Partida Rol por web

- Bueno caballeros, si estamos todos de acuerdo, será mejor que vayamos a ver esos anuncios antes que oscurezca. Mirando traviesa a Bronco Billy.

Bebió todo su whisky de un trago y dejó el vaso en la barra. recogió su sacó y se acercó al improvisado grupo que el viejo había formado en un abrir y cerrar de ojos.

Bien, todo sea por ganar algo de dinero. Vayamos a ver.

-Mira al gran "Pat", arquea las cejas rápidamente y muestra una sonrisa-Bien- le dice- Los mira a todos detenidamente y asiente con la cabeza-Un buen grupo, si señor.- tras esto sale por las puertas dobles de la cantina a paso lento.

- Le agradecería que no usara ese viejo apodo, Señor William. No trae recuerdos agradables. - El doctor Ackley rara vez llamaba a la gente por sus apodos. Nunca llegaría a descubrir cómo la gente se enteraba siempre del apodo que se ganó en un hospital de campaña y que el jamás mencionaba. Era un nombre sonaba como el lamento de los moribundos y que olía a gangrena.- Echemos un vistazo a esos anuncios pues, ya que en breve he de volver a la consulta.

Abby siguió a aquellos hombres fuera de la cantina. Necesitaba el dinero. Ya solo le quedaban unos míseros dolares desde que "hablara" con aquel "simpático" hombre que tenía un balazo en una nalga.

Los labios de la joven dibujaron una media sonrisa. En un momento, había conseguido cuatro compañeros para realizar un trabajo, y ninguno de ellos había protestado por que ella fuera una mujer. Normalmente los tipos "duros" solían infravalorarla. Claro que eso también le iba bien para su negocio. Pero estos hombres parecían algo distintos, al menos, de momento.

- ¿Que clase de persona es ese alcalde? ¿Alguno de vosotros lo conoce? No es que le interesara especialmente, pero era una manero como cualquier otra de romper el hielo.

Si, la verdad es que hoy no ha venido mucha gente, es debido a que han empezado el turno intensivo en la mina de oro. Ahora entran mas temprano y salen mas tarde de trabajar pero cobran un poco mas, y claro aqui la gente siempre quiere mas dinero.

Responde el barman a Bronco Billy.

Lo siento amigo, pero de momento no necesitamos a nadie en el bar, le responde el barman a Pat.

Despues de un rato caminando por la calle principal de la ciudad llegais hasta la casa del alcalde, una casa enorme de tres pisos de altura adornada y fabricada con las mejores maderas del mercado, traidas desde muy lejos solo para construir aquella ostentosa casa. En la puerta de la casa podeis ver a dos hombres sentados sobre unas sillas hablando tranquilamente, parecen hombres duros y buenos pistoleros, ambos llevan dos revolveres cada uno, revolveres brillantes y limpios.

A escasos cinco metros de los peldaños de la casa podeis ver un cartel, el cual reza: Trabajos para el alcalde, en el que cuelgan varias hojas de papel.

Primera hoja de papel(La mas grande de todas): Atencion, si no estas dispuesto a aceptar el trabajo, no preguntes por el o tendras problemas.

Segunda hoja de papel: Trabajo facil, hareis de niñera. Recompensa: 750$ Minimo de individuos necesarios: 4

Tercera hoja de papel: Trabajo para hombres de verdad, hareis de escolta. Recompensa: 2000$ Minimo de individuos necesarios: 5

Cuarta hoja de papel: Trabajo para gente que sabe lo que hace, traer vivo o muerto a un grupo de bandidos. Recompensa: 5000$ Minimo de individuos necesarios: 1

- Al llegar a la gran casa, se dirigió al tablón tranquilamente y a paso lento, como acostumbra a hacer. Antes de fijarse en los panfletos observó a los dos pistoleros, tras ello levantando la vista hacia la residencia del alcalde, la miró durante unos diez segundo de arriba a abajo, de izquierda a derecha, sin mostrar mueca alguna; Solo el típico gesto inconsciente que acontece cuando a uno le da el sol en los ojos. Antes de ponerse a leer, retiró una gota de sudor que resbalaba por su sien derecha. Quizá le sobrase la chaqueta, pero en esta ciudad hay que ir muy bien protegido, sin olvidar el gusto por el buen vestir.-

-Tras unos instantes, y después esbozar una sonrisa casi sin quererlo debido a lo cómico del aviso. Se tornó a sus compañeros.-

- Carraspea-Bueno, dama y caballeros, aquí esta lo que nos permitirá comer un día más, o permitirnos un capricho. Unas suculentas cifras, sin duda. Es obvio que cuanto más nos juguemos el pellejo mayor es la recompensa. Pero tened buen juicio, y no os dejéis llevar por los números, por que quizá, nunca lleguéis a cobrarlos.- Hace una ligera pausa - La primera misión parece sencilla. La última, por el contrario, me parece algo para un grupo más... experimentado. Yo voto por la segunda- Dice alegre, levantando sutilmente la mano- El pago es más que decente y puede que no tengamos que pegar un solo tiro. ¿Qué me decís?- Les pregunta, poniendo la punta del dedo índice sobre el tercer anuncio, mientras que con la otra mano saca su reloj de bolsillo, mira la hora y vuelve a guardarlo.

- A mi me vale. Dijo Abby secándose el sudor del cuello con el pañuelo. - Me gusta el dinero, pero me gusta más poder gastarlo al día siguiente. Su mirada se posó sobre los dos hombres armados que estaban sentados frente a la puerta del alcalde. Les dedicó una sonrisa ladeando sutilmente su rostro.

-¡Y tanto que podrás gastar!- dice, esta vez sin el dedo apoyado en el papel - Son exactamente 400 machacantes por cabeza-