Partida Rol por web

El golpe de Ragu se clavó en la pierna hasta el hueso, haciendo chillar al trasgo de rabia. La criatura saltó hacia atrás e intentó recuperar la posición, cojeando ostensiblemente. Ragu le miró calculador, si tuviera más tiempo... esperaría a que se desangrara antes de rematarlo, pero no tenía ese tiempo. Cada vez había más enemigos y podía ver por el rabillo del ojo que sus compañeros tenían problemas para retener a los enemigos. Tenía que acabar con aquello, y tenía que hacerlo deprisa.

Además, quería matar a ese cabrón.

Una de esas malditas criaturas se me acerca osando a retarme en duelo. Crujo el cuello y giro los hombros calentándome para el enfrentamiento mientras voy encaminandome hacia él. Así con la inercia de mi avance y el suyo el golpe sera mayor. - ¡¡Por Rokugan!! - Grito mientras levanto mi Tetsubo e intento golpear al bakemono para hacer que se desequilibre y se caiga de la muralla.

Otro golpea había dejado a la bushi Hida al borde del colapso. Y aunque no temía morir sabía que ahora en combate era completamente inútil y que valdría mas intentar resistir de cara al siguiente duelo, dándole todo el tiempo posible a sus compañeros mientras ella se enfrentaba a aquella bestia.

El corte rápido de Katagi pilla por sorpresa al bakemono y casi consigue llevárselo por delante, pero la criatura es lo suficientemente resistente como para aguantar en pie e intentar ensartar al Hiruma, quedándose únicamente en el intento.

El siguiente ataque de Ragu sentencia a su enemigo, quién apenas es consciente de ello un instante antes de que el hacha del ronin destroce su caja torácica.  

Por contra, Aoki no había tenido tanta suerte. Después del impacto contra la torre, había cargado inconscientemente contra lo primero que se le había cruzado y pronto sintió como sus heridas eran mucho más graves de lo que jamás hubiera imaginado. No cabía dudas de que esa temeridad iba a pasarle factura, pero el trasgo contra el que había cargado resulta incapaz de encontrar un hueco entre sus incansables ataques.

Más afortunado es Kyo, quien golpea con su tetsubo a su oponente escuchando como varios huesos quiebran bajo su peso, lástima que no los suficientes para que el monstruo acabe muerto del todo, aunque su ataque termine siendo inofensivo.

Respecto a Otohime, queda claro que ha sido capaz de leer bien el combate y su defensa resulta lo bastante eficaz como para sobreponerse a las heridas que la batalla le había provocado, logrando desviar la acometida de su enemigo.

El oni era claramente bestial, pero no tan estúpido como para seguirte el juego y conforme te vas acercando al borde, puedes ver como el se va posicionando a la inversa, siendo evidente que el piensa hacer lo mismo contigo, tanto que consigue sorprenderte lo suficiente para clavarte una de sus garras entre las protecciones y haciéndote dar gracias a las Fortunas porque no consiguiera penetrar más.

Ginawa se lanza contra uno de los trasgos que intentan alcanzar la torre y detener la máquina de asedio, lamentablemente las heridas que había sufrido le pasan factura y lo único que logra es captar su atención, aunque visto lo visto, quizás incluso hubiera sido afortunado.

Nanako ve que, mal que bien, sus compañeros van dominando el combate.
Los monstruos siguen viniendo, pero vamos dominando. Pero desgraciadamente ella ha recibido una herida bastante fea

Por el momento, se da cuenta de que lo mejor que puede hascer es intentar tratar las horrendas heridas que tiene Katagi. Unas gasas de color dorado, empapadas con medicinas de su tierra y bendecidos con una oración.

Y parece que es más efectivo que los agotados Kami de las agua. Al fin y al cabo, los nobles espíritus deben de estar sobrecargadoa ahora mismo

"Animo, Katagi-San. Mientras me quede aliento, seguiré cuidandote a ti, y a todos." dice apretando la herida, controlando la hemorragia y aplicando una loción analgésica a la piel del Bushi de la familia Hiruma.

Luego ve a Niou-san, el otro noble guerrero, tan cerca de caer, y lo marca como el próximo objetivo de su cuidado ¡Parece que no hay descanso en las murallas!

El joven Hida apretó los dientes, el Oni demostró ser mucho más temible que un Ogro no por su fuerza física sino por su innatural astucia. Cuando intuyó la treta de Ryoga el pulso del combate cambio y aprovechó el giro del pequeño Cangrejo para deslizar las garras bajo el sodegarami de su brazo derecho, las fortunas quisieron que la armadura le llevara al peor parte del impacto dejando aún y así y profundo corte en su brazo. El dolor espoleó la furia del Cangrejo quien contraataco con todas su fuerzas, golpeando a la esquiva criatura de lleno en pleno pecho haciéndolo retroceder apenas un paso.

Ahora ambos adversarios se observaban con algo más de respeto que al principio, solo uno de los dos saldría vivo de aquel combate y ambos se habían golpeado a la vez. Tal vez el karma aventuraba el destino de ambos, solo tal vez...

El impacto de la Hida podría haber dejado en el suelo a más de un samurai, pero el demonio es demasiado resistente para que algo tan débil le haga caer y parece alimentado de una energía sobrenatural que le impulsar a seguir adelante ansiando la carne de los vivos.

