Partida Rol por web

Entonces, el príncipe se levanta de su asiento, yendo hacia ti.

Hablemos en otro sitio más privado.

El guardia que te acompañaba se retira tras un gesto del heredero, quien te guía hasta la entrada al gran salón; ves un largo pasillo con muchas puertas. supones que son las habitaciones. 

Tú debes de ser la elfa de la que aquel guardia me habló. Perdona el problema con los guardias; ordené que cualquier intruso cercano a la ciudad fuera encarcelado, como debes saber no estamos en un buen momento.

Te guiaré a tus aposentos mientras te explico la situación.

Otro guardia se acerca a vosotros, quedándose detrás. Empezáis a caminar por el largo pasillo.

El joven te da una pequeña carta, donde se lee lo siguiente.

El príncipe recurre a vosotros, los mejores en magia de cada ciudad, para que ayudéis al rey de Moonguard, el reino humano. 
Ha caído en una enfermedad totalmente desconocida, aunque se cree que ha sido iniciada por la magia. 
Aún cuando en el Reino está prohibida, el príncipe ha creído necesario pedir ayuda y permitirla durante cierto tiempo para ayudar al soberano. 

Se os dará uno habitación en el castillo y todo lo necesario para que curéis al rey.
Aunque el príncipe haya decidido permitiros la entrada, los pueblerinos no opinan lo mismo, así que se agradecería que no se saliera del Castillo a menos que fuera totalmente necesario. 

Si no acudís en dos semanas se os buscará y llevará a la fuerza.

Atentamente: el príncipe Arturo, desde Moonguard.

Dos días antes de que mi padre, el rey Uther Pendragon, cayera enfermo, hubo un gran festín. Muchos de los presentes estuvieron en aquella fiesta. Mi padre no estaba muy satisfecho con aquello; se sabe en todas las ciudades y Reinos que, en esta ciudad, no se permite la magia ni demás razas. Sin embargo había convencido al rey para que les diera una oportunidad, ya que necesitábamos aliados frente una guerra, y nunca sabemos cuando una puede venir.

El primogénito para durante unos segundos, recuperando el aire y dejándote analizar la situación.

Después de aquello ya sabes qué viene; mi padre cayó enfermo de la noche a la mañana, algo raro en él; yo, desde que vivo aquí, -siempre-, jamás le había visto enfermo de nada. Cada día parecía estar más débil, hasta que un día cerró los ojos. Él, gracias a Gaius, sigue respirando, pero cada vez va a menos, y es muy probable que termine muerto de aquí a pocos días si no se hace nada al respecto.

Parece estar hablando serio y sin remordimientos, pero notas un ápice de tristeza tanto en sus palabras como en su mirada.

Gracias al alquimista de la corte, y a algunos buenos amigos míos pudimos descubrir que el día cuando fue infectado fue el mismo que el del festín. También creemos que fue con algún tipo de magia o alquimia, por eso os hemos traído a expertos al castillo-

Quiero que algunos investiguen al traidor de Mooguard, mientras otros curan al rey. Cada uno, dependiendo de su especialidad, sabrá qué hacer.

El príncipe se para delante de una gran puerta, al final del pasillo. Te da una llave, abriéndote la puerta.

Todos tienen habitaciones según su lugar de procedencia, para que se sientan cómodos, pero como no sabíamos de tu aparición no pudimos arreglarte ninguna; te quedarás con una de los invitados, quien no llegó a aparecer.

El príncipe no entró, se quedó en la puerta, apoyado.

Creo que alguno de los invitados fue quien envenenó al soberano, así que ten cuidado. No queremos más bajas.

Te vuelve a dar otro papel, doblado. En él salen los invitados de la fiesta.

Caleb,  Lyrune, Gawain, Golightly y Nadia.

 Nadia se auto invitó.

El joven parece querer volver al salón, pero se queda esperando junto a la puerta, por si tienes alguna duda.

