Partida Rol por web

Obsesión

5. Kirian

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21/10/2011, 20:42
Junette Branctorche
Sólo para el director

Antes de que pudiera reaccionar los ojos se le cerraron bruscamente y la cabeza le empezó a dar vueltas. Mientras caía al suelo, sólo alcanzó a pensar durante un segundo lo difícil de su situación. Mierda.

- Tiradas (1)
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23/10/2011, 14:24
Director

Cuando Junette abrió los ojos se encontró tirada sobre la piedra boca abajo. Tuvo que rodar sobre sí misma para poder ver algo más que el suelo, y cuando lo hizo se descubrió en un edificio de planta circular. Una claraboya en el techo arrojaba algo de luz y permitía vislumbrar lo que ocurría. Y lo que ocurría era motivo de aprensión.

María estaba echada en el suelo completamente desnuda. Algo en su vientre relucía con un resplandor rojizo. Bajo ella, un diseño dibujado con algo parecido a la sangre relucía a su vez. A su alrededor, cinco personas oraban con una sola voz mientras una sexta daba vueltas en torno a María mientras blandía un bastón de oro. Se trataba de una danza que se le antojaba mística, pues aunque desconocía muchas cosas sobre las artes ocultas, no le quedaba ninguna duda de que se trataba de algo así.

La mujer con el cabello rapado era una de las que oraba junto a sus compañeros. El hombre de pelo oscuro, Silas, se hallaba junto a ella. Le relucía algo en el cuello, un color azul claro como el hielo. De pronto alguien entró en la sala y su voz retumbó en toda la estancia.

-Están aquí, en los Jardines. Son seis.

La oración se detuvo, pero el bailarín no.

-Kirian está cerca de aparecer -dijo uno de los que Junette no conocía-. Entreguemos el sacrificio y huyamos. Que ellos lo derroten.

-¿Qué honor hay en eso? ¡Nosotros debemos enfrentarnos al Guardián del Fuego!

-No hay honor en ser atrapados. Vayámonos. Lucian lo comprenderá.

La mujer rapada se acercó a Junette y la arrastró hasta el círculo luminoso. María seguía respirando, dormida. Silas asintió.

-Si no lo comprende, yo le haré entender. ¿Has terminado, Alecto?

El danzarín asintió. El cuerpo de María comenzó a brillar con fuerza.

-Es hora de salir. Por el fondo.

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23/10/2011, 14:38
Jules Lázarus

El heterogeneo grupo se adentró en los Jardines y caminó durante varios minutos. Jules los dirigía, buen conocedor del lugar. No era difícil imaginarlo disfrutando de una tarde primaveral en compañía de su familia allí, en algún momento más adecuado. Ahora estaba preocupado y no dejaba de toquetear la empuñadura de su espada.

La zona de los mausoleos estaba rodeada por arbustos y árboles que convertían hacían del lugar un poco más fresco que el resto del parque. Jules los hizo atravesar una fila de monumentos fúnebres hasta detenerse en el que dominaba la zona, un imponente edificio circular con motivos solomónicos y quizá anteriores.

-Creo que es aquí. Preparaos.

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23/10/2011, 16:15
Aleph

Aleph tomó aire, y se giró hacia Jules

Si algo parecido a Sandor aparece, intentaré contenerle centrando su atención en mí. Aprovechad para atacar por sus flancos

Era una posibilidad remota, pero era una posibilidad. Que hallarían allí abajo, solo podían hacer conjeturas. Pero, visto lo visto, mejor dejar las cosas claras

Mientras sentía como la energía comenzaba a arremolinarse dentro de sí, entró junto con el resto al mausoleo

Notas de juego

Cargo ki para realizar la técnica Shi Tou

Según las reglas del libro oficial, al declarar que cargo ki para realizar una técnica en concreto, puedo mantener esa técnica "preparada" sin llegar a utilizarla durante tantos asaltos como quiera, gastando un punto de ki genérico por asalto. Luego, si al final no quisiera utilizarla, podría recuperar el ki que tenía cargado, gastando solo otro punto de ki en el proceso (Esto según el DK, creo). Vamos, que si en este turno cargo, y al siguiente (ya dentro del mausoleo) dejo de cargar porque ya tengo todo el ki preparado para usar la técnica, a partir de ese asalto gastaría 1 hasta que quisiera utilizarla. Si tras 5 asaltos decidiera que al final no la voy a llevar a cabo, habría gastado 4 puntos de ki (Por mantenerla lista durante 4 asaltos) y otro (En el quinto asalto) para recuperar el ki que tendría cargado para la técnica (En este caso, cuesta 17): En total, 5 puntos. Si en cambio, en ese mismo quinto asalto decidiera utilizarla, habría gastado 4 por mantenerla lista durante esos cuatro asaltos anteriores, y 17 por usar la técnica: 21 en total