Eso sí, el golpe ha resultado lo suficientemente poderoso para desplazar a la criatura e impedir que llegue a alcanzarte con su siguiente ataque. Podría ser la ventaja que decantara la lucha a tu favor, pero es pronto para decidir nada al respecto.

En un momento así, lo mejor que podía hacer era recordar su entrenamiento. No salir demasiado de la formación... ¿Qué formación? Parecía que cualquier orden se había perdido. Ningún plan sobrevive a al primer disparo. Apretó su arma entre las manos: Apenas era capaz de comprender la magnitud del demonio al que Ryoga se enfrentaba. Sabía que enfrantarse a eso era inutil: Tenía que mantener a los Bakemonos a ralla. Sabía que seguirían llegando... y él los seguiría matando, mientras le quedara fuerza en el cuerpo.

Con un grito se lanzó a por los trasgos que buscaban alcanzar la torre, sin apartarse demasiado de sus compañeros.

Ragu sintió el crujido de la muerte del trasgo bajo su hacha. Uno menos. Levantó la vista por un momento y vio que uno de sus compañeros intentaba contener a una bestia enorme. Además era rápido y parecía más listo. Su hacha no bastaría.

"No, no bastará" murmuró la voz del Hiruma "Necesitarás más"

Con el gesto torcido, el ronin miró a su alrededor hasta que localizó la torre, que iba a ser asediada por los trasgos. Uno de sus compañeros intentaba auyentarlos con un abanico. Estaba claro que ese chaval no estaba allí por su valor como combatiente. Tampoco era un shugenja. Debía ser uno de los carpinteros de la muralla.

Ragu se unió a Kiyoshi contra los trasgos, haciendo saltar su cabeza por los aires de un hachazo.

- ¡Entra!- gritó a Ginawa,- ¡Busca algo para acabar con eso!- le añadió, chillando por encima de la batalla y señalando al Oni que asediaba a Ryoga. Tenía la esperanza de que hubiera algo ahí dentro que sirviera para matar a esa cosa. ¿Para que puñetas hacian si no esas torres?

Mientras Niou guardaba la posición para que fuese atendido su nuevo compañero, llegó otra oleada de Bakemonos. Agarraron al Hiruma con la guardia baja y como resultado le inflingieron varías heridas. Su salud estaba muy dañada ya que los cortes fueron de lo más hirientes. Otra vez Niou recurrió al Vacío, aquel poder interno que tenía y que engloba a todo, para que su salud finalmente no resultara tan dañada.

Aguantar compañeros, yo adoptaré una defensa total. Absorbiendo un posible y así podréis acabar con la abominación. Gracias, "amiga por atender mis heridas.

Niou notaba que su salud estaba muy dañada y aquel podría ser su último asalto. Pero con valentía aguantó la posición. Centrándose únicamente en la Defensa, para poder cubrir a su hermano Hiruma. Sus ancestros estarían orgullosos de el, derramaría hasta su última por la Defensa de la Muralla y sus nuevos amigos.

Ryoga apretaba los dientes, todo el sufrimiento a cargo de los entrenamientos a mano de su sensei le había ayudado a templarse para esto momento. Pudo dejar el dolor a un lado por el momento, centrándose de pleno en el combate con el Oni a quien conseguía mantener a raya por el momento. Tras hacerle recular dos pasos el Cangrejo no pensaba darle cuartel, comiendo terreno para no darle el más mínimo respiro, esta vez entro en la guardia del Oni con un golpe horizontal que la criatura esquivo relativa facilidad pero entonces Ryoga cambio el peso del cuerpo de pie y la inercia del tetsubo en un golpe descendiente cruzado acompañado de todo el peso de su cuerpo goleando con fuerza el hombro. Maldijo para si pues el golpe iba dirigido al cuello pero aquella endemoniada criatura era increíblemente rápida e infatigable.

- Ante el inminente ataque de la criatura, me preparo para defenderme de manera total

Este bakemono es más duro de lo que pensaba y todavía aguanta de pie tras el primer golpe de mi espada, me veo forzado a retroceder un paso para esquivar su golpe donde una shugenja estaba esperando para ofrecerme su ayuda.

Muchas gracias. Agradezco  a la shugenja con una sonrisa antes de lanzarme sobre el bakemono una vez más con ánimos renovados para acabar con él.

"Hiruma-san" le dice a Katagi "¿Os vendría bien si bendijese vuestra espada con el poder del fuego?"
 

A algunos Samurai le encanta la idea de que sus espadas sean mejores. Mientras que hay otros que por algún motivo, aborrecen la idea de que Nanako les acaricie la Katana con sus suaves manos para transmitirles el calor.

La ayuda de Kiyoshi y Ragu llegan justo a tiempo para acabar con el trasgo al que se enfrentaba el Kaiu y otro de los que trepaban a la torre, por lo que sólo uno escapa de su alcance, aunque quizás llegarais a atraparle subiendo por las escaleras y que no pillara desprevenidos a los allí apostados.

El oni retrocede lo justo para evitar el tetsubo de Ryoga, pero acto seguido resulta evidente el verdadero motivo de aquella maniobra, pues lo hace para tomar un fuerte impulso con el que lanzarse contra la Hida, la cual es capaz de intuir el movimiento para apartarse justo a tiempo de su trayectoria.