Partida Rol por web

Njarda, ciudad corrupta

Cápitulo 1: Grazna el cuervo.

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11/05/2017, 21:11
Vincent

Aquello, al fin, captó su interés de un modo nuevo. Se había mantenido educadamente atento a las contestaciones y pensamientos de Keira mientras él sacaba sus propias conclusiones en base a ello, o más bien perdido en esas conclusiones. Sin embargo, en ese instante, en el momento en que habló de la cacería, sonrió, atraído por algo nuevo que no se esperaba. Las sorpresas eran algo a lo que estaba acostumbrado, ya que prácticamente toda la superficie, cada centímetro de aquél mundo, guardaba alguna. Para él, cada una de ellas era un agradable tesoro en cuya búsqueda se embarcaba una y otra vez, sin final aparente más que el que la muerte supondría. 

¿Objetivo? – preguntó, ladeando la cabeza, mirándola fíjamente –. Si puedo preguntar... ¿A quién buscas en esta ciudad?

Tampoco le pasó desapercibido ese comentario a medias, esa explicación cortada, o tal vez coartada, que quedó en el aire para ser sustituida por un rodeo sencillo que no desentonaba. Entrecerró ligeramente los ojos, antes de finalmente sonreír y asentir, conforme aunque escéptico, sabedor de que guardaba secretos que sería magnífico descubrir; cada persona era un mundo, y cada mundo un lugar lleno de experiencias que él disfrutaba viviendo sin reparos. Además, su aceptación no era del todo banal, ni fingida en mayor grado, pues él también estaba de acuerdo en algo.

No es nada agradable – confirmó –. Aunque hay lugares mucho peores. Aquí, al menos, el fresco viento marino se mitiga los hedores de la... humanidad.

Durante un instante, pensó en decir civilización, pero no lo hizo. En las prisiones ilícidas no había rastro de algo que pudiera llamarse remotamente civilizado como era aquello, y en cambio aún podía, si se concentraba, recordar el olor del sudor y la sangre de aquellos que regresaban a sus celdas victoriosos de las arenas, el aroma del pelo mojado y sucio de algunas criaturas similares a ratas y otros animales con los que los azotamentes experimentaban, la característica fetidez de la gangrena y los cuerpos en descomposición de heridos y cadáveres que sus captores a veces no se molestaban en llevarse, la pestilencia de algunos enfermos, y sobre todo los orines y deshechos fecales de unos y otros.

Después de aquello, los aromas que la ciudad ofrecía eran casi una cara fragancia, una que pese a poder ser considerada en comparación agua de rosas, no terminaba de gustarle. Al fin y al cabo, él podía ser pobre y carecer de cualquier tipo de posesión más allá de su ropa y su máscara, pero era limpio y pulcro, cosa de la que se enorgullecía sobremanera.

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16/05/2017, 11:50
Keira Aullaestrellas

Miré a mi compañero con cierta duda acerca de si contar o no sobre mi busqueda... Me quedé unos instantes en silencio, y tras pensar en ello, decidí que no pasaba nada por que supiera de ello... Es mas... igual él podía conocer algún rumor... -Ummmm... bueno... estoy a la caza de los restos de una secta de adoradores de Malar... Hace algunos años mi pueblo hizo un ataque sobre su refugio, y pese a que conseguimos acabar con bastantes, unos cuantos consiguieron escapar... Gire mi mirada hacia Vincent... -Desde entonces he viajado siguiendo cualquier rumor y hasta ahora he podido acabar con tres de esos supervivientes... Mi mirada se ensombreció... -Sin embargo en uno de ellos llegue tarde... se habia establecido en un pequeño pueblo, el cual había usado como nuevo lugar para resucitar su secta... Infecto a  gran parte de la población con la maldición de la licantropia, y aquella que no fue infectada en un primer momento, fueron convertidos en la presa... Me quedé en silencio recordando las calles llenas de sangre y de cadáveres medio despedazados... Negué con la cabeza sacando esas imágenes de mi cabeza... -No pude proteger a la gente de ese pueblo... conseguí salvar a muy pocos habitantes del pueblo... Alcé la cabeza mirando hacia la calle abarrotada con el semblante triste. -Fue algo horrible que espero no volver a pasar...

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20/05/2017, 15:31
Vincent

Malar. Le conocía o había, al menos, oído hablar de él. Mucho, muchísimo tiempo atrás, antes incluso de ser esclavo de los azotamentes, lo había sido de otra raza igual de despiadada. Él había sido arrancado de su hogar por los elfos oscuros de la Antípoda, y hasta que fue vendido a sus siguientes años, había aprendido algo sobre ellos, poco, pero lo suficiente. Más de lo que cualquiera debería aprender.

