Partida Rol por web

No hace falta ni mirar por la mirilla para saber que aun esta ahi, al acercarte al recibidor escuchas el golpeteo del militar contra la puerta.... no peudes evitar preguntarte cuanto tiempo estara asi antes de que se canse.

Con un bufido de resignación, empiezo a organizar todo lo que tengo en casa. No sé de cuánto tengo dispondré, pero el orden en que hago las cosas es el siguiente:

*Agua

*Seguridad

*Comida

*Escape

Con un bufido de resignación, empiezo a organizar todo lo que tengo en casa. No sé de cuánto tiempo dispondré, pero tengo claras mis prioridades (Agua, seguridad, comida y escape).

Para empezar me dirijo al baño y empiezo a llenar la bañera de agua, por si se llega a cortar el suministro. Mientras se va llenando voy hacia la cocina y me aprovisiono de todos los recipientes que pueda, llenándolos también de agua. Cojo una mochila de montaña que tengo en la habitación, y coloco 3 o 4 botellas grandes de agua.

Cuando dejo el tema del agua zanjado repaso de punta a punta de la casa todas la ventanas. Una por una, me aseguro de que están cerradas y bien barradas. Miro también por todas ellas, comprobando qué veo del exterior. Me fijo especialmente en la ventana situada más al sur, desde donde veo el gallinero. Compruebo si las puertas electrónicas están abiertas o cerradas (espero que aún funcione el generador de emergencia. Si las puertas están aún cerradas podría conectar la red principal de la casa al generador y tener acceso a electricidad. Me iría de puta madre).

Compruebo qué tengo de medicamentos y demás. Tengo un botiquín bastante completo, al cual me dirijo (todos los medicamentos que uso para los animales los tengo en casa por seguridad). Separo unos cuantos para formar un botiquín transportable, que colocaré en la mochila junto al agua.

Los golpes en la puerta siguen atosigándome, y de repente caigo en la cuenta de que necesito llenar más la mochila. Voy al recibidor y compruebo que la puerta siga aguantando bien (espero que los goznes resistan, aunque no creo que el bestia arranque la puerta de cuajo). De la mesita de noche meto en la mochila las llaves del quad, una linterna grande con pilas de recambio y una caja de cerillas.

Descanso por unos instantes. Bebo un poco de agua y me intento tranquilizar. No te vuelvas loco, digo para mí mismo. Estás en tu casa, no tienes que moverte. Tómatelo con calma y espera a la policía.

Abandono la idea de organizar la comida. Ya lo haré mañana, si aún me hace falta. Pongo latas de conserva en la mochila, junto con frutos secos y fruta deshidratada. Meto también papel higiénico y varios paquetes de toallitas húmedas. Pongo un cazo, cubiertos, y esa fantástica navaja suiza que me regalaron los chicos del bar. Varias mudas de ropa interior, una toalla, ropa de abrigo, y las botas de montaña.

No, espera. Las botas de montaña están en el trastero, en el edificio anexo. Mierda. Y tengo también el saco, el hornillo portátil y los purificadores de agua. Si tengo que salir corriendo, espero poder recogerlos antes.

Dejo la mochila en el pasillo, y apoyo la katana en ella (aún no sé qué voy a hacer con la katana). Me siento en el sofá, y espero a que se haga de noche, o llegue la policía. Lo que pase antes.

Rapidamente intentas hacer todo lo que te habias propuesto, las gallinas estaban encerradas, claramente el generador no funcionaba o estaba sin combustible una de dos. Cuando estabas comiendo una pieza de fruta un golpeo desde una ventana muy parecido al de la puerta se acompasa uno con el otro... son las 14:27

Me acerco tembloroso, para comprobar que otra criatura aporrea una de las ventanas. Me aparto un poco, me llevo las manos a la cabeza y respiro pausadamente durante medio minuto para controlar mi pulso.

No pueden pasar. No romperán la puerta o la ventana con golpes... a no ser que se acumulen muchos enfermos. ¿Qué coño son? ¿Enfermos? No parecen muy enfermos... piensa, Akiyama, piensa...

Vuelvo a abrir el teléfono y vuelvo a llamar a emergencias. Si contestan: hola... he llamado hace horas, tengo un par de asaltantes enfermos que están aporreando mi casa. Necesito ayuda urgente por favor.

Señor siento la demora pero todos los servicios de emergencia estan saturados, tan buen punto puedan ir hacia ahi, le mandaran una patrulla, mantengase alejado de los enfermos.

Me dirijo al tipo de la ventana: ¿hola? Váyase inmediatamente. Está usted enfermo, necesita atención médica. Váyase por favor...

Busco unos tapones para los oídos y me los coloco. Me aseguro de escuchar los golpes, pero lejanamente.

Preparo una inyección con el mejor calmante que tenga para caballos. Busco la manera de poder atar la aguja a un palo y asegurarme de que pueda intentar inyectársela a uno de los tipos (al de la ventana, concretamente, que al tener las persianas como protección extra podré hacerlo más fácilmente).

Abro la ventana (quedan aún las persianas cerradas entre él y yo) e intento clavarle el calmante de la forma más segura posible.

Menos de un segundo de solicitar que se vaya amablemente el hombre reacciona mas violentamente que antes y golpea mas fuertemente las persianas batientes, empiezas a dudar que con insistencia alguna termine cediendo y tengan acceso directo al cristal...y te deja claro que no piensa dejar de intentarlo.

Por desgracia, buscaste por cualquier botiquin o caja que pudiera quedar de las antiguas medicinas para animales grandes...por desgracia tambien se eliminaron al momento que eliminaste los animales de granja...y las gallinas apenas usan medicamentos para conservar el sello ecologico...

Al ver que no tengo inyecciones para poder sedarle, y viendo la reacción del tipo de la puerta, me decido a intentar amenazarle con la katana.

Pillo la katana y, por el hueco que queda en las persianas, amenazo al hombre: o se va inmediatamente o le clavaré esto. ¡Hablo en serio!

Asumiendo que el tipo me ignora o incluso se pone más agresivo, clavo la katana en el pecho del hombre, recta.

Tus advertencias parecen que no resultan suficientes sino todo lo contrario al detectarte al abrir la ventana dejando los portones cerrados golpea mas violentamente los mismos.

Cuando insiste más violentamente aprovecho para endiñarle la katana tal y como quería hacer.

En el primer intento pasas la hoja de la katana entre los porticones pero con el objetivo de no hacerle demasiado daño, tu estocada pasa por el lado del hombro.

Retiras la hoja rapidamente, y decides estudiar el movimiento errante del hombre al ver que no se inmuta de tu ataque, respiras un par de veces y pasas unos segundos calculando y finalmente asestas el golpe.

La hoja perfora el cuerpo del hombro, pero el con la estocada se mueve violentamente y sin poder evitarlo se te escapa la empuñadura de tu mano....al estar entre los porticones no deja que se mueva al mismo ritmo que el hombre y en cada movimiento se abre mas la herida, intentas coger la katana rapidamente pero cuando consigues cogerla y retiras la espada el hombre se desploma al suelo, el corte entro en el hombro, pero salio a medio cuello.

Recojo la katana y, al ver que está manchada de sangre, la dejo caer al suelo y me voy corriendo al baño, donde vomito.

Me quedo sentado un buen rato, temblando de arriba a abajo, sin creerme lo que acabo de hacer. Lágrimas brotan de mis ojos pensando en que he sesgado una vida humana; enferma pero humana.