Partida Rol por web

No abandonéis el sendero

Capítulo 1: Donde los ríos llevan oro

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06/02/2020, 14:30
Director

Donde los ríos llevan oro

Verano del 2.946 de la Tercera Edad

Desde los grandes días antiguos, cuando un reino poderoso de hombres del Norte se extendía a lo lejos desde la Montaña Solitaria, había habido una ciudad en el lago Largo. Surgida de una pequeña comunidad que nació en su orilla occidental, el poblado de Esgaroth se convirtió en puerto comercial cuando familias de mercaderes decidieron trasladarse desde Valle contruyendo almacenes y grandes residencias para vivir, y de este modo poder seguir de cerca las idas y venidas de sus mercaderías.

Durante muchos años posteriores, los botes de los hombres del lago fueron vistos río arriba y río abajo, con sus bodegas llenas de oro, y sus cubiertas atestadas de guerreros con armadura, listos para llevar la guerra a tierras lejanas. Cuando Smaug descendió sobre Erebor, hace casi 200 años, la ciudad de Esgaroth quedó milagrosamente a salvo. Valle no tuvo tanta suerte, y aquellos de sus habitantes que fueron capaces de escapar con vida se vieron obligados a buscar asilo entre los hombres del lago. Pero con el tiempo, incluso el asentamiento a orillas del lago tuvo que ser abandonado por miedo al Dragón, y los hombres del lago construyeron nuevos edificios directamente sobre la superficie del lago Largo, esperando que sus aguas profundas y frías les pudieran mantener a salvo del fuego.

Así nació la ciudad del Lago, y allí perduró bajo la sombra de la montaña hasta la noche en que Smaug cayó sobre ella, y desapareció en una nube de vapor y chispas.

En la actualidad, un gran puente de madera conducía desde la orilla occidental hasta una nueva ciudad de Esgaroth, reconstruida, con la ayuda de los elfos del Bosque, unos cuantos kilómetros al norte del lugar donde los huesos de Smaug yacían sin que nadie tuviera el valor de acercarse a ellos. Más grande que antes, el nuevo hogar de la gente de lago también estaba construido sobre pilares de enormes árboles del bosque clavados en el fondo del lago, y sus edificios, muelles, y calles bullían con las actividades un pueblo que disfrutaba de un nivel de prosperidad mayor que nunca.

Esgaroth era regida por un gobernador elegido de entre los viejos y los sabios, que dirigía los asuntos oficiales desde una gran casa en la plaza del mercado principal, asesorado por una asamblea de consejeros. La plaza del Mercado era una amplia abertura cuadrada entre los edificios, donde la superficie del lago era directamente accesible desde los largos muelles de madera provistos de escalones y escalas. La zona estaba rodeada por altas pilastras sobre las que estaban construidas posadas, tabernas y algunos almacenes de gran tamaño.

La taberna del Arquero, era uno de esos lugares situados junto a la plaza del Mercado, un buen lugar para los visitantes esporádicos de Esgaroth y donde se cocían noticias de todo tipo. En esos días de paz, visitantes de todos los lugares del mundo acudían a la Ciudad de Lago en busca de oportunidades para hacerse un nombre. Además de hombres del Norte de todo tipo, también podían verse elfos y enanos, puesto que tanto el Reino del Bosque como el Reino Bajo la Montaña tenían intereses comerciales en la ciudad. Incluso hobbits podían llegar a la Ciudad del Lago sin levantar demasiada conmoción, puesto que las visiones extrañas se estaban convirtiendo en la norma, con comerciantes procedentes del sur y del este aportando sus mercancías a la ciudad con creciente regularidad. Y con mayor motivo en aquel año en el que cumplía el quinto aniversario de la muerte de Smaug y, como celebración, se conmemorarían los cinco años de la Batalla de los Cinco Ejércitos en la ciudad de Valle. Dicha celebración, con el nombre de La Reunión de los Cinco Ejércitos, no tendría lugar hasta los últimos días del mes de noviembre, pero infinidad de barcos de toda clase y tamaños comenzaban a llegar ya a la ciudad del Lago para los preparativos. El comercio estaba en auge y eso se notaba en el ambiente de la ciudad, y en el de la propia taberna, bastante concurrida.

Una curiosa discusión se había levantado entre un pequeño grupo de parroquianos de la taberna, unos afirmaban que la coraza de joyas del dragón Smaug estaba formada completamente por rubíes mientras que otros decían que no eran sino diamantes lo que protegía la panza y el pecho del dragón. Todo había empezado por culpa de dos de los habituales de la taberna del Arquero, quienes siempre estaban peleando por cuestiones tan banales como aquella. Sus discusiones solían ser tan tontas como comunes: que si las enanas tenían barba o no, que si la tía de Bardo había nacido en Rondelapiedra o en Vandelburgo, que sí la hierba de Valle Largo que en raras ocasiones llegaba a la ciudad era producida por los elfos del Oeste o por unas criaturas de cuento que llamaban medianos, y mil historias diferentes. Normalmente, a pesar de lo acaloradas que estas discusiones solían ser, poca gente les prestaba atención, y menos aún se metían de por medio. Pero en aquella ocasión, el hecho de mencionar al dragón y las joyas que éste llevaba, habían levantado la curiosidad de varias personas que no pudieron evitar entrar en la riña.

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06/02/2020, 16:22
Kurdrim

El sol hacía ya horas que calentaba el día, con un cielo despejado casi por completo, dejando que la fresca brisa de La Montaña Solitaria barriera las calles de la nueva Esgaroth con pereza, ahuyentando los malos olores que la noche dejaba al paso de los borrachos habituales de la zona.

