Partida Rol por web

Lo mejor de los fines de semana era, entre cosas, poder quitarse el uniforme de tu escuela privada. Esa tarde, habías quedado con unas amigas para ir a uno de esos centros comerciales que tanto te gustaba visitar, repletos de tiendas caras y muchos chicos guapos siempre dispuestos a hacer lo que una guapa y rica señorita como tú quisiera.

La única pega que tenía el plan era que Yin tendría que esperarte en el coche, ya que no habías conseguido que la dejaran entrar en él ni en un intento de sobornar al guardia.

La cafetería más " chic " de todo el centro comercial os servía a tus amigas y a ti de base de operaciones, ya que siempre quedabáis en el mismo sitio, en la misma mesa y a la misma hora. Hoy, dado que por un problema con el servicio de cocina de tu casa habíais comido algo antes de la hora habitual, lo que había conllevado a un enfado monumental de tu madre con los criados, apareciste antes de tiempo en la cafetería, llegando así la primera del grupo. Casi no había nadie todavía y tras pedir uno de esos ricos helados de frambuesa con nata que acostumbrabas a tomar, te quedaste mirando la enorme televisión panorámica que había en una de las paredes.

Estaban echando las noticias y la verdad es que te llamó la atención la que estaban dando en estos momentos. Al parecer, se estaban dando una serie de asesinatos en la ciudad. Ya habían fallecido tres mutantes y la D.C.M. negaba que tuviera algo que ver en el asunto, pero que estaban investigando los asesinatos y encontrarían al responsable. La televisión mostraba una de las imágenes de la casa de una de las tres víctimas y en una de las pareces había dibujado, con lo que decían que era sangre, un círculo con un triángulo en su interior.

Se quita uno de los auriculares por los que estaba escuchando lo último de su grupo pop preferido. Mientras observa la pantalla con atención, no es algo inusual en Nueva York que haya asesinatos, no es algo preocupante, al menos para ella que, vive en la zona mas elitista y segura de la ciudad.

Además, nunca suele salir de allí y cuando lo hace siempre va acompañada. Sin embargo no puede sentir una sensación de inseguridad a su alrededor al verse sola, pausa la musica y sin volver a ponerse el auricular izquierdo, llama a su amiga Cassandra usando el manos libres.

- ¡Cassy! - grita cuando esta le coge el telefono - ¿Donde estaís? Llevo ya un rato esperando... Sabeís que no me gusta dejar a Yin solo en el coche. - le explica jugueteando con la cuchara en la copa de cristal - ¿Vais a tardar mucho? - termina preguntando volviendo a mirar la pantalla de televisión.

Tu amiga no tarda en cogerte el teléfono y responderte, con esa voz animada y despreocupada que la caracterizaba.

- Estamos llegando es que hay un tráfico horrible, pero no te preocupes que en seguida estamos ahí ya.. puedes ir pidiéndonos un par de helados como en un par de minutos!

En ese momento escuchas dos pitidos distintos en tu móvil de última generación. Uno era que hacía cuando estabas hablando y recibías un mensaje, el otro, era que alguien más te estaba llamando mientras estabas hablando.

- Vale, Cass. - sonrie para si misma - Te cuelgo que me llama alguien... - se despide colgando y mirando la llamada en espera, su casa...

Mira al techo del local mientras lanza un suspiro, seguramente sea su madre que, ha visto la noticia en la televisión y quiere asegurarse de que está bien... Aparte de pedirle que vuelva a casa de inmediato. Pulsa la tecla de llamada y antes de colocarse el telefono en la oreja, se aparta el pelo con un gesto de la cabeza estiloso

- ¿Si? - pregunta esperando escuchar la voz de su madre, sin dejar de juguetear con la cucharilla en la copa de helado que mantiene a medias mientras espera a sus amigas.

- Cariño?! - Casi das un bote en tu silla cuando no es a tu madre a quien escuchas, sino a tu padre. - No quiero que te preocupes, y sé que habías quedado con tus amigas, pero necesito que vuelvas urgentemente a casa. No tardes, te quiero.