Ahora, no sé que reglas usarás para esto, o si realmente te importará demasiado XD Ya sabes, me adapto a lo que me digas. La intención es, básicamente, ir con la técnica preparada para poder usarla nada más empezar la (Probable) pelea, y que no me pille con los pantalones bajados, obligándome a gastar un turno para cargar ki...

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23/10/2011, 17:56
Celeste Índigo

Celeste observaba a su alrededor, tal y como Damien estaba haciendo, temerosa de que cualquier ser mitológico estuviera esperándolos, agazapado en la oscuridad, tratando de acabar con ellos. María trendría que estar cerca, estaba casi segura de que pronto se la encontrarían.

Al llegar al mausoleo, se detuvieron delante de él. Jules indicó que ese era el lugar, para que a nadie le quedara duda.

Aleph empezó a concentrar su poder, para que, si tenían que pelear, empezar preparados. Celeste haría algo parecido. Contra Sandor, había sido de gran ayuda el trasformar a su compañero en aquella criatura espeluznante. Ese poder abrumó a Sandor... pero ahora, ¿Sería tan "fácil"?

Antes de nada, Celeste concentró sus sentidos místicos en el Mausoleo, quería saber si era capaz de notar algo extraño allí, tanto una creciente fuente de magia, como todo lo contrario, un vacío existencial que negara el flujo de almas. Realmente, aunque anulara parcialmente sus poderes, en lo más profudo de su corazón prefería encontrar esa fuerza devoradora, pues eso sería significativo de que su "maestro" o alguien relacionado con él había estado allí...

y eso... alimentaba sus deseos de vengaza.

Notas de juego

Vale, no tengo mi Pj ahora en este ordenador. Supongo que esta noche podré tener acceso a él, y ver la ficha de Celeste, pero por ahora... ¿Puedes hacerme una tirada de Valoración mágica para ver qué es lo que "veo"?

^^

La intención de Celeste es algo parecido a la de Aleph, cargar el conjuro que usó en el otro combate, y llevarlo mantenido *puedo hacerlo hasta un número de turnos equivalente a mi característica de poder* hasta que veamos el probable bicho al que nos enfrentaremos.

Esto en el caso de que sienta algo dentro, o... demasiada nada. XD En el caso de que no sienta nada, a secas, no preparará el conjuro, pues no sentirá una amenaza tan directa. (puede que esté ocultandose, pero no va a llegar a ser tan "precavida" si no nota nada, se fiará de sus sentidos ;) )

En el caso de que entremos, y no haya nada, siempre puede recoger de nuevo el zeón acumulado, perdiendo 10 de Zeón en el proceso. ^^

 

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24/10/2011, 01:46
Damien Goldman

Damien inspiró profundamente y no retiró la mano del pomo de su estoque, ya que era lo suficientemente rápido y hábil para que no le importara el tener la hoja fuera o dentro de su funda.

No perdió de vista a Serena, ya que sus compañeros estarían concentrados en las posibles amenazas sobrenaturales y mágicas, él les vigilaría las terrenales y físicas.

-De acuerdo Alep, tú sabes lo que haces.-dijo con confianza.

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24/10/2011, 09:15
Junette Branctorche
Sólo para el director

Notaba las sienes palpitar al despertarse, no estaba muy segura de lo que había pasado ni dónde estaba. Al ubicarse, poco a poco, se dio cuenta de que había encontrado a Maria antes que el resto, pero lejos de alegrarse se puso de los nervios. No entendía qué estaban haciéndole exactamente, pero no había que ser un as para darse cuenta de que era algo malo.

Callada, intentando pasar desapercibida pues ya sabía que no podía enfrentarse ni a la mujer rapada ni al resto, empezó a tomar nota mentalmente de todos los nombres que iban mencionando. Tenía la vana esperanza de que, cuando llegaran el resto (no dudaba de que eran esos "seis", aunque no le salían las cuentas) pudiera ofrecerles algun tipo de información útil para desactivar aquello que estaban haciendo a Maria.