Por mi parte, deambulando por las calles en aquella rara mañana de ocio, donde aun no había decidido dónde anclaría mis posaderas a fin de llenar el estómago, pasé junto a la puerta de la taberna del Arquero escuchando cierto revuelo en su interior, sin duda fruto de una insulsa discusión de borrachos sin aliciente alguno, lo que me hizo descartar el lugar ipsofacto alejándome de su puerta

Ya había dado un par de pasos cuando un retazo de frase captó mi atención, haciendo que me parara en seco y prestara atención

- ... y yo te digo que no eran rubíes, sino diamantes

- ¡Maldito cabezota! Estaba cubierto de oro y rubíes, estoy seguro

Aquello ya picó mi curiosidad y deshice el corto trecho que me separaba de la puerta y entré en el lugar, topándome con la discusión más inverosímil que me hubiera imaginado. ¡Hablaban de la panza del gusano! Por mis barbas que aquello se me antojaba una estupidez... pero ahora ya había entrado y, dado que no tenía lugar mejor donde ir, me senté pesadamente en una mesa libre cerca de aquellos dos beodos.

Si iban a gritar y molestar, al menos que me entretuvieran con su diatriba y tonterías

- Una jarra de cerveza. Y carne asada- indiqué al servicio cuando me prestó atención

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06/02/2020, 17:28
Droul

El polvo del camino solía formar una mugrienta capa de barro en su barba cuando le sorprendía alguna lluvia ocasional, así que cuando el explorador decidió hacer alto en la bulliciosa ciudad de Esgaroth se tomó unos valiosos momentos para acicalarse en una fuente cercana. Aunque no fuera consciente de su mal olor después de semanas recorriendo el yermo, sabía que podía llegar a ser bastante intenso. Si a eso le añadías una capa de suciedad cubriendo su dorada barba, no tardarían en confundirle con un apestado y le echarían a patadas. O peor aún, le lanzarían al lago.

Con un aspecto algo más aceptable, se permitió vagabundear por el mercado, esquivando deliberadamente las zonas de los muelles. Como todo buen enano, no era especialmente aficionado a los grandes cuerpos de agua. Dame terreno firme y distancias cortas en combate, y que sean los piernas largas los que se zambullan.

La Taberna del Arquero era un lugar idóneo para enterarse de las últimas noticias. Mientras degustabas una cerveza aguada y te dejabas mecer por los olores de la comida recién hecha, podías escuchar los rumores de los parroquianos o leer las últimas noticias en el tablón de anuncios. Por eso no tardaba en acercarse al lugar siempre que hacía un alto en Esgaroth.

En aquella ocasión, parecía que la atención estaba centrada en dos clientes que discutían sobre un tema especialmente truculento: esa bestia maldita de Smaug. Tras escupir ante la sola mención del nombre de la bestia, señaló el asiento libre junto a otro hijo de la roca —¿Está libre? —preguntó a Kurdrim en un perfecto khuzdûl.

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07/02/2020, 13:46
Iwgar "El terco"

Iwgar llevaba ya asentado desde hacía unos meses en una vieja pero confortable cabaña a medio camino entre la Ciudad de Valle y la Ciudad de Lago, desde que abandonase su antiguo hogar al oeste de Rhovanion, en la parte alta del río Anduin, muy cerca de La Carroca y del Vado Alto. Siendo hijo de uno de los principales lugartenientes de Beórn el Cambiaformas, había decidido separarse de los de su raza durante un tiempo y vivir en soledad al otro lado del Bosque Negro, cerca del lugar donde cinco años antes se había librado la épica Batalla de los Cinco Ejércitos, donde con suerte podría unirse a alguna expedición y granjearse buena fama y reputación, con las cuales convertirse con el tiempo en un digno sucesor de Beórn, y puede que en el nuevo caudillo jefe de los Beórnidas.

Como buen apicultor que era, tenía su propio enjambre de abejas con las que obtenía su preciada miel, base de su peculiar alimentación, y con el excedente sobrante, solía emplearlo para comerciar y obtener materias primas necesarias para soportar el frío invierno. Los meses habían ido pasando inexorablemente, y al fin la primavera volvía a hacerse notar en el lugar, con lo que no tardó en obtener las primicias de aquel manjar digno de los dioses, y con ello, pudo fabricar crema de miel y rica hidromiel casera que tan buena reputación empezaba a adquirir con los pobladores de aquella zona.

Iwgar decidió aquella mañana que era buena idea volver a acercarse a comerciar con las gentes de Ciudad de Lago tras el largo invierno, y cargando con una cesta a su espalda múltiples tarros de crema de miel y un par barriles de exquisita hidromiel, descendió desde su hogar, rodeado de castaños y robles, por el camino principal que conducía hasta Esgaroth. Una vez allí, no dudó en dirigirse a la Taberna del Arquero, principal lugar de afluencia en el que era fácil negociar un buen acuerdo con el posadero, y en el que los rumores e historias de los parroquianos y mercaderes no dejaban de sorprenderle al provenir de culturas distintas. 

