Partida Rol por web

Merrid la verdad es que cada vez entendía menos de lo que el resto hablaba. La verdad es que tantoas años realizando el trabajo que hacía le había alejado de la genta, solo tenoendo trato con locos o algo peor. No obstante, tenía algo que decir acerca de esta situación:

- Mi nombre es Merrid, Lancaster Merrid. Soy sacerdote y por lo visto todos estamos en esta situación por las marcas que llevamos en las manos... y porque somos mutantes. Lo importante es saber que tipo de marca es.

Entonces comienza a buscar la forma de sacarse el vendaje.

Martina levantó una ceja al escuchar a ese hombre llamado Merrin. Cerró su libro, se colocó en pié y se encaminó hacia él.

Era lógico. Aquel atuendo con el que andaban todos vestidos había escondido la evidéncia. De bién seguro aquel sacerdote luciría una sotana de no encontrarse en este lugar.

-Dios le guarde, padre Merrin...- Le saluda humildemente. -Soy la hermana Martina.- Y plegando sus blancas alas se alegró de haber encontrado a un guía entre todo aquel caos. -Rezo para que salgamos todos indemnes, padre. Con su consentimiento...- Dijo con acción reverencial. 

La situación comenzaba a ponderse insoportable ahí dentro. El desconocimiento, la ansiedad de saber qué era lo que estaba sucediendo y el por qué estabáis ahí dentro, el por qué de las marcas, os estaba haciendo desesperar ya y el humor de todos se venía abajo. Los únicos que permanecían totalmente tranquilos y agenos a las discusiones eran el padre Merrin y Martina, a quienes se les veía con aire calmado.

La puerta volvió a abrirse y en la sala entraron dos hombres y una mujer con esta aparciencia:

La puerta se cierra en cuanto acceden al comedor. La mujer, Icaro la reconoce sin problemas, ya que había sido asignada como su compañera hace unas horas.. o e ltiempo que hubiera pasado ya, y al chico con pinta de idiota, Alex también lo había visto, era el que le estaba pidiendo permiso para acceder a sus recuerdos en el motel..

Los tres entraron mirándoos con curiosidad. El hombre oriental, se sentó en lo alto de una mesa, mirando hacia vosotros, mientras que las otras dos personas se quedaban detrás de él y de pie, aunqu también mirándoos.

Tras unos segundos observándoos sin ninguna expresión el hombre comienza a hablar, incluso sonríe al hacerlo, de forma agradable:

- Buenos días y perdonad la espera. Estábamos recopilando la mayor información posible para tratar de explicaros lo que está sucediendo. - Hizo una pausa para luego continuar hablando. - Lo primero de lo que he de informaros es de que a pesar de lo de vuestras manos, todos gozáis de una salud excelente, no habéis sufrido ningún daño más.

Ahora mismo, os encontráis en instalaciones de la D.C.M., en una ciudadela aérea, situada cerca de las costas de Estados Unidos, sólo que espacio aéreo considerado ya internacional. Mi nombre es Mark Lee y soy el inspector en jefe del departamento en América del Norte. Ella - dice señalandoa la mujer - es la agente Kate Donovan y él - señala al hombre de gafas con cara de tonto - es uno de nuestros cerebritos, Albert Jones.

Como os habréis dado cuenta, dentro de las instalaciones no pueden hacer uso de sus habilidades, pero está hecho por meros motivos de seguridad.

Ahora supongo que querréis saber prqué se os ha traído a todos a estas instalaciones, así que no voy a andarme por las ramas. En todos los lugares donde ha aparecido ese símbolo que lleváis tatuado, ha fallecido algún mutante, y vosotros, por alguna extraña razón, no. Por vuestra seguridad, hemos creído más oportunido que estuvierais aquí, ya que quien quiera que esté matando a los mutantes podría teneros en su lista negra y volver aterminar lo que empezó, en mucho de vuestros casos, aunque sé que no ha sido el de todos.

Gracias a lo sucedido en El Vaticano, debido al suceso del padre Lancaster, hemos descubierto loque está sucediendo, al menos, sabemos por donde tenemos que empzar a actuar y vamos a necesitar la colaboración de todos vosotros, aunque no encontramos por qué habéis sido " elegidos" para ello ya que no es que tengáis nada en común. Esta vez parece que nose trata de salvar al mundo, sino de evitar que todos los que poseemos el gen X no desaparezcamos de la faz de La Tierra.

