Partida Rol por web

Lomy logra entender:

Soy **e**ha.

Oklayu sube las escaleras, al llegar a la planta de arriba con la típica delicadeza enana, ve a Lomy absorto mirando una luz en el aire, que al notar la presencia del enano desaparece rápidamente por una de las esquinas de las paredes del templo.

Lo... Lomy... dice el enano bufando y resoplando, tratando de coger aire para continuar cuando observa la extraña luminaria que desaparece tan pronto como su cabeza asoma por las escaleras.

Buffffffff...¿Pero qué diantres era esa cosa? Te creía un poco más inteligente y resulta que tú también andas con trapicheos mágicos... Los grandes guerreros no necesitamos más subterfugios que una buena hacha y unos brazos bien curtidos en la mina. Se cruzó de brazos con airte serieamente enfadado, para él la magia era uno de los grandes males de la "enanidad", pues no había traído más que sufrimiento y dolor para su pueblo.

En fín... tú sabrás lo que haces pero seguro que eso no nos traerá nada bueno... A lo que iba, se escuchan extraños cánticos que provienen de la ciudad. ¿Deberíamos ir a averiguar qué está pasando o crees que este lugar nos protegerá? Me temo que todos esos cuerpos inertes son buen caldo de cultivo para los Neths. De las almas de aquellas pobres gentes podría salir un ejército, creo que algo de esto pasaba en mi batalla contra esos malditos espectros pero hace más de 300 años y apenas recuerdo nada de aquello.

Al poco de subir Gimshreck escuchas su pesada voz, jadeante, en el piso de arriba.

Buffffffff...¿Pero qué diantres era esa cosa? Te creía un poco más inteligente y resulta que tú también andas con trapicheos mágicos... Los grandes guerreros no necesitamos más subterfugios que una buena hacha y unos brazos bien curtidos en la mina.

Al cabo de unos instantes proxigue.

En fín... tú sabrás lo que haces pero seguro que eso no nos traerá nada bueno... A lo que iba, se escuchan extraños cánticos que provienen de la ciudad. ¿Deberíamos ir a averiguar qué está pasando o crees que este lugar nos protegerá? Me temo que todos esos cuerpos inertes son buen caldo de cultivo para los Neths. De las almas de aquellas pobres gentes podría salir un ejército, creo que algo de esto pasaba en mi batalla contra esos malditos espectros pero hace más de 300 años y apenas recuerdo nada de aquello.

Rufnus se debatía entre permanecer de guardia en la entrada al recinto o correr escaleras arriba en busca de sus compañeros.

El miedo del joven hacía que la voz de trueno del enano rebotara en la estancia amplificándose y amenazando con despertar a cualquier espectro de la ciudad e incluso de millas a la redonda.

No creo que los Neths necesiten esforzarse en despertar todos esos cadáveres si seguimos montando este escándalo...

Con un esfuerzo sobrehumano, trató de sobreponerse a sus temores y mantuvo su puesto, escudriñando la oscuridad y rezando porque sus amigos regresasen lo antes posible.

Lomy seguía concentrado intentando entender a la luciérnaga. Intuyó unas letras, con lo que no le costó darse cuenta de que podían formar el nombre de su mujer. ¿Semsha? No puede ser…

Justo cuando estaba a punto de contestar aparece Oklayu, asustando a la luciérnaga. ¡No! No te vayas!

Lomy gira la cabeza hacia el enano, para acto seguido volver a mirar en dirección a la luciérnaga. Pero esta ya había desaparecido por una esquina.

No… no estaba practicando ningún tipo de magia, Oklayu- Lomy parecía apurado, sin dejar de mirar hacia la esquina por la que había desaparecido la luz-. No soy mago. Esa luz era una luciérnaga, creo que era mi… bueno, luego os lo cuento.

Si tal como dices los Neths están creando un ejército con las almas de esos pobres, creo que poco podemos hacer nosotros tres solos. Nuestra principal preocupación ahora es encontrar el artefacto de Sevryl. Creo que deberíamos de quedarnos, y rezar para que no se dirijan hacia aquí. Haremos guardia, y si vemos que vienen, lo mejor que podríamos hacer es marcharnos antes de que llegasen.

Tras terminar de hablar, Lomy vuelve a dirigir la mirad hacia la pared.
Oklayu, si no te importa, ahora me gustaría quedarme solo en esta habitación. Será solo un momento. En unos pocos minutos bajo para reunirme con vosotros. Por favor, es importante para mi…

De acuerdo, pero baja pronto no vaya a ser que tengamos que salir de aquí a toda prisa. El enano dio un giro brusco y retomó el camino andado escaleras abajo.

Nuevamente Oklayu aparece por el hueco de la escalera. Rufnus preparaté por si tenemos que salir pitando, ahí arriba he dejado a Lomy hablando con una luciérnaga.... vaya tela.

En cuanto Oklayu abandona la habitación, Lomy vuelve a girarse hacia la pared por la que desapareció la luciérnaga, temeroso de que no vuelva a aparecer. Por lo que había podido intuir, aquella luciérnaga había querido decirle que era Semsha, su mujer. Solo pensarlo era una locura, pero en el fondo deseaba que fuera real.

Semsha… ¿eres tu? Si eres tu sal, por favor! No te vayas. Estamos solos en la habitación otra vez- la voz de Lomy sonaba suplicante. Quería aferrarse a la idea de que su mujer estuviese viva de algún modo…

La luciernaga regresa con rapidez, girando al rededor de Lomy a gran velocidad, posándose en un pas de ocasiones en los labios de Lomy, con delicadeza.

Al cabo de un instante vovió a marcar su danza de mensaje.

En la oscuridad de la noche una sombra recorrió el cielo. Algo tenebroso. Mientras esperasban a Lomy.

Por un instante, el joven Rufnus habría jurado que una sombra ocultaba la luna.

Mi cabeza me está jugando una mala pasada. Debo controlar el miedo.

Debe haber sido una lechuza, a juzgar por lo que ha sentido, cazando de noche.

Oklayu se aferra a su arma cuando le parece ver una sombra sobrevolando sus cabezas, cuando mira más detenidamente no logra divisar nada por lo que cree que sus nervios le están jugando una mala pasada, en voz baja y titubenante se dirige a Rufnus.

Compañero, esto no me gusta ni un pelo, a ver si baja el excentauro y ponemos pies en polvorosa, malditas ruinas mágicas, malditos Kadvuries y malditos Neths... Todo esto me está poniendo los pelos de la barba como escarpias.

¡Bah! Definitivamente era un murciélago... a ver si baja Lomy porque este lugar me está poniendo muy muy tenso.. Dice el enano mientras lleva una des sus manos al muslo para tratar de calmar los crecientes temblores de su piernas.

Lomy había notado el contacto en sus labios, y algo le decía que realmente se trataba de su mujer. Aunque tal vez solo fuese su deseo de que así fuese. Observa de nuevo atentamente los movimientos de la luciérnaga, intentando sacar algo en claro.