En cuanto el beórnida cruzó el umbral, precisando agachar levemente la cabeza para no toparse con dintel de la puerta, algunas caras de asombro y temor se dibujaron en los rostros de varios de los comerciantes, mercaderes y parroquianos que ya abarrotaban el lugar. No era común ver a un hombre de enorme estatura, brazos y piernas robustas, larga y tupida barba desaliñada, y con atuendos de piel y cuero que le daban un aspecto salvaje. Iwgar avanzó cargando la gran cesta a la espalda donde transportaba la rica hidromiel, y colgando del cinto resaltaba su hacha con motivos rúnicos, que lucía pesada y amenazante.

- Posadero, traigo dos barriles de rica hidromiel casera y varios tarros de miel. - comentó de forma hosca y desabrida, importándole bien poco la impresión que pudiese generar, a pesar de que sus formas dejaban mucho que desear. Una mirada fue suficiente para que aquellos que se habían quedado mirándole fijamente dejasen de hacerlo y siguiesen a lo suyo, y el posadero, simplemente se limitó a asentir y hacer traer varios sacos de harina, especias, frutos secos, fruta deshidratada, y otros artículos varios que solían ser habituales en aquel trueque. El intercambio se produjo en silencio y quedaron conformes ambas partes, pero como solía ser habitual en Igwar desde la primera vez llegase a la Ciudad de Lago, se sentó en una de las mesas del fondo para tomar algo antes de partir nuevamente, y le preguntó si había habido novedades desde su última visita. ¿Cómo van las cosas en Ciudad del Lago? ¿Bardo está haciendo un buen trabajo reconstruyendo el lugar? Por cierto, la última vez que estuve por aquí, escuché un rumor en el que afirmaban que el enano Balín tenía intención de conformar un ejército de los suyos para recuperar las Montañas Nubladas del Este. ¿Hay alguna novedad al respecto o fueron simples habladurías?

Iwgar esperaba que tarde o temprano alguna misión apareciese, y aunque no tenía especial simpatía ni por los enanos, elfos y hombres de Bardo, peor aún le caían los trasgos y orcos de Mordor. El recuerdo de haber sido expulsados de las montañas aún estaba presente en los clanes de los Beórnidas, y esperaba que tarde o temprano pudiesen cobrarse la venganza.

Fue entonces que reparó en la presencia de un grupo de enanos en la posada, los cuales se mantenían atentos a lo que ocurría al fondo, donde dos hombres discutían acaloradamente acerca de qué elementos y joyas componían la coraza del dragón Smaug. Él en verdad no tenía ni idea, por lo que simplemente se limitó a observar la escena y ver que rumbo tomaba. La realidad es que le sorprendía más ver aquella comitiva de enanos, y estaba interesado por saber que razones les habría llevado hasta allí. ¿Por qué no permanecer un poco más? Quizá lograse obtener las respuestas a los rumores de la última vez...

 

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07/02/2020, 17:50
Kurdrim

Mientras Kurdrim tomaba su cerveza y degustaba el guiso le sorprendió ver a un congénere de su raza al lado, pidiéndole si se podía sentar a compartir mesa, mientras aquellos dos proseguían a lo suyo

Con un gruñido de asentimiento mientras daba un largo trago, el guerrero le indicó que tomara asiento, pensando que así tal vez la velada no sería tan tediosa a tenor de los gritos de aquellos dos energúmenos... pero apenas se hubo sentado la luz que entraba por la puerta quedó opacada por la corpulenta silueta de un ¿hombre? que portaba dos barriles bajo los brazos listos para servir

- Kurdrim- se presentó tendiendo su callosa mano al camarada enano recién llegado, devolviendo la atención a su mesa para no ser descortés - ¿Que te trae aquí en este soleado día?- añadió

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07/02/2020, 18:12
Droul

Droul —respondió, escueto, al igual que su apretón de manos. Pegó un pequeño saltito para subirse a una de esas sillas de piernaslargas y se crujió el cuello con un leve gruñido. Luego captó la atención de la camarera más cercana señalando la cerveza que bebía Kurdrim y suspiró mientras le traían algo con lo que remojarse la garganta —De paso, voy a la Montaña. ¿A cuánto estamos...? Vengo de recorrer la linde este del río, en mi último viaje vi trabajo de pico en unas cuevas a tres días de aquí y quería asegurarme. Abandonadas, pero arrastraban olor a perro mojado. Seguramente mineros que no quisieron ir más allá.

Su khuzdûl era todo lo fluído que podría ser un lenguaje nativo, pero se notaba que llevaba un tiempo sin hablarlo por lo atropelladas que salían algunas sílabas. 

¿Eres del oeste? —aunque lo intentara disimular, se apreciaba un ligero deje de emoción en sus palabras —¿Viniste con Pie de Hierro?

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07/02/2020, 23:36
Mungo Bolguer

Cinco.

Mungo refunfuñó cuando le tiraron el té por quinta vez en lo que llevaba de tarde. Hasta entonces se lo había pasado en grande en las tabernas de Esgaroth, contando historias y tocando canciones. Pero ya era hora de volver. Pronto llegaría el verano a La Comarca y él debería seguir su ejemplo. Si pasaba una semana más en aquella condenada ciudad, sus pies empezarían a criar musgo. De hecho, juraría que, entre sus provisiones, a alguno de sus bocadillos ya le empezado a salir un saludable tono verdoso y un par de filas de dientes.

La humedad, sin embargo, no era lo peor para un hobbit como él. A pesar de ser un héroe —o así se veía a sí mismo—, tenía que hacerse notar entre los clientes para que el camarero pudiese reparar en él y servirle un plato caliente. Y, por si fuese poco, la mayoría de los taberneros se empeñaba en servirle un "menú infantíl" que encima costaba lo mismo que una ración normal.

