Partida Rol por web

Todos miraron a Sellesh intrigados.

Niego con la cabeza y miro a los presentes.

- Mi señor Argos - dice inclinándose ante su emperador antes de hablar, para luego hacer una inclinación menor ante el rey- Rey de estas tierras. - parece pensar un instante antes de proseguir- Como dije hubiera sido mejor que me encargase de interrogar a los prisioneros kadvuríes. Conozco su cultura y sus costumbres. En cuanto a lo que comentan... Bien, les aseguro que los que yo conocí no eran desde luego muertos vivientes. Y no eran parcialmente de madera, eso seguro. Me inclino a pensar que lo que comenta Gimshrek o algo ha cambiado mucho desde la última vez o es un error de apreciación. O tal vez hayan usado algún tipo de magia. En cuanto a las lanzas estas forman parte de los mitos de su pueblo, nunca se separan de ellas y se supone que en las mismas se guarda el alma del kadvuríe, aunque reconozco que nunca les había visto enterrarse en la tierra. Sus leyendas sobre las lanzas hablan de que sus dioses viven junto a las almas en el interior de las lanzas de los guerreros, y que eso les ayuda a vencer a sus enemigos

Ashanne sigue sentada en la gran mesa, escucha atentamente a los presentes, hacia poco que había salido de su tranquilo hogar y no llegaba a comprender lo que decían, tantos nombres, lugares aun desconocidos para ella.

No sabía muy bien como presentarse y si simplemente la aceptarían, durante unos minutos bajo la mirada intentando coger fuerzas necesarias para hablar, no estaba acostumbrada a hablar en público y aun más con gente que no conocía.

Se levanta con ambas manos apoyadas en la mesa-Bueno…-hace una pequeña pausa- yo me llamo Ashanne…-agrega con un hilo de voz y levantando al final la vista- …no se muy bien de que habláis, desconozco todo lo que no tenga que ver con mi bosque… pero…podéis contar con mi arco...-sin agregar mas información se vuelve a sentar, mirando de reojo la reacción de los demás presentes.

El enorme dragonut, finiquitador de Gornamus, el malvado mago, se pone en pie y sus escamas parecen muy tensas.

Aquí hablando no ayudamos. Lord Devirius ha partido hacia Karenthia, mientras las Nolsanias están siendo arrasadas, debemos ponernos en marcha de alguna manera. - Hizo una pausa para tranquilizarse. - Esos salvajes buscaban algo aquí. El cetro según dijo Poral. ¿Por qué lo buscaban? Hay que averiguar eso.

Finalmente se giró hacia Drerick en concreto.

Eres el rey de Górnoran y los dragonuts te debemos pleitesía por mandato de Devirius, pero si no actúas rápidamente lo haremos por nuestra cuenta. Nolasia está muy cerca de Sitti y no permitiré que sea atacada. Además temo que Rooj hjaya corrido una suerte peor que Prwnk, pues también había salvajes por allí.

Soy paciente pero hasta un límite... Con todo lo que está ocurriendo y el rey no me permite comunicarme con mis antepasados para conocer lo que hay que hacer...

Creo que con todo este lio no estamos consiguiendo demasiado, necesitamos ponernos en acción y para ello podría ser de utilizad convocar a mis ancestros. Creo que saben algo sobre el tema y creo que podrían ayudarnos...

Anciano, vaya un lugar apartadao y vaya comunicandose con lo que quiera que quiera comunicarse. - Le dijo el rey con aire despectivo, que daba la impresión que era para quitñarselo de encima.

Yarr cansado de esperar y un poco resentido, intentó ocultarlo y se marchó lejos del salón del trono a una apartada habitación con algún sistema de cierre...

Bien por fin algún un momento de tranquilidad y relax...

Comencemos la ceremonia.

Rufnus observa la extraña escena con la espalda apoyada en la pared y los brazos en cruz.

Desde su posición al fondo de la sala, junto a la puerta, puede ver como todos van soltando sus discursos sin que, en apariencia, el rey tome una decisión respecto de qué es lo que ha de hacerse.

...goblins... un suspiro de impaciencia escapa de su interior.

Drerick hacia un extraño ruido por su boca y sus pliegues que simulaban ser labios vibraban a cada ruido acompasado con un suspiro.

