Partida Rol por web

La cria viene conmigo.-Dijo en un tono que no dejaba lugar para la réplica.- pero necesito algo para darle de comer, si no fallecerá. -Luego cambiando el tono, relajandose un poco al entender que estaba entre " aliados" pero dejando ver su gran preocupacion y la prisa e importancia de lo que decía- debo hablar con el, un gran peligro nos acecha, es muy imortante. Debo reunirme con el

Uno de los marineros da agua a Kanys, que bebe con pasión el primer sorbo de agua en días.

No tengo leche, es lo único que podrá beber este niño, es demasiado pequeño para comer las galletas saladas o arenques. - Sentencia el joven marinero con tristeza. - Creo que el Lagsol D'Oro tiene algo de Leche, que le encanta al Sr. Plesel.

Al señalar el marinero la situación del Plesel D'Oro, ven como dos botes se acercan a la costa.

Los dos botes procedentes del Lagsol D'oro tocan tierra embarrancado en la playa. Sus ocupantes salen entre la lluvia de las embarcaciones. Pronto ven de la devastación del lugar arrasado por Pifo sabe el qué.

Un grupo de hombres incluyendo al hombre de la costa les observa y campean el temporal. Lo que sostiene el hombre sobre sus brazos es sin duda, un bebé.

Era inevitable acabar calado con aquella tormenta, y eso que el grueso de la misma aún no había descargado sobre ellos. Sin embargo, las gotas de agua pura y el golpe de las olas eran el menor de los problemas.

Al tocar tierra se agruparon junto al hombre que habían divisado desde la lejanía. El soldado, al menos eso sí lo sabían, llevaba algo pequeño entre sus manos. Resultó ser un bebé.

- Plesel, deberías coger a bebé. Las delicadezas se te dan bien –afirmó la mujer.

Esperó que alguien se ocupara, porque si esperaban que la única mujer del grupo lo hiciera la llevaban claro. Leanan no estaba apta para encargarse de un crío, pues si se hiciera cargo de uno seguro que lo llevaría con ella de aventuras. Además, su espíritu era demasiado joven como para tener el llamado “instinto maternal”.

- Ejem... –carraspeó acercándose al soldado, pero prudente por si estaba demasiado desorientado como para no distinguir que eran amigos- Aquí Devirius (lo señaló), General de los Dragonuts, que no es un Dragonuts como puede ver, viene en ayuda de su pueblo. Ahmmm...

Miró a su amigo y con un gesto de sus manos le instó a que prosiguiera.

Bormaj aprovechó la confusión del momento mientras el hombre bebía, para acercarse a Lor Devirus y hablarle al oído. Mi señor, este niño debe ser un punto vital en lo que acaba de ocurrir, tengo entendido que el comportamiento de vuestra especia y el de este tipo, es más general el hembras, algo me dice que si actúa así es movido por su sentimiento del deber. Deberíamos tenerlo en cuenta.

Bormaj el comportamiento humano a veces es un poco más complicado que solo el deber.

Dice tratando de distender un poco la situación.

Señor mi nombres Devirius, General Devirius , Comandante de la Guardia real Dargonuts, vimos las llamas desde Sitti , que es lo que ha pasado que podría haber desencadenado tal catástrofe, y los demás sobrevivientes?….

Casi inmediatamente cae en cuenta de la situación del hombre

Soldados establezcan un perímetro de seguridad, buscad un lugar para refugiarnos de la tormenta y comiencen a construir un vivac.

No crea que podamos volver a los barcos al menos hasta que acabe la tormenta

Señor. Dice Begötaj dirigiendose a Devirius, Hemos explorado los alrededores y no hemos encontrado nada con vida. Todo está calcinado. Solo hemos encontrado un cadaver no quemado. Y estaba como devorado. Alrededor había huellas que parecían de un ave, pero gigantesca.

Kanys le spaso al bebe para que se hicieran cargo de el, mientras el ponía al corriente de los acontecimientos acontecidos aqui.

