Laveri.
¿La princesa estará cuidando bien del invernadero?
Roce la cama con la mano, las sábanas de tan buena calidad me sacaron un suspiro, quería tomar una siesta pero no sabía en que momento el príncipe podría llamarnos.
Resignado a esperar a la noche, dejo mis cosas y me arreglo el cabello, ¡Al fin, un peine!
Todo esta repleto de gente muy curiosa y se nota en la tristeza en las palabras del príncipe.Parece muy apenado por su padre. Tal vez se siente culpable. Si nadie hubiese actuado a traición en aquella fiesta, tal vez ahora, la gente sería más permisiva con la magia. Seguro que los sirvientes habrán visto alguna actitud extraña de los invitados en esa fiesta. Podría preguntarles.
Tras escuchar a donde irán la mayoría de la gente de la sala, pido permiso para realizar lo que pensé.
-Disculpe alteza, ¿podría ir a preguntar a la gente del servicio por los sucesos de aquel día?
Tened cuidado, no marquéis a Katra, porfa.
El príncipe te mira, pensando durante un segundo su decisión.
Te acompañará un guardia.
Dice, haciéndole una seña a otro guardia.
Ahora os pongo la lista de las habitaciones, que ayer lo escribí pero se me borró;;
Las salas a las que vayáis son *Sólo para el director*
Aposentos de Sen
Aposentos de Arashi
Aposentos de Johan
Aposentos de Katra
Aposentos del Rey
Aposentos del príncipe
Aposentos de criados
Aposentos de Caleb
Aposentos de Dan
Aposentos de Nadia
Aposentos de Golightly
Aposentos de Lyrune
Aposentos de Gawain
Gran salón
Cocina
Biblioteca
Capilla
???
Calabozo
Establos
Casa del alquimista
Aposentos de Sen
Aposentos de Arashi
Aposentos de Johan
Aposentos de Katra
Aposentos del Rey
Aposentos del príncipe
Aposentos de criados
Aposentos de Caleb
Aposentos de Dan
Aposentos de Nadia
Aposentos de Golightly
Aposentos de Lyrune
Aposentos de Gawain
Gran salón
Cocina
Biblioteca
Capilla
Jardín
Calabozo
Establos
Casa del alquimista
La sala està más llena de lo que esperaba, pensé que solo seríamos nosotros tres...
Algunos de los invitados, empiezan la investigación por si mismos, cosa que Arashi agradece.
Contra más rápido encontremos al traidor, más rápido saldremos de aquí.
– Príncipe, si no le importa iré a preguntar a las cocineras, si sabe de algo –