Partida Rol por web

César bebe hasta saciarse de la bolsa que le ofrece la mujer, invadido por un instinto sobrehumano. Al terminar sonríe maliciosamente con un extraño brillo en los ojos y un hilo de sangre deslizando por su barbilla. Gracias... Poco a poco ese instinto que le llevó a morder el plástico se aplaca, haciéndole consciente de lo que acaba de hacer: beber sangre humana. No.....

Un arcada enorme le sube por la garganta, pero no logra devolver. Y no viene sola. Hasta una decena de convulsiones y fallidos vómitos le invaden en un momento. No... ¿qué he hecho...? ¿qué he hecho...? Su mente se rebela contra su instinto, le autocastiga por la atrocidad que acaba de hacer. No... no... Una lágrima aflora por su rostro, ácida y seca. ¿Qué he hecho? Podía ser cualquier persona... cualquier persona... Un montón de imágenes de personas conocidas desfilan por su mente, atormentándole. No... Después, y por último, se queda arrodillado en el suelo, con la cabeza escondida bajo el cuerpo y la lágrima sin llegar a desprenderse. No...

La mujer te mira desde arriba, se agacha y pasa la mano por tu cabeza. Creo que acabas de darte cuenta de nuestra realidad,  te acaricia el cuello, somos vampiros, tu decidiras tu vida de ahora en adelante, pero por el momento , tu vida esta en mi poder, tengo una responsabilidad con tigo de enseñarte, y si fallas en este periodo, me mataran y a ti también.

Cuando te libere habras aprendido, como ser uno de los nuestros... pero. dice al verte deprimido. Calma.

César permanece en el suelo, sin pronunciar palabra. Se encuentra inmóvil, arrodillado a los pies de su salvadora. ¿En qué me he convertido? Gruesas lágrimas resbalan por su mejilla, como la sangre hiciese por la comisura de sus labios segundos antes. Ya nada será igual... nada... Se cubre el rostro con ambas manos, obligándose a mantener los párpados cerrados en un intento infantil de desperter de lo que espera que sea un mal sueño. Soy un monstruo... me he convertido en un monstruo que se alimenta de otras personas... César aprieta las manos contra su cara, en un gesto que rebela ira y dolor. Todo por lo que había vivido se ha esfumado. Todo por lo que alguna vez había luchado carece ahora de sentido. Nada será igual... Una mano se resbala desde sus ojos a su barbilla, pasando por encima de las mejillas y notando los colmillos afilados que se esconden tras sus labios. Súbitamente, en un gesto de repulsa, aparta la mano de su cara.

- ¡No!

Al hacer este gesto abre los ojos, quedándose mirando fijamente a Amber. Los de ella parecen serenos tranquilos. En cambio los de él son un mar de tormento.

- ¿No es reversible?

La mujer te mira extrañada y te dice: lo lamento, la maldición es así, pero hay personas como nosotros que logran dominar la bestia. Por ahora. Te mira. Solo podre enseñarte como vivir de esta manera para luego liberarte, lo que hagas con tu vida luego dependerá de ti.

Te muestra un sofá. Sientate, y tranquilízate... es mejor... puedes preguntar todo lo que desees, pero roma no se hizo en un día, hay cosas que llevan tiempo entender.

César permanece en el suelo mirando a Ambert directamente y escuchando sus palabras. No son las que esperaba, pero le confirman que este nuevo "estado" no es reversible. Soy un vampiro... quiera o no... César piensa en ello, hasta que se d cuenta de una frase que la mujer ha dicho, que le pone los pelos de punta: "hay personas como nosotros que logran dominar la bestia."

Con los ojos como platos, César no se llega a levantar del suelo. Mirándola directamente, le pregunta asustado:

- ¿Qué bestia hay que dominar? - Un montón de macabras ideas cruzan por la mente de César, su imaginación se ha disparado al escuharla.

Tu bestia interior,  nosotros a diferencia de los otros clanes la comprendemos mas... somos a veces como animales...

Luego te señala un cuarto. No soy rica, en realidad vivo modestamente, pero ese sera tu cuarto, y luego podrás volver a tu casa... cuando haya terminado todo.

***

Esa noche termina un poco confusa,  cuando esta a punto de amanecer ella  tapa con unas cortinas especiales las ventanas y de repente, mientras sientes que el sol sale. Te quedas completamente dormido.

Despiertas.

Es nuevamente de noche, lo sabes, y junto a ti hay un libro con una nota.

"Lee esto ... luego te explicare"

César se despierta despacio, frotándose la espalda. Le arden las cicatrices y tiene el cuerpo entumecido, como siempre que no descansa bien. Uff... me siento como si me hubiesen dado una paliza tremenda. Se sienta en la cama y mira a su alrededor. Es un cuarto modesto, como le dijo Ambert, pero está decorado. Las cortinas se encuentran corridas, aunque se parecia la luz de las farolas en el exterior. Increíble... he dormido un día entero...

César permanece en la cama, sin fuerzas para levantarse. No quiero... no quiero enfrentarme a esta nueva realidad... Así, decide arroparse de nuevo y tumbarse sobre el colchón. Pero mientras lo hace observa un libro sobre la mesilla, con una nota. ¿Qué será? Curioso, lee la nota y luego el título del libro, divagando  sobre su argumento.

