Partida Rol por web

No abandonéis el sendero

Capítulo 6: El pozo del bosque

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16/11/2020, 16:09
Director

Iwgar no encontró locura alguna en el resto de sus compañeros, parecían tan cabales y serenos como siempre. Al menos dentro de las peculiaridades de cada uno de ellos. No habían sufrido ningún brote extraño de locura, de eso el beórnida podía estar seguro. Sin embargo, aseguraban cosas que para él no tenían ni pies ni cabeza, pues estaba convencido de que había algo allí que no cuadraba.

Iwgar empezó a repasar los acontecimientos recientes, y cayó en la cuenta de que todos los que aseguraban que abajo en el pozo había algo importante, ya fueran tesoros, documentos importantes, o incluso la madre de Belgo, habían caído dormidos mientras el resto charlaba en aquella apacible tarde. Esa misteriosa siesta, les había provocado la certeza de que en el pozo encontrarían lo que quiera que apareció en sus sueños. Por tanto el beórnida dedujo que había algún tipo de hechizo mágico actuando sobre ellos.

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16/11/2020, 16:13
Director

Se organizaron rápidamente para sacar a Belgo del pozo: unos ataron la cuerda de Kurdrim en el escudo de Iwgar mientras Belak corría al campamento por más cuerdas y algunas antorchas para iluminar el fondo del pozo. A pesar de que el sol brillaba con fuerza en aquella calurosa tarde y de que todavía quedaban largas horas de luz por delante, la densa copa de los árboles proyectaba una oscura sombra sobre sus cabezas que impedía ver más allá de donde estaba el pequeño. Baldor trataba de entretener a Belgo para impedir que el muchacho bajara a mayor profundidad, diciéndole que aguardara a que llegaran todos para explorar el pozo. 

La luz de las antorchas pudo, por fin, iluminar la totalidad del pozo. Tenía unos seis metros de profundidad, y efectivamente Belgo se encontraba en una repisa que sobresalía el espacio justo para que el muchacho no se hubiera despeñado del todo. Aunque sí se hubiese dado un buen batacazo, pues les separaban unos tres metros de aquella repisa. En el fondo del pozo no había oro ni joyas, ni ningún tesoro, tampoco la madre de Belgo. El fondo del pozo estaba lleno de plantas filamentosas, como si fueran raíces gruesas o tallo enmarañados de una hiedra trepadora. Entre los zarcillos había gran cantidad de piedras, una vieja cuerda partida a la mitad y numerosos huesos viejos.

De pronto, cuando ya estaban listos para hacer bajar el escudo con Mungo dentro, los zarcillos de la planta se desplegaron como tentáculos de un monstruo marino. Aquello les pilló totalmente por sorpresa. En unos segundos la boca del pozo se llenó de zarcillos verdosos que fueron adquiriendo mayor grosor y tamaño conforme ascendían. Algunos de ellos acertaron a pensar que aquella cosa no podía ser ninguna planta, sino algún tipo de criatura maligna que habitaba el pozo a la espera de incautos como ellos con los que alimentarse.

Uno de los brazos de la criatura agarró a Belgo en la repisa y lo alzó con fuerza, pero el pequeño lejos de mostrarse asustado parecía encantado, sostenía su talismán en una mano y abrazaba con los ojos cerrados al poderoso brazo de la criatura. Varios brazos más se lanzaron contra ellos, y de igual modo, los enanos no se defendieron, dejándose apresar y aún a pesar de que la criatura los comenzara a estrangular, incluso se mostraban contentos y rebosantes de alegría.

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16/11/2020, 16:35
Director

Se organizaron rápidamente para sacar a Belgo del pozo: unos ataron la cuerda de Kurdrim en el escudo de Iwgar mientras Belak corría al campamento por más cuerdas y algunas antorchas para iluminar el fondo del pozo. A pesar de que el sol brillaba con fuerza en aquella calurosa tarde y de que todavía quedaban largas horas de luz por delante, la densa copa de los árboles proyectaba una oscura sombra sobre sus cabezas que impedía ver más allá de donde estaba el pequeño. Baldor trataba de entretener a Belgo para impedir que el muchacho bajara a mayor profundidad, diciéndole que aguardara a que llegaran todos para explorar el pozo. 

