Tras las explicaciones de Guillermo, Paolo se dirige raudo hacia los salones, en busca de Lanzo para continuar su investigación sobre el humano robadedos.

Querido amigo Lanzo. ¿Seria tan amable de acompañarnos a un lugar tranquilo donde poder conversar? Estoy seguro de que no le robaremos demasiado tiempo.

Al ser su compañero el que pide educadamente a Lanzo que los acompañe, Paolo se para un poco y controla su ímpetu de hacer las preguntas en la misma sala en que encuentren a Lanzo, esperando para hacérselas cuando vuelvan al cuarto de los interrogatorios.
 

A Lanzo lo encontráis en las salas de Narsés discutiendo acaloradamente con Khadijah, que intenta convencer al primero del desastre global que podría suponer la Cruzada en si misma, y de la necesidad de evitar que se desencadene a toda costa. Os queda patente que Lanzo os hace esperar deliberadamente, y que no tiene demasiada intención de colaborar con vosotros, que aunque no os lo diga directamente, intenta haceros perder un tiempo valioso.

Mientras esperáis pacientemente a que acaben la discusión, os fijáis en la presencia de un joven Ventrue cercano que no os quita el ojo de encima, y que viene y va como las mareas, como si pretendiera decir algo, y no quisiera que Lanzo se percatara de ello.

Curiosamente, es Khadijah la que se percata de vuestra presencia y decide poner fin a su discusión con Lanzo, quien al quedarse sin interlocutor no tiene más remedio que prestaros atención de mala gana y acompañaros al patio.

-¿Habéis encontrado la prueba que os exculpe? -El tono de Lanzo es hiriente e irónico.

Acompañamos a Lanzo al patio y hago una señal a Paolo para que hable con el Ventrue.

Pareceis verdaderamente contento de que nos hayan acusado mi querido Lanzo.
Aun cuando las pruebas son completamente circunstanciales y muy vagas... vos pareceis confiar en ellas plenamente.

Decidme... si no fuesemos oponentes respecto a la Cruzada... ¿de verdad os creeriais la patraña de las flores?

Miro a mi esposo cuando habla, quizás lo hace de una forma un tanto agresiva por las palabras de Lanzo, que sin duda busca provocarnos. Tomo la mano de Asenoc y la aprieto.

-Lanzo, nos gustaría preguntarle ciertas cosas sobre la noche de la tragedia.

El contacto con Carienn me relaja. Siempre he odiado a los nobles pedantes que pasan sus vidas con politica absurda y egoista. La Cruzada, de hecho, ya me parecia un crimen atroz. La guerra solo trae muerte y desgracia a la gente menos favorecida mientras que escoria como la que tenia delante se beneficiaba de toda esa sangre derramada.

Sujeto la mano de mi esposa con fuerza.

Lo siento amor mio. Sera mejor que hables tu.

-Bien, ¿cuáles son esas preguntas? -Dice Lanzo mirando a Carienn- Y volviendo a la patraña -El tono de Lanzo se vuelve serio- Es extremadamente raro que unas flores que no se cultivan en Venecia y que se usaron para tan terrible fin aparecieran en vuestras manos justo la noche antes en que Roland fue asesinado. Esas flores se cultivan en el norte de África y sur de España por lo que dijo Guillermo. El clima de Constantinopla es similar a ambos, no me extrañaría que las hubierais traído vosotros mismos.

-Nos gustaría saber cuándo llegasteis a la ciudad... Para empezar, y su relación con el difunto- escucho su afirmación y suspiro ante su provocación.-  No somos los únicos provenientes de un clima así y no tenemos razones de peso para cometer ese asesinato, al contrario que otros vástagos... El mismo Tomaso que era contrario a su opinión proviene del norte de África. Os ruego por tanto que controléis vuestras acusaciones sin fundamente mientras no haya pruebas de peso que nos acusen.

Cuanto mas tiempo paso mirando el rostro del pedante Lanzo mas ganas siento de sacarle la información con fuego. Mi paciencia con estos individuos era muy limitada y mi reciente transformacion en Vampiro no habia mejorado eso.

Es una lastima que opineis asi. Veia en vos un valioso y grande aliado comercial que nos hubiese beneficiado a ambos. Tanto en poder como en riquezas.

Pongo un gesto de decepcion en mi rostro.

