Partida Rol por web

Rakas podía haber pensado en su seguridad, podía haberse dado cuenta que si no acababa con aquel enano era muy probable que sufriera algunas quemaduras, sin embargo no estaba en su naturaleza el preocuparse por tales cosas, es más era la primera vez que veía esos portales, que veía el funcionamiento de ese tipo de magia, a fin de cuentas lo único que pensó es que tenía un enemigo de carne y hueso que caería igualmente bajo el golpe de su arma.

Con un grito mezcla de rabia, mezcla de alegría el bárbaro penetró en la estancia, imbuido por aquella vorágine furiosa que en contadas ocasiones tomaba las riendas de su cuerpo, aquel torbellino de golpes y temeridad en que se convertía Rakas, como si fuera el campeón de algún dios terrible y devastador.

Su carga fue espectacular, sus poderosas piernas se tensaron unos metros antes de llegar e hicieron que el cuerpo del bárbaro se elevara sosteniendo la guja con amabas manos, suspendido en el aire durante apenas unos instantes, el rostro congelado en una mueca terrible, anticipando lo que sucedería cuando su salto le llevara hasta su enemigo. La hoja del arma descendió de las alturas como un rayo evitando cualquier posibilidad de que fuera esquivada y siguió su curso descendente sin resistencia. Fue tan veloz el último instante que el derro aun tardo en comprender que había muerto, prácticamente partido a la mitad.

El salto del bárbaro soroprendió a los derros e incluso a sus propios compañeros. Con una agilidad envidiable consiguió acabar al derro que custodiaba el portal de fuego de un solo golpe que le cortó desde el hombro hasta la ingle

Sin embargo, como le solía pasar cuando actuaba sin pensar, al mirar a su alrededor se dió cuenta que estaba solo en la habitación. Si sus compañeros no acudían en su ayuda sería el blanco, desprotegido de un montón de virotes envenenados... y quizás de algo más... Aire, fuego, ¿agua? y... que más podría surgir del resto de los portales?

La agilidad del bárbaro sorprendió a todo el mundo, era impresionante ver a semejante grandullón moverse de aquella manera, aunque claramente el mas sorprendido fue el pobre derro que no pudo mas que morir ante la potencia demostrada  por Rakas.

El mago obviamente no podía intentar semejantes movimientos, con un andar bastante mas silencioso y gracil penetró en la estancia con el arco tensado buscando un blanco. Esta vez entró sin problemas en la habitación, acostumbrado a las luces pronto localizó a uno de sus enemigos en el extremo norte, dejó salir la flecha que se clavó fuertemente en el cuerpo del enano. -Por fin-, una leve sonrisa apareció en el rostro del elfo bastante frustrado del encuentro anterior

Mientras recargaba el arco examinó en la distancia los portales con las cortinas intentado recordar algo de su funcionamiento.

¡Ja! Ese desgraciado no tuvo ninguna oportunidad contra el embiste de Rakas, aunque el guerrero se ha quedado ahora demasiado expuesto. Parece que esta a tiro de ese portal de agua... Tengo que echarle una mano rapida... Penetro en la habitacion con la ferrea voluntad de ayudar a mi colega, sin dejarme transportar por esas malditas luces... No. No puedo desconcentrarme ahora. Miro con dureza al enano del portal de agua, y señalandole con la maza, intento emplear la autoridad de Pelor para hacerle venir hasta mi. - ACERCATE -

Cada uno a su manera, buscaron las formas de aportar al combate. El flechazo del mago se clavó en el cuerpo del derro que custodiaba el portal del viento, aunque este, pese al dolor, permaneció en pie, con una mano en la cortina, intentando volver a habilitar el poder que bullía tras la tela

El clerigo, maza en mano, intentó un camino distinto, apelando al poder de Pelor miró al que custodiaba la entrada al plano del agua... si es que era eso e intentó torcer su voluntad, buscando que abandonara el lugar y se pusiera al alcance de su maza

