Me siento abrumado ante la orden de Su Majestad, pero me presto a obedecer.
-¡¡Como ordene Su Majestad!!.
Estoy muy nervioso, ¿estará bien mi amo Taurnil?
Tuldar ya salía por la puerta cunado Drerick decidió encomendarle otra tarea. La de niñera.
La madre ke lo trajo... ¿porke tengo yo ke kargar con esos umanejos...? Un día de estos, Drerick...un día de estos ¡Zas!
El senescal se giró para observar a los "nuevos reclutas" como les había llamado el rey y resopló semiindignado Aaay... ¿no sabreis montar en lobo, por kasualidad? Bueno, es igual, korrereis al lado nuestro, ke pa eso teneis patas tan largas. ¡Ah, y hareis lo ke yo diga!
Hahaha, seguro ke les e impresionado reía el goblin por dentro
¿Los "reclutas" son Rufnus y Zalkar sólo?
-Por favor... doy un goblin ¡podoroso! Los reclutas son TODOS menos es niño-esclavo del elfo borracho que me lo llevo yo.
Al menos esa era la intecion de Drerick cuando lo dijo.
Tu equipo no lo llevas contigo, pero si lo pides, te será entregado de inmediato.
Tuldar se queda con los reclutas hablando tranquilamente mientras bajan por las escaleras, de donde provenían las voces de lucha. Mientras el rey se dirigía con Roy hacia la biblioteca.
Drerick y Roy. Pasad a la escena La biblioteca...
Zalkar frunce el ceño y responde al goblin.
Pues bien, danos armas y dinos a donde ir. El tono parecia como siempre directo y crudo, mas por que parece que no le gustaban las maneras del goblin, o tal vez el goblin mismo, pero de un modo u otro parecia manda y a disgusto, a Zalkar le tocaba obedecer.
¿puedo llevarles a una armería o algo similar?
Si, sabes de una en el patio de armas, es hacia donde váis.
Tuldar guía a todos escaleras abajo, hacia el patio de armas.
Allí los soldados están sobrepasados, corren de un lugar a otro, mientras en el exterior de las murallas del palacio cvarias columnas dehumo se comienzan a levantar con una simfonía de gritos y alaridos en el exterior.
Perdonad la tardanza, pero no doy a vasto con el trabajo este mes.
De camino busco algún caido para cogerle la espada y sigo al grupo.
Aí teneis armas, koged lo ke sepais usar y vamos a partir kabezas! arengó Tuldar a los nuevos reclutas. Acto seguido se subió sobre su montura lobo, y se situó al frente de los cabalgalobos restantes. Tuldar no era senescal sólo de nombre. El sabía cómo aleccionar a las tropas para que fueran realmente efectivas en combate. Rekordad! ¡Lo ke pincha pal enemigo!
Intento hacerme con una daga sin que se percate Taurnil.
Obviamente, pienso ayudar
Tirada: 1d100
Motivo: Ocultar
Dificultad: 41-
Resultado: 3 (Exito)
¡¡toma crítico!! (¿o no?)
Rufnus no ve ningún herido, por lo que parece la lucha es extramuros. Sin embargo el rancio goblin les lleva hasta lo que patrece un arsenal de armas, lanzas, espadas y casi de todo puede obtenerse allí, los soldados tanto humanos, como goblins o dragonuts se armnan de todo lo que pueden, para ir al combate.
Las puertas se abren, mientras de la entrada al palacio se acercan el rey y algunos aliados, entre ellos el jefe goblin de la guardia, el elfo de la taberna y el hombre al que llaman Lomy, asesor del rey. Junto a ambos enanos.
Voy a esperar a que los de la escena biblioteca puedan ver esta escena para postear en ella.
Supongo que entre mi camino a la biblioteca y la entrada principal me abre armado al fin, que Drerick es "mu macho" pero no un loco suicida.
En el patio de armas está el arsenal, donde están la mayoría de las armas, en un arca especial están las armas de Drerick.
La batalla es extramuros del palacio.
Cuando el grupo que proviene de la biblioteca llega al patio de armas, los demás ya están entrando en la armería, para recoger todas las armas que estén disponibles.
Armas disponibles:
1 Hacha doble filo.
7 Espadas cortas.
5 Escudos circulares.
2 Mandobles.
1 Espada larga.
2 arcos.
3 carcajs.
21 flechas normales.
10 flechas trazadoras.
2 dagas.
1 Martillo de guerra.
2 mazas de una mano.
3 Picas.
1 Pica filcariana
2 Puñales.
Un cofre cerrado con el nombre de Drerick Rey Absoluto de Górnoran y un apartado tras una talanquera, donde se puede leer, Lomy.
Me acerco a la espada larga y sopeso su hechura mientras la blando de un lado a otro.
Por fin tengo lo que necesitaba. ¿Donde están esos salvajes?
Tuldar aguardaba impaciente junto a sus leales cabalgalobos. Los humanos que le habían asigando pareían unos completos novatos, no sabían ni siquiera qué arma querían blandir.
Vamos, atajo de tortugas gruñó ya cansado de esperar ¡El enemigo nos espera, y no se van a morir sólos!
;)