Partida Rol por web

- ¡¡Síiiiiiiiiiiiiii!! - cuando todos se giraron hacia ella, Itaka estaba alzando su puño y mostraba una sonrisa victoriosa. Se encontraba en aquel instante frente a la caja registradora del Nine to Five, la que por fin había podido arreglar. La mujer comenzó a hacer una extraña danza de la victoria allí mismo, sin importale mucho que todos la estaban mirando. Nadie quiso decirle que, minutos antes, se había visto a Inori Ayase junto al aparato.

Con aquel, se cumplía todo lo necesario para la apertura del local. En la puerta ya lucía un gran cartel, rezando: "¡¡Hoy apertura!!" y el trabajo había sido frenétino desde que llegaron por la mañana.

- ¡Atención todos! - ella les llamó a todos y fue una de las pocas ocasiones en las que todo el personal se juntó en la sala principal desde que comenzaron los preparativos de apertura. - En aproximadamente una hora y media abriremos nuestras puertas al público. Los primeros bollos están en el horno, las máquinas parecen listas y los clientes seguro que están deseosos de conocernos. -

- No os preocupéis demasiado por estos primeros días. Al fin y al cabo, estamos empezando y eso todo el mundo lo sabe, incluidos los clientes. Además, ¿qué es lo peor que os puede pasar, que os despida? - Itaka soltó una risa que sonó bastante más histérica que divertida y fue entonces cuando se dieron cuenta de lo nerviosa que su jefa estaba.

El jefe de cocineros pareció darse cuenta también del nerviosismo que Itaka llevaba encima, así que dió un paso al frente y carraspeó. - Creo que lo que Yukari-sama quiere decir es que déis vuestro mejor esfuerzo durante la apertura. Si os equivocáis podréis mejorar y superar vuestros errores. - Ren no hablaba mucho, pero cuando lo hacía todo el mundo prestaba atención, no solo por respeto, si no también por curiosidad.

- Sólo recordad todo lo que hemos practicado estos días, por favor, todo saldrá según lo previsto. - continuó - Atended a la clientela, cobrad lo que consuman y sed amables. No hace falta mucho más. -

Cuando Ren terminó su pequeño discurso, Itaka le lanzó una mirada a Saya que ésta recibió con rapidez. La joven se colocó en medio de todos alzando los brazos en un 'modo mandón' que todos estaban empezando a conocer ya.

- ¡Bien! Vamos a sacar esto adelante, así que escuchadme y todo saldrá bien. - la dueña y el rubio cocinero se alejaron comentando algo en voz baja mientras la jefa de camareros estaba comenzando a dar órdenes - Noyamano se colocará en la entrada junto a Ayase, recibiendo a todos los clientes que entren y asignándoles una mesa. El resto os encargaréis de atenderles y servirles todo lo que pidan. Durante las dos primeras horas, Gaudi, Samewaza y Takemichi se encargarán de las mesas y Taiga, Sugiyama y Tomoko se encargarán de la barra. Los últimos tres tendréis que preparar lo que los clientes pidan y les entregaréis al resto de camareros también lo que salga de la cocina. -

- Creo que está todo bien claro. - dijo como si fuese increíblemente fácil entenderla - ¿Alguna pregunta? -

El hilo musical era calmado, tranquilo y agradable. El aire era fresco (Aunque algunos dirian que cerca de Saya Hiraki sería mas bien helado)

Todo eso cambia. El la temperatura aumenta, la presion se incendia, y cuando se abren -de par en par- las puertas del vestuario, el hilo musical cambia por un minuto para ajustarse al señor que acaba de llegar.

"Mamoru Taiga ¡Listo para empezar!"

Cada paso que da prende de entusiasmo al mismo suelo. Lleva el uniforme de trabajo (Aunque la chaqueta está un tanto apretada ¡No habia de talla "Prota Shonen" en la tienda!) y nada ni nadie podrá detenerle

"¡Listos para que el Starbucks se convierta en una sucursal miserable del glorioso Nine to Five, SEÑORA!" dice mirando a la lider Itaka, flexionando el brazo, en un gesto de animo ilimitado

Casi juraríais que de puro espíritu combativo que tiene se ha producido una explosión a sus espaldas ¡Este tio es puro nervio!

Tras escuchar lo que dicen los ¿Sempai? le dice a Ren "Como usted diga, Señor" y tras oir a la marimandona de Saya también le suelta un "A sus órdenes SEÑOR"

Takemichi-san vestía su uniforme masculino. Que bueno que Yukari-san me permitió esto.... Traía el pelo recogido dentro de la boinita a juego con el uniforme, por lo que su pelo parecía corto. Bajo la boina varías decenas de pasadores "invisibles" mantenían su pelo quieto para protegerse de que la boina se cayera.