La luz de las antorchas pudo, por fin, iluminar la totalidad del pozo. Tenía unos seis metros de profundidad, y efectivamente Belgo se encontraba en una repisa que sobresalía el espacio justo para que el muchacho no se hubiera despeñado del todo. Aunque sí se hubiese dado un buen batacazo, pues les separaban unos tres metros de aquella repisa. En el fondo del pozo no había oro ni joyas, ni ningún tesoro, tampoco la madre de Belgo. El fondo del pozo estaba lleno de las monedas de oro con las que Kurdrim había soñado, pero también había manuscritos y viejos libros que seguramente esconderían los secretos que Lain buscaba impaciente, los secretos del enemigo al fin al descubierto. Los ojos de Droul se fijaron en una antigua armadura enana, si la vista no le engañaba debió pertenecer a algún viejo rey enano, incluso creyó reconocer la runa de Durin I, el fundador de la ancestral casa de Durin, un martillo y un yunque bajo una corona rodeada de siete estrellas. 

De pronto, cuando ya estaban listos para hacer bajar el escudo con Mungo dentro y los enanos ya se relamían con la visión de tan imponentes riquezas, el tesoro brotó del pozo y se alzó sobre sus cabezas cayéndoles como una cascada de oro y rubíes. Kurdrim pudo agarrar con sus propios brazos cantidades abrumadoras de monedas y joyas alrededor de una montaña que le llegaba por el cuello. Lain pudo desenrollar un pergamino tan largo que dio la vuelta alrededor de su barriga y de sus piernas y todavía caía por el suelo durante unos metros, allí escritos figuraban varios planes del enemigo todavía no llevados a cabo, fortalezas ocultas y una larga lista de nombres de aliados y espías entre los que figuraban personajes ilustres que le llegaron a sorprender. Y Droul alzó la coraza de Durin I y comprobó que efectivamente le pertenecía al mayor de los Siete Padres de los Enanos, y pudo comprobar que la coraza parecía hecha para él mismo, pues cuando se la probó le quedaba como un guante. También encontró el cetro de Durin, su poderoso martillo y otros objetos que se creían olvidados y perdidos, pero que estaban allí mismo.

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16/11/2020, 16:50
Kurdrim

-¡ORO! - Bramó el enano feliz. -¡ORO!

Kurdrim soltaba carcajadas de felicidad y agitaba los brazos en el aire. El enano reía y bailaba, más feliz de lo que lo habían visto desde que lo conocieron unas semanas atrás.

-¿Lo veis? ¿Lo veis? Sabía que había un tesoro aquí. ¡JAJAJAJA! ¡Por fin algo por lo que este viaje merece la pena!

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17/11/2020, 09:26
Droul

Sé que no debería pero... ¿cuándo más podría tener la oportunidad de pasar unos segundos vistiendo esta pieza de tan impecable manufactura? —el enano se tocaba el pecho con lentitud, como si disfrutara deslizando los dedos por su cota de malla— Durin me perdone, ¿pero habéis visto el labrado y el trabajo de los detalles? Sólo maestros enanos podrían haber forjado algo así —luego alzó la mano, sujetando su fiel piqueta—. ¿Y habéis visto qué martillo? Nunca habéis visto un arma como esta, digna de reyes. Si hubieran tenido este arma cuando esa lagartija de Smaug atacó la Montaña Solitaria, ¡no se habría atrevido a asomar el hocico por la puerta siquiera! Qué tesoro, amigos míos. ¡Cuando regresemos seremos recibidos como héroes por recuperar tales reliquias de mi pueblo!

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18/11/2020, 13:43
Lain

-¿Qué están diciendo? Ayúdenme a tomar todos los pergaminos, no sólo tenemos espías del Enemigo descubiertos, ¡tenemos mapas de fortalezas por explorar! ¡Imaginen los tesoros que allí podrán ustedes encontrar!- Lain intentaba convencer a sus dos paisanos de que lo mejor era centrarse en los pergaminos con tanta información y conocimiento-¡Belak, ve por mi cuaderno y lápiz, debo copiar todo esto, vamos, apresúrate!