Ummmpf, ¿había sido despojado el cadaver de Roland de sus objetos de valor? ¿Poseía algún tipo de anillo o sello con el escudo de su casa o algo parecido? -Interrumpe bruscamente el interrogatorio, y le pregunta con tono apremieante a Lanzo, con el fin de encontrar alguna pista con la que continuar su investigación sobre el humano robadedos

-No entiendo que utilidad puede tener para vuestra investigación el cuando llegué yo a esta ciudad. Pero para vuestra información llegué poco después de los cruzados, hace ya bastante tiempo. -Luego se gira hacia Paolo- Anillo no... No recuerdo que tuviera ningún sello. Lo que si tenía era una extraña daga que llevaba a todas partes y que no fue encontrada con su cuerpo. No le robaron nada más, el dinero y los objetos de valor estaban todavía en su cuerpo cuando lo encontraron. -Al resto de palabras, tanto de Carienn, como de Asenoc, hace oídos sordos. Tal vez por desplante, o tal vez por despiste.

-¿Y cuál era vuestra relación con el finado? Porque vuestras opiniones sobre la cruzada eran contrarias...- omito sus desplantes, ya que solo busca provocarnos y hacernos quedar en evidencia. Mejor no perder los nervios.

Están siguiendo con las negociaciones de la cruzada mientras perdemos aquí el tiempo... Sin duda buscaban acabar con nosotros o distraernos...

Esto resultaba un teatro de lo más absurdo. Nadie en su sano juicio nos acusaría de ese asesinato, por lo que hay otra razón.

Desacreditarnos. Nos apartan de las negociaciones el tiempo suficiente como para que no podamos influir. Y si no quieren que influyamos, es porque alguien quiere que la Cruzada pase por Constantinopla.

Casualmente el príncipe nos ha dado unos días para que investiguemos pero no nos ha acusado directamente. Tiempo más que suficiente para que las negociaciones lleguen a su fin, sin nosotros.

Tampoco nos ha prohibido participar en ellas y, hasta que no haya una acusación firme y alguien nos declare culpables, no hay razón para dejar de asistir a esas reuniones.

Estoy demostrando ser un auténtico estorbo para la investigación. Y en quien menos confío es en el príncipe.

Cuando termine esa conversación acudiré a las negociaciones.

-¿Mi relación con Roland? Era uno de mis protegidos. Nuestra opinión sobre la cruzada no era opuesta, al contrario. Ambos coincidíamos en que la mejor opción es atacar Egipto. Una demostración de fuerza contra los sarracenos atacando el Cairo sería estratégica y dividiría en dos al Islam. -Lanzo suspira- Roland lo comprendía bien y era un buen interlocutor.

-¿Y vuestra relación con Tommaso? Pues él tenía hace dos noches una discusión con Roland... Discusión en la que nosotros nos pusimos de parte del fallecido. Y eso me hace pensar...- miro a Lanzo, pues o estaba cegado con quien se hiciera justicia o estaba confabulado con alguien para orquestar todo esto.-¿Por qué nos culpa a nosotros, teniendo él más razones para acabar con su vida?

-Tommaso es nuestro principal opositor en las negociaciones, coincidimos en la idea de que los sarracenos son una amenaza constante que debe ser controlada, pero él desea atacar Palestina, cosa que nosotros consideramos un error. -Ante la pregunta de porqué os acusa, su respuesta deja entrever que aparte de buscar una cabeza de turco, más que malicia o un extraño complot, peca de ignorancia- Os acuso porque estoy convencido de vuestra culpabilidad, es evidente que algo tramáis, son muchas coincidencias como para ignorarlas. Desconozco si respaldabais las palabras de Roland sólo para acercaros a él y tener más fácil eliminarle.

No solo respaldábamos las palabras de Roland, seguimos haciéndolo y pretendemos que la Cruzada se dirija a Egipto. ¿No sería más sospechoso el propio Tommaso? De un plumazo ha eliminado a un oponente y ha distraído de las negociaciones a otro.

Si os complace otorgarnos el beneficio de la duda, seguiremos con las negociaciones para que lleguen al término que compartimos. Como ya sabéis, yo mismo he ofrecido barcos y oro si los Cruzados atacan Egipto.

¿Me acompañareis a la negociación mientras mi esposa y Paolo siguen investigando?

Sospecho que el propio Príncipe está metido en todo este asunto. Ya que él no puede influir directamente en la negociación pues debe mostrarse neutral, necesita utilizar otros medios para ello. No obstante, no es necesario desenmascarar al príncipe, basta con convencer a los Cruzados de que Egipto es el objetivo óptimo.

Decidme Lanzo. ¿Quién es el que, al final, debe tomar la decisión de atacar un lugar a otro? ¿A quién siguen los Cruzados? ¿Quién es su General?