Yukari-san esta muy feliz ¡Qué alegria!. Nana estaba emocionada por ella. Se había pasado la noche charlando con su amigo, contándole de los preparativos, y esta mañana, desde que despertó, se habían mandado mensajes. Se emocionó cuando hubo de decirle que ya no podía hablar, pues tenía que trabajar.

-Yo tengo una pregunta, Saya-san.- dijo con una voz un poco masculina, que había practicado por mucho tiempo.-Dijo usted que durante las primeras dos horas nos manejaríamos así...¿Qué hay luego de eso?-

Sonreí ante la emoción que era abrir el negocio. Escuche con atención las órdenes de Saya. Era interesante, se necesitaba de un carácter fuerte para manejar un negocio, y ella parecía tenerlo.

Escucho la pregunta que hizo Takemichi, que también era la mía, por lo que guardé silencio mientras mi sonrisa seguía creciendo.

Era también una sonrisa perversa: ¿acaso alguuno de los que estaba presente sabía el peligro que se avecinaba o el caos que se desataría? Me divertía pensar como todos estaban entusiasmados con nimiedades como atender mesas sin darse cuenta de que todo iba a cambiar de un momento a otro.

Luego le pregunto secretamente a Saya como debo vestirme para atender mesas.

Estaba apoyada en uno de los pilares, con su uniforme ya puesto, esa ropa blanco con negro que pronto terminaría llena de harina y dulce. Se había quedado más atrás que el resto del grupo, estudiando más como un mero testigo lo que sucedía con aquellos chicos y los gritos de histeria de la dueña. La chica suspiró, y miró sus uñas, que estaban perfectamente limpias.

Y miró de reojo al maestro de cocina, ladeando su cabeza, su coleta quedó rozando su hombro, e emitió una pequeña sonrisa, casi burlona, casi, indolente, casi simplemente distraída.

- imagino que si sobrevivimos dos horas, luego veremos como nos va...de todas formas no sé que tanta gente tengamos el primer día, por eso lo importante es el boca a boca - levantó las cejas, ella misma estuvo repartiendo volantes de la cafetería, al igual que el resto de sus compañeros.

Se irguió y juntó sus piernas, con sus manos detrás de su espada.

- Isayama-sama, es momento de volver a la cocina, hay galletas que aún están en el horno - siempre habla con ese tono frío y distante.

Ciudad donde suceden los eventos de la partida
5:00 AM

Aun no ha salido el sol. Algunos dirían que no están puesas ni siquiera las calles.

Una señora trae un cubo de agua helada (Literalmente, lleva un rato en el congelador) ¡Y lo tira por encima de la cama de Mamoru!

"Vamos hijo ¡son las cinco! ¡Hora de levantarse!" dice Kushina "Cuanto antes te vistas y te arregles, antes llegarás"
"Gaooooooooo!" grita el chico. Nada más despertarse empieza a hacer media hora de ejercicios (Dar 15 vueltas a corriendo a la casa, levantar pesas, etc) ducha rápida, afeitarse (¡Con soplete!) y se viste y se arregla.

"¡Vamos a claseeeeeee!"

Y aunque todavia no ha salido el sol, Mamoru va cagando leches y se monta en... en... ¿EN SU MECHA? para llegar a la facultad. Aunque tenga que hacer un cojotrón de kilómetros para ir, para volver -y que tenga que trabajar en el Nine-To-Five para pagarse la nueva carrera- ¡Eso no disminuirá el entusiasmo de Mamoru!

"LET’S ROCK!!!"

La mujer dedicó una mirada gélida pero sólo al 95%, no lo suficiente como para imponer a Mamoru, pero la pregunta de Takemichi le desvió la atención. Carraspeó un poco, poniendo cara de mal humor. - Pues os cambiaréis. Creo que es fácil de comprender hasta para un tonto. Estaréis demostrando para qué sois buenos: si se os da mal en algún puesto seréis apartados de él. Si os interesa quedaros en uno en concreto, luchad por él como si os fuese la vida en ello. - dijo alzando la barbilla, orgullosa.