El cartógrafo trataba de tomar cuanto pergamino pudo tratando de que no se rompan.

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18/11/2020, 22:18
Mungo Bolguer

Mungo salió despedido, agarrándose al escudo con todas sus fuerzas y pidiéndole a los valar que el impacto no fuese muy brusco. Por suerte, aquellos zarcillos no solo habían ayudado a amortiguar su caída, sino que parecían más interesados en Belgo, Kurdrim y Droul. Ya en tierra firme, quitándose restos de helechos del pelo, trató de no sucumbir al pánico.

¡No creo que sea una buena idea anotar nada en ninguna parte, maese Lain! ¡Necesitamos fuego!

No es que fuese un experto en criaturas del bosque, pero sí se había encargado de las malas hierbas de su jardín. A falta del famoso remedio contra las lechugas silvestres de su tía Hortensia, el fuego bien podría servir para liberar a sus compañeros.

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23/11/2020, 16:20
Iwgar "El terco"

Los mayores temores de Iwgar se hicieron realidad al ver como desde el fondo del pozo hacía acto de aparición una especie de planta carnívora o similar, con poderosos tentáculos, que rápidamente alcanzaron a sus compañeros y los rodearon. Lo más sorprendente fue ver como en vez de tratar de liberarse, los muy zopencos empezaban a imaginarse cada cual cumpliendo sus deseos... El pequeño Belgo reencontrándose con su madre fallecida, Lain descubriendo y dibujando sus mapas cartográficos de la región que les propiciarían encontrar múltiples tesoros. Droul hallando cotas de Mithrill y hermosas armaduras de bella manufactura enana. Kurdrim bañándose en montañas de oro...

La furia se dibujó en el rostro del beórnida, consciente de que sus amigos estaban en graves aprietos. No dudó ni por un instante en tomar su hacha hendedora con ambas manos y atacar con fuerza aquella criatura, buscano segar cuantos más tentáculos que mantenían inmovilizados a sus amigos mejor.

- ¡Por Béorn! ¡Despertad y daros cuenta de que estáis a punto de ser estrangulados, inútiles! - gritó con fuerza el beórnida, situándose en la boca del pozo y asestando un potente mandoble de derecha a izquierda en un amplio movimiento. ¡Maese Bolguer! ¡No hay tiempo que perder! ¡Ayudadme a liberarle mientras Belak se acerca con las antorchas! ¡Argghhhh!

La situación era apremiante. ¿lograrían liberar a sus compatriotas enanos y al pequeño Belgo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me sitúo en posición de C/C abierta (9 de dificultad) + los 4 puntos de parada del monstruo, entendiendo que debo superar un NO de 13. Si hay error me corriges :)

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25/11/2020, 23:04
Belak

Belak disparó sin pensarlo demasiado a aquella bestia. 

- ¡Enanos! ¡Por los Valar! ¡Reaccionad!

Centró su odio en aquella bestia. 

- Vuelve al infierno del que saliste.

- Tiradas (5)
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27/11/2020, 13:55
Mungo Bolguer

Asintió. Debían liberar a Belgo y los enanos lo antes posible, no había tiempo que perder.

Temiendo por la vida de sus compañeros —y por la posibilidad de herirles él mismo con un flecha errada—, Mungo desenvainó su espada corta* mientras usaba el escudo de Iwgar para evitar los ocasionales latigazos de los zarcillos. Solía preferir la seguridad que otorga atacar desde la retaguardia, pero no había otra opción.

¡Deja en paz a mis amigos, vidiota, zarzatonta, malauva!

Sin duda alguna, aquello no se parecía en absoluto ni a la poda ni a la vendimia, pero eso no le impediría demostrar la buena mano que tienen los hobbits con las malas hierbas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me coloco en vanguardia, escudo (aprovechando que tengo parada) y espada en mano.