Antes de continuar dando información, si hay alguien al que no le interese y prefiera volver a su casa que me lo diga ya, porque una vez desvele lo que sabemos formareis parte de la D.C.M. al menos, hasta que este asunto se solucione.

El silencio se hizo en la sala, mientras el agente pasaba la mirada por todosy cada uno de vosotros en el más absoluto silencio.

Detalles que has podido apreciar de la gente: Alex parece ser hiperactiva o algo así, no para quieta y la muchacha, Abigail, la que consideras una mimada, quizás no sea tan poco inteligente como pensabas en un principio, ya que por su expresión, podría hasta que fuera más inteligente que túaunque no quisieras reconocerlo.

Un detalle que no has podido pasar por alto, es que Ian, el joven rubio, tiene formaciónmilitar, sólo tienes que ver la forma de moverse que tiene.

La aparicion de aquellos tres personajes no sorprendió a Martina. Tarde o temprano les tendrían que comunicar que querian de ellos.
-Quizá antes sería conveniente saber cómo nos han traido hasta aqui...- Empezó Martina con tono serio. -Despojar a una persona de sus seres queridos y sus pertenencias no es un acto muy decente...- Entonces la mujer alada yzo una pequeña pausa. Tras la cual prosiguió.
-¿Donde esta Esther?- Preguntó con un semblante muy serio. Algo inédito en aquella mujer.

Le miro de arriba abajo y carraspeo para que me preste atención.
Bueno, deberías de dejar esa palabrería para gente estúpida. Ya se que tenemos problemas, es algo obvio y no tenias por que decirlo, supongo que todos en esta sala pueden apreciar algo tan simple. Ahora bien, vamos a trabajar para ti, en caso hipotético de que aceptemos, que vamos a ganar con ello. Personalmente me interesan vuestros archivos de investigaciones y manipulación cibernética. Vosotros vais a ganar a alguien con unos poderes muy valiosos, no creo que haya muchos como yo aquí – Mira a los presentes con una mirada de superioridad - SI hay alguno, bueno digamos que los que son como yo somos pocos y tenéis una ganga. Pero resumiendo si voy a hacer algo por vosotros y supongo que es algo de riesgo, quiero un puesto de jefe de laboratorio y además acceso de máximo nivel a las investigaciones, si te parece bien o quieres proponer otra cosa que puede que me interese, dímela. SI vas a pensar que voy a hacer esto por amor al arte, creo que cogeré el siguiente avión.
Al decir esto te mira pacientemente, sin mostrar ninguna emoción más que una leve sonrisa. Por la que supone que te pone en un compromiso.
Quizás tengas aquí gente que le guste defender la ley o gente que le guste creer en Dios, ambas cosas absurdamente vánales. Yo no hago nada sin que me beneficie y arriesgar mi pellejo gratis, que lo hagan estos chiquillos. Si te interesa mi oferta, y supongo que te habrás informado de mi historial. Yo estaría encantado e ayudarte, si me vas a pedir que trabaje como un negro, arriesgando mi vida y gratis. Puedes ir olvidándote.
Su sonrisa se amplia y mira fijamente a Mark.

Dejo mi discusión con el agente de policia cuando aparecen los tres individuos escuchando lo que dicen auqnue no me puedo creer lo que oigo, dicen que no son los responsables pero no se si creermelo.

Así que solo tenemos dos opciones o trabajar para vosotros o servir de cebo para lo que sea que quiera vernos muertos... Obviamente no me gusta ninguna de las dos opciones ¿Si decidimos trabajar para vosotros deberiamos seguir trabajando una vez acabe este asunto?

Parece que otros tambien tienen dudas y sin dudas los tres individuos se veran abordados por un sinfin de preguntas antes de tener una respuesta de cada uno de nosotros pero no puedo evitar oir la prepotencia del individuo de gafas pensando por que pocos se venden algunos.

Alex observa al tipo de las gafas... y luego presta atención a los otros dos, se lleva las manos tras la nuca. Y finalmente se encoge de hombros y suspira. Ahora sí, se acerca a la mesa y coge un sándwich.

