Partida Rol por web

Acabasteis todos en una especie de parking para camiones, o al menos, eso fue en su día ya que ahora ya no se utilizaba para tal fin. Estaba desierto y lo suficientemente lejos de la ciudad como para que nadie pudiera ver qué os traíais entre manos.

El muchacho se fue a buscar su propia moto, diciendo que si tenía que correr sin ropa, al menos en su propio vehículo estaría más cómodo, pero no tardó demasiado en volver, cumpliendo con la apuesta perdida.

Antes de nada se desnudó completamente delante de todos, por suerte, no hacía frío y tras darse una vuelta de 360º como diciendo " ya estoy en pelotas " se subidó a la moto. De la boca de las chicas salió de todo, la verdad es que no esperabas ese comportamiento, pero te hicieron reir bastante con sus comentarios.. incluso Yillin participó divertida gritándole que la próxima vez que llevara a algún lado esperaba que limpiara la moto antes.

El muchacho arrancó la moto, te miró y luego comenzó su vuelta, aunque despacio, ya que la moto sin ropa podía dolerle..

Me sorprendió ver a todas aquellas mujeres gritandole... Incluso, yo podría haber estado haciendo lo mismo.

Verlo, me hizo recordar mis viejas aventuras hace algunos años...

Recuerdo que entre los entrenamientos en la milicia, yo no era el unico a quien le obligaban a tratar de ser un soldado hecho y derecho, Stev, era el unico que me comprendía... A veces me hubiese gustado poder haber afrontado las cosas de modo diferente.

Cuando el sujeto miró y echó a andar en moto. Me dirigí a Yeillin algo cabizbajo

Esto es divertido... Cuando regrese dale mis saludos... esta es mi dirección, ven a verme cuando quieras. Ah, si quieres dasela también, creo que podría arreglar otro partido con él.

Al ver tu expresión, que aunque no quisieras había cambiado considerablemente al recordar ciertas cosas, la muchacha dejó de sonreir casi al instante, sabiendo que pasaba algo pero sin tener demasiado claro lo qué. Cogió tu teléfono y se quedó dudando unos instantes, pero en seguida reaccionó y volvió a sonreir.

- ¿ Quieres que te acompañe? Total no íbamos a tardar en irnos a casa y bueno, así no tengo que volver sola..

Dudabas que una joven con superfuerza necesitara muchos escoltas, pero viendo los poderes que tenían algunos no sabías si lo decía porque quería irse o por qué.

Volvamos, si tu quieres.

Ian estaba cansado, quiera o no, había sido un dia agitado. Y aún se avecinaban algunos dias mas complicados.

Ian tomó a Yeillin por la mano, mientras saludó de lejos a todos los demás... a aquellos que eran conocidos de ella. Tu dime donde vives, yo te acompañaré... luego iré volando a casa. Creo que es lo menos que puedo hacer por ti luego de ser tan buena onda conmigo.

Yillin se quedó un poco sorprendida cuando la cogiste la mano, pero te miró y sonrió rápidamente, tan sólo girándose también para despedirse de los demás agitando la mano que tenía libre y diciéndoles a todos que " eran lo peor ".

- Siguiendo esa carretera - señaló hacia un cruce - hacia la derecha como a tres manzanas más o menos. - Te explicó. - Ha sido divertido ver cómo ganabas a John, aunque he estado muy tentada de hacer trampas.. - Hizo un pequeño silencio y luego te miró más seria.. - He notado cierto cambio de actitud.. bueno.. ¿ hay algo que te haya molestado?

No, no hay nada que me haya molestado, descuida estoy bien.-Particularmente "dibujó" una sonrisa en su cara mientras lo insinuaba.

Por aqui verdad? Indicó hacia la carretera. Dime... Una pregunta... ¿Cual fue la idea de hacer esta cuidad subterranea lejos de la superficie?

Yillin miró a lo lejos, como el que mira el paísaje para responder sobre él.

- Según tengo entendido, la ciudad se creó con la idea de poder proteger a los mutantes del exterior. Se empezó a construir cuando aún estábamos perseguidos, ya sabes, cuando nos daban caza como si fuéramos demonios, pero ahora, tan sólo sirve para proteger a la gente que lo necesita: familias de políticos y cosas así, aunque ahora con lo de los asesinatos de mutantes la ciudad está abarrotadísima de gente. De todas formas, las familias de los agentes del D.C.M. viven en su mayoría aquí.. dgamos que hacer el trabajo sucio crea bastantes enemigos, pero supongo que pasa lo mismo que con los militares, hay cosas que se tienen que hacer..

