Partida Rol por web

Tras aquel momento en el que todos pudisteis sentir como os teleportaban, aparecisteis en tierra firme, pero a vuesro alrededor corrían los ríos de lava. El calor que hacía a vuestro alrededor era asfixiante para todos menos para Merrin, que por sus habilidades podía soportar mejor las altas temperatuas. Por su parte, Eric, comenzaba a sudar más que el resto, pero no teníais tanto tiempo como para que aquel sofocante calor os pudiera hacer algún efecto, ya que el eclipse se produciría antes de que os diera tiempo a cualquier cosa.

Os sentías observados, pero no veíais a nadie en todo aquel mar de magma incandescente que se extendía ante vosotros. El problema era que debíais encontrarlo cuando antes y ponerle el collar, sino, todo estaría perdido.

Varios segundos después de aparecer comienzo a notar el calor abrasador que nos rodea. Mi cuerpo, más habituado al frío que al calor, comienza a resentirse. Siento como el sudor me baja por el rostro, produciéndome un leve cosquilleo.

- Espero no tener que estar demasiado tiempo por aquí. Si no me voy a deshidratar demasiado rápido… - comento a mis compañeros. De mientras me limpio el sudor del rostro con la manga de ese traje que nos han proporcionado los “ángeles”.

- Creo que será mejor que establezca ya la comunicación psíquica, dadme un segundo. – digo, mientras cierro los ojos. Me concentro en localizar las mentes de mis compañeros y establecer un nexo entre ellas. Intento evitar lo máximo posible cualquier roce con los pensamientos íntimos de cada uno, no quiero parecer grosero.   

Menos mal que este chaval sirve para algo, sino iba a ser un grupo un poco inútil pensó Jeff aún sabiendo que sus compañeros podrían "oirle" perfectamente.

Bueno, hora de prepararse. Un campo de fuerza apareció alrededor de Jeff, su escudo estaba listo.

Merrin odiaba la teletransportación. Siempre se sentía mariado y con ganas de vomitar. No importa cuántas veces sufriera esa experiencia, siempre se sentia fatal. Cuando ya se encuentra en esa mini copia del infierno a la cual los han mandado, toma aire con fuerza y siente ese calor penetrante. La verdad es que no es algo que sea en extremo insoportable, pero penso en quienes lo acompañaban y deseo que esto no se alargara demasiado.

- Supongo que soy el que tiene más experencia en el trato con demonios, asi que les daré algunas consejos. Estos seres tienen un marcado complejo de superioridad y adoran demostrarlo. Eso los hace ser más astutos de lo que les conviene. Posiblemente este demonio no tan solo intentará destruirnos, sino tambien quebrantar sus espiritos... matar el interior antes del exterior. lo más importante es que deben tener calro que todo lo que diga es mentira y que su talón de aquiles es ese complejo de dios. Sean astutos, pero no se confíen.

Martina se encontró de nuevo en compañía de unos pocos para poder realizar la misión que le encomendaron.

Las palabras del padre Merrin hicieron que vlviera a tocar de piés al suelo. Oirlo hablar de demonios y puntos débiles se le antojaba más acercado a las enseñanzas que había oido y rezado toda su vida. Prefería tomar a aquellos enemigos por demónios que por criaturas extraterrestres de las que no sabía nada. Al menos en las plegárias había el poder para derrotar a los hijos del diablo.

-La soberbia es el peor de los pecados.- Dijo al fin con semblante sério. Definitivamente aquello iba a ser una batalla contra los hijos del demonio. -La humildad es la arma del pío. La humildad del indigente, la humildad de la madre, la humildad del enfermo...- Mientras hablaba Martina abria las alas y desperezaba de manera que ofrecía un aspecto aterrador.

-Debemos acabar con los hijos del demonio.- Sentenció.

No tardasteis en notar como Eric se abría hueco en vuestras mentes, aunque pronto pudisteis notar las presencias del resto en vuestra cabeza, como si un lazo os uniera y os premitiera comunicaros sin necesidad de hablar. El único problema era que ahora casa cosa que pensaráis pasaría a ser de " dominio público ".

Por unos instantes, visteis como alrededor del cuerpo de Jeff se formaba una especie de esfera, pero no tardó en desaparecer, en hacerse invisible a vuestros ojos. Posiblemente se tratara de alguna defensa basada en la energía.

