El ser alzó un instante las patas delanteras, no se las podía considerar manos y espetó un
Se acerca nuestro amigo. - Pareció dejarse de juegos y se sentó de manera ceemoniosa. - Basta de juegos.
Miro a Leanan y la cogió la mano.
Leanan, mi fiel ama. Haré un rápido resumen.
Esperó a que todos mantuvieran la atención.
La palabra no es mi fuerte y nunca lo ha sido, sin embargo he sido el único de los que habéis conocido que se encontraba a este lado de la membrana cuado se rompió. Por ello soy el encargado de hacerlo.
Soy Calcetines, el fiel perro de Leanan, Lord Devirius me conoció, morí en la sala del trono de Akich luchando contra las galjas gigantes. Mi alma fue rescatada por Pifo, como uno de los integrantes de la compañía de la corona de Difuntos. No se les suele dar a los animales este rango, pues solemos ir a otro lugar que nunca conoceré.
Como alma de animal el control sobre mi ser es diferente y puedo cruzar la membrana, es una larga historia y no puedo alargarla. El caso es que tan solo podré estar con vosotros, como os dije por un tiempo, después o desapareceré o deberé regresar al otro lado.
Los Neths han roto la membrana para evitar la muerte de sus terribles siervos, los kadvuries, los cuales crean desde tiempos inmemoriales unas lanzas con una parte de la membrana de los dos mundos. Por ello, no mueren, se reencarnan en éste mismo mundo, serán invencibles.
Ahora los Neths vienen para cerrar los caminos de la dimensión, estos caminos se formaron al romper la membrana, y permiten viajar de un portal a otro. Los Neths, no lo pueden permitir, pues es la única manera en la que se les puede destruír es durante uno de sus viajes por los estos caminos. El objetivo no sois vosotros. Soy yo y os pongo en peligro, pero debía avisaros de los que ocurría.
Se alzó de nuevo.
Plesel se acerca, le siguen los Neths, él los ha traído hasta aquí.
Al principio no entendió muy bien qué decía, pues no recordaba haber tenido por amigo un ser tan peculiar. Después creyó que fuera algo “metafórico”, tal vez la presencia de algún ser que había velado por ella en una etapa muy dura de su vida. Había tenido varios amigos, eso era cierto; como lo fue Galatea o Armand (todos ellos imaginarios, pero si alguien pusiera en duda su existencia se vería con una Leanan enfurecida).
Cuando su extraño anfitrión se acercó a ella, le cogió la mano y comenzó a desentrañar el misterio el rostro de Leanan se mantuvo en todo momento inmóvil. Entonces, al terminar de escuchar…
- ¡¿Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeehhhhhhh?! –fue su respuesta a todo aquello, en un tono agudo, casi infantil. Le siguió unos rápidos parpadeos, luego ladeo la cabeza y entrecerró los ojos para evaluar a aquel ser; pero sólo había una forma de autentificar aquella historia.
- ¡Arriba! –la prueba consistía en una serie de órdenes que solía dar a sus perros, mitad entrenamiento y mitad diversión. Leanan fue moviéndose según cada orden, como si sirviera de ejemplo para el… ¿animal?- ¡Abajo! ¡Siéntate! ¡La patita! –le tendió la mano- ¡Siéntate! –ahí la mujer se sentó en el suelo- ¡Túmbate! –y ella misma se tumbó de espalda- ¡Vueltas! –y comenzó a girar, y girar sobre sí misma.
¿Pasaría la prueba aquel ser? Al terminar de girar Calcetines debería incorporarse con celeridad y comenzar a lametear la cara de Leanan. Aquel era un pequeño acto de rebeldía-cariño de su querido y difunto amigo.
El ser verde, sonrió un instante y realizó los deseos de su antigua ama, con maestría, con anhelo. Para interrumpir el final.
No tenemos tiempo Leanan, más tarde podremos hablar.- Señaló una dirección desde lo alto del árbol. - Rápido id a buscar a Plesel, se acerca por el oeste.
Al terminar la orden dijo una cosa más.
Si veis alguna otra criatura parecida a mi, desconfiad, muchas son de alma pura, pero hay otras que se extiguieron en estertores de mala vida, solo hablad conmigo.