De repente, parpadeo y sorprendido miro al resto de los presentes, luego al techo y finalmente a la mesa.
-Es cierto que las palabras no ayudan en un momento como este.-Dijo dejando el cetro encima de la mesa, este parecia brillar debilmente.-Pero hay mucho trabajo que hacer, si hay tanto que hacer...-Repitio intentando ganar tiempo para buscar una respuesta.-Bien, esta claro que debemos buscar respuestas pero tambien defender nuestras tierras, esos barbajos me tienen harto, no solo profaman mi tierra sino que usan a sus muertos contra nosotros, son mas sucios... sucios...-Miro de reojo a Tuldar.-Que cualquiera raza que haya conocido.

Apoyo su espalda en su trono dejando el cetro encima de la mesa, olvidandolo en aparencia.
-Bien alertaremos a todas las ciudades como ya dicte en un primer momento, estamos en guerra eso no me cabe duda, en guerra contra alguien del que sabemos muy poco asi pues debemos ir a buscar respuestas. Y reforzar las defensas, dar caza y muerte a todo Kavburi que aparezca por joven a anciano que sea. No permitire mas ataques sorpresas Y esperemos que les responde al almas de los atormentados al brujo.-Parece que obvio las palabras de Zalkar y la falta de respeto que mostro la elfa Ashanne, aunque que se podia esperar de un abraza-arboles orejudo.

-Argo, Rey Lunar.-Se dirigio a su aliado humano.-Espero que complais vuestra palabra, no dudo de ella, pero aun estoy esperando vuestra opinion en todo esto y si vuestro soldado dice saber tanto de ellos, que vaya junto con el enano que insinúa son de madera, a los calabozos a interrogarlos, Gustrick no andara muy lejos tambien me gustaria que estuviera presente puede que aprenda algo nuevo.-Dijo mirandolo siempre a los ojos, mientras los suyos acuosos se movian como si de charcos golpeados por piedras se trataran.

Drerick a pesar de a ver dejado clara sus intencaciones aun no habia disuelto la mesa deseaba escuchar los que Talgor tenia que decir al respecto, le molestaba admitirlo pero el podia saber mas como actuar en estos casos despues de todo el lidero un alzamiento contra su hermana o al menos el verde rey asi lo recordaba.

El enano esperó atentamente las palabras del monarca, convencido de que esta vez no sería obviado, pero se equivocó, tras la exposición de Dedrick no hubo mención a su propuesta lo que le puso iracundio. El corazón comenzó a latir apresuradamete, los puños se cerraron fuertemente, un sudor frío recorria su frente y su temperatura corporal comenzaba a elevarse como si fuese a estallar como un volcán. Maldito necio, estamos en manos de un necio, yo no aguanto más tengo que salvar a mi pueblo....

El enano se levantó de la silla, aunque todos los presentes pensaban que aún permanecía sentado, y dio un fuerte golpe con sus puños en la mesa...

¡YA ESTÁ BIEN! No venido hasta aquí para escuchar sermones ni penurias ajenas. Está claro que mi pueblo no puede esperar otra ayuda de este monarca que la misma que le prestó a Servyl... Os he dado una solución al problema y la habéis obviado por completo, no perderé más tiempo aquí iré yo sólo en busca del secreto de Servyl, si alguien quiere acompañarme que lo haga sino pueden seguir aquí discutiendo sobre todo lo divino y lo infinito mientras los Neths y los Kadvuries se apoderan de todas sus queridas tierras..

El enano tiró la silla en la que estaba sentado y salió con aire malhumorado hacia la puerta de la estancia.

Con paciencia escucho la información que transmite cada uno de los presentes en la sala, tratando de recordar todos los detalles que estos mencionan, por si pudieran resultarme útiles en un futuro. Cada uno de ellos expone diversas suposiciones sobre los motivos de los ataques, y las armas con las que contamos para repelerlos. El mal cariz que toman las batallas con los salvajes me hacen temer lo peor por mi hermana, pero no muestro ningún signo aparente de preocupación, sino más bien de impaciencia, por no haberse pedido aún mi opinión. Cuando finalmente el goblin la reclama, la súbita reacción de Oklayu me sobresalta.