Las alas de martina al estirarse crearon una pequeña brisa, que incluso os hizo sentir mejor, aunque sus palabras sonaran al comienzo de alguna especie de guerra santa.

Desde lo alto de unas rocas que parecían imitar a la chimenea de un volcán y desde el que bajaba la lava comenzaron a escucharse las carcajadas de un hombre, y aunque no podías verle desde donde estabáis, sí pudisteis escuchar sus palabras.

- Así que es a vosotros a lo que debo enfrentarme? - Las carcajadas se hicieron más fuertes. - Aquí os espero, no tardéis en venir, vuestra esencia es fuerte y mi señor nunca tiene suficiente..

Lo que quedaba claro era que estaba intentando llevaros a su terrero, aunque teniendo en cuenta que había bastantes ríos de lava a vuestro alrededor, os parecía que ya lo estabais.

La voz de nuestro contrincante me pone los pelos de punta. Aún no llego a creerme del todo que tenga que enfrentarme a un ser de semejante poder. No sé exactamente qué poderes tendrán mis compañeros, excepto los que ya he visto, pero seguro que estarán más preparados para estas situaciones que yo. Yo… con una temperatura más baja de lo normal en medio de ríos de lava, no me… Dejo de “pensar en voz alta” cuando me doy cuenta de que mis compañeros ahora escuchan mis pensamientos, igual que yo escucho los suyos.

Me mantengo en la retaguardia, no soy el más indicado para un combate directo contra nuestro oponente. De todos modos trato de expandir mi psique para tener una idea más precisa de donde se encuentra, y así transmitírselo a mis compañeros.  

Bueno chicos, pensó Jeff, creo que va siendo hora de realizar una estrategia sencilla, fácil y efectiva. Lo principal será que volvamos a describir nuestros poderes y aptitudes de forma entendible para los demás.

Empiezo yo: tengo un escudo de energía que me protege del daño físico y una habilidad la cual absorve daño físico y aumenta mi fuerza. Dispongo de conocimientos de supervivencia y tácticas militares.

Jeff esperaba ansioso una rápida respuesta de sus compañeros, para poder empezar cuanto antes, el tiempo corría en contra de los mutantes...

Es raro tenerlos a todos en mi cabeza, pero creo que me tendré que acostumbrar. Bueno, yo puedo domino el fuego y puedo crear un campo de fuerza a mi alrededor. Soy sacerdote y me especialzo en exorcismo, por lo que creo que eso puede ayudar ahora.

Cuando escucha las palabras de esa cosa, Merrin estuvo tentado de contestar, pero se retiene y espera a ver que planean hacer sus compañeros.

Martina bate de nuevo sus alas arremolinando el calor y aliviando de nuevo a sus compañeros.

Dios me otorgo el don de la dominación. Si queremos ganar esta batalla debemos urdir un plan. Pensó mirando de reojo a los allí presentes. Esta criatura del demonio no puede salirse con la suya.

Este ser dispone de gran poder, pero quizá podría distraerle de sus objetivos un rato. Lo justo para que alguien pudiese llevar a cabo el resto.

Ninguno de vosotros dijo nada, simplemente os quedasteis allí pasmados, esperando a  que sucediera alguna cosa que no sucedió, tan sólo la risa de aquel ser que parecía bastante divertido por la situación rompió aquel sonido de priedras deshaciéndose con el calor.

No teníais mucho tiempo, pues no tardaría en llegar ese eclipse del que había hablado la mujer, el momento en el que se haría de noche y todo llegaría a su fin o a su principio claro, dependiendo del éxito que tuviera vuestro cometido.

Martina levantó el vuelo hacia aquel ser despreciable. Empuñando el arma parecía una de esas imágenes que se encontraban en los frescos de los templos; un ángel vengador.

La maldad que irradiaba le inundaba los sentidos. Así como el calor que rodeaba aquel lugar infernal.

-Aún estas a tiempo, Permir...- Dijo con voz segura y atronadora una vez llegó a su altura. -Estamos aqui para derrotarte, tal y como fuiste derrotado antaño.- Batió de nuevo sus alas. Irradiando de luz el entorno.

-Tu y tus hermanos demonios sereis pasto de las llamas del infierno. El lugar de donde procedeis.- Entonces levantó el arma y mostro de nuevo su bondad infinita. -Dios es misericordioso. Vuelve al abismo o serás eliminado para siempre.-

Observo como Martina se eleva en el aire y se acerca al lugar del que proviene la voz. Es valiente… Y yo aquí, rodeado de lava, vulnerable.