Si no se equivocaba, y aunque raras veces lo hacía cuando se trataba de sus recuerdos a veces pasaba, el dios de las bestias era adorado por algunos varones de bajo rango, drows tan prisioneros como lo era él mismo, que se dedicaban a criar a las monstruosidades que las Casas usaban como mascotas, guardianes, cazadores y entretenimientos; para las poderosas matronas y sus hijas todo aquello era, realmente, lo mismo.

Sin embargo después había pasado al cuidado de los Ilícidos, había perdido el contacto con Ust Natha y su perversa sociedad, y poco después con cualquier retazo de realidad que pudiera haber guardado. Desde aquél momento no había escuchado hablar de nuevo de aquél dios animal, ni se había encontrado conscientemente con ninguno de sus cultos. Era difícil saberlo, pues muchos orcos habían pasado –incluso saberlo ellos– a adorarle, y él se había encontrado con demasiados, pero creía que no. 

No, lo siento. No puedo darte ninguna pista – corroboró, en voz alta, sus pensamientos –. Aunque tal vez pueda ayudar a buscarles.

Se encogió de hombros, miró al frente, suspiró un instante y sonrió al siguiente. Los licántropos siempre le habían llamado la atención: su transformación, su mentalidad dividida, su salvaje determinación, la infección propagada, las habilidades adquiridas.

¿Cuánto recordaba un hombre-lobo de lo que había hecho cuando regresaba a su forma original? ¿Cuánto de animal y cuanto de persona mantenía una mujer-tigre mientras permanecía convertida? ¿Sería un medio oso mantener sus habilidades psíquicas? ¿Podría él, con su privilegiada mente, salvar las diferencias físicas de su maltrecho cuerpo mediante ese proceso?

Las preguntas se agolpaban en su mente, sentía aquella curiosidad innata que no había desaparecido desde que había vuelto a ver, por primera vez en demasiado, el sol, y sabía que eran cosas que jamás descubriría, o las descubriría, como todo, en su propio cuerpo. No era algo que tuviera que decir en voz alta si no se le preguntaba, por supuesto, pero la semilla estaba ahí, esperando.

Tras lo que para él había sido una eternidad, y para el resto no sabía si unos segundos, minutos u horas de silencio, volvió a girar la cabeza, observó a Keira. Seguía allí, así que no podía haber pasado mucho rato. Asintió, un leve cabeceo, y volvió a mirar hacia el mar.

Seguro que entre varios es más fácil que una persona sola. Y no hay que temer por mi seguridad – se sonrió –. Puede ser... Interesante, esa búsqueda tuya.

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04/06/2017, 19:58
Agarth Noalanes

El mercader observa a ambos con una mirada inquisitva mientras esboza una sonrisa amable y encantadora. - Gracias por acudir a mí con una petición de tal magnitud. Sería deshonesto ofreceros pasaje en un barco mercante lleno de plebeyos y sin la intimidad que requiere una luna de miel. Puedo ofreceros algo acorde a vuestras necesidades, vuestro propio navío barco donde podrán alojarse en un camarote acorde a vuestra elevada posición y no en una sala comunal. El barco os esperará atracado además hasta que pasado unos días lo necesitéis para regresar. - Sonríe.

- Y como soy un mercader honrado esto solo os costará ciento cincuenta monedas de oro. Apenas lo que ganaría ese barco navío haciendo su ruta regular. -

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04/06/2017, 22:05

Vincent y Keira, gracias a aquel momento del que habéis disfrutado de aburrimiento y tranquilidad habéis conseguido conoceros y ver que compartís algunos objetivos comunes. Hasta ahora solo habíais coincidido en algunas misiones supervisadas por Agarth pero esta vez había sido diferente y mucho mas interesante. Era irónico lo que podía dar de sí una tarde aburrida.

Tras un rato de conversación una compañera vuestra bajó por las escaleras y se acercó a vosotros. Era una elfa rubia llamada Vestele que generalmente solía trabajar por su cuenta y riesgo. Algo que la caracterizaba es que ocurriese lo que ocurriese siempre esbozaba una sonrisa de alegría y felicidad. Se acercó a vosotros con una sonrisa. - Parece que hay una pareja joven pidiendo transporte para viajar a Dergos. Y tienen dinero. Si todo va bien probablemente podamos darnos una buena fiesta a su salud. - Seguía sonriendo aunque su mirada se volvió mas seria tras la última frase. - Espero que sepan donde se están metiendo. -

Y es que la rivalidad entre las dos ciudades era muy conocida. Un historial de escaramuzas e invasiones surcaba la historia de ambas, y eso siempre había provocado tensiones entre ambos lugares, pese a que mantenían un par de rutas comerciales abiertas por necesidad siempre se trataban con desprecio y suspicacia.