El fragor de la discusión llegó hasta su mesa, derramando lo poco que quedaba de un té que Mungo ya había renunciado a terminar.

Seis —volvió a refunfuñar cansinamente.

Tenía que juntarse pronto con el primer grupo que se dispusiese a cruzar el Bosque Negro y volver a tomar la senda hasta su hogar. «Al final va a tener razón la tía Violeta», pensó, «hasta los medianos más asilvestrados sienten tarde o temprano el deseo de volver a su casa».

La voz ronca de uno de los recién llegados le sobresaltó. Un hombre alto e imponente que transportaba un barril de miel y que se dirigía ahora al posadero. Olía a grasa de oso y… ¡si! A aventura.

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08/02/2020, 18:45
Lain

Uno de los comensales estaba abstraído de lo que sucedía en la taberna. Con un mapa entre sus manos tapándole todo el paisaje del lugar y escondiéndolo de cualquier vista ajena.

- Mmmm... Las Emyn-nu-Fuin deben estar conectadas entre sí. Entonces, si se logra ingresar en alguna de ellas se podría mapear toda la cadena y...- decía Lain para sí mismo cuando una discución ajena lo sacó de sus pensamientos y lo distrajo.

Mientras enrrollaba y guardaba el mapa en su estuche algo molesto por haber sido interrumpido buscó con la vista los responsables. Eran otra vez los dos borrachos que el día anterior habían hablado con él por la misma discursión: si Smaug tenía rubíes o diamantes como protección. Lain ya había hablado con ellos y explicado como era el asunto, pero ahora entendía la razón por la que el tabernero le había indicado que no gastase tiempo en ellos, aunque se le diga mil veces iban a continuar debatiendo sobre lo mismo.

Culpándose a sí mismo por perder el tiempo decidió que esta interrupción era señal para que se detuviera en su trabajo y se distrajera un poco. Preparó su pipa con algo de tabaco y, ayudado con un poco de fuego de la lampara de la mesa, la encendió. Mientras despertaba a la vieja pipa para que produjera humo le hizo una seña a la mujer del tabernero que oficiaba de camarera, que luego de un momento se le acerca con un tarro de cerveza.

-Muchas gracias, señora- le devuleve Lain.

Había estado unos días en la ciudad y le había tomado gusto a la cerveza que servían allí, no era de una gran calidad y parecía bastante común, además de ser de las más baratas, pero algo en su gusto le agradaba al naugrim por lo que aunque había algunas bebidas más acordes a un bolsillo más holgado, prefirió continuar con esa cerveza. Dió un sorbo para dejar descansar al tabaco un momento y pudo ver que a unas mesas de él estaban de hijos de Dúrin charlando entre sí de forma cortés, seguramente se conocían hace poco y por eso no estaban ambos estallando en risas entre sí o hablando secretamente en confianza. Como si tuvieran un sexto sentido, ambos se giran hacia el cartógrafo, notando que los observaba, a lo que éste levanta su tarro de cerveza a modo de saludo.

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09/02/2020, 14:43
Belak

Después de tan larga travesía por fin se veía Ciudad del Lago a lo lejos. Aunque con el rugir de las tripas de Belak, puede que incluso la hubiese olido antes pues ya iban siendo horas y el joven hombre del bosque forzó la marcha para poder comer caliente, cómodamente sentado y a cubierto. No hacía mucho que se había decidido a recorrer su propio camino más allá de 
Bosque Negro y este lugar era su primera para de interés. Después de haber derrotado a Smaug, Ciudad del Lago se había convertido en el centro de atención y la actividad constante era ya algo habitual. Gente nueva, lugares recónditos e historias que escuchar, si cumplía alguno de estos requisitos lo más probable es que estuviera en la lista de sitios que conocer de Belak. Y si no lo está es porque simplemente todavía no escuchó hablar de ellos.

Una vez en las calles de la ciudad, no tardaron en recomendarle la Taberna del Arquero. Realmente no tenía muy claro si en algún momento había llegado a formular la pregunta, pero dada su situación simplemente agradeció la información y se dirigió rápidamente al local. El bullicio de las calles era un preludio del ajetreo dentro de la taberna. Gente bebiendo, comiendo, riendo y discutiendo. En ese momento una discusión llamó su atención. Dos lugareños discutían sobre que clase de joyas protegían el vientre del dragón. Belak se dirigía hacia la mesa para conocer más sobre esa historia cuando, sin contar con ello, escuchó algo en un idioma que no conocía. "¡Enanos!" Pensó con cierta emoción al ser los primeros de su raza a los que ve en persona. Hasta ahora solo los conocía de historias en las que se narraba el orgullo de su raza y el celo con el que protegían sus conocimientos. ¡Y aquí tenía a dos de ellos hablando en su lengua natal! Sin pensárselo dos veces cambió el objetivo de su curiosidad y se sentó a la mesa sin preguntar. -¡Si que tenéis un idioma extraño! No creo que lograse entenderlo ni aunque tuviese dos vidas para ello. ¡Y mucho menos hablarlo!- Comentó animado y soltando después una carcajada ante la idea. -¿Habéis venido a...? ¡Ah, camarera! ¡Cerveza y comida!- Se interrumpió a sí mismo al recordar el motivo principal para venir a la taberna y no perdió la oportunidad cuando la camarera pasó cerca. -Casi me olvidaba de que me estaba muriendo de hambre.- Rió de nuevo. -En fin... como os estaba comentando...- Bajó un poco su tono de voz a la vez que se aproximaba un poco como si estuviese a punto de revelar un secreto. -¿Habéis venido a reclamar vuestro trozo de montaña o solo venís por la conmemoración?- Realmente no había mucho misterio en sus palabras pero a veces le daba por dramatizar un poco. -Si necesitáis otro par de ojos, yo también estaba pensando en conocer los alrededores. Además, podría ser muy útil si hiciese falta otear por encima de unos arbustos.- Soltó otra carcajada al pensar en la situación, sin pararse mucho a pensar en lo sensato de bromear con la altura de un enano. En ese momento, llegaba la camarera con una jarra y un plato humeante. Belak no tardó en llevarse un bocado y ayudarse con un trago de cerveza para pasar la comida. -Entonces, ¿cuándo nos vamos?- Preguntó con una sonrisa y una expresión de autentica emoción por el simple hecho de compartir viaje con dos enanos. En ningún momento reparó en que realmente no había recibido una respuesta, ni en si resultaba apropiado nada de lo que había hecho desde que se sentó a la mesa. Pero eso eran detalles que quizás se puedan pulir con el tiempo. Además, como le dijeron una vez siendo niño, 'Más vale pedir perdón que pedir permiso.' 

