La mula si la puedes llevar. Lo del equipo de escalada, no lo entiendo, pues es todo una llanura, sería llamar más la atención que otra cosa.
Lo del arma arrojadiza. No funciona como creo que piensas.
Cada arma tiene su porcentaje. Lanzar es una habilidad válida para ocasiones, en la que lanzas una piedra, la espada, o cualquier otra cosa. Tirar con honda, arco, ballesta... Tiene su porcentaje propio.
Espero haber respondido a tus preguntas.
Repásalo de nuevo..., no quisiera verme obligado a dar la vuelta por tu incompetencia - señalo al criado que me mira exasperado. Es las quinta vez que le ordeno bajar las cosas de la mula y repasar el equipo.
Sesenta metros de cuerda en dos rollos de treinta..., cuatro odres de agua de repuesto..., dos linternas y una redoma de aceite..., cuatro mantas de viaje..., - reza el criado, ante mi atenta supervisión.
Ah, Señor, está usted ahí - saludo al ver a Magner, cuadrándome bruscamente en un rígido saludo militar - Repasaba el equipo, Capitán. Los caballos están listos, podemos partir en cuanto lo ordene - continúo completamente ergido, en espera de instrucciones.
Magner se acerca lentamente a su oficial... y lentamente con respeto pone su mano en el hombro de la armadura del joven soldado
Tranquilo Strend... no tengas tanta prisa. Las prisas no son buenas y la impaciencia menos ahi fuera. Confio en ti.. y pronto podras demostrar tus habilidades.. Strend. Tu emperador necesita de toda tu destreza.
Despues se dirige hacia el joven que cuida de su caballo.. Por cierto Strend... todo soldado del ejercito lunar debe dar ejemplo de respeto y humildad a cualquier persona, independientemente de su condicion. Acto seguido le se vuelve al joven con una sonrisa en sus labios dedicada al joven que sostiene las riendas de su caballo. Muchas gracias joven...
No tengo ficha ni equipo.
Sí, Señor - contesto con seriedad - No pretendía faltar al respeto a este hombre en modo alguno, y le pido disculpas en este momento si le he ofendido de alguna manera - añado, inclinando levemente la cabeza hacia el joven - Tan solo quería asegurarme de que todo estuviera preparado adecuadamente. A decir verdad, me siento un poco..., extraño, al iniciar este viaje sin llevar uniforme ni estandarte... - termino, con humildad pero con firmeza.
¡Si lo tienes! ¿O es que no lo puedes ver?
Ahora lo veo. No tengo armadura de ningun tipo. ¿Puedo coger algo de equipo de la fortaleza? (raciones de viaje, lonas para improvisar un refugio, un odre de agua, la armadura que suela utilizar en campaña, yesca, pedernal y ramas secas para hacer un fuego, algo de abrigo, un cuchillo...)
Sí, armadura tienes la típica del ejército lunbar. Y raciones y demás lo que quieras. De hecho Stred ha decidido llevar una mula a parte para llevar provisiones y lo que haga falta. Tienes total disponibilidad del arsenal para tí.
Sellesh está igualmente preparado. No lleva mucho equipaje, unas ropas de viaje bregadas que permiten ver varios de los tatuajes tribales de sus brazos, usualmente cubiertos por la tela del uniforme, la armadura, su escudo y su vieja y fiel espada
Tras esto coloca en la mula que Stred ha preparado un par de mantas, y provisiones suficientes para llegar a nuestro destino. Hecho esto mira a su señor
- Estoy preparado para partir mi señor. Tal vez sería bueno saber cual será nuestra apariencia. Quienes diremos ser, y cual será el motivo de nuestro viaje. Siendo tan pocos cualquier precaución es poca
Trss departir con la emperatriz en privado el emperador, vestido de comerciante se acerca a sus hombres.
Partamos pues. No hay tiempo que perder, debemos saber si las noticias sobre Nolsania son reales o no.
Dicho esto, el rey mandó al oficial que quedaba al mando de la tropa y la milicia.
La emperatriz Lezmar queda al mando del ejército. Para los soldados y pueblo, estoy enfermo, pero no corro peligro. No quiero que nadie sospeche de mi ausencia.
Una vez dicho esto partió de Selón en dirección norte.
Es importante, - dijo al salir ya de la ciudad de incógnito, - que me llaméis por mi nombre extrangero, Argos. Para que los lugareños no me reconozcan, yo os llamaré por el nombre, pues el nombre de un oficial no es muy conocido entre el pueblo.
Bien, Señor - me atrevo a contestar haciendo una inclinación de cabeza, a las instrucciones del emperador.
