Partida Rol por web

Desclavaste los cristales de tu cuerpo de mal humor. Acabar lleno de cortes y tras volar varios metros sin desearlo no era algo que colaborara con tu alegría, bueno, ni con la de nadie.

Te acercaste despacio a los cimientos de la casa que era prácticamente lo que quedaba en ella y por el camino pudiste comprobar como el mastín no tuvo tanta suerte como tú y tenía la cabeza atravesada por una enorme tabla, que con la fuerza se había astillado dentro de su cara. Tuviste que apartar la mirada ya que a pesar de no tener ningún problema ni con la sangre ni con los órganos internos de ningún ser vivo, no pudiste evitar pensar que e vez de la cabeza del perro podría ser la tuya.

Antes de llegar a la casa, pudiste ver como efectivamente lo que colgaba de una de las paredes, parece que de un gancho de metal ( como un perchero ) era un esqueleto. No tenía nada de carne sobre los huesos ahora negros debido a la explosión. Pero eso.. no te cuadraba. La explosión vale, había sido fuerte, pero de deberían de ver trozos de carne quemada sobre el cadáver, por no decir nada del olor que debía haber, pero no había nada..

Estaba perplejo. No era sin duda obra de la explosión, oí casos sobre la combustión instantánea humana. Pero no lo veía probable aun no se había demostrado. Así que examine un poco mas el esqueleto por si veía marcas de algo, o en si algo que no encajara. Luego mire alrededor intentando ver si el asesino había dejado algo que pudiera servirme de pista, no era probable con la explosión pero era la única opción que tenia de saber algo. Sospechaba que este cadáver era de la mujer que iba buscando así que me fije e la cintura para ver si era de hombre o mujer.

No tuviste que detenerte demasiado para saber que sí que se trataba de una mujer y tan sólo unos instantes depués de que te alejaras de aquel esqueleto escuchaste un sonido proveniente del lugar en el que estaba. Te giraste con curiosidad para ver qué era lo que estaba sucediendo y viste como los huesos se habían caído al suelo y alguno se había descolocado del lugar donde debería estar.

Lo siguiente que ocurrió frente a tu vista casi no te lo pudiste ni creer. Los huesos comenzaban a moverse en el suelo, colocándose otra vez en su sitio. La clavícula, que había quedado bastante lejos del resto del cuerpo, se movió como se movería un trozo de metal frente a un imán y con un crugido se acopló a su lugar correspondiente. Poco a poco, el color negro de los huesoscomenzó a desaparecer y empezaron a volverse blancos, el color que tendría un esqueleto al que le han arrancado todo lo que tenía encima.

Curioso hecho, por se acaso atraigo hacia a mi algún objeto de metal para defenderme en caso de necesidad y me quedo quieto esperando a ver lo que pasa. Por se acaso miro a mi alrededor por si puedo ver algo que este haciendo esto o que me vigile. Una explosión asi era rara de por si sola. Olisqueo el aire por si huelo a butano.

Me relaje y espere preparado para lo que fuera.

Lo más cercano de metal que vuela a tu mano es una barra de metal, que no puedes hacerte a la idea de donde ha salido, pero que tiene pintas de haber sido una tubería, quizás de lo que debía ser un calentador, o del agua.. más que nada porque no es demasiado ancha, pero sí tiene pinta de ser bastante contundente.

Sorprendentemente no huele a gas, aunque ahora que te has percatado de que debía oler a algo, percibes un extraño olor, es muy leve, pero no tardas demasiado tiempo en asociarlo con algo. Definitivamente, a lo que huele es a azufre, aunque no es un olor tan fuerte como para preocuparte.

Continuas mirando extrañado al esqueñeto, sobre el que ahora comienzas a salir hileras rojas que se van justando y rápidamente ver cómo se comienzan a formar músculos, tendones.. Lo que antes era el esqueleto comienza a tomar forma delante tuyo, hasta que lo que tienes delante, pasa a ser la doctora Jules, quien parece que respira y está incosciente, totalmente desnuda en el suelo.