Necesitamos que se muestre. Quizá no pueda hacerle mucho daño, pero puedo tratar de meterme en su mente.

Cierro los ojos y respiro hondo. El sudor sigue recorriéndome el rostro, siento que me voy a deshidratar en cualquier momento. Mi anterior intento de rastrear la mente de nuestro enemigo ha fallado, quizá si se muestra tenga más oportunidades de atacarle mentalmente.

Ten cuidado, Martina.

Abro los ojos y comienzo a concentrarme en mi frío. No creo que la armadura me proteja mucho más que el traje, pero al menos aliviaré el calor. Pero tras intentar activar mi poder no llego a conseguirlo. Aquí hace demasiado calor…

Hubo una respuestar por parte de aquel ser ante la provocación de la mujer, aunque de buenas a primeras, no conseguisteis que apareciera, sino que sobre todos vosotros, comenzaran a llover piedras que estaban prendidas en llamas, que salían directamente de la lava hacia cada uno de vosotros, sin duda, intentando comprobar de qué material estabais hechos.

 Tratando de sobreponerme a la sorpresa intento esquivar las piedras ardientes. 

¡Rayos! ¡Nos ataca sin mostrarse!

Jeff esquivó varias piedras mientras intentaba concentrarse.

Exhorcismo, control del fuego, congelación, dominación, control mental, y escudos varios de protección...

Martina debe dominarlo y Eric intentar controlarlo. Padre Merrin, quizá pueda debilitar al demonio con sus artes de sacerdote. Yo puedo prestarme de protección o acercarme a él para intentar dañarle...

Martina se agitó al notar la respuesta de aquel ser. Intentó esquivar las rocas ardientes que caían por todos los sitios.

Está bién, Jeff. Intentaré dominarlo para que se haga ver. Estad atentos, debemos actuar con presteza.

-Sal, Permir. Muéstrate...- Dijo en una voz estridente. Un sonido que surjía de lo mas profundo de su alma.

El padre al ver venir esa lluvia de piedrad incandescentes no inetenta esquivar, simplemente proyecta sus manos hacia adelante con las palmas abiertas y genera un campo de fuerza contra el cual chocan los misiles.  Entonces, tratando de llamar la atención de Permir, dice.

- ¿Eso es todo lo que tienes, demonio? La verdad es que me habían dicho que eras uno de los grandes, pero esto de las piedrecillas es de lo más aburrido ¿Sabes? Una vez vi a uno de tus colegas hacer que una chica levitara y se le doblara la espalda de manera imposible. también otro hizo llover ranas negras y... y otro predijo los numeros de la loteria, aunque no sé si al final fueron los sorteados. La cuestion es que no me imprecionas en nada con volcan y eso ¡Si parece el proyecto científico de un chico de primaria! Con salsa de tomates como lava y volcán de papel maché. Eres un demonio de mierda, un completo fraude.

recuerden que los demonios se creen muy listos y nos ven como menos que nada. Esperemos que este sienta tocado su amor propio- Les dice Merrin mentalmente.

Todos conseguisteis esquivar las piedras, aunque en el caso de Jeff y del padre Merrin lo hicieron sus escudos, que estaban activos antes de que los proyectiles impactaran contra ellos. Se escucharon unos aplausos que provenían de algún lugar de por ahí arriba. Martina primero y luego el resto, visteis aparecer lo que parecía ser un cuerpo formado totalmente por llamas.

- Así que vosotros os creeís mejores que yo.. - sus carcajadas volvieron a ahcer retumbar todo, e incluso la lava bullió a vuestro alrededor. - Entonces morireis sabiendo que tan vuestras creencias tan sólo eran una mera ilusión.

La figura levitaba sobre la lava, en la parte superior del volcán, por lo que aparte de unos tres metro de altura, entre vosotros y él había un enorme río de lava ( menos para Martina lógicamente a la que tan sólo la separaban un par de metros por el aire ). La voluntad de aquella criatura sorprendió a la muchacha, pues a pesar de que había conseguido entrar en su cabeza por unos instantes, no consiguió mantenerlo bajo su dominio.

Ya lo tenemos aqui... Pensó Martina mientras descendía para situarse junto a sus compañeros.