Si han decidido que no debo conocer los detalles de la misión, sus motivos tendrán - pienso para mi, mientras cabalgo cerrando la marcha con la mula atada a mi silla - Debo recordar llamar al Señor Argos, gracias a la Diosa no osaría usar su nombre para dirigirme a él, pero precisamente ahí está el peligro. Tal vez al hacernos pasar por comerciantes surja la oportunidad, debo concentrarme, estar atento. A veces me cuesta concentrarme..., Argos, Argos, el Señor es Argos.
Sellesh asintió a las palabras de su emperador. Luego miró a Magner y a Glanor
- ¿Con qué pensamos comerciar? Por lo que entiendo mi señor va a ser un comerciante, y nosotros los mercenarios contratados para protegerle. En tal caso necesitaríamos un carro con algunos bienes que fueran susceptibles de vender. ¿Tal vez ropas, o telas?
Sí, cierto. - Habla Talgor complacido con la duda de su oficial. - Pero se supone que vamos a Saxfa para comerciar en el puerto en compraventa de mercancías. No tenemos porque llevar carro.
Penejotizando.
Los cuatro mercaderes y su mula recorren los caminos que van hacia Saxfa, Por el camino se encontraron con varios comerciantes y algún que otro pelegrino de camino a Herlet*. Sin dejar muy lejos la costa a su izquierda avanzaron e hicieron alto en el camino a las afueras de Shalash la segunda noche, para retomarlo y llegar a Saxfa en el medio día del tercero de viaje.
La guardia de la ciudad amurallada, vigilaba a los que entraban por ser un puerto dado a la piratería y se sabía del riesgo de pillaje y robos.
Al llegar los cuatro jinetes, el guardia les preguntó.
¿Cómo es que llevan tantas armas unos comerciantes de Selón? - Dijo al mirar sus espadas y escudos en la mula. Pero al ver el escudo imperial en la empuñadura de la espada de los cuatro jinetes palideció. - ¿A quién habéis robado esas armas?
El guardia que os preguntaba y su compañero apuntaron sus lanzas hacia vosotros, mientras los vioantantes se apartaban espectantes y temerosos.
* Herlet. Se supone que es la ciudad natal del gran dios Nitacrod, el hacedor. Actualmente en el territorio de los kadvuries y por ello es una ciudad fuertemente armada con muros defensivos y grandes fuerzas regulares lunares. El templo de Nitacrod es un referente religioso de miles de peregrinos que viajan a Herlet en acto de fe.
Acerco muy despacio la mano hacia la guarda de la espada, sin dejar de vigilar las lanzas que nos amenazan. Estudio con cuidado la tensa situación, preparado para colocar el caballo entre los soldados y los hombres a los que he jurado obediencia.
No creo que nos convenga este conflicto, y no quisiera combatir contra estos guardias que no hacen más que lo que se les ha ordenado. Sin embargo, los señores deben decidir. Mejor que sean ellos quienes hablen, pues sin duda habrán pensado que podría darse una situación así, y la tendrán prevista.
El emperador, no queriendo dejar su rostro al descubierto, no dice nada y baja su capucha.
Penejotizando.
Magern adelanta su caballo poniendo delante de Argos para evitar cualquier sorpresa..
Sin duda alguna soldado,haces bien en preguntar. Cumples bien con tu trabajo. No somos ladrones, sino comerciantes... Pero estoy seguro que tambien entenderas que en estos tiempos que corren, cualquier persona, incluidos unos simples mercaderes, deben proteger sus vidas, o al menos intentarlo..
Magern se acerca un poco mas al soldado Entre tu y yo, son mas apariencia que otra cosa.. no somos soldados, y nuestro manejo deja un poco que desear
No ha respondido a mi pregunta. - Amenaza con la lanza el guardia. - ¿De dónde habéis sacado las espadas del ejército imperial?
- Disculpas soldado - interviene Sellesh, pensando que lo mejor era poner parte de verdad en tantas mentiras.- Yo soy el responsable. Soy escolta de estos mercaderes, y lo cierto es que serví como soldado en el ejército imperial, y al acabar mi servicio me permitieron llevarme no sólo mi espada, sino también la de algunos camaradas muertos. Al comprobar que mis protegidos carecían de armas, y al escuchar los rumores de problemas con bandidos y en las fronteras, pensé que era mejor armarlos, para dar apariencia de estar mejor protegidos ante cualquier eventualidad. Puedo darte el nombre de mis superiores en el ejército si precisas referencias
Tirada: 1d100
Motivo: influencia
Dificultad: 32-
Resultado: 20 (Exito)