La mención del sacrificio hizo que se le secara la boca de los nervios. ¿Era ella el sacrificio? ¿Por qué no se había quedado en casa, quietecita? Se quedó prácticamente inmóvil mientras la otra mujer la arrastraba al lado de Maria, sabiendo que pronto tendría que salir corriendo o tal vez sería devorada por a saber qué. Aquello parecía el mismo tipo de rito que debían haber intentado con Elisabeth, lo cual significaba algun tipo de monstruo mortífero y desatado dentro de poco. En cuanto vio que la gente rara salía del sitio, empezó a zarandear a Maria todo lo fuerte que pudo, sin saber si aquello interrumpiría el rito o lo estorbaría minimamente.

- Despierta, despierta... - aquello brillaba más y era evidente que si Maria despertaba era posible que no lo hiciera como ella quería. Buscó con la mirada algun sitio para guarecerse, tal vez escapar sin que los que se acababan de ir la vieran huir.

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24/10/2011, 11:29
Director

Cuando el grupo irrumpió en el mausoleo se encontró en la sala central del mismo. Una claraboya en las alturas iluminaba la sala de piedra y daba forma a los sarcófagos y a las estatuas que se albergaban allí. Pero eso les pasó casi desapercibido cuando vieron que en el suelo estaba María completamente desnuda. Junette estaba junto a ella, zarandeándola para intentar despertarla de un sueño demasiado profundo. Algo brillaba en ella con un resplandor rojizo, al igual que un símbolo dibujado alrededor de ambas.

Algo brotó del vientre de María, como un flujo de sangre tras una herida mortal. Aquella luz líquida se deslizó por el suelo eludiendo a Junette y fue tomando forma sobre el suelo de piedra y mármol. El color rojo se hizo menos fluido y aparecieron escamas, y en el extremo que había salido primero, una cabeza ofídea envuelta en llamas. La serpiente abrió la boca y los miró con aquellos penetrantes ojos. Mostró los colmillos e hizo un siseo amenazador. En ese momento, todo su cuerpo comenzó a desprender un calor abrasador.

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24/10/2011, 11:40
Serena

-¡María!

Serena echó a correr hacia la cantante sin detenerse ni un segundo ante la visión de un monstruo como la serpiente. Resbaló por el mármol hasta llegar a su cuerpo dormido, que tomó entre sus brazos y zarandeó.

-¡María, despierta! ¡Soy yo!

Sus gritos llamaron la atención de la serpiente, que se giró hacia ella y le dio un rápido mordisco en el hombro. La zigeuner soltó un alarido de dolor mientras su piel se abrasaba. Soltó a María y rodó por el suelo intentando apagarse el pelo.

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24/10/2011, 12:28
Aleph

Aleph frunció el ceño, y sacó su Ram Dao de las correas de su espalda. Las piedrecitas del suelo que había a su alrededor comenzaron a removerse y a alzarse del suelo, movidas por la propia energía espiritual de Aleph, mientras el inmenso guerrero cerraba los ojos por un instante y colocaba su imponente arma en posición horizontal frente a sí

Shi Tou

Su voz pareció retumbar en el lugar, como si varios ecos le devolvieran la respuesta. Luego, su piel comenzó a oscurecerse y a marcarse con luminosas runas rojizas y negras. De alguna manera, su cuerpo pareció entrar en sintonía con la piedra de las paredes y del suelo, con el aire viciado de aquel monumento a los caídos. Acto seguido, abrió los ojos, que durante unos segundos permanecieron vacíos, oscuros, sin rastro alguno de pupila

Luego dio un paso adelante

¡Espíritu de la llama y la muerte! ¡He aquí a tu enemigo!

Trazó un arco con su Ram Dao, mientras abría las piernas para anclarse al suelo con firmeza

- Tiradas (2)

Notas de juego

-5 por Ram Dao, -20 por Shi Tou. Me quito 17 de ki (Voy a 40), y rezo para que no me calce sorpresa ;)

¡Yay! Esa abierta me deja más tranquilo :)

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24/10/2011, 12:44
Aleph

La conciencia de Aleph vibró

No sé si podré tocarle, siquiera. La bestia parece hecha de fuego y energía, por lo que su cuerpo puede ser inmune a las estocadas de mi Ram Dao. Intentaré contenerle, pero es posible que tus poderes sean los que decidan esta batalla

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24/10/2011, 14:06
Director
- Tiradas (4)

Notas de juego

Iniciativa Tristán 196 Kirian 164 Jules 191

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24/10/2011, 14:09
Damien Goldman

-¿Espíritu de qué?-Pensó Damien medio alucinado mientras Alep sacaba su enorme arma. Pero no era por la actuación de su compañero sino debido a la enorme criatura que tenía delante.