Extraño, había oído hablar sobre la inmortalidad, pero esto parecía mas sorprendente de lo que había podido esperar. Por modales me quite mi gabardina gris y se la puse encima a la doctora. No tenia prisa así que encontré algo donde sentarme y me quede a su lado.

Mientras tanto miraba alrededor y vigilaba a la “recién renacida”. Podía ser inmortal pero podía sufrir mucho al ser atravesada por un tubo si se le ocurría hacer algo. Mientras pensaba como es que yo había oído a dos personas y al explotar esto, veía una.

Me volví a fijar en mis heridas, que no eran nada graves y trate de mirar si se infectaban o algo para poder remediarlo de alguna manera, no tenía ganas de sufrir cosas asi cuando arriesgaba mi vida para averiguar que mierda pasaba. Luego me levante y rodee el pequeño perímetro de la casa vigilándolo todo, tal como hacia antes. No me preocupaba demasiado que me vieran, pues siempre podía hacerme invisible. Pero no quería hacerlo para no sorprender y enfadar a la doctora. No tenia tiempo para explicaciones triviales ahora.

Te diste una vuelta alrededor de la casa. Por los alrededores no se escuchaba ni siquiera un pájaro, todo estaba en el más absoluto silencio, que estan en mitad de la " nada " te parecía bastante extraño, ya que normalmente en estos bosque siempre se oye alguna cosa, aunque sea un cuervo.

Camiando, como a dos metros de lo que antes era la parte trasera de la casa, puedes un trozo de pared que ha caído y sobre él hay parte de un cículo dibujado y una ralla. No necesitas nada más para saber lo que había ahi dibujado.

No te habías terminado de dar la vuelta, cuando escuchas el grito de una mujer proveniente de la casa.

Me di la vuelta, ya sabia de quien era el grito así que fue ahí inmediatamente. Pero no corría, fui lentamente para que de lejos se percatara de mi presencia y no tratase de hacerme algo. Con voz suave le hable para que se girara y me viera:

Buenas, nos conocemos en una situación un tanto peculiar. No se asuste, trabajo en la universidad. Vine aquí por un asunto y la encontré… en un estado bastante deplorable. Pero ya veo que ha mejorado bastante.

Me voy acercando a ella y hablándole con la voz suave y monótona para que se le pase el shock que tendrá por haberse renacido o como se llame eso. No sabia que hacer en este momento, y eso me pareció lo mas lógico. Luego trataría de obtener información de ella.

La mujer estaba sentada en el suelo y te miraba pero veías que sus ojos no se posaban en ti a pesar de que estabas en medio. Veías en su cara el terror y el dolor que debía hacer sufrido mientras temblaba como si fuera una niña a la que han hecho dormir con la luz apagada. Un sudor frío resbalaba por su sien..

Ante tus palabras pareció volver a reaccionar y  levantó la vista para mirarte, cambiando su expresión por una de sorpresa y se puso en pie rápidamente y te abrazó, buscando el consuelo de alguien. Sus palabras eran un susurro pero notabas como temblaba aún, estaba muy pero que muy asustada.

- He visto a la muerte cernirse sobre mí, he notado como intentaba hacerse con mi alma, arrancármela.. He visto las mísmisimas puertas del infierno abiertas mientras desde dentro me llamaban..

La mujer comenzó a llorar sin poder evitarlo.

No me sentí cómodo ante esta situación, no era su niñera. Pero tenia que consolarla o si no quedaría aun mucho tiempo hasta que entre en razón por si sola.

No te preocupes, estoy aquí para que no te pase nada. No pude evitar la explosión, estaba fuera y…simplemente llegue tarde. Tranquilízate. Tenemos que buscarte algo de ropa. Mi abrigo no es demasiado discreto para ir desnuda bajo el. – Decía mientras le pasa la mano por el cabello, pero su voz seguía carente de sentimientos, monótona pero tranquilizadora. – Deberíamos irnos de aquí ahora. Por lo que veo eres mutante, como yo. Que sabes hacer?