Soy kanys , sargento de la guardia, a las ordenes de la gobernadora.  Veréis hará unos  días, unos pescadores de la costa sur divisaron una extraña mancha oscura bajo el mar. La mancha resultó ser una bestia formidable que transportaba en sus entrañas a un nutrido ejército de seres negros, con cuatro brazos, que luchaban como diez soldados cada uno.
Fuí enviado a contener la amenaza.
Esos seres incendiaban  todo a su paso. Aniquilando cualquier resto de vida. No hacían prisioneros. Ni un árbol, ni una brizna de hierba, todo había quedado reducido a cenizas.

De entre ellas, un ser alado de enorme tamaño despegó, agazapado como estaba, parecía estar alimentándose de ceniza. Incluso de algunos cuerpos calcinados por las llamas. Se erigió ante nosotros y lanzó un desgarrador grito, que entumeció el ánimo de la mayoria de mis soldados. El ser de cabeza de águila, con escamas de dragón y alas de halcón gigante, así como cuerpo de caballo en los cuartos traseros, tenía dos garras de león en sus extremidades anteriores. Era una especie de grifo descomunal y perfeccionado. Una autentica aberración

Bergötaj escucha interesado las palabras de Kanys que porfín dan un poco de luz a lo que está pasando. Tremendo ejercito... y novedoso. ¿De donde han salido estos enjendros y que oscuro interés las ha traido a destruirnos? Las gotas se estrellan en su enorme cuerpo mientras mira al cielo queriendo encontrar a esa enrome criatura voladora. Después permanece en silencio esperando ordenes. Tengo ganas de salir de caza.

La lluvia se hace insoportable, pronto la ceniza se ha convertido en un fango negruzco y pegajoso.

Algunos de los dragonuts y marineros terminan de montar unas tiendas, con aperos que traen de los barcos. Cuando más arrecia la lluvia las tiendas están disponibles. Donde dan algo de leche de cabra que llevaban los marineros en sus barcos. El llanto del pequeño a cesado.

Todos se resguardan bajo las lonas al cobijo de la lluvia.

Una vez seco y a cubierto el mercader avaro es el primero en decir lo que todos están pensando:

Deberíamos avisar a Drerick de lo aquí ocurrido. - Pensó un instante. - Kanys, ¿hacia donde se fueron esos seres y tropas?

Claro que debemos avisarles pero primero debemos salir de aquí, esperemos que amaine un poco la tormenta, y partiremos enseguida.

Mira la bebe que se acaba de callar

Kanys, crees que hayan más sobrevivientes a parte de ti y ¿tu Hijo?,

quiso saber algo más del  bebe, ya que las palabras de Bormaj no dejabas de darle vueltas, y no savia como abordar el tema

Lo siento, no pudo ayudarte en eso, no se hacia donde se dirigieron, caí inconsciente a causa de las heridas causadas por el combate con esas criaturas. 

Si no estuviera lloviendo podríamos mirar las huellas que sin duda habrán dejado - Su voz era monocorde, como si estuviera hablando con sus hombres y planeando el nuevo paso que debían dar, no como si hubiera perdido a sus hombres y casi el tambien hubiera perdido la vida en el enfrentamiento con ellos.

Debemos avisar de la presencia de estas criaturas a las poblaciones cercanas,  a la gobernadora y al Rey. Mientras estas criaturas estén por aqui, toda criatura viviente esta en peligro, nadie esta a salvo, yo se de lo que son capaces

toda la información que podían sacar en este momento era esa. Bormaj sabía que Lord Devirius no tardaría mucho en ordenar misiones de reconocimiento y trazar una contraofensiva. Pronto sabrían más del enigmático soldado, pero la información requería tiempo...

Bergötaj permanece de pie cerca de la puerta alerta, observando los alrededores por si aparece algún enemigo. Silencioso escucha la deliveraciones del grupo sobre los siguientes pasos a seguir.

Poco a poco se va ensimismando pensando en el fuego, en las batallas que acaban de suceder, en los caidos. Y ahora la lluvia, la tormenta, imagen de las convulsiones que sufren estas tierras. Y también el agua, dadora de vida cuando escampe la tormenta. Un rayo le despierta de sus cavilaciones y su atención se dirige a pensar en sus próximos movimientos y en los de su enemigo.

Habría que explorar esta zona por si encontramos pistas de sus objetivos... y supervivientes. Aunque somos muy pocos para defendernos de ese ejercito monstuoso parece que han arrasado todo esto sin intención de conquista. Probablemente ya estén rumbo a sus próximo objetivo.