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10/02/2020, 15:36
Kurdrim

Kurdrim observó al llamado Droul, asintiendo y devolviendo el apretón de manos, mientras alzaba la mano con firmeza tras las palabras de su interlocutor

- Empleemos mejor el común... no me siento cómodo rodeado de tantos extranjeros y empleando nuestra lengua- añadió con el ceño fruncido, no por estar enojado sino por ser su gesto habitual. Dedicó un último trago a la jarra y, tras limpiarse con el dorso de la mano, prosiguió

- Pertenezco a las Colinas de Hierro, en efecto, pero no pude acompañar a la comitiva del Rey por estar herido... - dice con un deje de amargor en el tono, incluso rabia - Eso que comentas de las minas supuestamente abandonadas... puede que me interese. Llevo demasiado tiempo inactivo y mi hacha se inquieta; vine aquí para labrarme un nombre, emular a mi fallecido padre, y estando aquí poco haré ahora que el gusano de Smaug ha muerto y las inmediaciones están libres de orcos y trasgos- relató de forma directa, sin rodeos, como acostumbraba a hacer siempre

Fue entonces cuando tuvo la sensación de sentirse observado y, girando el rostro, se topo con otro enano que le dedicaba un saludo con su jarra; Kurdrim enarcó una ceja, le devolvió el saludo por inercia, y devolvió la atención a Droul

- ¿Lo conoces?- preguntó extrañado - Yo no, pero ya me estoy cansando de que esos dos me perforen los oídos con sus chácharas insulsas ¿nos trasladamos?- indicó a Droul e invitándolo, de manera clara, a acompañarlo a la mesa del otro enano

Pero no hubo acabado de decir estas palabras cuando el tipo más estrambótico, bocazas y metomentodo que había conocido jamás se sentó en su mesa, parloteando cual hobbit en un festival, autoinvitándose a acompañarlos a la supuesta aventura que aquel extraño creía que tenían

Aguanté estoico el aluvión de sandeces que aquel humano estaba dejando ir atropelladamente, conteniendo la respiración para no soltar una barbaridad, mientras un tono grana empezaba a pintarse en mi rostro fruto de aquella verborrea

- ¿Y tú eres...?- murmuró Kurdrim entre dientes con el puño apretado - Quiero saber a quien voy a rebanarle las piernas por encima de las rodillas, para que así dejé de fisgonear en asuntos ajenos y no pueda otear más por encima de los arbustos- le dijo muy serio, conteniéndome a duras penas

Notas de juego

Menuda entrada Belak... a ver si podemos encauzar todo esto de forma no beligerante... pero no podía dejar pasar tamaña intrusión, sorry :p

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10/02/2020, 21:43
Belak

El enano más acorazado fue el primero en responder a la irrupción de Belak. Apuró el bocado que estaba masticando para responder rápidamente. -Sí, mi nombre es Belak, encantado de... oh, lo estás diciendo en serio...- Frenó el gesto de tenderle la mano para un apretón temiendo que también le cortase la mano si la acercaba un poco más. -Te he ofendido, ¿no?.- Dijo como si todavía no terminase de entender la situación. -Sí, te he ofendido.- Finalmente halló la respuesta él solo en apenas dos segundos, aunque cualquier otra persona se hubiese dado cuenta mucho antes. 

Respiró profundamente, pues no es la primera vez que se ve envuelto en aprietos de este estilo. Así que simplemente sonrió y encogió lo hombros. -Bueno, solo era una broma para romper el hielo. Solo conocía vuestra raza por la historias que me han contado y me he emocionado un poco. En esas historias se os coloca a esta altura.- Marcó el gesto con la mano como indicando una posición por encima de su cabeza en una escala imaginaria. No tardó mucho en que quizás estaba siendo del todo apropiado, otra vez. -¡Sin dobles sentidos, lo digo en serio! Me refiero a las grandes gestas y todo eso.- Se apresuró a explicarse para evitar un malentendido. -Permitidme empezar de nuevo.- Se aclaró la garganta. -Soy Belak de Bosquenegro y os invito a la primera, que digo, ¡a las dos primeras rondas de cerveza!- Se les quedó mirando con la sonrisa más esplendorosa que podía forzar esperando así calmar un poco los ánimos... o por lo menos salir de una pieza.