La muchacha parecía saber muchas cosas sobre la ciudad y los que habitaban en ella y esta vez, no sonreía al hablar, sino que parecía que estaba hablando de cosas que conocía.

Ian sigue con su cabeza, analizando cada palabra que dice la mujer. Al concluir, el asiente con la cabeza.

Entiendo.- Hizo una pausa para llevarse la mano hacia la boca, en signo de pensar. Creo que ya sabes entonces porque estoy aqui ¿Verdad?

Se levanta la manga de su brazo para dar a mostrar la marca de maldicion.

Por esto son los asesinatos. ¿Ya sabes toda la historia?- Se muestra Ian algo serio, al mismo gesto que hacía yeillin al contar toda la historia de la cuidad.

En realidad la muchacha no tenía ni idea de por qué estabas en la ciudad, y su gesto hacia a ti, el de invitarte a salir con ella y sus amigos había sido totalmente improvisado cuando te vio, sin esperar algo a cambo a parte de que te divirtieras y conocerte. Cuando comentaste lo de los asesinatos te miró abriendo la boca y luego, claramente bajó la vista a tu mano hasta fijarse lo que había en ella y en lo que aún no había reparado.

- En realidad si no me lo dices tú ahora.. - Respondió un poco apenada, pensando que quizás te lo habías tomado como que te había invitado por el mero hecho de quién eras o por qué estabas en la ciudad. - Sí, ahora sí sé lo que estais haciendo en esta ciudad y bueno, tengo fe en vosotros y más, después de conocerte.

ESE ES EL PROBLEMA- Gritó con furia- Todos saben que es lo que hacemos o vamos a hacer... pero YO NO!

Ian estaba entrando en colera por las ultimas palabras de Yeillin Todos son tan extraños, hablando en misterio... - Comenzaba a ponerse ironico - TODOS ESTAMOS DE UN MISMO LADO, CONFIO EN USTEDES, SÉ LO QUE HACEN...- Se saca la camina y la tira al piso- ¿Qué no ves? YO soy uno más del montón... Esta maldita marca conlleva que todos te miren raro, que pongan sobre ti responsabilidades que no quieres, porque si te niegas, la DCM te amenaza con dejarte a la interperie de los cazadores. ¿Qué tipo de protección dá el gobierno? EHHH DIME Protección a cambio de arriesgar tu vida yendo a buscar libros y que casi te maten... Perdimos a una de nosotros en esa expedición, sus padres deberían estar llorando ahora... Todos deberían estar pensando que es lo que hace la DCM con tanto poder en sus manos. Ni mis padres, mis propios padres entienden la situacion. Nunca lo han entendido... nunca me han aceptado como soy... Siempre he estado bajo el mando de alguien... de un militar, de un chico, de mis padres, del gobierno y ahora me quieren hacer esclavo de una maldición.
Y sin embargo, nadie... me dice que es lo que diantres hago en esta cuidad...

Ian apretaba fuertemente sus puños mientras una ola de confusión venía a él. Una de la que nunca había estado seguro sentir. Sus manos temblaban, tal como aquella vez...

Mis manos... tiemblan... - Mira con temor - No puede ser... no de nuevo... ¿Porqué?

Cita:

¿Porqué... porqué me da miedo esa voz...? ¿Stev? ¿Porqué tuvo que ser él y no yo?

¿POR QUÉ DEMONIOS LA GENTE DEBE MORIR PARA PROTEGER A LOS DEMÁS? Porqué... porqué

Ian sujetaba fuertemente su cabeza dejandose caer al suelo despechado por un profundo dolor provocado por el miedo... ¿Miedo a la muerte? ¿Miedo a fallar en esa confianza que tenian sobre él? O quizás era algo más...

Estando como estabas, en algún estado alterado que te había venido así porque sí.. no te percataste demasiado de la muchacha te soltó en cuando empezaste a gritar. Se te quedó mirando como pensando que estabas loco, sin duda, la reacción no es que fuera demasiado normal para una persona, aunque poco a poco su mirada se hizo de comprensión, pensando que quizás, todo aquello te había superado y que necesitabas desahogarte de alguna forma y esa era la única que habías encontrado.

