Partida Rol por web

Frunzo el ceño cuando por fin veo a la figura de nuestro adversario. Fuego puro, no podría ser peor…

Flexiono un poco las piernas, preparándome para esquivar en cualquier momento cualquier otro ataque.

Espero al menos poder atacar con tanto calor…

Por fin ese bastardo se muestra de alguna manera - Piensa Merrin, sin recordar que sus compañeros pueden oirlo - No dejen que esa forma los engañas. De seguro no es la verdadera y si es un elemental puede tomar muchas otras. debemos tener cuidado.

Con toda la presteza posible comienzo a concentrarme. Quizá no pueda dañar físicamente a ese “demonio”, y si es de fuego no creo que el hielo lo afecte demasiado.

Voy a intentar descargar toda mi psique contra el demonio… Espero que nos facilite las cosas…

Entonces proyecto mi mente contra Permir, tratando de meterme en su conciencia y doblegarla a mi voluntad. O como mínimo aturdirla.

Eric consigue hacer que aquella criatura parezca bajar por unos instantes la guardia, aunque no sabe cuanto tiempo va a poder mantener aquello, pues sus defensas son fuertes y con una voluntad asombrosa.

El calor de vuestro alrededor parece mermar un poco, como si pelear con el ataque de Eric estuviera mermando el resto de sus poderes, aunque aún sigue flotando en el aire y eso dificulta vuestra tarea.

Al ver a la criatura de fuego merrin se da cuenta de que su poder es poco lo que puede afectarle, solo avivaría su fuego. Busca alguna forma de hacer algo diferente a simplemente atacarlo:

- Así que tu eres Permir... la verdad es que esperaba algo más impresionante... esto des fuego está un poco trillado. Hasta yo puedo hacer eso.

Merrin hace un movimiento con la mano y le lanza a permir una bola de fuego, aunque sin la intención de dañarlo. Cuando ya cuenta con su atención le dice:

- Para mi sigues siendo un demonio estúpido. El elemental Permir elige el elemento que domina el cura que viene a mandarlo al infierno de una patada en el culo. Mediano idiota.

Todos los demonios son muy sensibles en su amor propio - Piensa Merrin y espera que el resto lo escuche - Sera mejor hacerlo cambiar de estado y enfurecerlo para que actue tontamente.

El fuego que lanza el padre Merrin no parece afectar lo más mínimo al cuerpo de aquella criatura, aunque no le responder nada, debido que su mente sigue peleando con la de Eric que parece tenerlo bastante entretenido.

Chicos, es hora de probar y obtener sus púntos débiles. Mantengámonos medianamente juntos...

Jeff se mueve en diagonal, pero sin separarse demasiado de sus compañeros, podrían necesitar protección. Desenfunda el arma de los alienígenas, clava una rodilla en el suelo, apunta a la cabeza del demonio... y dispara dos veces. Observa la reacción de su enemigo.

El disparo de Jeff que impacta en su objetivo, ya que el otro le pasa rozando, parece hacer mella en Permir, que aunque ahora mismo sea como las mísmisimas llaman del infierno, parece que tras ellas debe de haber alguna clase de cuerpo.

A pesar de todo, parece romper conseguir romper el contacto de la mente de Eric, quien le tenía sujeto, o al menos entretenido por el momento. A vuestro alrededor, el magma que por allí circulaba parecía comenzar a emitir algo menos de calor, como si algo estuviera cambiando, pero no fue eso lo más preocupante, sino que el suelo bajo vuestros pies comenzó a agrietarse y aunque no parecía ir a hundirse, de el comenzó a salir lava hacia arriba, creando enormes chorros que os pillaron un poco desprevenidos.

- ¿Pero qué demonios? - digo, sorprendido, al cortar el contacto mental con Permir y verme sorprendido por el chorro de lava. 