Notas de juego

 el tipo más estrambótico, bocazas y metomentodo que había conocido jamás

 En mi descripción había definido a Belak como "Curioso, enérgico y decidido", pero has dado con buenos sinónimos XDDD

 

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11/02/2020, 11:57
Droul

Las palabras de su paisano le recordaron que no estaban en casa. Carraspeó, asintió para confirmar que estaba de acuerdo y pegó un largo trago a la cerveza. Siempre era de agradecer encontrarse alguien de las Colinas de Hierro: le gustaba compartir historias de su antiguo hogar, y si además había estado allí hacía poco tiempo, aprovechaba para recopilar las últimas noticias. No era un viaje excesivamente largo para alguien como él, pero sabía que no debía regresar a casa hasta que no terminara con su trabajo en Érebor.

Mesura —pidió a Kurdrim poniendo su mano lentamente sobre el brazo del guerrero. Dudaba mucho que allí fuera a correr la sangre de nadie, pero no dudaba que el tal Belak podría recibir un fuerte mamporro si continuaba por ese camino, así que se aseguró de que el enano pensara dos veces en lo que iba a hacer. Al fin y al cabo, estaban en tierra ajena. Decidió intervenir con la facilidad de palabra que le había abierto más de una puerta. —Encantado, Belak del Bosquenegro. Achaco tu error a tu inexperiencia, pero siempre hay tiempo para aprender y rectificar. Aceptamos esas bebidas, ¿verdad, Kurdrim? De hecho, que sean tres —hizo un ademán a Lain para que se aproximara, señalando las cervezas e indicándole que el recién llegado iba a pagar una ronda.

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11/02/2020, 14:52
Kurdrim

-¡Hummmm!- barbotó con un gruñido Kurdrim antes de tomar aire, repetir el sonido y asentir quedamente relajando la mirada - Siendo así, pase... Belak. Esas cervezas servirán para zanjar el asunto- añadió ya repantingado en la silla, que aquejó el cambio de peso con un leve crujido 

- Vivo en Erebor, no tengo nada que reclamar ahí, pero si tengo intención de hacer lo propio en las montañas colindantes hasta que se restablezca el reino de los enanos... es una ardua tarea, pero nadie dijo que fuera fácil- añadí notablemente relajado a expensas de la cerveza que ya venía de camino, al igual que nuestro congénere a quien Droul había tenido a bien invitar

- ¿Y tú?¿Qué buscas aquí, Belak?- preguntó de un modo distendido

Notas de juego

Genial intervención Droul ;) Vas a ser mi Pepito Grillo en el viaje? Creo que lo necesito XD

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11/02/2020, 15:12
Director

El tabernero, y las mozas que tenía allí trabajando, estaban realmente atareados atendiendo clientes y llevando bandejas con raciones de comida humeante y jarras del ambarino líquido que escanciaban directamente de unos grandes barriles de madera con la habilidad de quienes lograban colocar la cantidad de espuma justo en las jarras. Y es que la taberna estaba realmente animada; a los parroquianos habituales había que sumarles los recién llegados, entre los que se encontraba la pareja de enanos que discutían con el enérgico hombre de los bosques. Un tercer enano, con la mesa cubierta por un gran mapa, saludaba al grupo, a punto de sumarse a ellos.

También había llegado un hombretón del este, de aquellos a los que Beorn el Cambiaformas había reunido al otro lado del Bosque Negro. Llevaba un tiempo asentado en la zona y solía comerciar en la ciudad del Lago con los mercaderes locales y los diversos negocios que aceptaban sus productos, como la taberna del Arquero. El tabernero, dejó una bandeja cargada de jarras vacías que había ido recogiendo por las diferentes mesas y le dedicó unos minutos de atención para realizar el intercambio, servirle algo de comer y de beber y atender a sus preguntas.

-Bardo está haciendo un buen trabajo en Valle, aquí tenemos a nuestro nuevo Gobernador, que también lo está haciendo muy bien. Ha reconstruido la ciudad y no es un mezquino avaro como era el otro. -Dijo con desprecio, y alguien sentado a la barra que lo escuchó, y que todavía recordaba como el antiguo gobernador se había llevado gran parte del oro de la ciudad, alzó la jarra para bendecir las palabras del tabernero. -¿Balín, decís? Lo último que sé de él es que hace unas semanas se perdió en el bosque y su primo Gloin envió a una partida de exploradores a rescatarlo...* de hecho, mirad, allí tenéis a uno de los héroes que lo salvaron. -Dijo señalando al mediano que refunfuñaba mientras intentaba que no le derramaran el té más veces. -No os dejéis engañar por su estatura, ahí donde lo veis mató a un troll de un solo disparo.

Notas de juego

*Estos fueron los sucesos de la otra partida, donde Balin y su primo Oin fueron capturados por unas criaturas (hay un resumen en el capítulo 0). Balin no iría a recuperar Moria, que supongo que es a lo que te refieres, hasta unos 40 años más tarde.

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11/02/2020, 21:56
Iwgar "El terco"

Iwgar presto atención a las palabras del posadero, alegrándose de que las cosas les fueran bien tanto en Valle como en Ciudad de Lago. Beórn le había hablado bien de Bardo antes de su partida, y se prometió a sí mismo que algún día se acercaría hasta Valle para conocerle en persona. Levantó su jarra de hidromiel en respuesta al asentimiento del tipo que había escuchado la conversación, y rápidamente centró su atención al mediano del que según afirmaba el posadero, era un héroe que había abatido a un trio grupo de un solo disparo.