EN todo momento me mantenía alerta a cualquier cambio en ella o en los alrededores. El tubo m seguía lentamente y ahora estaba a mis espaldas. No podía descuidarme despues de haber visto lo que vi.

Al cabo de unos minutos la mujer se separó de ti secándose las lágrimas y viste como se miraba y se ponía ligeramente colorada. Se dio la vuelta y se colocó y ató bien tu abrigo, aunque luego miró a su alrededor, viendo el destrozo que había ocasionado.

- Creo que no ha quedado nada aprobechable aquí dentro.. - suspiró mirando hacia su alrededor. - Tengo que llamar al D.C.M. tengo que ir hasta el pueblo..

Luego se giró unos instantes para mirarte y dijo: - ¿ Vienes de la universidad? Ya les dije que no quería el puesto como 6 veces..

No era exactamente por eso… Digamos que vine en busca de información y te encontré en un estado… No muy vivo como podrás suponer. Vi una foto tuya con la marca esa de los que asesinan mutantes y parece que no me equivoque pero no tenían en cuenta tu poder… -Decía mientras ordenaba ideas en mi mente – Al llegar aquí y acercarme a tu casa, esta exploto. Apenas me han herido pero a ti si, bastante. Pero tienes suerte.

Decía mientras me giraba para no ponerla incomoda. Luego me volví a girar y mirarle a los ojos, parecía un tanto extraña después de haber, muerto.

Me intentaron contratar en la D.C.M. pero no acepte, solo hacen lo que les interesa a ellos. Poca ayuda vamos a sacar de ellos. A mi me llegaron 2 emails uno hace unos días y otro ahora, con tu foto y marca de mutantes muertos. – Me quito la venda de la mano y se la enseño – Yo soy de los pocos que pudieron sobrevivir al ataque, parece. No se lo que esta pasando, esperaba que tu supieses algo para seguirle la pista. No trabajare para la D.C.M. pero si que quiero cargarme al culpable.

- ¿ No has escuchado nada de lo que te he dicho? Es el mismísimo infierno, la mísmisima muerte o el mismísimo diablo lo que nos quiere dar caza. Desea nuestra fuerza y nuestras habilidades, no sé para qué pero su mera presencia hace que no te quede aliento, ni aire en tus pulmones, nada, ni siquiera tus habilidades..

La mujer te miraba volviendo a poner cara de terror y pero tras unos instantes puso una mueca irónica, justo antes de preguntarte:

- ¿ Eres lo suficientemente poderoso para enfrentarte a esto tú solo?

No se si lo soy, pero se que la D.C.M. intenta aprovecharse de los que sobrevivimos para no perder agentes propios. A ellos les molesta esto tanto o mas que a nosotros pero no quieren ni cedernos nada. Ni informarnos casi nada, es absurdo tratar de ir hablar con ellos. Lo único que querrán es que nos unamos a los equipos de mutantes que ellos crearon. Que son mutantes normales como tu o yo, que sobrevivimos a los asaltos de ese asesino o asesinos, que aun no me contaste nada. – Aquí vuelve a echar un vistazo alrededor, creyendo que ha llegado a oír algo, luego sigue – solos no podremos hacer nada por eso vine y pienso buscar a mas gente, no necesitamos a la D.C.M. para esto, ellos nos necesitan eso si. Pero no voy a darles tal placer, sus métodos de despido suelen acabar con alguien muerto.

Le explicaba esto a grandes rasgos, pero teníamos que irnos de aquí.
Aun no me has dicho que sabes hacer, seria útil saber si por el camino nos pasase algo. Aunque supongo que podríamos ir volando, es algo que se. Así nos evitaríamos encuentros no deseados además… No te vería tanta gente, no te sonrojes dicen que los clérigos y los médicos no se nos debe ocultar nada y ya estamos acostumbrados a ver cuerpos desnudos, si eso te tranquiliza claro. Soy de los segundos, como supondrás… - Te sonreía mientras esperaba tu respuesta.