¡Yo me apunto!

Ni preguntas, ni exigir explicaciones, sus motivos tendría para aceptar tan tranquila formar parte de la D.C.M., no obstante, estaba muy claro a quien de aquellos tipos estaba empezando a coger tirria... quien sabe, quizás una vez fuera de allí jugara un ratito con ellas.

¿Un laberinto? - una divertida sonrisa apareció en su rostro.  

Me quedo pensativo ante la oferta del chino recien llegado, ¿Mark dijo que se llamaba?, daba igual, lo que habia dicho, que estaban muriendo todos los que eran como el...con el gen... hizo que le recorriera un escalofrio por la espalda tensando todos los musculos. Queria recuperar su vida normal, pero no queria terminar como aquel tipo del baño...ademas seguramente estaria mas seguro rodeado de esta gente, de los "suyos". Miro a Rosen antes de contestar esperando su aprovacion o negacion, pero finalmente me adelanto.

- Yo tambien me apunto... - Digo con voz entrecortada y en un tono bajo que no se si nisiquiera ha llegado a escuchar Mark.

Vuelvo a cerrar los ojos, sopesando mis posibilidades. Si no me uno a ellos quizá esa cosa que mata a los mutantes venga a por mí... Me miro el vendaje, algo angustiado. "No podría seguir con mis estudios... Pero el D.C.M. tiene recursos, quizá podrían ayudarme." Le echo un vistazo a Josh, inseguro. Él se me adelanta y acepta. Él ya ha decidido, pero yo no lo tengo tan claro.

Miro a todos los presentes, mi mirada se detiene en Mark. El oriental. "Entonces aquí dentro no funcionan nuestros poderes. Ojalá pudiera leerle la mente para enterarme completamente de todo. No creo que esté siendo enteramente sincero con nosotros. Pero vaya, no hay otra solución. Es esto o arriesgarme a ser atacado por lo que sea que anda suelto por ahí." Chasqueo la lengua, molesto. Parece qiue los problemas quieran seguirme a todas partes. Pero bueno, prefiero resignarme a dejarme morir. -Lo mismo digo. Pero opino más o menos lo mismo que el tipo de las gafas.- Miro a Gabriel. "Aunque sin tanta vanidad..."

Tras haber estado un poco al margen mientras la gran mayoría de los allí presentes discutían, sin entender muy bien los motivos de sus discusiones, me acerqué a picar algo en el buffet. Después de conseguir tragar algo sin que mi estómago lo rechazara debido a los nervios que me atenazaban volví junto a la jovencita asiática y su lobo y comencé a acariciar al animal. Bueno, yo no tenía empatía con el reino animal así como mi hermana pero era un poder que entendía a la perfección y sabía que no me haría daño, al menos no había dicho ni hecho nada malo a su dueña como para tener problemas con el licántropo.

Entraron el el cuarto 2 hombres y una mujer, completos desconocidos para mí.
Uno de los hombres, de aspecto asiático, nos explicó lo que había. Habíamos sido elegidos, todos los que estábamos allí, y eso seguramente solo quería decir que irían a por nosotros tarde o temprano, eso ya lo había deducido yo solita.
Escuché como algunos de los que allí estaban con sus manos vendadas aceptaron el trabajo sin dudarlo, otro que tenía pinta de cerebrito como bien le habían llamado un poco antes, declaró que quería un sinfín de cosas a cambio de trabajar para la D.C.M. Menuda prepotencia, pensé.
Pero mi duda era... ¿esperar al asesino o asesinos yo sola o enfrentarme a ellos con algunas personas más, o algunos mutantes más? Sinceramente, mi respuesta fue clara y concisa:

- Vivir juntos o morir solos... Yo creo que prefiero unirme a esperar día a día sin saber si alguien vendrá a por mí. Dije sin levantar mi rodilla izquierda del suelo y alzando solamente la mirada para responder al tipo llamado Mark y observar de refilón al resto de mutantes.

- Puede ser divertido. - sentencia con una media sonrisa observando a la joven pelirroja que acaricia a Yin.