- ¡Ja! ¿Ese mediano de ahí? ¡Me cuesta creerlo! - rio divertido como si le hubiesen contado la mejor historia fantasiosa de su vida. ¿Sabéis su nombre? Me gustaría escuchar la historia de su propia boca... Hace mucho que no escucho algo que realmente merezca la pena. 

Dio un largo sorbo a la jarra de hidromiel hasta apurar su contenido, y secando sus barbas con su peludo y musculoso brazo, clavó la mirada en el mediano, hasta que esté reparó que aquel hombre le estaba mirando. En ese instante le hizo un gesto con la mano para que el pequeño Hobbit se acercase, invitándole a sentarse en la misma mesa. No sabía si aceptaría la invitación o se sentiría intimidado, pero trato de mostrarse afable mientras le señalaba amablemente la silla, haciéndole ver qué allí en donde estaban seguirían derramándole el té sin ningún tipo de consideración. 

Los enanos que hasta entonces habían hablado en una lengua que no entendía, empezaron a usar el idioma común, pareciéndole sumamente interesante escuchar nombrar a Dàin Pie de Hierro, otro héroe del que Béorn les relató a los miembros del clan, sentados alrededor de una hoguera, su gran desempeño en la Gran Batalla de los Cinco Ejércitos. Internamente sintió el deseo de formar parte de alguna aventura de tal calibre, que le diese el reconocimiento que si tenía Béorn como líder caudillo de los Beórnidas. ¿Cómo iba a ser un líder capaz, si nadie conocía si quiera su nombre y el único sobrenombre que se habia ganado era Igwar "el terco"?

Si alguno de los enanos desviaba la vista hasta su posición, apreciaría que el hacha que colgaba de su cinto tenía unos bellos motivos rúnicos, siendo el arma una reliquia familiar forjada por maestros artesanos enanos anteriores a la caída de Smaug, que a pesar de los años, se conservaba perfectamente afilada.

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Notas de juego

Dejo el post hasta aquí de momento, dado que no sé si el mediano aceptará mi invitación a unirse a mí mesa. 

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11/02/2020, 23:29
Belak

Finalmente, parecía que la sangre no llegaría al río. Y dado el cambio del cauce en la conversación, Belak tampoco se opuso a invitar al tercer enano que estaba sentado cerca. -¡Amigos entonces! ¡Camarera, otra ronda de cerveza!- Celebró el joven trotamundos, pues no podía ser de otra forma tras conocer a tres enanos en su primer día en Ciudad del Lago. Además, se cuidó de señalar que serían cuatro jarras contando con el nuevo invitado a la mesa.

En ese momento, el enano que había estado a punto de cortarlo al medio, explicó su razón para estar aquí y no tardó en devolverle la pregunta. -¿Yo? Pues en principio busco de todo.- Resumió con tono jovial. -No hace mucho que dejé mi hogar para conocer el mundo. Ya conocía la historia de esta ciudad, pero al saber de la conmemoración que está en marcha no podía posponer más mi visita.- Hizo una pausa para llevarse a la boca otro bocado del estofado. Aunque a veces se olvide, su mente había desarrollado sistemas de supervivencia para cuando Belak ignora por completo sus necesidades más vitales como, por ejemplo, comer. -Tenía pensado aventurarme por las montañas en algún momento. Pero os pido disculpas si me precipité en sumarme a vuestra causa. Tan solo había pensado que los viajes se pasan mejor acompañado y, al fin y al cabo, para una ardua tarea toda ayuda es poca.- Este último comentario iba para Kudrim, que fue quien compartió su razón para estar en Ciudad del Lago. En ese momento, Belak cayó en que solo conocía un nombre de los allí sentados. -A todo esto, asumo que vuestro nombre es Kudrim.- Dijo señalando al acorazado enano. -Pero todavía desconozco el vuestro.- Añadió esta vez mirando al enano que había mediado a favor de la integridad del hombre del bosque.

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12/02/2020, 00:27
Harvald el Zorro

Cuando la discusión volvió a crecer en intensidad, el sujeto que se hallaba ubicado junto a una de las ventanas, en un rincón desde donde tenía una amplia visión de todo el recinto, simplemente alzó la vista hacia los sólidos maderos del techo en una muda súplica a los poderes que conocía. Casi inmediatamente después, puso sus ojos en blanco, a la vez que dejaba escapar un inocultable bufido de fastidio.

Por fortuna, la mayoría de aquellos gestos resultaron imperceptibles para el resto de los comensales. Pues el sujeto se había llevado también una mano al rostro, y había comenzado a masajear insistentemente tantos sus cuencas orbitales como sus sienes.

A un observador ocasional, le habría impresionado como simplemente cansado. O quizá aburrido. Pero lo cierto era que aquel que algunos conocían como HARVALD el Zorro (y que jamás llamaban así en su presencia) estaba absolutamente frustrado. Y un poco exasperado también.

Llevaba días escuchando la misma discusión. Y otras tantas igualmente ridículas y fútiles, mantenidas por completos idiotas que no podían ver más allá del fondo de sus jarras. Una de las últimas noches, incluso había tenido que soportar imperturbable que uno de aquellos perros terminara aterrizando sobre su mesa, echando a perder un perfecto guiso de pescado recién servido.

De todos modos, aquella mañana en particular, la impotencia había ido dejando lugar a la resignación en el corazón de extranjero. Pues HARVALD empezaba a hacerse a la idea de que su contacto ya no iba a aparecer por allí. Ni ese día, ni el próximo. Y muy probablemente, nunca más.