Para su sorpresa lo consiguió. O el derro entendía algo de Común, o el poder de Pelor había sido lo suficientemente poderoso como para traspasar la barrera del idioma. El clérigo supo que el enano se olvidaría del portal, de los ataques y de todo durante unos segundos, mientras cumplía su orden. Luego sería su responsabilidad acabar con el antes de que recuperara la consciencia

Todavía más derros les esperaban en esta nueva habitación extraña, con extraños portales mágicos de los cuales el gnomo no entendía demasiado.
Se acercó a la puerta al ver que sus compañeros lo dejaban atrás, y preparó sus armas para combatir al ver como el bárbaro entró a la habitación y en un abrir y cerrar de ojos partió a la mitad, literalmente, a uno de los enanos locos.
¡Mierda, deberíamos dejar de desperdiciar nuestro buen estado de salud y conjuros en derros, pues cuando lleguemos a combatir a Thazar Rho no seremos una amenaza tan grande!

Vió como sus compañeros no le prestaban mucha atención y se adentró en la habitación, dispuesto a acabar cuanto antes.
Aunque debo admitir que matar a estos seres es un desafío interesante... incluso divertido.

Entraron por aquella cortina. En un "pispás" su campo de visión se había colapsado de compañeros. Se hizo un hueco y penetró en la habitación colocándose al lado del mago.

Arza avanzó lo más en silencio que pudo; por suerte las voces de sus compañeros atenuaban el ruido que él pudiera hacer al avanzar y se mantuvo oculto lo máximo posible.
Su idea era clara, aunque viendo la rapidez del bárbaro no sabía si tendría tiempo de ponerla en práctica.
Tenía que avanzar de manera que estuviera oculto y a ser posible sin entrar en el radio de acción de los portales; para poder coger por sorpresa a los derros y matarlos con su nuevo arco que tan buen resultado daba.

Al flechazo del elfo le siguió uno de las balas congeladoras del mediano y el derro no fue capaz de aguantar tanto daño. Pese a que deseaba desencadenar el efecto oculto tras la cortina, no pudo hacerlo. Simplemente cayó muerto ante la suma de impactos.

Sin embargo el equipo estaba funcionando como equipo. Mientras el clérigo invocaba el poder de Pelor para que otro de los derros se alejara de "su" cortina, el druida, siempre montado en su fiel perro se acercaba la misma, dispuesto a "saludarlo" en cuento este se moviera.

Estaba claro que el clérigo había ganado poder. Ante su orden el enano oscuro avanzó hacia el, sin atacar y con los ojos vidriosos. Ni siquiera se dio cuenta que Kuznak y su jinete estaban a su lado y podían herirlo. Ante la situación el ultimo derro, para sorpresa de los presentes no hizo nada... o quizás si, todos pudieron ver como su mano aferro el borde de la cortina, listo para abrirla en cuanto alguien se acercara a su posición.

Al mirar con más cuidado el piso cerca del portal pudieron observar un pequeño rastro de arena y pequeñas rocas. Quizás el siguiente portal se relacionaba con el plano de la tierra

Arza avanzó sigilosamente, procurando pasar desapercibido. Esperaba que el derro de la cortina estuviese tan preocupado por Rakas que no se fijara en él. Aún así, cuando disparó los destellos azules de la pared, la tensión y el fijarse en no ponerse a tiro de las cortinas hizo que el disparo de Arza fallara por bastante distancia.

El enano giró la cabeza y descubrió a Arza cuando una flecha se clavó en la cortina que el sostenía en la mano. De su boca surgió una rathila de extrañas palabras. Algo en su tono denotaba la sorpresa que le causó la presencia de un invasor más en el lugar, pero no aflojó la mano. Estaba claro que sabía que era lo que quería hacer... auqnue lo sorprendieran

Ahora que estaba más cerca puedo observar el rastro de arena y pequeñas rocas. Aparentemente salía del portal que custodiaba el derro y había sido arrastrado hasta el que estaba al final de la sala. Rápidamente descubrio el "como", al lado de ese último portal, se observaban, prolijamente acomodados uno al lado del otro, unos cuantos escobillones