Tu padre colgó en seguida el teléfono, antes de que te diera tiempo a responder para que no pudieras protestarle, aunque la verdad es que tu padre nunca te había llamado si no sucedía algo importante de verdad.

En la cafetería todo seguía tranquilo, ahora en la televisión habían puesto uno de esos canales en los que están echando videoclips de música durante 24 horas al día y tus amigas aún no habían llegado.

Mirando el telefono aun sorprendida, empieza a teclear un mensaje de texto de forma casi intuitiva, sin mirar las teclas, una de las ventajas de ser adolescente y haber crecido entre tecnología.

"Mi padre me ha llamado, tengo que irme. Lo siento. Abby."

Mientras observa que el mensaje se envia a su amiga Cassandra, deja un billete de 10$ sobre la mesa, pisado por la copa de helado en una de sus esquinas y se marcha camino del coche.

Era raro que su padre la llamase para que fuese a casa, que diablos, era muy raro que su padre estuviese en casa a esa hora... Casi de manera inconsciente su paso se acelera cuando llega al ascensor de acceso al garaje, siempre le ponía algo nerviosa el caminar por un garaje oscuro sola, escuchando de vez en cuando frenazos y derrapes lejanos.

A lo lejos se vé su coche, con la capota metálica puesta y, Yin sentado en el asiento del copiloto, mirando hacia ella con sus orejas en alto; la pequeña rendija de la ventanilla que estaba abierta para hacerle el encierro más ameno no le permite sacar el morro. Sonríe al ver a su precioso animal de compañia mientras camina hacia él. Examina el telefono de nuevo, pués también tenía un mensaje por leer.

A esas horas había bastante gente por el parking, así que apesar de tu premura por el llegar al coche, no hay nada que llame excesivamente tu atención. En cuanto te ve, Yin se desplaza del asiento trasero al asiento del copiloto, contento de verte, aunque sabe que en cuanto te montes se entrá que volver a atrás ya que es demasiado grande y te molesta para conducir. Por muy quieto que quiera estarse, las curvas son las curvas.

Le has unas caratonñas y luego echas un vistazo a tu móvil. El mensaje está enviado por un " número privado " asíque no tienes ni idea de quién te lo ha podido enviar. Al abrirlo, se te congela hasta la sangre. Es una foto, tan sólo una foto sin texto alguno, pero el dibujo.. Ese dibujo es el que acabas de ver en las noticias, el símbolo que salía en la televisión, que había sido dibujado en las paredes de las personas asesinadas.

Cierra el mensaje desconcertada y se pone a los mandos del coche, arrancando y dedicando una sonrisa a Yin, empieza a salir del aparcamiento. Al parecer alguien había decidido gastarle una broma, una broma muy pesada...

Ya conducia por las calles de Nueva York con destino a su casa, que en realidad estaba a pocas manzanas de distancia, cuando recuerda que no ha encendido su reproductor de MP5 que, enciende de inmediato. Empezando a sonar una de sus canciones preferidas.

Medita sobre el mensaje, la foto, el dibujo del asesino. Debería investigar una vez llegue a su casa, internet era una de las mayores maravillas inventadas por el hombre, pero antes, tenía que llegar.

Parecía que esa tarde todos los semáforos de la ciudad se habían puesto en tu contra, tardando casi el doble de lo habitual en llegar hasta tu casa.

Según giraste la curva para entrar a tu calle,  ya sabías que algo había pasado. Muchas personas se congregaban frente a tu casa. Te fuiste acercando y viste que había coches de policía, periodistas.. y esos típicos cotillas que aparecen siempre y nadie sabe de donde salen.

Cuando conseguiste a bocinazos que la gente se apartara para poder pasar, uno de los policías te da el alto y te dice: - Señorita, es usted de la familia? Si no me temo que no puede acceder al recinto en estos momentos. Estamos en mitad de una investigación policial.