Aunque realmente no tenia claro si era lo que debía o no hacer, sus padres, eran muy reticentes a que emplease sus poderes mutantes en cualquier caso.

- De todos modos, soy menor de edad... - suspira encogiendose de hombros - ¿Supondrá algún problema? - pregunta volviendo a sonreir - Y, ¿podría hablar con mis padres? - termina volviendo a preguntar dando un trago de su botellin de agua.

Lo sabía, estos perplejos están intentando algo detrás de todo esto. Igualmente no puedo arriesgarme, ellos saben mi historial y sin duda si alguna vez serví a causas de guerra, no tengo alternativa más que aceptar.

Miré desde donde estaba, levantando mi mano tranquilamente.

Si han leido nuestros expedientes, supondrán que debo aceptar forzosamente la propuesta. Aunque... - Miro avaricioso - Si sabe lo que cada uno sabe hacer, prefiero encargarme yo mismo de la sala de investigaciones y si no es mucha molestia, preferiria trabajar con tu compañero, lo necesitaria, supongo que en eso no habrá problemas ya que conocen tal potencial ¿verdad?.

Merrid ni siquiera alcanza acontestar al saludo de la hermana martiuna cuando se abre la puerta y aparecen esos agentes de la D.C.M.. No obstante, al oirlos hablar del incidente del Vaticano su mente volvio a repemorar lo pasado. Esos libros lo habñian traido ahí y, si esos agentes estaban dispuestos a dilucidar el misterio, el trabajaría con ellos.

- Sopongo que ya sabe quien soy, agente Lee. Soy Merrid, y si están pensando investigar los socesos tal cual como me lo ha encargado la iglesia, estoy dispuesto a colaborar con ustedes.

Me encontraba otra vez absorto en mis pensamiento, cuando entraron dos hombres y una mujer que al parecer pertenecían a la D.C.M. y nos traían algunas respuestas, pero lo que nos contaron no fue gran cosa, y si queríamos escuchar el resto debíamos aceptar trabajar con D.C.M.

“Padre tu me enseñaste a hacer siempre lo correcto, incluso cuando ya no estabas cambie mi anterior vida, por una vida tranquila llevando un taxi y cuidando de madre, se que lo correcto es ayudar, si en verdad puedo hacer algo, pero ¿quien cuidara de madre si me pasa algo? Apenas han pasado unos años desde que te fuiste, no creo que soportara perdernos a los dos” - pensaba mientras las otras personas de esta estancia hablaban aceptando, pidiendo explicaciones o exigiendo cosas.

Suspire y dije- yo estoy dispuesto a ayudar, se lo que he visto, pero no es tan fácil, mi taxi es lo que paga las facturas en casa, no tenemos otra fuente de ingresos, pero eso es lo de menos, lo mas importante es que mi padre murió hace pocos años y no puedo dejar sola a mi madre, su salud podría no aguantarlo.

Escucho las palabras del tal Mark mientras lanzo una mirada de odio sin reprimir a la que hasta no hace mucho era mi compañera. Cuando terminan, espero a que el resto de la gente hable, intentando dejar mi respuesta para el final. Cuando parece que nadie mas va a hablar, comienzo a acercarme lentamente hasta nuestro "benefactor".

O si, si decimos que no nos mandaran hasta casita tranquilamente y nos daran una puta chapita de recuerdo. Venga vamos, ¿cual es el siguiente jodido cuento que vas a soltar? ¿El de capecurita, blancanieves y los siete enanitos, la cenicienta? Todos estan aceptando porque saben perfectamente que los que no digan que si acabaran en una maldita mesa de laboratorio.

Tu mismo lo has dicho, todos los que han tenido algo que ver con esta marca han muerto menos nosotros le digo mientras me sigo acercando cada vez mas. Asi que no me creo que nos dejeis marchar asi por las buenas sin saber que cojones esta pasando y porque coño seguimos vivos. Ya me conozco el truquito, si ayudamos salis ganando porque teneis a gente inmune a la mierda esa haciendoos el trabajo sucio sin perder gente, si decimos que no, tambien salis ganando porque nos abris en canal y asi sabeis que coño pasa en nuestros cuerpos.