-Sigamos el plan-Murmuró, afortunadamente su cuerpo, después de tanto entrenamiento, ya había reaccionado y estaba moviéndose hacia un lado, con el objetivo de pillar por un flanco al monstruo.-Espero que luego alguien me explique qué es esto. Necesitaré un diagrama y todo.-

- Tiradas (1)

Notas de juego

Turno 155

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24/10/2011, 22:06
Celeste Índigo

La magia Vibraba alrededor de Celeste. Había entrado con el hechizo que les concedió la victoria en el combate anterior preparado de antemano, por lo que una cantidad enorme de Zeón residía dentro de ella. Tanto era sí, que la propia realidad se sentía confundida por el poder que albergaba. 

Pequeños cantos en el suelo, obviaban las leyes de la física para ignorar la gravedad y flotar a unos centímetros del suelo, a la vez que brisas de viento levantadas de la nada acariciaran sus cabellos, haciendo que su pelo azul ondeara en el interior del complejo.

Pero aún así, aún no estaba liberando el poder, estaba esperando el momento perfecto, quería pillar a su enemigo por sorpresa, quería usar el máximo de su potencial para mantener a esa hostil criatura fuera de este mundo. 

Si todo era como en el combate anterior, María ya no tenía nada que ver en el ritual, todo había empezado... ¿pero eso qué importaba? Ella estaba allí por su "maestro". Tenía que estar cerca.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Truno 128

Cuando me toque, libero el poder. 

 

En este momento llevo 220 de zeón almacenado, esperando para lanzarlo en mi turno. ^^

Será Adquirir Poderes: Conjuro de Nv 50 de Creación. Con 12 aumentos de un máximo de 14 que puedo: Zeón total 150. Pierdo 1 de cansancio, por la extenuación... quedándome a 5 de Cansancio y a 250 de Zeón.

Pero bueno... eso será en mi turno ;)

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24/10/2011, 23:48
Junette Branctorche

No es que pensara que no iba a pasar nada malo, pero no se imaginaba que lo malo pudiera ser tan grande. Ahogó un grito recordando en el último momento que tenía algo de orgullo racional y que gritar no iba a servir de absolutamente nada. Es más, podía ayudar a llamar la atención de la criatura. Así que de momento sólo le quedaba quedarse quieta y desvalida.

La llegada de Serena, sin embargo, puso su cuerpo en movimiento. La muchacha aquella le caía mal, pero no iba a dejarla envuelta en llamas y sufriendo. Maria, aunque inconsciente, parecía encontrarse bien, así que se levantó corriendo para ayudar a Serena a apagar sus llamas, intentando no prenderse fuego a si misma por el camino. Dio la espalda a la criatura, tendría que confiar en el resto para acabar con ella.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno, ahí queda mi tirada, aunque como Junette no se ponga a escupirle no sé qué va a hacer de utilidad contra el demoño... xD

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25/10/2011, 00:58
Tristán Sadler

-¿Qué...? ¿Esto es...? -balbuceó Tristán, con las llamas de la serpiente haciendo brillar su armadura. Tragó saliva y suspiró, preparándose para saltar sobre ella y atacarla con todas sus fuerzas. Su espada bastarda cortó las llamas hasta llegar a la piel dura bajo ella, sajando y derramando una sangre que cayó en el mármol y lo fundió como si fuese lava. El guardia se apartó en el momento justo para evitar que su capa se prendiera.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Me he equivocado con la rotura, es 15. Cada vez que ataquéis tenéis que hacer una prueba de rotura para vuestro arma.

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25/10/2011, 01:16
Jules Lázarus

La serpiente parecía a punto de lanzarse contra Tristán, pero Jules corrió para interponerse entre ellos.

-¡Eh, tú! ¿No prefieres charlar conmigo?

El ser ígneo se abalanzó sobre el burgués. Jules aguantó la acometida y atravesó uno de sus ojos con su estoque, ágil en un salto que lo situaba lejos de su alcance. Enrabietada, la serpiente quiso vengarse. Con una destreza que desafiaba lo que habían visto hasta el momento en el joven burgués, detuvo su colmillo bañado en fuego con su arma, de la que saltaron destellos y chispas hasta que la serpiente se retiró.