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02/12/2020, 18:29
Director

Los tentáculos del ser del pozo cayeron sobre ellos apresando a Belgo y los tres enanos, quienes en lugar de ver el peligro que les apresaba y comenzaba a asfixiarles, se veían rodeados de tesoros, documentos y reliquias antiguas, o eran abrazados por seres queridos ya fallecidos como el pequeño muchacho con la visión de su madre. Tal como se temía Iwgar, algún tipo de hechizo había afectado a los cuatro miembros del grupo y les había arrastrado hasta el pozo donde la criatura les atacó de pronto. Por desgracia, las palabras de los demás miembros del grupo para hacer que los enanos reaccionaran no surtieron efecto, pues ellos se seguían viendo cubiertos de las mejores bendiciones que podían imaginar.

Entre tanto el resto del grupo se organizó para preparar la defensa. Belak fue el primero en reaccionar, cargó una flecha en su arco y la lanzo con rabia contra la criatura. El proyectil se clavó en uno de los tentáculos del ser con tanta saña que la criatura se estremeció y encogió sus cuantiosas extremidades durante un instante azorado por el punzante dolor provocado por la flecha.

A continuación el mediano trató de hacerse con el escudo en el que ya estaba subido para descender al interior del pozo a por Mungo, pero pronto desistió de tal intento, debido al peso, la altura y la complejidad de manejo de semejante escudo. Así que se lanzó a luchar valientemente contra el ser del pozo blandiendo su espada y dirigiendo un buen tajo al tentáculo que sujetaba a Belgo. Tras el mediano, Iwgar se lanzó contra la criatura mientras intentaba en vano hacer que los enanos recobraran el sentido a base de gritos. El beórnida descargó un fuerte ataque contra uno de los tentáculos sosteniendo su poderosa hacha con ambas manos. Tras ellos, aprovechando la cobertura que le ofrecían, Belak cargó una nueva flecha en el arco y disparó nuevamente con gran precisión. El arquero había visto, tras su primer disparo, un punto débil en los tentáculos de la criatura y volvió a disparar al mismo lugar, logrando hacer sangrar a la criatura.

De pronto, los enanos vieron que los tesoros, las joyas y el oro, las reliquias antiguas de su pueblo, y los valiosos documentos con información clave sobre los enemigos desaparecían y se convertían a sus ojos en tentáculos extraños que brotaban directamente del pozo y que les estrangulaban y apresaban con gran fuerza. Belgo comenzó a chillar al ser consciente de que su madre no estaba allí realmente, y que estaba siendo alzado por la criatura, soltó el talismán que cayó al interior del pozo y comenzó a gritar pidiendo auxilio.

Los tentáculos de la criatura chasquearon como un látigo y golpearon al mismo tiempo a Mungo y a Iwgar. El mediano sintió un terrible dolor en su cuerpo, pues el golpe había sido especialmente fuerte contra él. La piel se le puso en carne viva allí donde el tentáculo había impactado y le escocía con un ardor que jamás había sentido. Iwgar también fue atacado por la bestia, pero logró soportar de mejor manera el duro impacto.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Solo Belak hizo volea inicial, y muy buena, he contado la primera de las tiradas. Haría 7 de daño del arco +8 por el éxito espectacular y +4 por la cualidad del arco. En total 19 puntazos. / En el segundo ataque solo haces 7 de daño pero puede haber opción a herir a la bestia por la runa de Gandalf. ¡Y lo consigues!

Mungo no puedes usar el escudo de Iwgar, pues es un escudo pavés demasiado grande para ti. Haces 5 de daño. / Pierdes 9 puntos de Aguante y pasarías a estar cansado *(mira lo que te puse en el off).

Iwgar, efectivamente, en posición abierta son 13. Haces 5 puntos de daño. / Pierdes 5 puntos de Aguante, pasarías a estar cansado.

La criatura está herida, gracias a eso los enanos son conscientes de la realidad. Podéis superar una tirada de Atletismo con NO 14 para liberaros.