- Por supuesto que soy de la familia... - sentencia algo molesta - ¿Que demonios ha pasado? - pregunta frunciendo el ceño y señalando la casa - ¿Donde están mis padres? - vuelve a preguntar saliendo del coche, sin molestarse en aparcar.

Deja la puerta abierta hasta que Yin sale tras ella, despues la cierra y espera a que el agente de policía le diga algo.

- Ah perdón! - Se disculpa el guardia. - Debes de ser Abigail. Puedes pasar y tranquila, todo el mundo está bien.

Cuando te permiten pasar por lo que es la verja de tu jardín, puedes ver como frente a tu casa hay un par de coches patrulla, aunque tuviste que recuperar el aliento cuando vistes, que aquel símbolo había sido dibujado bajo la ventana de tu habitación.

Yin soltó un pequeño gruñito, diciéndote que no había de qué preocuparse en esos momentos, ya que pudo percibir tu malestar.

- Lo sé, cachorro... Lo sé. - sonrie al lobo negro acariciando su cabeza mientras caminan - Pero no es precisamente agradable. - continua diciendo entre dientes mientras llega hasta la escalinata que sube casi a la carrera - ¿¡Papá!? - grita nada más entrar para saber en que dirección esta su padre; aunque supone que estan cerca de su dormitorio.

Efectivamente, cuando llegas a las escaleras que llegan a tu habitación, puedes ver en ellas a tus padres, los que casi salen corriendo a abrazarte en cuanto te ven.

- ¿ Estás bien hija ? ¿ Alguien ha intentado hacerte algo? - Te preguntan mientras te achuchan una y otra vez.

Hay un par de policías allí, aunque ninguno tiene pintas de inspector. Te miranpero no dicen nada, creyendo que es mejor daros unos intantes de " momento familiar ".

Tu madre tiene los ojos comosi hubiera estado llorando y tu padre, sonríe como si verte fuera la mayor de las alegrías que le podrían dar.

Niega con la cabeza al tiempo que les devuelve los abrazos y después intenta separarse de ellos - No, pero me ha llegado un mensaje con ese mismo dibujo. - les dice, refiriendose al que hay en el exterior - ¿Quereis verlo? - pregunta sacando el telefono - Pensé que alguien de mi clase me gastaba una broma... - suspira extendiendo la mano con el movil hacia su padre - De todas maneras, tengo a Yin para que me defienda. - termina por decir intentando quitarle hierro al asunto para que su madre se calme.

Justo cuando la pequeña Abigail ( ver descripción en su ficha) estaba a punto de enseñarles algo e el móvil a sus pares, que parecían verdaderamente preocupados, llegaban a la parte de arriba de las escaleras un hombre y una mujer. La apariencia del hombre era más bien desaliñada ( ver descripción de Icaro ) y la mujer tenía una placa en el cinto que indicaba que era de la D. C. M. y se quitaba las gafas de sol mientras observaba la escena, pareciendo esperar a que fuera su compañero el que se presentara como agente de la ley.

Tras llegar a la mansion, me bajo lentamente del coche, y me enciendo un cigarrillo a la espera de que mi nueva "compañera" empieze a soltar a los cuatro vientos y al resto de los presentes el hecho de que es de la D.C.M., lo guay que es y que todos tienen que obedecerla, pero para mi sorpresa se me queda mirando, a la espera de que sea yo el que hable.

¿Pero que se cree esta tia, que soy su maldito perrito faldero? Si no supiera que si me volvia el capitan me iba a tirar al Hudson de una patada en el culo, la mandaba a la mierda y me largaba al Michael´s a tomarme un lingotazo. Entro en la casa y comienzo a subir las escaleras joder, me juego el sueldo de un mes a que solo uno de los puñeteros baños de esta mansion es mas grande que mi apartamento hasta llegar al piso superior. Alli me encuentro al que supongo el dueño de la casa, junto a su esposa y a una niña que imagino que sera su hija. Me acerco hasta ellos, saco mi placa de identificacion y me dirijo al cabeza de familia.