Tus manos agarraban tu cabeza con fuerza tras tus palabras, cansado de todo aquello, de las dudas, de todo, pero no continuaste caminando, te quedaste quieto como si en cualquier momento fuera a pasar alguna cosa extraña debido a tus palabras. En realidad, tu ira hizo que un par de contenedores de metal cayeran y que un par de casas se quedaran sin luz unos instantes debido a alguna clase de electricidad estática, pero de eso, no fuiste consciente.

La muchacha se acercó a ti, con algo de miedo por una mala reacción ya que no sabía cómo podías reaccionar en aquel estado, aunque se arriesgó. Levantó una mano y acarició tu cara, intentando darte algo de tranquilidad.

- No puedo responder a tus dudas y siento si mis palabras te han molestado.. yo..

Por algún motivo habías conseguido que Yillin se sintiera culpable de todo aquello cuando no tenía ninguna culpa y al levantar la vista hacia la suya, viste como tenía lágrimas en los ojos.

Tendido en el suelo, con algunas lagrimas en sus ojos, habia logrado llegar a lo patético en un adolescente y en un hombre.

Sin darse cuenta previamente lo que ocasionaría, Ian, se levanta como puede ayudado por Yeillin.

No te preocupes, olvidalo. Lo siento, prosigamos por favor.

El niño parecía un zombie, cabizbajo y pensativo... No emitió palabra alguna mientras caminaban con su "amiga".

Si Yillin tenía que actuar de alguna forma en concreto en aquel momento, no tenía ni idea de cómo debía hacerlo, eso quedaba claro. Ahora caminaba en silencio a tu lado, lanzándote alguna que otra mirada furtiva pero sin saber demasiado bien qué podía hacer para que te encontraras mejor o ni siquiera si podría hacer algo para ello, aunque eso sí, podías percibir su preocupación por la misma manera en la que caminaba, ahora de forma bastante menos relajada.

Totalmente en silencio, un silencio demasiado incómodo, llegasteis a la puerta de su casa y Yillin se detuvo, tras lo que lo hiciste tú. Su casa, era como una mansión vallada de esas que tienen un jardín verde y eso que estabais bajo tierra.

- Yo.. vivo aquí.. - Te dijo señalando a la casa para luego mirarte.

Al llegar, Ian no se sorprende por la inmensidad de aquel palacio en donde vivia la niña. Bien hemos llegado. Cortante y distante.

Te llamaré mañana, olvidate de lo ultimo. Que lo de recién no opaque lo del día. - Se gira, como para irse, era evidente que Ian no quería que Yeillin diga nada más, para no sobreactuar mas la situacion. - Oh, y antes que digas algo. Descuida, estaré bien. Es solo stress, muchas presiones.

Ian comienza a caminar saludando a Yeillin desde lejos. Mañana iré a las instalaciones de la DCM. Si quieres acompañarme, estas invitada.

Ian se elevó dedicándole una sonrisa y se desvaneció en la noche. Dirigiendose poco a poco hacia su departamento.

La muchacha no respondió como querías que hiciera, pero por la cara que te puso, desde luego que parecía decepcionada por tu comportamiento. Sin decir nada y sin mirarte a los ojos, ya que bajó la vista al suelo se dio media vuelta y comenzó a andar hacia su casa, aunque no tardó en echar a correr hacia ella y meterse en su interior, sin volver la vista atrás.

La calle estaba tranquila, había algo de gente, lo normal en una ciudad, pero tampoco es que hubiera demasiada, así que la vuelta a tu piso fue calmada y sin incidentes.

No tenías ningún mensaje en el contestador y bueno, uno podía llegar a sentirse bastante sólo en un piso tan grande.

Al llegar a mi departamento, tiré toda mi ropa nueva sobre la primer silla que ví. Luego de revisar los mensajes en el contestador, me tiré en la cama mirando el techo de la habitacion.

Disfrutando de la soledad de mi espacio. Comencé a pensar en todas aquellas cosas que hoy habian terminado con mi extraña locura frente a Yeillin.

Creo que papá en algo tiene razón. No puedo hacerlo solo.

El silencio adornó la habitacion por varios minutos, como si yo esperara la respuesta de alguien. Me giré y usando mi poder atraje mi mochila. En ella, estaban mis cosas mas valiosas... Mi collar del ejercito, unas fotos con mis compañeros de equipo, varias chucherias que había hecho de pequeño y mi libro... aquel reflejo de toda mi vida que había escrito. Ya casi había olvidado todo... serenamente me puse a leerlo, tumbado en la cama.