Cuando nadie está mirando, Saya se inclina un poco sobre Kon para decirle al oído - Por ahora ponte el uniforme de los hombres... y ya veremos qué haré contigo después. -

Voz en Off Primer plano de una casa:

En las afuera de una casa, en algún lugar de Nekogi sale un entusiasta alumno para trabajar en lo que sería su primer día de trabajo....  ....Dije que salía un entusiasta alumnos caminando muy alegre a su primer día de trabajo...
QUE NO ME ESCUCHAS!! GAUDASHO!!

-FRESAA!! QUIERES DEJAR DE GRABAR!! NO SOY UN MONO DE CIRCO!!-

Fresa: Recuerda bien lo que me debes, además, deberías ser más agradecido pues te he conseguido un trabajo muy  Top para ti...

-Ooh si estoy muy agradecido... Por nada... recuérdeme la próxima vez que necesite buscar un trabajo, no recurrir a ti.... ¿Pe-pero puedes dejar de grabar?!!

fresa: NO!!....  nos debes a mi hermana y a mi muchos favores así que reírnos de ti  es una buena forma de cobrarlos... Dime Gaudi.. hoy iras a cantar y a destruir tímpanos con tu gloriosa voz jajajajajaj .... Vamos Sonríe!! ¿porque esa cara??.... De todas forma déjame decirte que te vez muy guapo hoy jajaja ... eh!  OYE!!...  !QUE HACES, SUELTA MI VÍDEO CÁMARA, DÉJALA, IDIOTA NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

"Salí prácticamente huyendo de mi casa, con una Fresa furiosa tras de mí, ni siquiera pude detenerme en las luces o en los pasos de cebra, y aquella ancianita.... 
corrio como una gacela cuando me vio que venia detrás de ella. No sabia que los ancianos tenían esa clase de movimientos"

Se detiene en un semáforo, muy cerca de la cafetería para seguir pensando.

"¡¡caray!!... ellas si pueden hacer bromas, pero cuando yo les hago una a ellas sí que se molestan bastante..." Sigue caminando y detiene afuera de la cafetería, alza su vista hacia arriba para leer el cartel...

-Nine To Five.... Mira que bajo eh caído...  simplemente les fui a pedir ayuda para enviar una ficha para buscar trabajo y mira donde fui a parar amigo- mira su reloj antes de entrar. "5 minutos de retraso! "

-Llegare con un elegante retraso!, pero como dicen, lo mejor siempre llega al final! - Antes de entrar al local mira hacia todas direcciones para evitar cualquier alma conocida, una vez seguro, se saca sus deportivas y entra al interior a
paso de lince, busca discretamente los baños para cambiarse de atuendo. Recuerda que el día anterior ya había venido a conocer el personal fijo y a hablar con Itaka Yukari por su situación,  no quería ser descubierto así que le había permitido de alguna forma ocultar su identidad, ¿pero de qué manera? jamás se pusieron de acuerdo. Adentro podía escuchar los gritos de la directora así que no se ha perdido de nada... una vez listo con su terno, se prepara a salir.

- "Hay, esta cabeza no me deja ver mucho los costados"- Se acerca a pasos algo torpe al grupo para escuchar las ultimas instrucciones que daban..
 -Muy bien.. A las mesas! - exclama en alto haciendo mostrar su presencia. Llevaba puesta una cabeza de caballo que ocultaba toda su cabeza.

Iba a entrar a la cocina para empezar a trabajar, cuando todos vieron una saeta cruzar hacia los baños, nadie se dio cuenta quien había pasado tan rápido, pero Yukiko creyó reconocer esa melena roja, no lo estaba segura del todo, sólo fue una suposición, la chica, aún cruzada de brazos, caminó unos pasos para inclinarse y ver a esa persona, la que salió pero con una cabeza de caballo. La chica se levantó de un sopetón  y levanto sus brazos, sorprendida de ver a ese sujeto.

- vamos...¿lo dejarán trabajar con esa cabeza? espantará  a toda la clientela - exclamó fuerte, para que la jefa la escuchara.

No me lo puedo creer, no me lo puedo creer...

Mi habitual falta de puntualidad se había materializado incluso el primer día de trabajo pero... ¿Qué importa? ¡Voy a trabajar! Yo sola, con estas manitas... 

No se lo que parezco pero no me importa. Sonrío a todo anciano, niño o madre acelerada con los que me cruzo.

¡Oh mira, un perro!

Y también le sonrío ¿¡Por qué no!?

Al fin podré demostrar que soy capaz de valerme por mi misma, sin ayuda de mis padres y que la "torta mental" que vive conmigo no es para tanto.

Levanto el puño en alto y doy un ligero saltito. ¡Me están mirando? ¿Qué les ocurre?

