Partida Rol por web

Parecía que sus compañeros estaban ansiosos por salir de aquella sala casi en cualquier dirección y de manera desorganizada, lo cual seguramente no les beneficiara nada.

- Será mejor que nos mantengamos en grupo, investiguemos las cuatro puertas antes de decidir por cual ir, pero de una en una y cerca. Yo me mantendré en la sala por si alguien se aproxima por otra puerta, mientras revisad la habitación que queda con la puerta abierta.

Rakas se había girado para dejar que Gliadel se recompusiera sin que nadie lo observara, parecía que ya había pasado lo peor y ahora dependía de él el continuar. Si la chica seguía viva quizás hiciera algún ruido o similar, de manera que el bárbaro aguzó su oido por si descubría algún sonido que le guiase.

Poco a poco, pese a los intentos del bárbaro por organizar al grupo, fueron formándose tres grupos.

El mago y el hechicero, junto con el explorador en un extremo. El pícaro y el druida, tratando de verificar a donde llevaban los pasillos, aunque aún sin internarse en ninguno de ellos y el barbaro, junto con el clérigo, en el centro de la habitación, cerca de la despreciada estatua.

El lugar parecía abandonado, por más que el bárbaro se esforzó en oir algún sonido que pudiera ser provocado por la ¿cautiva? no le resultó posible escuchar nada.

La bola de cristal la llevaba en una mano y el pergamino se lo puso debajo del sobaco del brazo que portaba la bola de cristal. Salió de la habitación y se dirigió donde estaba el bárbaro y el clérigo. -Mirad lo que he encontrado. ¿Sabeis si esta bola de cristal tendrá arreglo? -Dijo mostrando la esfera y el pergamino a los dos. -¿Dónde están los demás? En aquella habitación hay un muro completamente derruído y no se pude ir más allá. Tienes Razón Rakas, deberíamos ir juntos y no dividirnos. ¡Ecthelion, Dramir, venid!

Tras enseñar la bola y el pergamino a Rakas y a Gliadel, Menzo vuelve a mirar la estatua que entre sombras parece más siniestra. -Oye Rakas, ¿te comenté que la estatua estaba rota? Tiene una pedazo grieta alrededor del cuello impresionante...además la pintura esta como descascarillada en esa parte...como si se pudiera girar la cabeza...no sé, ¿es un poco raro no? Yo es que como soy tan pequeño no alcanzo bien, ¿por qué no te acercas a verla tú gigantón? Es que tirarla al suelo me parece mal. Lo mismo nos podemos llevar la cabeza del Gargaz y venderla.

Al oír al mediano llamándoles el hechicero se gira y se encamina hacia el bárbaro y los que están a su alrededor.
Vamos Eche, tienen razón es mejor no separarnos
Sacando lentamente la ballesta y cargandola se dirige a Menzo.
No creo que al demonio le haga gracia que le roben la cabeza, imagínate que viene a por ella, ademas no creo que nadie quiera una cabeza como esa

Rakas observó al mediano con cierta suspicacia, si aquello iba a ser una broma no estaba de humor para ellas en aquel instante, con paso vacilante y mirando a Menzo de reojo se acerco a la maldita estatua para observarla mejor, pero con mucho cuidado de no tocarla.

Le parecía igual de omniosa que de lejos, y aunque lo de la grieta parecía cierto no encontró nada de particular en este hecho de modo que se giró un tanto exasperado.

- Es una simple estatua, que más da si puede o no mover la cabeza, no pienso tocarla. Menzo harías bien en no jugar demasiado con las cosas de los magos, quién sabe lo que nos puede ocurrir.- El bárbaro se secó el sudor de la frente con un gesto nervioso mientras trataba de ubicar donde se encontraba sus acompañantes.- Deberiamos revisar la otra puerta y luego decidir a donde ir.

-¿Y si la cabeza es como un tapón y dentro hay un tesoro? Sería un lugar magnífico para esconderlo ¿no? Aupame, aupame a mí, que yo quiero mirar dentro de esa cabeza...no sea que no esté hueca -dice con un poco de rintintin.

El mago salió de la habitación semiderruida para reunirse con los demás, se acercó al mediano y examinó la bola, el chasquido y el ceño que puso indicaba claramente que la bola ya no valía, realmente le hubiese gustado tenerla, le habría sacado mucho probecho. Intentó luego descifrar el pergamino pero todabía tenía la bola en la cabeza y no pudo concentrarse lo suficiente.

Miró como Menzo intentaba trepar a los hombros de Rakas, era increible como en una situación como esta alguien podía resultar gracioso -Menzo, aquí todos sabemos que la única cabeza hueca es la tuya-
Se aceca a la estatua y echa un ojo a la estua, mira que si al final se le puede quitar la cabeza.

El bárbaro miró la estatua y ante las indicaciones de Menzo, puedo encontrar la "fisura" que esta había nombrado, de hecho todos pudieron observarla. Efectivamente una delgada línea rodeaba la estatua a la altura del cuello de la imagen y varios raspones cerca de esta marca daban a entender que alguien la había manipulado previamente.

La estatua, del tamaño de un humano estaba apoyada sobre un pedestal, algo más ancha que ella, por lo que su "cuello" estaba a unos 2 metros del suelo.

Con la certeza, de saber que el mediano pasase lo que pasase iba a trastear, o peor aún, decapitar a la estatua decide poner fin a este a este aterrador episodio cuanto antes.

Que sea lo que Pelor quiera.

Nervioso, saca con mano temblorosa un pergamino de una de sus bolsas , y lo repasa mentalmente un par de veces antes de situarse junto al mediano,...

Si pasa algo huid por las escaleras. Si viene yo lo entretendré.

y alzarlo por el culo a la altura de la cabeza estatua.

UUUOOOPPSS! -el mediano toma la cabeza con las dos manos y la gira primero tanteando un poco para comprobar su funcionamiento. La gira de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, intenta quitarla, explora, enreda, inspecciona, tantea, lo hace todo para descubrir porqué esa marca en el cuello de la estatua.

Rakas, mandoble en mano, se apartó observando la sala donde estaban y al mediano alternativamente esperando que algo sucediera mientras manipulaba la estatua.

- Espero que sepais lo que estaís haciendo y olvidate si pretendes llevarte toda la gloria para ti Gliadel, yo me quedo.

Aprovechando las manos del clérigo como primer escalón y luego sus codos, hombros y cabeza, a modo de escalera, Menzo llegó a la altura de la fisura e intentó aflojarla.

Sus manos se aferraron a la cabeza y al hacer algo de fuerza notó como esta giraba sin problemas.

Un par de vueltas fueron suficientes para "desatornillar" totalmente la cabeza y dejar a la vista un hueco por el que cabía perfectamente la mano del mediano.