Partida Rol por web

Desatendiendo la conversación que mantienen Stred y Magner, apenas me doy cuenta de que Sellesh se está dirigiendo a mi al hablar. En mi mente se agolpan recuerdos de mi hermana; de su traición y su posterior perdón. Mi mente no deja de pensar en ella, y la misión que está llevando en Hertet contra los kadvuries.

-Recojeremos toda la información que podamos en Köpê. Si no nos aconsejan mejor, partiremos entonces en barco hacia Hertet. La entrada en la ciudad será difícil, estando rodeada de enemigos; pero algo se nos ocurrirá llegado el momento.

- Estoy a vuestras órdenes - dijo con sencillez, deseando volver a ver a la hermana del emperador, quien le salvó de una vida de esclavitud hace ya tiempo, y por cuyo nombre entró en el ejército en el que había hecho fortuna

Agradezco que por fin se haya hecho el silencio ante las palabras del Emperador. La lección magistral de Magner estaba empezando a incomodarme, y desde luego no iba a ser yo quien la retomara.

Crucé mentalmente mis dedos para que se le olvidara de lo que estábamos hablando, mientras pensaba en las promesas de batalla que se abrían ante una entrada a la fuerza en Hertet, irrumpiendo contra las fuerzas enemigas.

Ignorando casi por completo las enseñanzas de Magner a Stred, me centro en seguir avanzando así como en el odre que porto conmigo, y sin permitir que mi garganta se seque en ningún momento, guardo silencio, meditando acerca de la difícil situación y la misión que tenemos por delante.

Kope y Hertet. Mmm, hace tiempo que no visito ninguna de lados, ¿por que cuanto hace de la última vez...? - me pregunto, sin poder contener el ligera sonrisa que asoma a mis labios, una sonrisa consecuente del contenido de mi odre, al igual que mi propia y silenciosa pregunta.

Al ver la cara de Stred no puedo mas que reir callada mente.

-Magestad, creo que "mi sobrino" y yo deberemos adelantarnos otro tramo, para ver de que podemos informarnos en el camino.

Espoleo mi montura para adelantarme unos pasos a la comitiva y me detnego esperando a Stred

Miro con pánico a Magner, luego con esperanza al Emperador, esperando que contradiga a su subordinado. Cuando nada ocurre, mi rostro trasluce la resignación que siento, otro interminable e ininteligible interrogatorio más.

Pues sí que me ha cogido cariño... - murmuro entre los escasos dientes que me quedan, sin darme demasiada cuenta de que he hablado en voz alta mientras espoleo desganadamente a mi caballo para ponerme a la altura de mi "tío".

Un leve asentimiento por mi parte es la única respuesta que doy al sargento. La perspectiva no parece excesivamente atrayente para Stred, pero ellos dos, al llevar unos ropajes de campesinos, son los que mejor pueden montar la pantomima. La misión en la que nos encontramos es peligrosa, y siempre viene bien tener alguien por delante que explore el camino.

Avanzo a paso moderado hasta perderme de vista

El camino continuó con los trasiegos del camino normales.

Pronto llegaron a la frontera del Imperio lunar.

En el paso fronderizo del camino, en una pequeña cañada de un arroyo afluente del río Köpeflug, que mana hacia el suroeste, en dirección a la ciudad de Köpê. Algo extraño ha sucedido.

No hay guardias, hay señales vagas de lucha, pero ni cuerpos ni sangre, solo silencio y la valiza de madera trenzada rota.

Qué demonios...! - exclamo al contemplar la extraña escena. Bajando del caballo, pregunto a nadie en particular - ¿Señor...?

Acto seguido desenfundo la espada, mirando a mi alrededor. No parece haber ningún movimiento. Examino con atención en busca de huellas, tratando de encontrar alguna pista de lo que ha podido ocurrir.

Ves señales de cuerpos arrastrados hacia la parte de la frontera perteneciente a Lunaria, es un rastroi muy claro y encuentras algo llamtivo, una pluma muy conocida por ti.

¡Kadvuries!

Stred pareec fijarse en algo cerca de la valla destruída.

Oteo al hrizonte para intentar descubrir algun indicio de lo ocurrido e intento escuchar atentamente cada uno de los sonidos. Tras unos momento me acerco a mi "sobrino" y susurro lo suficiente para que me escuche:

-Ten cuidado, recuerda que somos avanzada y que viajamos de incognito. Somos mercaderes. Ademas, necesitamos averiguar que ocurrio.

Un paso por detrás de ambos soldados, centro, primeramente, mis sentidos en los pocas pero concisas señales de lucha, y sin abandonar mi silencio, hago lo propio con el resto de la escena,... sin lograr hallar nada que pueda ofrecerme alguna pista de lo ocurrido.

Sea lo que sea que haya pasado aquí parece haber sido un trabajo rápido y limpio. - murmuro, deteniendo mi atención en el mismo punto donde lo hace Stred, la valla destruida, intentando vislumbrar lo que sea que haya llamado la atención del soldado.

No se ve nada, aparentemente, tan solo Stred parece absorto con algo en el suelo. Pero es Stred, lo cual no llama demasiado la atención. Los demás no notan muestras de quien pudo haber sido.

Magner se inquieta algo, es lo que no escucha lo que le altera, no se escucha nada, ni pájaros, ni isectos volando, ni ranas en el arroyo, ni tansiquiera el agua discurriendo parece hacer el ruído que debería.