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04/06/2017, 23:06
Vincent

La conversación entre ellos dos acabó, pero no de manera abrupta y cortante, sino lentamente, dejando que el silencio se asentara poco a poco a medida que cada uno se refugiaba en sus propios pensamientos, en sus particulares ideas sobre el pasado, el presente y el futuro. Recuerdos y planes en los que solo mediaba aquél instante, como un puente que conectaba una vida pasada y lo que estaba por venir. Él, por su parte, seguía dándole vueltas a las posibilidades de transformar su cuerpo, de alterar la debilidad física de la que nunca se había podido librar y aunar ésta con sus capacidades más psicológicas, con su gran mente. Era un bonito sueño.

Pero como toda fantasía pronto se vio interrumpida. Escuchó los pasos antes de la elfa antes de verla a ella, y supo que sonreía sin siquiera girar la cabeza. En hacer eso tardó un poco más, pero cuando lo hizo, se dio cuenta de que había acertado. Como siempre, era un misterio como alguien podía permanecer casi de continuo con un gesto tan amable y sincero en el rostro, y como siempre se quedó durante unos segundos mirándola con curiosidad, embelesado ante aquello. Después, simplemente, sonrió también, aunque sus labios apenas se curvaron en comparación.

¿Acompañaremos nosotros a la joven pareja? – preguntó, ignorando con suavidad el tema del dinero.

Aquello era bueno. Llevaba ya un tiempo allí, en Njarda, pero Dergos no lo había visitado todavía. No era propio de él quedarse tanto en un mismo sitio, y se sentía algo tenso por aquello pese a que la ciudad le gustaba. Tal vez aquél pequeño viaje, apenas un escarceo, serviría para librarse de aquella sensación de bloqueo sin que por ello tuviera que alejarse demasiado lejos, ni demasiado tiempo.  

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07/06/2017, 13:52
Keira Aullaestrellas

Poco a poco el silencio se había tendido entre nosotros, mientras que cada uno se sumaba en sus propios pensamientos... Yo por mi parte meditaba acerca del ofrecimiento... Siempre había tomado que esta caza debía hacerla sola... Mire de reojo al extraño hombre, preguntándome como reaccionaría si supiese la verdad... ¿Actuaría como el resto de humanos, o por el contrarío seguiría mostrándose cooperativo...?

Estaba a punto de abrir la boca, cuando escuche unos pasos bajar por las escaleras y al poco vi a Vestele abrir la puerta y acercarse a nosotros, para informarnos del posible nuevo encargo. 

Me rasque la barbilla pensativa con el mango de una de mis hachas... -Ummmm... Una misión de escolta... Mire a la elfa al ver la preocupación en su gesto. -Por tu cara deduzco que puede que sea una misión peligrosa... ¿Tan mal están las cosas, como para que ataquen de manera abierta a viajeros?

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08/06/2017, 05:58
Galdor

Observé al mercader con sobriedad, aunque mi desconocimiento de aquellos negocios me impedía saber si aquello que nos ofrecía era una oferta honrada y justa o un intento deshonesto de aprovechar la situación. Me parecía lo segundo, pero ¿qué sabía yo de tales menesteres? Todo acuerdo comercial que había realizado en mi vida era acerca de los servicios de mi brazo, y todo regateo al que había asistido tenía que ver con la adquisición de equipo. Miré de soslayo a Candela, preguntándome si ella lo tendría más claro que yo, aunque no podía preguntarle delante de aquel hombre, así que debería seguir ejerciendo de hombre de confianza de su presunto marido.

Es una oferta... generosa. En nombre de mi señor, se lo agradezco. -Incliné mi cabeza un instante- Sin embargo, me temo que éste fue bastante claro en sus instrucciones acerca de este trayecto. No deseaba grandes dispendios, sino un pasaje sencillo, sólo de ida. Una vez en la ciudad ya decidirá él cuando y a dónde continuar el viaje, disfrutando mientras tanto las comodidades de la ciudad.

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11/06/2017, 14:45
Candela Dorne "Triana"

Tuve que hacer verdaderos esfuerzos por no enarcar una ceja ante la propuesta del mercader. Estaba más que claro lo que pretendía. Lástima que en mi papel de sumisa esposa no pudiera decirle lo que realmente hubiera deseado. Dejé que Galdor hablara, sin poder hacer nada ante su interrogante mirada, interviniendo cuando este finalizó.

- He de decir que así es, señor. Sabrá bien lo que cuesta ganar el dinero. Preferimos ahorrar en el viaje y así poder disfrutar con mayor plenitud de la ciudad de Dergos. – sonreí con inocencia, esperando la reacción del hombre.