¿Para interrumpir el final? ¿Quiere decir que no lametea su cara? Calcetines haría eso ¬¬
No he entendido eso, cosa que para Leanan es de suma importancia.
No, acaba todo el proceso, pero cuando se supone que tu irías a acariciarle como antiguamente, él se detiene para centrarse en lo importante. jeje
Bergötaj escucha con rostro pétreo la explicación del extraño ser pero sin entender demasiado unas explicaciones que se escapan a su comprensión. Su cara no puede disimular su extrañeza al oir a Leanan dar ordenes a la criatura y el rostro muestra una sorpresa absoluta al ver al ser obedecer las ordenes como una marioneta.
Poco dura su estupor ya que pronto mira hacia al oeste con mirada seria, temiendo y anhelando el encuentro con el enemigo al mismo tiempo. Sin decir palabra se prepara para bajar del arbol e ir al encuentro de Pleasel.
Cuando Bergötaj se asoma al vacio del enorme árbol lo que descubre es increíble, ve justo al lado de otro de los árboles enormes de la docena que compone aquel bosque a Plesel y dos miembros de la tripulación del Lagsol D'Oro. Parecen estar hablando con uno de esos bichos verdes. El dragonut está lejos y no escucha lo que dicen.
Al asomarse para bajar por el arbol ve al grupo que está en el suelo y se pone en alerta. Levanta el brazo derecho para indicar a sus compañeros que no están solos. Observa unos segundos hacia abajo mientras su mano agarra la empuñadura del arma pero sin desenvainarla. Después mira a... ¿"Calcetines"? y luego a Devirius esperando ordenes en silencio.
No dudó un instante en levantar a aquel ser verde del suelo, o al menos intentarlo, llena de emoción por encontrarse con su amigo. Tenía los ojos acuosos, pero su sonrisa era tan amplia que casi no le cabía en la cara.
- ¡¡¡ Calcetines !!! -dio pequeños saltitos con su amigo aún cogido, más o menos, aunque el rostro del ser era ahora más serio. Por eso lo bajó al suelo, para que prosiguiera con algo tan importante como para haberlo traído de vuelta. Estaba tan intrigada que no pudo evitar ponerse a la altura de su fiel compañero.
- Vale, iremos a por Plesel. Ya verás cuando te vea, le va a dar un yuyu -dijo sonriente- Ya sabes lo miedica que es, aunque ha cambiado lo suyo desde... ¡Jo!, que raro se me hace tenerte aquí, tan verde y tan... Ahm... Calcetines, entre tu y yo nunca hubo secretos, así que he de decirte que ahora estás muy feo. Pareces un sapo -afirmó con los brazos en jarra, como si quisiera regañar a la entidad que lo trajo de vuelta semejante elección- Bueno, vamos a por Plesel que tengo un montonazo de cosas que contarte. Por cierto... Calcetines, éste es Zupo -acercó al perro y le cogió la patita para dársela a modo de saludo a su inesperado amigo- Zupo, éste es el herócico Calcetines, del que tanto te he hablado. Después hablaremos -dijo a los tres, como si el resto de los presentes no contaran.
Se incorporó, muy contenta, y vio como Bergötaj hacía amago de bajar cuando... ¿Compañía? ¿De qué clase sería? Sin pensarlo se medio asomó entre las ramas de los árboles para evaluar la situación mientras mantenía con un pie alejado al curioso Zupo.
Al asomarse al vacio del enorme árbol lo que descubren es increíble, ven justo al lado de otro de los árboles enormes de la docena que compone aquel bosque a Plesel y dos miembros de la tripulación del Lagsol D'Oro. Parecen estar hablando con uno de esos bichos verdes. Pero la distancia impide que entiendan lo que dicen.
Los bichos verdes comienzan a moverse en una maniobra bastante amenazadora. El que era o es Calcetines se acerca botando hasta su posición. Alarmado tira de las romas de Leanan.
Son Galjas reencarnadas, profesan un odio grandioso por Plesel, él las estuvo exterminando por sus pieles durante años. Ahora quieren venganza, sólo han venido para eso, siguiendo las mentiras del señor de los neths.
¿Galjas reencarnadas? Aquello sí que era raro, tanto como que Calcetines estuviera allí con ellos.