Había sido un verdadero riesgo apostar por aquel extraño aventurero. Pues nunca era sencillo tratar con los elfos del Bosque. Pero el astuto mercader había visto algo en el avispado viajero, algo que le hacía pensar que podía llegar a tener éxito en su misión. Además, los beneficios podían ser muy suculentos. Y, en cualquier caso, el riesgo era mínimo para alguien en su posición. Después de todo, el dinero nunca había sido una preocupación para aquellos de la estirpe de Kyrion el Viejo...

O eso se decía. Pues HARVALD, quizás más que ninguno de sus familiares, sabía bien lo inexacto de aquellas palabras. Y cuánto había costado que todos creyeran en ellas.

Sin embargo, mientras se lamentaba amargamente por la oportunidad perdida, rebuscando alguna respuesta en el fondo de su jarra, su mirada se posó casi por casualidad en el fornido hombretón que había entrado al lugar hacía unos momentos, cargado con unas enormes vasijas de vaya a saber qué extraña mercancía.

Y casi de inmediato, el mercader reparó también en el resto de la concurrencia. Casi como si hubiera observado a su alrededor por vez primera en toda la mañana. Había una inusitada presencia de enanos allí. Lo cual no era particularmente extraño de por sí. Pero no dejaba de resultar llamativo. Al menos, para alguien que se preciara de estar siempre atento a las oportunidades que el Destino le ofrecía.

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12/02/2020, 02:59
Lain

Parecía que al dúo de enanos de le sumaba un hombre de los bosques a la conversación, se les había pegado y uno de ellos se veía bastante molesto por su presencia, al otro se lo veía más tranquilo. El hombre estaba entre ansioso por continuar hablando y nervioso por no ser ofensivo, tal vez era por la poca madurez que desprendía, no habría viajado demasiado, sino no ignoraría la poca paciencia de la mayoría de los enanos.

El enano más apacible le hizo otra seña a Lain, era una invitación, tal vez para ahuyentar al humano, tal vez para hablar de temas de enanos, o tal vez, para beber algo. Sus caras les resultaban conocidas, no es que todos los enanos se conocieran, pero les resultaban familiares. Casi todos los enanos de la ciudad venían de Erebor, y como la población del reino resurgido fue alimentada por enanos de las Colinas de Hierro y de las Montañas Azules, era fácil discernir de donde venían a partir del estilo de sus ropas. A humanos o elfos les parecerían similares, pero los naugrim podían diferenciarlos, y estos dos enanos, como Lain, eran de las Colinas de Hierro. Entonces, el cartógrafo tomó su estuche de mapas y su bebida, y se acercó a la mesa.

-Buenas, compañeros, veo que han podido hacerse de la amistad de uno de la tribu del bosque, jeje. Dejen que me presente, mi nombre es Lain y como ustedes también seguramente, nací y me críe en las Colinas de Hierro. Vengo de Erebor y estuve recorriendo la región, por lo que decidí descansar un poco en la ciudad para luego continuar viajando, ¿qué los trae a ustedes a esta nueva ciudad?- les dice mientras se sienta e ignorando casi por completo al humano- Oh, disculpe la interrupción, joven, mi presentación también vale para usted- le dice a Belak tratando de no ofenderlo.

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12/02/2020, 09:49
Kurdrim

Entre la cháchara del humano llegó, finalmente, el otro enano cargado con un estuche de mapas haciendo que la mirada curiosa de Kurdrim se posara sobre ellos durante unos segundos mientras se sentaba; su presentación echó algo de luz sobre ello, haciendo que un imperceptible gesto de afirmación por parte del guerrero naugrim escenificara que aquello le cuadraba dentro de lo veraz, pero las palabras de Lain le hicieron chasquear la lengua

- Amistad... sí, claro- añadió con una mirada de soslayo a Belak - Supongo que podría considerarse algo así, a tenor de que nos va a proveer de bebida para un par de rondas - continuó dando un trago a la cerveza que vació buena parte de su contenido

Contuvo, a medias, un eructo antes de proseguir

- Mi nombre es Kurdrim y vengo, en efecto, de las Colinas de Hierro buscando labrarme un nombre y una reputación... aunque de momento la suerte en ese aspecto me es esquiva- acabó con tono agriado, antes de dar otro sorbo

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12/02/2020, 10:23
Droul

Droul, satisfecho con que la situación con el hombre de los bosques hubiera terminado sin incidentes, recibió a Lain con un fuerte apretón de manos y procedió a hacer las pertinentes presentaciones —Droul... Belak del Bosque Negro... Kurdrim 

Una vez que los nombres de cada uno fueron puestos sobre la mesa, la conversación fluyó más fácilmente. Para el enano era evidente el ansia de aventuras que tenía el humano, más parecido a un cachorrito que acabara de salir de su casa por primera vez y se dedicara a correr mientras agitaba la cola. Era, en cierto modo, entrañable. Kurdrim tenía otro tipo de necesidad, una que él comprendía bien: la de demostrar algo. A sí mismo. Al resto. Su ceño fruncido, que parecía tallado en piedra, contrastaba con la intensidad de sus palabras. Lain, en apenas unas palabras había demostrado ser muy avispado. Sólo por sus ropas, su forma de hablar y su acento había determinado que ambos venían de las Colinas de Hierro —No pareces un guerrero o un batidor. ¿A qué te dedicas, Lain?