El libro titula las tradiciones de la camarilla.

Estas tradiciones son seguidas en general por todos los vampiros salvo los Sabbat.

La primera tradición: La mascarada.

No revelaras tu verdadera naturaleza a los que no sean de la sangre. De hacerlo renunciarias a los derechos de Sangre.

La segunda tradición: El dominio.

Tu dominio es tu propia responsabiblidad. Todos los demás te deben respeto mientras te encuentren en el. Nadie puede desafiar tu palabra en tu dominio.

La tercera tradición: La progenie.

Sólo abrazarás a otro con el permiso de tu antiguo. Si creas otro sin permiso, tanto tú como tu Progenie seréis ejecutados.

La cuarta tradición: La responsabiblidad.

Aquellos que creas son tus propios chiquillos. Hasta que liberes a tu progenie, estarán a tus órdenes en todo y sus pecados serán tu carga.

La quinta tradición: La hospitalidad.

Honra el dominio ajeno. Cuando llegues a una ciudad extraña deberás presentarte ante el que la gobierne. Sin su aceptación, no eres nada.

La sexta tradición: La eliminación.

Tienes prohibido destruir a otro de tu especie. El derecho corresponde sólo a tu antiguo. Sólo los más antiguos podrán declarar Caza de Sangre.

Una vez has leído te encuentras con la mujer que te dice: Bueno, esas querido, son las normas por las cuales nos dictamos, ¿alguna pregunta?

César lee realmente sorprendido el libro que estaba sobre la mesilla. Qué ironía... los vampiros, bestias que se alimentan de las personas, tienen Constitución... Este mundo está loco... Al terminar de repasar esas "leyes", se lleva las manos a la cabeza. La idea de haberse convertido en uno de estos seres le aterroriza, pero sabe que no hay otra salida. ¿Por qué...?

Mientras César permanece en la cama con la cara tapada con las manos, Ambert entra en el cuarto y le pregunta por el libro.

- ¿Eh? Ah sí, hay algunas cosas que te tengo que preguntar tras leer esto... ¿se supone que tú eres mi... - César hace una pausa, buscando la palabra en el libro. - ..."antigua"? ¿Y te debo devoción?

Y... ¿es este tu dominio? ¿Houston? ¿Texas?

La mujer suelta una carcajada que te sorprende. Oh no...jajajajajaj si fuera tu antiguo crees que viviría en este mugrero, el antiguo de nuestro clan, es decir, la persona con mas años dentro de los gangrel, y sobre el dominio es el territorio de un vampiro, este es territorio de un príncipe ventrue, al cual te presentare cuando hayas alcanzado el nivel

En realidad te las quería mostrar antes de salir, estas a mi cuidado, así que ni se te ocurra hacer una tontería porque nos matan a ambos...

Responderé todas tus preguntas, por ahora arreglate... quiero presentarte al grupo.

- Está bien, gracias.... ahora me preparo...- César asiente ante las respuestas de Ambert, parece que todo un nuevo mundo se está mostrando ante él. Pero es un mundo que le asusta. ¿El grupo?... ¿otros vampiros?... ¿otros asesinos? Un escalofrío le recorre la espalda a César, pero no dice nada. Simplemente, se viste y prepara como Ambert le ha pedido...

Cuando salen del apartamento, caminan por las calles como personas normales y entran a una casa no muy bonita  donde un criado abre una ventanilla para ver de quien se trata, y cuando ven de que se tratan de ustedes abre la puerta. Adentro hay música a todo volumen, y un hombre se levanta y se dirige hacia ella. HEYYY NENA! ... jejejeje  que milagro verte por aca!!

Hola Honas!... mira te presento a mi chiquillo,  Cesar. Dice con una sonrisa.

Mucho gusto. Te da la mano. Porque no siguen, jejeje hoy va haber fiesta...¿hey Cesar ya tu mamá te enseño a usar tus garras?

César sigue a Ambert, hasta que se encuentran con un amigo de ella: un hombre llamado Honas. Aunque quizás la palabra "hombre" no es la más adecuada. Mientras se saludan, César se queda al márgen, mirándoles. Francamente... no sé si algún día podré vivir con esa naturalidad... no creo que pueda aceptar tener que beber la sangre de otros... no... yo no he hecho nada malo para tener que vivir este infierno en la tierra... No sólo el hecho de haberse convertido en vampiro motiva estos pensamientos, sino el haber perdido a su mujer... a su hija... a sus hermanos... el haber perdido todo.

Entonces, el hombre le habla, sacándole de sus pensamientos. César le mira sorprendido, no esperaba participar en la conversación. De hecho, no estaba ni escuchando. ¿Qué me habrá dicho?

- ¿Cómo dices? - Le digo, mientras le tiende la mano también.

No lo molestes Honas, Hoy aprendera. Sigue junto con tigo a ese salón. Buenas a todos les presento a mi chiquillo Cesar, estara en el entrenamiento con todos nosotros...

Hoy aprendera a defenderse!

Unos victorean y otros simplemente se rien.

Ella se te acerca y te dice. No estes predispuesto, tu clan es tu familia, tu sangre y como tal debe unirte a ella. Honas solo trato de saludarte, es un buen sujeto, aunque tiene poca educación.... quiero que conozcas a alguien, es la antigua del clan en la ciudad, ella estara en el entrenamiento.