- No podemos dejarlo ahí, Calcetines. Plesel nos necesita –dijo convencida para luego mirar a los demás. Volvió a observar la escena y no dudó en avisar a su amigo y socio- ¡Plesel, sube que te comen! –gritó desde lo alto del árbol pensando que si eran galjas ese iba a ser su destino, después de matarlo, o no…
Sacó la espada sabedora de que la refriega iba a ser inevitable, o al menos que iba a estar lo suficientemente cerca como para ser precavida.
- Calcetines, ¿de aquí arriba hay más galjas?
El ser verde negó ante la pregunta y señaló a los árboles del entorno.
¿Ves los árboles de alrededor? Cada uno pertenece a una especie de... - Pareció dudar, como buscando una palabra exacta. - Un clan o algo parecido. En éste árbol no hay de esos bichos.
Plesel al escuchar la voz de Leanan busca su origen y la mira con ojos desencajados, acto seguido hace un gesto con la mano y desenvainando su daga corre hacia la base del árbol donde están todos subidos. En busca de la escalerilla que sube a lo alto.
Devirius se había mantenido en silencio durante toda la presentación de "calcetines",trataba de analizar la situación, de comprender que aquel compañero al que habían enterrado ahora era esa cosa que les hablaba.Pero no había tiempo, otro viejo conocido ,Plesel tal vez estuviese en peligro y ante el descubrimiento de su posición por parte de Leanan creyó que lo más prudente era continuar en silencio y desenvainar su espada por lo que pudiese pasar.
siento el retraso, estoy tratando de ponerme al día con la historia y aún me encuentro un poco perdida...
Tranquila te enviare un resumen por MP y así te pones al día de esta partida.
Plesel corre hacia la posición del árbol de Calcetines y trata de subir por la escala, pero haciendo eco de su famosa agilidad, se queda colgado de una pierna boca abajo mientras sube, impidiendo que sus dos compañeros suban y los bichos verdes se lanzan sobre ellos a gran velocidad. Les van a atacar ya.
Lo de Plesel luchando es un drama siempre. XDDD
El fiel sirviente de Plesel se lanza hacia la bajada de la escalinata.
No puedo permitir que muera mi señor. - Grita mientras corre y arremete verbalmente contra sus compañeros. - Ayudadme o quedaos mirando como se lucha.
En ese momento Plesel es atacado por un enjambre de los bichos verdes. Que le muerden por todas partes.
Plesel lanza un ataque desesperado a uno de los bichos que se le acercan, con tan buena y típica fortuna, que la daga se atora en una de las raíces del árbol. No puede sacarlas y parece decir algo.
En ese momento Ruwulf se deja caer desde lo alto del árbol al suelo sobre una de sus enemigos, cayendo justo entre su señor y los bichos.
Corra señor, son galjas hambrientas de venganza. - Le indica con la mano la escalera, mientras arremete con su cimitarra contra las galjas, para desenfundar las otra que lleva a la espalda en un instante - Corra ahora.
Lanza el espadazo y parte por la mitad a uno de los bichos de nuevo, como antes el infante que ahora sigue a su jefe, mientras el marinero se pone a sujetar la escalera para que su jefe suba.
Tirada: 1d100
Motivo: Salto
Dificultad: 36-
Resultado: 9 (Exito)
Tirada: 1d100
Motivo: Cimitarra
Dificultad: 78-
Resultado: 46 (Exito)
Tirada: 1d6(+1)
Motivo: Daño
Resultado: 5(+1)=6
Para subir tira Trepar x 3, coñe esta vez.... 98, 99 y 00 es pifia.
Pero mi daga... Es la que me regaló mi abuela... Plesel pasea la mirada entre la daga, los bichos y el árbol... Recoged mi daga! Yo treparé... tras tropezar con el primer escalón un par de veces, seguramente por la preocupación por la suerte de la herencia de su abuela, Plesel comienza a trepar por la escala intentando no mirar abajo...
Al cabo de unos metros sin embargo no puede por menos que volver la cabeza y atisbar a ver si sus hombres han cogido la daga o no No os olvidéis de la daga!!!
Tirada: 1d100
Motivo: Tira pa'rriiiiba (toma 2)
Dificultad: 114-
Resultado: 94 (Exito)
94... Uuuuuuuyyyyyy... XDDD