Ninguno de los escudos que tenían activos Merrin y Jeff pudieron parar la tromba de lava que les caía encima, temioendo que aquella lava en realidad no era tan, sino alguna especie de poder que hacía que fuera que vieráis aquello. No creíais que os estuviera atacando con una ilusión, pero había algo que no podíais ver, estabais seguros.

Los acontecimientos se sucedían a gran velocidad. Martina no tenía tiempo para pensar lo que iba a hacer. Aunque sabía lo que vendría acontinuación.

Escuchó las palabras del padre Merrin. Realmente era temible.

-No.- Dijo. Esa orden fué tajante. -Para. Te lo ordeno. Dios me conceda la venganza.- Alzó los brazos y clavó la mirada en aquel ser.

Permir quien tenía las manos levantadas y sonreía al ver como su ataque causaba el efecto que esperaba bajó las manos ante las palabras de Martina, como si esta fuera capaz de controlarlo, sólo que por algún motivo la criatura cayó al suelo al interior de su propia lava.

Para asombro de todos, el paísaje cambió rápidamente y lo que antes era lava, ahora era nieve, hielo y nieve. Como si hubieráis sido transportados al mismísimo corazón de un glaciar. El frío, alivió el calor de vuestras heridas, incluso las de Eric sanaron un poco haciendo que pudiera volver a abrir los ojos, aunque estaba muy malherido y sabíaque cualquier golpe le causaría la muerte.

Tendido en el suelo y levantándose, ahora permir era una especie de humanoide de hielo.

Durante unos instantes mi mirada se nubla, el fuego me abrasa… Caigo al suelo mientras mi frío cuerpo se resiente del calor.

“No… Lo siento…” mi último pensamiento recorre la red telepática hasta que cierro los ojos por completo. Pero entonces…

- ¡Agh! – suelto un quejido mientras vuelvo a abrir los ojos. Ahora todo es blanco, la nieve lo cubre todo. Me siento mejor. Mucho mejor. “Ahora estamos en mi terreno…”

A duras penas me levanto. Soy consciente de que casi muero en el chorro de lava. Pero ahora ya no tengo miedo. Ahora yo también juego con ventaja…

“¿Estáis ahí...? ¿Se ha mantenido la red?” pregunto, al aire. A veces los poderes telepáticos pueden mantenerse innatamente, pero después de tan bestial ataque no creo que mi cerebro se haya preocupado por mantener la comunicación. “De todos modos mis ataques de hielo siguen sin servirme, tendré que esperar a que se vuelva vulnerable…”

Sentir ese frío hace que Merrin se sienta reconfortado, en especial por las quemaduras que posee. Por un momento maldice su suerte, pensando que siendo el fuego su elemento, ese maldito demonio haya conseguido causarle tanto daño. No obstante, al ver la mole de hielo que se movía sonríe y piensa "Dios aún nos quiere y este demonio es un idiota".

Con cierta dificultad se pone de pie y con un rictus de dolor en la cara y las pupilas de los ojos tan rojas que parecen brillar, empuña la mano, comenzando esta a brillar cada vez más intensamente. Entonces vuelve a lanzar una bola de fuego probando suerte con la nueva forma de Permir.

El fuego que ahora salía de las manos del cura impactó de pleno en aquella fihura de hielo, que en vez de comenzar a derretirse comenzó a agrietarse, como si fuera a estallar en mil pedazos en cualquier momento. El paisaje a vuestro alrededor comenzó a cambiar ante vuestros ojos de nuevo, aunque lo hacía a tiempos.. por un lado, era el paísaje que debería ser si ninguno de aquellos seres estuviera en él y por el otro una mezcla entre mar, glaciar y volcán, pero sin que el suelo llegara a desaparecer bajo vuestros pies.

Permir, cayó de rodillas pero aún era incapaz de moverse debido al control de la muchacha, quien seguía mirándole fijamente desde las alturas. Ahí lo teníais, arrodillado en el suelo, totalmente a vuestra mercer.