Inspector Icaro Draven policia de Nueva York. Estoy aqui para investigar los restos encontrados bajo la ventana de la habitacion de su hija menor, Abigail. ¿Quien encontro las marcas? ¿Alguna idea de quien puede ser la victima? ¿Nadie noto ningun ruido extraño o vio nada antes de que se encontraran los restos? suelto todas las preguntas en rapida sucesion, con la intencion de acabar esto la antes posible joder, el capitan sabe que odio tratar con las personas implicadas en el caso, lo mio es perseguir criminales por las calles, ¿no podia haber escogido a otro? Fijo que el lameculos de Andrew hubiera estado encantado de venir.

Parpadea ante tal batería de preguntas con incredulidad - ¿Que quien es la victima? - pregunta volviendo a parpadear - Supongo que yo... - sentencia señalandose - Puesto que soy la hija menor, Abigail. - sonrie al lado de su padre mientras juguetea con el telefono en la mano - Hace como una hora, recibí este mensaje... - explica mostrando el telefono al agente de policía - Apenas unos segundos antes de recibir una llamada de mi padre, pidiendome que viniese a casa. - termina acariciando tras la oreja derecha de Yin.

Esperaba ver la reacción del lobo, tenía ese instinto animal que le indicaba si ese hombre sería de fiar o no. Por el momento, se dejaba acariciar con los ojos entrecerrados, mientras olfateaba el ambiente.

Seguro niñita, seguro le respondo a la cria mientras le pongo la mano en la cabeza y le revuelvo el pelo. Estos niños pijos, siempre queriendo ser el centro de atencion, creyendose estar por encima del resto. Me sacan de quicio, a ver si acabamos rapido con esto, que hoy me estoy juntando con lo que menos soporto en el mundo, niñatos de la D.C.M. y pijos adinerados.

¿No ves que estoy intentando hablar con tu papa? Anda, ve a jugar con tu perro o a hablar con tus amiguitas por el movil, y deja que los adultos arreglen sus problemas.

- Disculpe... - sentencia apartando la mano del hombre que claramente iba a osar tocarle el pelo - Pero no tengo diez años... Y la mutante soy yo. - espeta con una media sonrisa - Así que me concierne y mucho. - inquiere soltando la mano del hombre y arreglandose un mechón que este llegó a despeinar - Usted hable con mi padre, que yo me quedaré aquí observando que haga bien su trabajo, que es protegerme. - termina ladeando la cabeza y sonriendo mas ampliamente esta vez, como si se jactase de ello.

En ese momento el padre de la muchacha, que había permanecido mirando como la niña le ponía las cosas claras al policía, decidió que ya era hora de meterse en la conversación:

- Perdonen. Soy el dueño de la casa y padre de Abigail, mi nombre es Kaito. - Dijo presentándose tan sólo con su nombre, al estilo americano, antes de tenderle la mano a Icaro y luego a la mujer que tan silenciosamente le acompañaba. - No sabemos cómo han podido hacer ese dibujo bajo la ventana de nuestra hija sin ser detectados ni por nuestra seguridad ni por nuestros sistemas de vigilancia. Además, que hemos visto lo ocurrido a otros mutantes en lugares con ese símbolo y tenemos por la seguridad de nuestra pequeña.

En ese momento, tanto Icaro como Abigail cayeron al suelo de rodillas agarrándose la cabeza ya que un fuerte dolor de cabeza les hizo pensar que les iba a estallar. Comenzaron a escuchar susurros, no entendían el idioma, pero sentían su dolor, su miedo, su angustia..todo era sufrimiento. El dolor de cabeza iba en aumento, haciéndoos gritar de dolor y retorciéndoos en el suelo, mientras un hilillo de sangre brotaba de vuestra nariz. Por suerte, en unos segundos, demasiado largos para vosotros, el dolor cesó tan de repente como había comenzado.