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03/12/2020, 12:16
Droul

Droul estaba encantado con los recientemente descubiertos tesoros, y no entendía por qué los demás seguían gruñéndoles. ¿Por qué no disfrutaban del éxito? Entonces, sacaron las armas y el enano se pensó lo peor, ¿acaso querían robarle los objetos legendarios y abandonar su cadáver en el bosque? ¿¡Cómo se atrevían!? Afortunadamente, la flecha de Belak falló por mucho y no le dio.

Entonces, su visión quedó borrosa por unos segundos, ¡y donde estaban antes la armadura y martillo de Durin ahora había unos sucios y prietos tentáculos!

¡Por mi barbas! ¿Qué hechicería es está? —intentó liberarse sin éxito, ¡estaban demasiado apretadas en torno a su cuerpo!—. ¡Suéltame criatura, o te reduciré a ti, a ese pozo y al bosque entero a cenizas!

- Tiradas (1)
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05/12/2020, 23:44
Iwgar "El terco"

El enfrentamiento con aquella criatura de las sombras inició con unas voleas iracundas por parte de Iwgar, Mungo y Belak, que no dudaron en tratar de salvar a sus camaradas de viaje, los cuales estaban lentamente siendo apresados por los zarcillos. A pesar de que la criatura de las sombras se movía con gran celeridad y de forma sinuosa, en el momento en que la saeta que lanzó Belak impactó de lleno, los gritos de dolor se hicieron patentes, sabiendo el beórnida que con esfuerzo y tenacidad lograrían su objetivo. Con fuerza logró cercenar algunos zarcillos, comprobando que de a poco los enanos y el joven belgo iban recuperando la cordura y viendo la realidad, siendo que estaban en una situación de los más peliaguda.

En problema llegó en cuanto la horrenda criatura, percibiendo a sus atacantes, les espetó un buen latigazo tanto a Mungo como a él mismo, desequilibrándoles para efectuar su siguiente acometida. Iwgar maldijo por lo bajo cuando vio que el hacha se incrustaba en el suelo, haciéndole perder un tiempo de lo más necesario al necesitar volver a sacarla de la tierra, y al mediano desequilibrarse con una piedra cercana. No podían permitirse el lujo de que la criatura se llevase a sus amigos a las profundidades, por lo que Iwgar apremió al hombre del bosque a volver a disparar.

- ¡Belak, dispara de nuevo con tu arco! ¡No podemos permitir que nuestros amigos sean engullidos hacia adentro! ¡¡Arggh!! - levantó poderosamente la voz el colosal hombre, quién miró de recoger del suelo a su vez, el enorme escudo de pavés con el que poder resistir mejor los dolorosos latigazos. 

Sin tiempo que perder, Iwgar sacaría de la tierra el hacha con su diestra y tomaría con su siniestra el escudo. Enfrentaría aquella bestia de las profundidades con todas las garantías...

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06/12/2020, 14:55
Lain

En el momento en que Lain trataba de tomar todos los pergaminos que podía, sus compañeros le gritaban para que los soltara. No entendía por qué no lo dejaban tomar tantos conocimientos útiles, no sólo para él, sino para todos. Ellos comenzaban a destrozar los pergaminos mientras el cartógrafo les gritaba para evitarlo.

-¡Inconcientes, bárbaros, no sean salvajes!

Pero un flechazo de Belak contra uno de los mapas hizo que de repente todo se vea distinto. Ya no veía documentos históricos sino que eran tentáculos. La sorpresa hizo que el enano comience a querer salirse de todo ese embrollo. Con todo el esfuerzo posible que le daban sus fuerzas se safó de esas extremidades.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto 1 punto de esperanza para liberarme

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08/12/2020, 20:17
Mungo Bolguer

Mungo trató de recuperarse del golpe. Los enanos parecían haber recuperado la consciencia, así como el joven Belgo. Había esperanza. Si no había saltado por los aires había sido gracias al escudo pavés que instantes antes había intentado levantar para usarlo en combate.