LUGARES DISPONIBLES

Aposentos de Sen

Aposentos de Arashi

Aposentos de Johan 

Aposentos de Katra

Aposentos del Rey

Aposentos del príncipe 

Aposentos de criados 

Aposentos de Caleb

Aposentos de Dan

Aposentos de Nadia

Aposentos de Golightly

Aposentos de Lyrune

Aposentos de Gawain 

Gran salón 

Cocina 

Biblioteca 

Capilla 

???

Calabozo 

Establos 

Casa del alquimista 

– No, no le iré de aquí hasta que me digas que son estas flores y especie –

Se acerca a las flores para olerlas

Llego a los aposentos del rey y veo a Gawain y a Lyrune. Los aposentos del rey son increíbles y nunca me había imaginado poder estar en un lugar así. El Rey esta enfermo así que no debería molestar demasiado. Creo que haré a Lyrune leer la nota para que entienda las preguntas aunque ahora está ocupada. No se si es la mejor manera pero es la primera que se me ocurre. Gawain parece que si notó que estoy aquí. Voy ha decirle a ella que le pase la nota a Lyrune.

Me acerco los mas silenciosamente posible que puedo a Gawain sin evitar seguir revolviendo mis manos en los bolsillos por los nervios.

Al acercarme, le digo lo más bajo posible mientras le doy la nota incriminatoria doblada:

-Hola, disculpa, podrías dar esta nota a Lyrune y decirle que la lea por favor. Es importante. 

No sé cual será su reacción y si se lo tomará mal, pero ojalá que sea una prueba falsa. Realmente deseo que sea una prueba falsa.

El hombre, sudoroso, se aleja un poco de ti, pero sin decirte nada más.

Por favor, váyase... tengo trabajo que hacer.

Oliendo los restos de flores y especies notas algunas en particular. 

Una de ellas; dos pétalos amarillos, parecen ser una simple flor amarilla de montaña, para realzar el sabor. 

Otra de ellas; unos pétalos morados y grandes, te hacen cosquillas y, por un momento, te parece que el mundo gira. No pasa demasiado hasta que el efecto de pasa; al fin y al cabo eran sólo pétalos; restos de lo que había sido.

Te das cuenta de que es belladona: una muy potente y poco común. No sabes de plantas, pero notas algo mágico en ellas. 

Me sorprendo al oler las flores, no era algo normal, tener flores como esas en una cocina.

Solo lo preguntaré una vez. Para que has utilizado está flor?

Pregunto mientras agarró un pétalo, quizás descubra donde está el resto de la flor.

A-ah... ¡Le pedí a un criado que me trajera flores amarillas de montaña! Se las pongo a la comida para realzar el sabor, c-claro... Soy un fiel seguidor del rey y de sus normas, no tengo nada en contra de él...

El hombre, nervioso, deja el trapo y sigue con sus cosas, deseando que te marches. No pareces gustarle.

La mujer se queda mirándote, sorprendida de que Lyrune no te haya visto.

Te escucha, extrañada, cogiendo la nota.

...Como quieras, Johan. ¿Pero no sería mejor dársela tú?

Lyrune sigue junto al rey, sin prestarte atención.

Mientras el guardia la conduce hasta el príncipe, Katra se fija en cualquier posible salida, en cada pasillo y recoveco. El castillo parece demasiado grande y enrevesado como para simplemente echar a correr hasta la puerta. Además se ha prometido a sí misma hacer todo lo posible por ayudar a quien necesite ayuda. Y en ese momento el príncipe la necesita. Pero no puede quitarse de la cabeza la necesidad de naturaleza y la preocupación por sus cuervos.

Al entrar en el Gran Salón no puede evitar fijarse en un elfo con pelo azul que mira fijamente al príncipe, sus ropas caras y su expresión altiva denotan que es de alta alcurnia. Katra se siente un poco avergonzada de repente al mirar sus pies descalzos y las pieles mal cosidas que cubren su cuerpo. Una vez más la aguijonea la necesidad de volver al bosque. Katra da un respingo al ver corretear un animalillo de colores por la sala. ¿Qué es esa bestia? 