-¡Un segundo enano!- Mi mano se extiende hacia él, reforzando mi petición de que no abandone tan precipitadamente la sala -Tras haber escuchado todo lo que se ha dicho en la sala, estoy plenamente convencido de que nuestra mayor baza para detener a los Neths se encuentra junto al cadaver de Sevryl... y deberíamos recuperarla.- Hago una pequeña pausa en la que recobro el aliento -Rey Drerick, poco más puedo añadir sobre el tema. El Imperio Lunar ha tenido siempre relaciones belicosas con los Kadvuries al norte de nuestras fronteras, pero nunca hasta ahora me he visto en la necesidad de combatir a los Neths; por tanto poco puedo ayudar en cuanto a proporcionar información sobre ellos. Sin embargo me gustaría añadir un pequeño dato que sí puede tener cierta importancia con relación a las lanzas que los salvajes enterraban antes de la batalla. Hace unas semanas atracó un barco en Saxfa con una vía de agua. Mientras los soldados de la ciudad ayudaban a repararlo descubrieron lanzas kadvuries en su bodega; una situación realmente extraña pues estos salvajes no se separan nunca de ellas. Esa situación no era lo suficientemente extraña como para retener al barco, por lo que prosiguió su camino hacia el sur. Todo lo sucedido me hace pensar... ¿Habrán encantado los Neths de alguna manera dichas lanzas?

Dejo la pregunta en el aire y me incorporo un poco en mi asiento

-Rey Drerick, el Imperio Lunar responderá como corresponde ante esta situación. Contáis con todo su apoyo para eliminar esta amenaza. Sellesh,- miro directamente al soldado -bajarás a ayudar con el interrogatorio de los prisioneros kadvuries.

Taurnil, que había permanecido callado mucho tiempo, más preocupado por el estado de su ahijado Roy que por lo allí discutido, pareció salir de su letargo. Tomando un largo trago de su odre, del que la mayoría sabían su contenido. Al acabar y relamerse las comisuras de los labios con la lengua, habló.

En cierto modo tuve una buena, aunque breve, relación con Sevryl, durante la campaña del cetro de poder. No estuve presente cuando fue asesinado por el dragón rojo al que Elandeil perseguía. - Se puso en pie, para que todos vieran al enorme elfo. - ¿Okluyas?

Pareció tratar de reafirmarse en el nombre del enano, pero no estaba seguro.

Yo iré contigo en busca de Sevryl al desfiladero de Sparscret. No se que buscamos, espero que tú si lo sepas.

Una vez dicho esto miró a Drerick, mientras se sentaba de nuevo.

Partiré en cuanto me des permiso.

La actitud totalmente fuera de lugar por parte de ese estupido enano, que no tenia paciencia lo sobresalto de su asiento, lo miro con ojos penetrantes, pero entonces fue Argos quien se adelanto a el. El monarca Goblin escucho sus palabras y se relamio mentalmente los dientes al escucharle. Finalmente Taurnil dijo lo que el tambien pensaba.
-Enano.-No recordaba su nombre ni le importaba, alguien que le faltaba el respeto no merecia favoritismos.-Al igual que todos los presentes he escuchado vuestras palabras, pero debéis saber que vuestro reino no es el unico amenazado, las Nolsanias han sido casi arrasadas, mi Reino atacado y las hordas se mueven hacia las costas si es que ya no estan alli. No sois los unicos que sienten el peligro, pero gritando no se soluciona nada, una cosa tengo clara.-Se callo derrepente mirando al techo, en algun momento creia olvidar algo.-Parece que el mal principal se extiende en busca de objetos como el cetro y si la respuesta la tiene el cadaver de vuestra...vuestro camarada, entonces es el primer paso a dar. Pero esto es un reino y antes de caminar a ciegas se a de preparar todo antes de la marcha.-Con esas ultimas palabras dejaba claro a todo aquel que le conociera que el tambien tenia esa oscura curiosidad de su linaje y se uniría a la partida.

¡A si! recordo entonces las palabras mas interesantes de Argo.-Si asi es el caso, tambien deberemos de vigilar el comercio anto por tierra como por mar, mmm... las maneras preventivas seran dificiles de suplir...-Penso ante el tema de las lanzas.

Asiento a las palabras de mi emperador, me levanto y espero a que me dirijan hasta los calabozos para interrogar a los presos kadvuries