Debo tener más cuidado. Esto no es como el jardín de mi tía, ahí las fresas no intentan comerte. Al menos no tengo que aguantar las quejas del tío abuelo Bolgo cada vez que se me cae algún racimo durante la vendimia.

Con un bufido y mucho esfuerzo, el mediano logró incorporarse para seguir dando batalla a aquellos zarcillos.

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10/12/2020, 11:43
Belak

Belak quería ayudar. Droul estaba pasándolo mal, todos estaban pasándolo mal... cualquiera diría que a los enanos les pesaba el culo aunque para meterse en el pozo.

Dio un paso hacia atrás, tensó su arco y disparó directo a aquella criatura.

- Vuelve al infierno. - le dijo con desprecio al ver que su flecha se clavaba en la carne de aquella criatura.

- Tiradas (1)
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10/12/2020, 19:00
Director

El golpe del ser del pozo había desequilibrado a Iwgar y Mungo mientras los enanos luchaban por zafarse de los tentáculos de la criatura. Mungo de hecho llegó a caer al suelo mientras se aferraba con escaso éxito al escudo pavés del beórnida. El hobbit pensó que aquel latigazo bien podía haberle levantado por los aires de no ser por encontrarse cerca del escudo. Iwgar también estuvo a punto de caer pero logró mantener la verticalidad, aunque eso sí, el golpe le había hecho trastabillarse y le hizo perder la firmeza necesaria en los pies para acometer un nuevo golpe.

Belak cargó una nueva flecha y disparó a la criatura haciendo chasquear con rabia la cuerda de su arco. La flecha salió disparada e impactó con dureza en la carne de la criatura, justo en la parte más cercana a la boca del pozo por la que asomaba el tentáculo que sostenía a Droul. Del interior del pozo se pudo escuchar un agudo y escalofriante chillido y el ser soltó a Droul inmediatamente. También a Belgo y a Kurdrim, que cayeron de culo en las hierbas alrededor del pozo. Los numerosos tentáculos del ser se deslizaron de vuelta al pozo y desaparecieron en el fango que había en el fondo.

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10/12/2020, 19:13
Baldor

-¡Bravo! - Felicitó Baldor a Belak por su éxito con el arco y los buenos y precisos disparos que había ejecutado con él. Sus flechas habían sido la razón principal, aunque no la única, de que la criatura soltara a los enanos y a Belak y regresara a las profundidades de la tierra. A saber si al infierno al que el hombre del bosque la había mandado.

Baldor corrió a socorrer a Belgo y lo abrazó como sólo un padre que había estado a punto de perder a un hijo lo haría. Belgo sintió el abrazo de su padre y lo correspondió con la misma intensidad. Parecía que a pesar de todo la relación entre ellos podía volver a recuperarse.

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10/12/2020, 19:17
Belgo

-Lo siento, padre. - Dijo Belgo abrazado a Baldor. -Creía que madre estaba ahí pero... me equivoqué. - El muchacho no entendía todavía que había sido victima del hechizo del ser que habitaba aquel pozo siniestro.

-He perdido mi medallón pero... da igual. Vámonos de aquí cuanto antes. No me gusta este lugar. - Dijo el muchacho mirando de reojo hacia el pozo.

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11/12/2020, 09:24
Droul

El tentáculo por fin le liberó gracias a las certeras flechas de Belak, y Droul cayó al suelo de bruces. Confuso y desorientado, aún alcanzaba a ver el oro y los tesoros por el rabillo del ojo, pero bien sabía que todo no eran más que embrujos de aquella maliciosa criatura. ¡Maldita fuera ella y las demás bestias del Bosque Negro! Quería prenderle fuego, reducir ese pozo a cenizas con sus tentáculos y sus alucinaciones. Pero en el último momento se detuvo al ver cómo Belgo se sumergía en un abrazo con su padre. Hemos sacado algo bueno de todo esto, pensó.

Se incorporó, cogió la antorcha que dejara caer al suelo y le dio un par de fuertes palmadas en el pecho al arquero —Buen ojo, muchacho. Buen ojo—. Estaba agotado y malhumorado, así que regresó al campamento.