Partida Rol por web

Tanto silencio repentino no me dió buena espina.. Me quedé parada y confusa, escuchando. ¿También habían desaparecido las hadas malvadas? Dejé el baúl que carretábamos Cory y yo con esfuerzo, y me acerqué a los demás, y a la ventana.

-Parece que todo está en calma, deberíamos aprovechar el tiempo, si realmente salimos. Pero no sé, ahí fuera.. Estaremos desprotegidos. Aquí el monstruo no entró, ni las hadas tampoco. Ahí fuera no tenemos nada.. ¿Qué pensáis?

-Está fuera - digo imaginándome una situación horrible - está fuera esperando a que salgamos para comernos uno a uno... yo no quiero que me coman...

-¡No! Pero si ella dijo que la casa estaba embrujada... y... y... las hadas nos trajeron aquí, nos trajeron por algo -se rascó la cabeza, nerviosa-... Cuando estábamos afuera, cuando nos separamos, el espectro nos estaba buscando ¿se acuerdan? -caminaba de un lado a otro y no paraba de mirar hacia la escalera-... Quería traernos aquí, a su trampa... yo... yo -miró la ventana y apretó sus manos contra el pecho-... ¡voy a salir!

Siobhan parecía no saber lo que decía y hasta cierto punto era verdad. Quería salir de esa casa, el hada había dicho que la casa era una trampa y de las trampas había que escapar no quedarse. Utilizando esa lógica, ese raciocinio infantil es que ella había decidido salir; no sabía de sacrificios ni conejillos de indias ni ninguna de esas cosas, sin embargo, aún en su inocente ignorancia, estaba decidida a oficiar como tal.

Estaba claro que Siobhan no aguantaría esa situación mucho más. Sólo era una niña pequeña, y su estabilidad tenía un límite. Sin pensarlo dos veces, se encaminó a la ventana para salir por ella utilizando su cuerda.

Los demás estaban divididos en sus dudas. Estaba claro que el silencio podía ser buena señal... o mala. Sin duda era muy sospechoso, pero tal vez no tuvieran mucho tiempo antes de que aquella cosa volviera, o antes de que las hadas malignas decidieran regresar para volver a molestarles o algo peor.

El Hada que les acompañaba se aclaró la garganta para decir algo.

- Yo creo que... no deberíamos salir -dijo-. No estoy muy segura, pues nunca he ido tan lejos de la cabaña, pero creo que el Espectro hechiza el bosque para que no tenga límites, igual que pasa con esta casa.

Aquello no eran buenas noticias. Eso explicaba por qué no habían sido capaces de regresar al pueblo aquella tarde.

- Pero hay una salida -siguió el Hada-. Las Hadas más ancianas lo dicen. El problema es que... yo no sé dónde está. Nunca me lo han contado.

Se la veía preocupada, y con tantas ganas de escapar de allí como ellos. ¿Qué podían hacer para averiguar dónde estaba la salida?

Un lastimero gemido escapó de su garganta al oír las palabras del hada y su infantil e inocente rostro, fue inequívoco reflejo del miedo, frustración e inclusive ira que estaba comenzando a sentir.

Las hadas, las hadas, todo era culpa de las hadas. Las hadas los habían atraído hasta el bosque. Las hadas los habían hecho internarse más y más hasta perderse. Las hadas los habían conducido a esa trampa y eran las hadas las únicas que conocían la salida.

-Llévanos con ellas entonces... con tu polvo de hada haz que volemos como lo hace Campanilla en los cuentos de Peter Pan.

El hada no parecía tener ni idea de lo que hablaba Siobhan. Estaba claro que estas hadas no tenían polvo mágico para hacer volar a los niños.

- Bueno... -dijo-. Todo lo que sé es que la salida está cerca de la cabaña. O al menos, cuando se les preguntaba, las Hadas ancianas siempre decían "cerca de aquí". Ahora ya no queda ninguna...

Aquello era una pista a tener en cuenta. Sin embargo, ya habían comprobado que la cabaña era siempre igual, los mismos pisos repitiéndose eternamente. Y en los aledaños no habían visto nada inusual. ¿Cómo sería la salida?

Todo a su alrededor seguía en silencio. Quizá tuvieran un par de minutos para pensar.

-Ya vimos que las distancias en este lugar son muy confusas -dije, refiriéndome a los pisos de la casa-. No creo que debiésemos fiarnos de lo de "cerca".. Además, cerca...¿dónde? Puede ser cualquier dirección.. Eso no nos ayuda, hadita..

Comenzaba a entristecerme de nuevo. ¿Saldríamos alguna vez de allí? Seguro que mis abuelos me estaban buscando.. Seguro que llamaron a la policía y están rastreando el bosque. entonces.. ¿por qué no nos encuentran?

No lo dije en alto para no entristecer también a los demás, pero no se me ocurría nada..

En silencio me agacho y me siento en el suelo. Mis rodillas quedan a la altura de mi pecho y las envuelvo con mis manos como si en esa posición fuese más resistente a cualquier mal que pudiese suceder.

Estamos muertos.

Zaina se acercó a Dani y le sacudió los hombros.

Levantate...salgamos por la ventana...aunque haga frío fuera podemos colver a entrar si no encontramos la salida ¿no?

Porque la salida no está en la misma casa ¿verdad? pregunto la gitanilla al hada

La única respuesta que Zaina recibió fue un encogimiento de hombros del Hada. Les había contado todo lo que sabían. El silencio era tan opresivo que casi podían oír su propio miedo...