¡Es allí, es allí!- Vocifero como los locos cuando veo el cartel del establecimiento y echo a correr. No porque lleve prisa, eso no está hecho para mi, es todo pura emoción.

Tiro del pomo de la puerta

-¡¡¡¡Hoooola a tooooodos!!!!!- sigo en mi habitual línea vocal de "niña con megáfono" y les planto una sonrisa de oreja a oreja. A decir verdad ha sido mi madre la que ha gestionado todo el papeleo así que no conozco a los propietarios ni tengo ni idea quienes serán mis compañeros de turno.

-¿No llego tarde, no?-.

- ¡Bien! - exclamó la dueña que ya había terminado de hablar con Ren Isayama - Estad todos atentos, pues abriremos en 5 minutos. Colocaos en vuestros puestos, pues el mar de clientes será imparable... -

La sonrisa de Itaka rivalizaba con la de la propia Mitsuki. Pareció notar entonces la presencia de la cabeza de caballo y le entró la risa floja. - Vale, vale, no os lo toméis tan a pecho. Sigue vistiendo el resto del uniforme... - no parecía muy asustada por la 'máscara' que el joven llevaba - Dividios como Hikari-chan os ha ordenado, os daré el aviso, ¿de acuerdo? -

El jefe de cocineros se acercó a Yukiko con las manos en los bolsillos y una mirada de 'aquí no hay nada que hacer'. Jin Sannan estaba junto a la joven, cruzado de brazos y observando la escena de Gaudi con expresión divertida. No solía perderse las broncas que Saya provocaba.

- Vamos. - no dijo nada más antes de darse la vuelta, con Jin tras él. Los tres se perdieron tras las puertas de la cocina, abandonando al resto.

La recepcionista del Nine to Five se acercó a ellos mientras miraba de reojo su móvil, del cual rara vez se despegaba. - Somos trending topic de Nekogi. Ya tenemos casi 300 'Me gusta' en Facebook y estoy trabajando en el wordpress de la cafetería. Quizás para esta semana ya tenga algo... - dijo mientras se arreglaba un poco el pelo, despreocupada. Miró a Mamoru aprovechando que Saya se había alejado a hacer otras cosas - ¿Si te doy unos flyers te encargarías de repartirlos todos a la gente que pase por la calle? -
 

Cuando entraron, Jin cerró la puerta tras ellos y se apoyó en la encimera de la cocina. Ren, una vez estuvieron todos dentro, se giró para observar durante unos pocos segundos a la pareja de cocineros. Sólo entonces dijo algo:

- Ayuzawa-san, encárgate de esas galletas. Asegúrate de que se enfrien correctamente mientras las decoras, no hay tiempo que perder. Jin-kun, quiero que compruebes todas las tartas que tenemos hechas y si está todo correcto, divídelas en porciones idénticas y emplata una de cada tarta para mostrarlas. Asegúrate que parezcan deliciosas. - dijo con aquel tono de orden que siempre portaba en la cocina. Sin embargo, no tenía nada que ver con la prepotencia de Saya Hikari, si no con la seguridad de aquel que sabe estar tratando con gente con menos capacidades que él, algo que a Yukiko la solía sacar de quicio

- ¿Alguna pregunta? - Jin sólo se encogió de hombros, asintiendo

Mamoru mira a Rikka. La superior le ha dado una misión ¡Una misión! Y le pregunta si puede repartir PANFLETOS por las calles

Solo hay una respuesta

"¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!"

"Aunque quizá seria mejor que las repartiese Mitsuki o alguna otra de las camareras, con el cosplay" piensa

Rodó los ojos la chica, y a pesar de que no le respondieron, se fue de todas maneras, siguiendo a los dos chicos, bajando la cabeza, pero mirando de reojo a ese chico de la cabeza de caballo. Le saltaron dudas, y estas seguían, y como ella no puede dejar las cosas simplemente estar, debía averiguarlo.

Yukiko se puso su delantal y se fue a ver las galletas, notando claro, como se estaban tratando el jefe de cocina al chico nuevo, la joven se encogió de hombros, y torció el gesto, no le gustaba que ese chico se hubiera ganado el favor del jefe tan simple, y que tenga más confianza en él, pero sería, tendría que mejorar su madera de relacionarse con los otros. Rodó los ojos, le era tan complicado.

Empezó a ponerle el glaseado y hacer dibujos en ellas para darle un toque más distinguido, como las las había visto en una de las revista que había ojeado.