- Tiradas (8)

Notas de juego

La madre del cordero O_O

Turno de Damien, Junette, Celeste y Aleph

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25/10/2011, 02:41
Damien Goldman

-¡Creo que más bien se centra en Jules, Aleph! ¡Pero podemos seguir el plan igualmente!-dijo Damien asombrado al ver el magistral ataque del noble.

Sin dudarlo rodeó a la serpiente de fuego, el calor que desprendía hizo que empezara a sudar profusamente, pero aguantó el malestar y se interpuso entre el monstruo y María, lamentando que Junette se hubiera ido a socorrer a Serena. Al menos Junette puede salir corriendo, María no puede ni eso. ¡El muy cabrón de Silas la ha desnudado! Voy a hacerme un abrigo con su piel!

Y una vez situado, trató de clavar su estoque en algún punto vulnerable.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Me pone en mi ficha un estoque +5 con una entereza de 21, no se si estará bien (me parece mucha) pero dejo hecha la tirada y que el máster diga si es ok.

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25/10/2011, 21:01
Celeste Índigo

Poder.

La propia esencia del mundo crepitaba dentro de Celeste.

El combate estaba siendo crudo, la serpiente atacaba con fiereza y sus mordiscos eran algo más que meros ataques punzantes, tenía el poder del fuego, un poder grandioso. Con tocar los objetos era capaz de prenderles fuego, y las armas de sus compañeros tenían que superar unas grandes temperaturas al impactar contra el ser.

Tristán ya le había alcanzado con su gran espada, y parecía que el ser se dedicaba a encajar los golpes en vez de protegerse, sería muy parecido a Sandor, pero con la salvedad de que este parecía mucho más rápido y mortífero. Jules había hecho gala de su gran maestría como combatiente, y a su vez de una suerte inusual deteniendo e hiriendo al ser con majestuosa facilidad.

Damien también trató de herir al ser con su arma. Mientras centrara la atención en Aleph podrían flanquearlo, y Celeste estaba preparando una sorpresita para esta criatura. Aleph se convertiría en su peor pesadilla. Aleph se convertiría en un demonio acuático.

Celeste empezó a brillar de repente, pues la energía que albergaba tenía que ser liberada. Iba a manipular la realidad, no por medio de mentiras o tribulaciones. No por medio de la palabra sino modificando la verdadera estructura de ésta.

Iba a modificar la vida.


Celeste estaba en un nuevo hogar, de nuevo en la grandiosa urbe de Arkángel. Había encontrado una pequeña casa casi en las afueras. Su dinero no daba para mucho, después de haber perdido casi todo tras ser encarcelada por aquel hombre misterioso tenía que volver a comenzar de cero. No es que se le diera mal conseguir dinero, pero desde que volvió Celeste no era la misma.

Le costaba hablar con la gente, miraba a todos con miedo. Se sentía sola, desprotegida, vulnerable. Podría volver a ocurrir. Podría volver a ser secuestrada. No había nada que lo evitara. Aunque Aleph hubiera entrado en el zulo, aunque hubiera limpiado el lugar y la hubiera liberado. Precisamente su captor no se encontraba allí en ese momento, seguí libre, vivo por cualquier parte del mundo, quizá ansioso de volver a encontrarse con Celeste. 

Quizá seguía buscándola. Es probable que al no haber acabado su trabajo, tuviera en su mente la idea de completarlo, y acabar definitivamente con la "vida" de Celeste. Lo que no sabía aquel ser es que realmente lo había completado, pero esa es otra historia.

La peliazul vivía con miedo, vivía pensando que nadie estaba con ella. Antes de estar allí la soledad le reconfortaba, la soledad le daba tiempo para pensar, le hacía poder dedicarse a lo que más le gustaba... la ciencia. Pero, ahora, no podía estar sola sin estar angustiada.

¿Alguien la estaría espiando? ¿Alguien conocería todos sus movimientos y la pillaría desprevenida en el peor momento? Esos pensamientos podían con la mente de Celeste, y no se atrevía a salir de casa, y se pasaba la mayor parte del tiempo en la cama, sin querer salir de allí, acurrucada entre pares de sábanas, tratando de tranquilizarse de una manera u otra. 