En ese momento, se escuchó un pequeño crujido procedente de la ventana. Cuando iban a asomarse, para comprobar qué pasaba, el marco voló en mil pedazos y varios de ellos se cayeron al suelo, mientras un escalofrío mortal les recorría. Una sombra terrible rugió afuera, dos ojos rojos les escrutaban con furia. No podían distinguir qué forma tenía aquella cosa, pero su saliva caliente les salpicó, mientras olían su aliento fétido.

El Espectro, harto de no poder alcanzarles, debía haber intentado algo diferente... llegar hasta ellos desde fuera. El Hada que les había contado todo fue la primera en gritar, consciente del peligro que corrían sus vidas. Si no querían perderlas, debían moverse, y puede que sólo tuvieran unos segundos para reaccionar.

Mierda ahora nos atacan desde fuera.... ¿y ahora que hacemos?.

Miro al hada y digo: Venga haz un esfuerzo, intenta recordar... llorar no nos ayudará de nada... tenemos que escapar como sea....

Si hubiera hecho caso a mi madre y hoy me hubiera quedado con mis primos en la fiesta del Tio Marcos...

-¡¡Aaaaaahhhh!! -gritó asustada, haciendo claro eco al grito del hada, y poniendo distancia entre ella y la ventana. Miró en dirección a la escalera y acto seguido hacia la puerta. Podían seguir como hasta ahora, en un infinito subir, pero las fuerzas más temprano que tarde la iban a abandonar.

Estaban acorralados, no importaba hacia dónde corrieran ni cuánto porque el espectro seguía, cual sombra, pegado a sus espaldas. Siobhan fue presa de la desesperación, estaba aterrada y lo único que deseaba era escapar, correr lejos, muy lejos, sin siquiera detenerse a pensar que esa huida pudiera conducirla a las fauces mismas del monstruo del que deseaba huir... y aprovechando que el espectro estaba en la ventana, corrió hacia la puerta como alma que lleva el Diablo.

Mientras la pequeña Siobhan se lanzaba a la carrera hacia las escaleras para bajar, el Espectro entró en la sala. De sus fauces goteó una saliva rojiza mientras emitía un gruñido ronco y grave. Miró uno a uno a los niños que quedaban allí, y se fijó en la antorcha de Cory. No parecía que semejante bestia tuviera que tener demasiado miedo a aquél palo... pero aún así parecía estar decidiendo a cuál de ellos atacar.

Me sentía confundida y temerosa ante la visión del fantasma aterrador. No sabía qué hacer. Pero despues de todo lo vivido no íbamos a entrar en pánico ahora.. o eso esperaba. Miré a mis amigos..

-¿Qué hacemos? -susurré, sin quitar ojo de la criatura-. ¿Atacamos todos? ¿Lo distraemos?

Mis piernas actúan por si solas, mis ojos llenos de lágrimas a penas me permiten ver con claridad, pero sin esperar un segundo más corro para seguir a Siobhan, ni de lejos me voy a quedar en la misma sala que se maldito monstruo.-

- ¡Ah! - grito al tiempo que avanzo como alma que lleva el diablo.

Miro a los demás y digo:

Creo que en esta situación Dani, ha sido el más listo de todos... Lo mejor es correr¡¡¡¡

Digo mientra sigo a Daniel en su recorrido...

Y mientras corría, Siobhan pensaba en lo mucho que deseaba que fuese de día o que, cuando menos, tuvieran la posibilidad de emitir una poderosa luz que cegara a la bestia el tiempo suficiente para escapar.

-El hadita -se decía entre jadeos, tratando de no mirar atrás para no caer por las escaleras, pero a sabiendas que Daniel venía tras ella-... El hadita, ella no es mala como las otras, su luz tiene que ser mucho más poderosa pero ella no lo sabe... Brilla, hadita, brilla... brilla con todas tus fuerza.

Y con la misma fuerza que esperaba tuviera el hada para brillar, ella deseaba que aquello fuese posible.

¡Corre Cory!-grito Zaina mientras zarandeaba al chico que parecía haberse quedado petrificado y le tiraba de la manga para subir escaleras arriba. La gitanilla no iba a ser la única que se quedase allí abajo desde luego pero tampoco iba a dejar a su amigo con esa bestia

Justo un instante antes de que el Espectro se lanzase sobre ellos, el grupo se dio la vuelta y echó a correr escaleras abajo. Todos cerraron fuertemente los ojos y los dientes, esperando sentir en cualquier momento el desgarrador golpe de las zarpas de aquél monstruo, o el mordisco de sus afiladas fauces. Sin embargo, corrieron y corrieron... y no pasó nada de eso.

Cuando reunieron fuerzas para volverse y mirar, descubrieron que Siobhan, que era la que iba por detrás de todos, llevaba a la pequeña hada sobre la cabeza y que su vestido blanco refulgía al reflejar la intensa luz del hada. Esta tenía los ojos tan cerrados como ellos, y no parecía darse cuenta de nada... pero los ojillos del Espectro parpadeaban con frustración, mientras movía sus zarpas de un lado a otro, como tratando de ahuyentar algo que no podía ver. Al menos habían ganado tiempo...

Continuaron bajando y se encontraron una vez más en el desván de la casa, el primero de ellos. En el hueco de la escalera podían ver la luz de la lumbre, que sin duda seguía encendida. Ahora podían intentar llegar a la puerta para escapar de la casa y buscar la salida de la que hablaba el hada, o tratar de buscar algo con que enfrentarse al Espectro para destruirlo de una vez.