Varias horas habian pasado hasta que terminé de leerlo. Un par de lagrimas recorrieron mi cara para terminar en las sabanas.

Mi nostalgia estaba jugandome un sentimiento extraño. Hacía tiempo que no lo visitaba. Necesitaba hacerlo. Necesitaba confesarle todo lo que sentía. Pero era demasiado peligroso salir a la superficie. Necesitaba autorizacion y quizas compania. Y esas cosas las necesitaria de la DCM.

Entre pensamientos, me quedé dormido, pensando en volverlo a ver... volver a Inglaterra aunque sea por dos horas y visitar su morada... donde él había estado los ultimos 2 años.

Nadie te molestó en el piso. No había ni siquiera un mensaje en el contestador, todo calma y tranquilidad. Tras un buen rato sumido en tus pensamientos y lo ocurrido, te quedaste totalmente dormido y aquella noche, tampoco hubo ninguna pesadilla que perturbara tu sueño, como si la vida siguiera tranquila a pesar de lo que sabías que estaba ocurriendo.

Cuando abriste los ojos, el reloj marcaba las 9:00 de la mañana.

Me levanté nuevamente por la mañana... Mi reloj despertador mostraban las 9 am. Aunque con el pesar de la noche, aun quedaban rastros de sueños y mis parpados estaban pegados del sueño.

Una mañana me esperaba, algo agitada diria yo. Estaba en mis planes pedir algun tipo de permiso para salir al exterior por unas horas... pedir prestado algun mutante transportador o vehiculo aereo para ir a Gran Bretaña y visitar el hogar de mi viejo amigo... donde sabia que habia estado por los ultimos años.

Me tome mi dosis diaria de chocolatada con algunas galletitas mientras miraba la television. Al terminar me cambié de ropa, me puse una remera corta, con unos jeans largos y zapatillas... Algo comodo diria yo. Sin dudar, iria directamente a las instalaciones de la DCM con motivo de hablar con algun directivo.

Por un simple momento se me ocurrió pensar que estarian haciendo los demás, mis colegas mutantes... si habrian podido recuperar los libros. Pero tampoco me preocupaba demasiado.

Puse en mi mochila todas mis herramientas y saqué mis objetos mas preciados... tomé las llaves de casa, cerré fuertemente la puerta. Y me dirigí hacia las instalaciones de la DCM

En el plano no estaban marcadas más que unas oficinas que parecían ser una especie de " atención al cliente " por no decir " atención al mutante ", así que te encaminaste hacia ellas. No sabías muy bien qué autobús debías tomar, ya que no te habías parado demasiado a mirar la información que te habían dejado y como no estaba demasiado lejos, decidiste ir caminando, como raramente hacías. Además, que en aquel lugar la temperatura parecía mantenerse siempre igual, unos grados más o menos, pero era agradable siempre, al menos eso te había parecido.

No habías hecho nada más que girar la calle cuando al elevar la vista viste a dos de las muchachas que estuvieron contigo en la primera reunión a la que asististe en el D.C.M., en aquella ciudadela. Eran la mujer de las enormes alas de " ángel ", Martina, y en sus brazos llevaba a Marta, mientras surcaban el aire entre los edificios.

Demonios...-Decía marcadamente mirando el mapa-Me olvide de preguntarle a Yeillin donde estaban las centrales. Que en sí, no quise preguntarle... pero de haberlo hecho ahora podria saber donde... es...

Ian se vé distraido por algo en el cielo... ¿Que es eso...?

Sus ojos se agrandaron... al sorprenderse y ver quienes eran. ES la monja... y en sus brazos lleva a...- Se abrieron aun mas- La pendeja!!!

Ian no lo pensó dos veces... Se hizo invisible y despegó volando para seguirlas. Se apresuró para seguirlas de cerca, siendo invisible para ver donde se dirigían.

Veo que han llegado sanas y salvas de la Antartida. Eso quiere decir que la DCM ya tiene en su poder los cuatro libros. - Pensaba mientras las seguía - Me pregunto si en cualquier momento nos llamarán para darnos noticias. Pero primero debo averiguar donde van... Quizás en una suerte... me lleven donde quiero ir.