Otro joven, éste humano, se levanta de la silla y le pide que la acompañe. Katra deduce que es el príncipe, lo que él corrobora nada más salir de la sala.

Mientras avanzan por el largo pasillo y el príncipe le explica la situación, ella se mantiene en silencio. Le gusta la voz de ese joven, denota bondad y preocupación por su padre. Y no parece sentir odio por la magia, incluso quería aceptarla en Moonguard... Aunque parece que alguien no estaba de acuerdo... piensa al oír al príncipe contar el posible envenenamiento de su padre, el Rey.

Coge la nota que le da y la lee mientras avanzan. No le gusta nada la parte en que le prohíben salir del Castillo. 

Al llegar a sus aposentos una sensación de paz momentánea la sorprende. Dos grandes lianas trepadoras rodean adornando un futón y el ténue brillo de unas velas dan a la habitación un matiz acogedor incluso estando entre paredes. Lee la nota que le da. Es una lista con los nombres de los invitados. Debe investigar sobre el causante de la enfermedad del Rey, no sólo para hallar y castigar al culpable, sino para descubrir qué mal le aqueja y encontrar un antídoto a éste. El príncipe parece quedarse esperando una respuesta: 

- Tendré cuidado majestad. Mi  deseo es ayudar, haré todo lo que esté en mi mano para sanar a su padre pero debe saber que no rindo al cien por cien si estoy rodeada de piedra y hierro.  Necesito naturaleza a mi alrededor para usar mis habilidades. Si pudiera tener permiso para salir al exterior de vez en cuando, a respirar y recargar mi magia... Mi condición de Druida me obliga a ayudar a quien necesita sanar así que no debe dudar de mi lealtad, no abandonaré al enfermo, se lo prometo. -Espera haber sonado convincente. 

Gawain parece sorprendida. No se si será por la nota o cualquier otra cosa. No he pensado en ir a darle la nota en este momento porque no quería molestar al enfermo ni a ella en su trabajo pero será mejor hacerlo si quiero ver su reacción al completo.

-Tal vez tienes razón. Mejor iré a darle la nota yo misme. Gracias por el consejo.

Vuelvo a coger la nota y me acerco lentamente a Lyrune para que note que estoy aquí.

El joven asiente al escuchar lo que dices; parece estar convencido.

Un guardia te seguirá a todas partes, así que no creo que deba preocuparme por tu lealtad.

Salir a la ciudad no creo que puedas; los pueblerinos no son tan generosos como yo, y si notan que eres elfa no sé qué harán contigo.

Arturo carraspea, un poco incómodo por lo que acaba de decir. 

Sin embargo hay un jardín en el castillo, en el recibidor. Aunque no creo que puedas pasar; la llave lleva años perdida. 

No llegas a escuchar nada.

La mujer se gira, sorprendida de tu presencia.

¡Johan! ¿Desde cuándo estás aquí? ¿Crees que puedes ayudar?

Sigue con su trabajo; camina de aquí para allá cogiendo hierbas y mezclándolas, pero ahora parece ir mirándote de vez en cuando, para recordarte que sabe que estás ahí.

Lyrune se sorprende de verme. Debe de estar muy centrada para no haberse dado cuenta en ningún momento que estoy aquí. Sigue trabajando mezclando plantas y mezclándolas. Debe de ser muy complicado conocer para que sirve cada una de las hiervas que esta usando. 

-Te ayudaré en cualquier cosa que necesites, pero ahora venía a pedirte si podrías leer esta nota. Es bastante importante. La encontré en los aposentos de los criados.

Entonces, estos pétalos de belladona ya los tenías tú, antes de pedirle a la criada que fuera a buscar flores