Ademas yo preferiria que me arrancaran la piel a tiras antes que pertenecer a la D.C.M., pero os voy a ayudar, ¿sabes por que? Por tres razones: la primera, porque le tengo mucho aprecio a la vida, y no quiero acabar disecado en un jodido laboratorio; dos porque saber que la D.C.M. me necesita es mas gozoso que una copa de escoces añejo y un puro cubano; y tres, porque hay por ahi un maldito hijo de perra que se esta cargando mutis sin pestañear y quiero cogerlo, arrancarle las pelotas y hacerselas comer, ¿entendido? termino de hablar, estando ya a escasos centimetros del tipo y mirandole directamente a la cara, tan cerca que estoy seguro de que alguno de los pequeños felipos* que se me han escapado mientras hablaba han acabado en su cara.

El hombre se limita a tener la misma apariencia agradable mientras escucha vuestras preguntas, dudas, quejas y demás.. tan sólo muentras una una sonrisa ante las palabras de Gabriel e Icaro, pero decide esperar antes de responder, parece gozar de una gran paciencia.

- No teneis que preocuparos por sus familiares y allegados. Ahora mismo, si mis cálculos no fallan y no acostumbran a hacerlo, deben de estar llegando a unas instalaciones de la D.C.M. en Virginia. En cuanto concluyamos con esta reunión podreis hablar con ellos e incluso verles por una especie de videoconferencia. Me aseguraré de que así sea. Digamos, que nos gusta proteger a las personas importantes para los nuestros.

Ahora señor Flattery, creo que te estás equivocando con tus formas. Si estás aquí, es porque tu vida corre peligro y porque mutantes mucho más fuertes que  tú han muerto en esos asesinatos. ¿ De verdad te crees tan inteligente ? Si lo fueras, sabrías como tiene que hablar y dirigirse a la gente que no conoces y que tiene un cargo políticamente importante. Las únicas ventajas con las que va a contar su " inteligente " trasero van a ser las mismas con las que van a contar y cuentan el resto de los agentes de la D.C.M. ni una más ni una menos, incluyendo su mismo salario por realizar su trabajo, que es bastante más de lo que ganas con tus investigaciones, eso sí. Si crees que volviendo a tu casa y a tu trabajo habitual te va a ir mejor, eres libre de hacerlo, pero tendrás que apañártelas solo.

Vuelve a mirar a todos y dice: - Se os proporcionará toda la información que necesiteis, pero ninguno tendrá acceso a las informaciones confidenciales sobre otras investigaciones. Si vosotros estais poniendo a prueba en estos momentos el D.C.M. comprender que el departamento tiene que tener también unas garantías y esas no se demuestras con palabras, sino con actos. Creo que todos me comprendéis.

Tras estas aclaraciones hace un silencio y luego va respondiendo las preguntas de cada uno que aún quedan pendientes.

- Señorita Suarez. Si no terminamos este trabajo, quizás no haya un mañana para los mutantes. Cada día se duplica el número de los que fallecen y ni los más poderosos de los nuestros tienen idea de quien es el que lo está ocasionando. Lógicamente sin mutantes el mundo estaría desprotegido y los humanos no tardarían en caer también, sería el más absoluto caos. Si todo sale bien, después de esto podrás elegir tu camino, como podréis elegirlo todos y cada unod e vosotros.

- Señorita Mitzusaka, tus padres son conscientes de lo que está sucediendo y ya han formado la autorización, falta tu firma dando tu conformidad en el mismo documento. La decisión es tuya.

- Agente Draven: No sé qué te piensas que se hace en el D.C.M. pero esto no es un centro de investigación médico-científica y te aseguro que si tuviéramos que buscar una cobaya buscaríamos una mejor hablada, con más modales.. No sé que tipo de películas ves, pero te aseguro que nadie está interesado ni en experimentar ni es deshacerse de ti. Si lo deseas, puedes volver a tu trabajo que creo que adoras a tu capitán y a patrullar toda la ciudad de Nueva York hasta aburrirte.. - La sonrisa que muestra al final de esta frase es algo sarcástica.

Os deja unos instantes de reflexión para que podáis decidir qué hacer los que no lo hayáis hecho ya. Y luego añade: - Si alguno desea marcharse, la agente Donovan le compañará hasta el vehículo que os llevará de regreso.