La doctora sonríe ante tus últimas palabras y luego se acerca a ti y lleva las manos a la altura de tus sienes, aunque antes de tocarte te habla:

- Si quieres que me fíe de ti tienes que dejarme saber cuales son tus intenciones en todo esto, lo siento, pero me gusta conocer por mí misma lo que sucede. No te voy a obligar a que me dejes ver, si no lo haces, daré por supuesto que tienes cosas que esconderme y que por lo tanto no has venido con las intenciones que has dicho.

La mujer te mira a los ojos, con mitad desconfianza mitad agradecimiento por estar ahí. Al parecer, ya te está respondiendo con otra de las cosas que puede hacer.

Me consideraba una persona con una fuerza de voluntad bastante buena, asi que sabiendo como eran los poderes mentales… No me preocupe demasiado.

Claro adelante, yo me guio por los intereses propios. Míralo tu misma y además puedes ver que lo paso en la D.C.M. nunca antes me leyeron la mente creo así que tu dirás… - se queda pensativo, pero realmente no tiene nada que ocultar – No será doloroso ni nada de eso espero. – Añade al quedarse quito y mirarte a los ojos.

La mujer sonríe ante tu incredulidad, aunque de forma agradable, era normal la reacción si nunca te había leído la mente nadie.

- No te preocupes, sólo duele si lo intento por la fuerza y no es el caso.. - Responde para luegocolocar suavemente las manos sobre tus sienes.

Al principio notas una presencia en tu mente, pero no duele ni nada y en un momento la sensación desaparece a pesar de que la mujer sigue mirándote fíjamente, concentrada en lo que estás haciendo.

Al separarse de ti la mujer se echa a reir y se echa a reir con ganas.

- Normal que la D.C.M. no atienda a tus peticiones si les hablas como si tuvieras derecho absoluto sobre lo que hacen, aunque la verdad es que ha sido divertido. - Vuelve a echar a reir y luego coge tu mano para mirar la cicatriz que hay en ella. - Interesante.

Se queda unos instantes en silencio y luego te dice: - Debemos ir al pueblo, cogeré algo de ropa y me daré un baño si no te importa. Podemos hablar allí sobre lo que podemos y no podemos hacer después..

Les hablo así por que ya tuve contactos con ellos y solo quieren beneficios sin dar nada, así que… que les den. Creo que puedo hacer las cosas por mi mismo, además si me hubiera unido a ellos no estaría contigo ahora. Eso es otro punto – Le decía con una de sus típicas sonrisas cínicas. – Vamos pues, coge mi mano y llegamos en un momento. – Le daba la mano para ir volando hacia el pueblo, a donde ella dijese.

La mujer continuaba con una mirada divertida, parecías haberle resultado gracioso por alguna cosa, pero no te había dicho el por qué de ello.

- ¿ Me vas a llevar volando? ¿ Prometes tener cuidado conmigo? Eso de regenerarse duele un montón que lo sepas. Si tuviera que ponerle un umbral de dolor soportable para permanecer consciente lo superaría siempre con creces, no resulta agradable.

La mujer te da la mano pero pensándoselo mejr se vuelve a abrazar a ti y cierra los ojos.

- Es que tengo vértigo.. - Susurra mientras puedes ver como aprieta fuertemente los dientes y los párpados.

No te preocupes, llevo años con esto así que no tienes nada que temer, no iré muy alto. – La dejo ahí, pero realmente no entendía por que confiaba en mi tanto y de golpe, seria el shock que tenia…

La agarre y trate de elevarme, no me alce demasiado para que no tuviera miedo iba sobre unos 10 metros sobre el suelo y a una velocidad bastante lenta, pero igualmente nos ahorraba ir andando. Que seria mucho peor. Cuando llegábamos ya al pueblo, mire desde arriba si estaba todo en orden y luego baje.