Partida Rol por web

Veo que Andreu esta como borracho,  es como si perdiera el equilibrio al mismo tiempo que veo a la ductus  hablar por telefono. Pongo atención a ver si puedo escuchar que le dicen.

En el grupo de whatsapp que tenéis junto a sanguijuela, aparecen los siguientes mensajes: 

Andrei: No sé qué coño me está pasando. Un mareo o algo así... 

 La respuesta de sanguijuela no se hace esperar

Saguijuela: Os tengo dicho que juntaros con Malkavians siempre acaba mal.

¿Has bebido de alguien sospechoso? ...si no me das mas datos podría ser cualquier cosa.

Klaus deja lo que estaba haciendo y se acerca a Samantha, poniendo el oído cerca del auricular del teléfono.

Escuchas la voz enlatada de Ginger hablar con Samantha, parece que ha ocurrido algo: 

- Sam, hay alguien aquí, venid. Os doy las indicaciones de cómo se llega a donde estoy. Está sólo, es una habitación como una especie de Dojo de estos de los samurais, y está en el centro, aparentemente no se mueve pero está ahí.  

te cuesta distinguir todas las palabras por el volumen mínimo del teléfono pegado al oído de Samantha, pero crees haber entendido todo lo que dice Ginger.

¿Has bebido de alguien sospechoso? ...si no me das mas datos podría ser cualquier cosa.

Miro pasmado la pantalla que parpadea ante mis ojos con un brillo irreal e iridiscente...

"podría ser cualquier cosa... podría ser cualquier cosa... podría ser cualquier cosa... cualquier cosa... cualquier cosa... cualquier cosa" me repito en una absurda letanía en la que mi mente abotargada trata de dar con la solución a lo que ocurre... hasta que se me ocurre algo, lo más obvio, lo que mi mente de médico consigue discernir como la causa más probable a lo que me pasa...

¿Cuando empezaron los síntomas? Cuantos millones de veces habría hecho esa misma pregunta en mi consulta para determinar el origen de una enfermedad o afección y de qué manera podía obrar en mí mismo esa cuestión capital.

Sonrío a pesar de todo, del estado en el que me encuentro, al desentrañar la solución más plausible:

Descargo el peso de mi mochila sobre una mesa y abro decididamente su cremallera para extraer, a continuación, la vasija y alejarme unos pasos de ella.
De alguna manera premeditada sitúo el artefacto cerca de la caja fuerte y el símbolo que la custodia por si ello surgiera algún efecto pero lo básico y primordial es que me alejo del recipiente esperando que eso me alivie de alguna manera.

Vamos - respondo antes de colgar - Ten cuidado.

Vamos - respondo antes de colgar - Ten cuidado.

Ginger tiene problemas - informo sucintamente a mis compañeros -. Ha encontrado a una especie de Samurai en un dojo en las profundidades del complejo. Andrei, guarda la entrada y ven con nosotros solo si te recuperas del vahído. Mensaje cada 3 minutos a mi móvil con información de tu estado para saber que estás bien. Si no intentaremos volver por ti cuando acabemos con la amenaza. Descansa y recupérate.

Me giro hacia la puerta que nos lleva al camino que siguió Ginger y saco mi XM-17 y compruebo que esté cargada.

Klaus, conmigo - indico -. Dos metros por detrás y cubriéndonos cada esquina. Puede que aquí haya más sorpresas.

- Vaya mierda - dice el hombre recogiendo los papeles importantes - guardandolos y  yendo hacia Andreu, no sé que demonios te pasa, pero  sea lo que sea,  vamos.

Le dice al Tzimisce. Si es necesario le ayuda para salir de ahí rápido.

¿Te bebiste el vino de los rituales?

Llegáis por un largo pasadizo hasta una de las últimas puertas dobles del complejo, está abierta y su interior alberga una especie de gimnasio asiático: el suelo esta cubierto por un tatami amarillo y siete columnas de madera se levantan entre paredes cubiertas de papel de arroz. Se trata de una sala de entrenamiento.

Giner apunta con una pistola a una figura sentada en posición de flor de loto en el centro de la habitación, de espaldas a vosotros.

Su voz se eleva como un suspiro lejano y profundo, agradable como la de tantos otros vástagos agraciados con ese don al igual que Ginger y Samantha. 

- Puedes llamarme Sawiskera.

La figura sentada se apoya sobre sus rodillas para incorporarse 

- Solo debéis saber que estaba aquí antes que vosotros.

Y cuando finalmente se pone de pie y se gira hacia vosotros, sorprende su diminuta estatura, no más alta que la de un niño pequeño de unos 7 o 10 años. No va armada aparentemente.

Tu aproximación médica no falla, sabes que todo comenzó desde que tocaste el jarrón y cuando luego te acercaste al símbolo de la puerta.

Pero ambos objetos no interactuan de ninguna forma cuando los pones uno al lado del otro. Si no se trata de una llave, ¿entonces qué es?

¡Bam! de repente un pensamiento te sacude, recuerdas algo de una vasija esotérica que leíste en ese libro... ¿Cómo era?*

Aún sigues mareado, pero conociendo algo más del origen de tu malestar te ves capacitado para seguir a tus compañeras a socorrer a Ginger.

Llegáis por un largo pasadizo hasta una de las últimas puertas dobles del complejo, está abierta y su interior alberga una especie de gimnasio asiático: el suelo esta cubierto por un tatami amarillo y siete columnas de madera se levantan entre paredes cubiertas de papel de arroz. Se trata de una sala de entrenamiento.

Giner apunta con una pistola a una figura sentada en posición de flor de loto en el centro de la habitación, de espaldas a vosotros.

Su voz se eleva como un suspiro lejano y profundo, agradable como la de tantos otros vástagos agraciados con ese don al igual que Ginger y Samantha. 

- Puedes llamarme Sawiskera.

La figura sentada se apoya sobre sus rodillas para incorporarse 

- Solo debéis saber que estaba aquí antes que vosotros.

Y cuando finalmente se pone de pie y se gira hacia vosotros, sorprende su diminuta estatura, no más alta que la de un niño pequeño de unos 7 o 10 años. No va armada aparentemente.

Tus compañeros están muy tranquilos ante la visión que encontráis en ese dojo. 

Si, es cierto que Ginger lo apunta con un arma, pero su mirada parece relativamente calmada ¿A caso no ven los vapores negros que emana esa cosa? Sigues estando mareado y tu cabeza va lenta, y esos vapores no ayudan. Sospechas que todo puede tratarse de una alucinación, pero cuando miras a tus camaradas, ellos se ven nítidos y claros, en cambio aquel ser que habla con la cara grabada en símbolos esotéricos de repente está y cuando enfocas tu mirada desaparece durante décimas de segundo a pesar de que su voz no se entrecorta con tales saltos.

La solución a mi problema parece haber surtido efecto y el mareo desaparece progresivamente hasta alcanzar un estado de casi normalidad. 
Llegamos a una especie de dojo en el que Ginger trata de contener a una figura diminuta y aparentemente absorta en un secreto empecinamiento que trasciende a nuestra presencia.  

Sawiskera - doy un paso al frente, con una mano en alto en son de Paz -. Estás lista para la partida - afirmo enfrentando su mirada perdida, llamando su atención.

Cuéntame - exijo -. A dónde vas... quien es el que te reclama y para qué - la mirada es severa, el rictus inquebrantable y riguroso del que no va a tolerar ninguna evasiva como respuesta.

No, sigues afectado y con los penalizadores:

Sigues estando mareado y tu cabeza va lenta, y esos vapores no ayudan.

He puesto que bajabas porque narrativamente me parece más adecuado y fácil