Sus poderes eran totalmente inútiles en ese momento, mentir, alterar la realidad... pero siempre de una manera muy vacía, muy... superficial. No, no era eficaz ese método para acabar con su miedo. No podía encontrar una compañía, un ser que velara cuando ella durmiera, un ser que no descansara, un ser que nunca estuviera lejos de ella. Y Aleph estaba todavía muy lejos en su vida. 

Celeste se levantaba cada mañana pensando en cuando superaría este bache en su existencia. Era algo que devoraba su mente. Sus mayores deseos estaban en encontrar a alguien que cuidara de ella, que pudiera estar a su lado siempre. Pero, había varias cosas que se interponían en este hecho.

Celeste no confiaba en nadie, todo el mundo se guía por deseos de riqueza, poder, ambición... nadie da su mano sin querer algo a cambio, nadie cede su ayuda sin esperar una vuelta. Unos pueden ser mejores que otros, pero la bondad por la bondad no existe. No le gustaba, gracias a eso nadie en la ciudad, ni en el mundo podía suplir el vacío que tenía en su vida. Nadie era digno de estar a su lado.

Y, aunque hubiera rebajado el listón, aunque hubiera aceptado la hipocresía humana, aunque hubiera pensado que con nuestros defectos todos somos lo mejores que podemos, tampoco podría haber encontrado a nadie. Orgullo, también llenaba a Celeste ese sentimiento. No podía salir a la calle, demostrando su debilidad, nunca le pediría a nadie que le acompañara a casa, o que se quedara con ella. Símplemente su mente no lo aceptaría.

En resumen, Celeste no podía encontrar a nadie, y su miedo seguía creciendo.

Pero, como todo terror, al final encuentra su solución. Celeste pudo encontrar ese compañero que la ayudara a superar el día a día, a no sentir terror en cada esquina. Y, lo encontró no en ningún extraño lugar, sino en sí misma.

Llevaba 3 días sin apenas pegar ojo, Celeste estaba sentada en su cama, con las piernas recogidas entre sus brazos, casi en posición fetal. La idea de tener a alguien circulaba por su mente como un virus, impidiendo que nada más pudiera entrar en ella, y reproduciéndose matando a todo lo que pudiera pensar Celeste.

Las alucinaciones empezaron a llegar a la mente de la peliazul, un pequeño perro entraba por la puerta de su habitación y se sentaba a su lado, sonriendo y moviendo la cola, apaciguado y tranquilo en su presencia. Un gatito dormía en el cabezero de la cama, meciendo su cola casi acariciando la cabeza de Celeste, una libélula estaba posada sobre la lámpara, mirando a la chiquilla. Un pájarito picoteaba la oreja del perrito, mientras, a ratos cantaba una bella canción y por último, enrollada bajo sus pies, se encontraba una brillante serpiente azul, de piel de nacar que acariciaba a Celeste.

Por supuesto, ninguno de estos animales eran reales, solo acompañaron a Celeste en sus "pesadillas", le hicieron sentirse segura, arropada. Celeste se levantó, acariciando la serpiente en el proceso y pasando una mano por la cabeza del gato durmiente, y se arrodilló junto al perro, y empezó a jugar con él. Era una imagen maravillosa, pero... todo eso se desvanecería en cuanto durmiera, en cuanto su cabeza recobrara la razón perdida por las horas de sueño robadas.

Se puso en pie mucho más tranquila, y con las ganas de dormir de nuevo en su cuerpo. Había tranquilizado sus miedos, al menos por esa noche. Aunque todo fuera un "sueño" todo era mucho más agradable entonces. Estaba arropada por cinco animales, que velarían sus noches, y la acompañarían donde sea. Era... suficiente.

Pero, antes de quedarse dormida, antes de dejar que su mente viajara al mundo onírico, su cuerpo empezó a brillar su cuerpo comenzó a emitir una energía que nunca antes había experimentado, y venciendo las leyes de lo posible de su cuerpo empezaron a salir unas figuras nebuliformes. Cada una con la extraña forma, aún no terminada de cada uno de los animales que había imaginado. 

Poco a poco, se fueron colocando en su lugar, posicionados con cuidado, y empezaron a adquirir una forma definida, un color característico y un aspecto mucho más... firme. El gato, el perro, el ruiseñor la libélula y la serpiente estaban realmente allí, en el mundo físico, se les podía tocar, coger. Pesaban, olían, eran ásperos, suaves, sus dientes estaban afilados o el sonido que salía de su pico era melodioso. Pero.. estaban allí. A su lado.

Celeste al despertarse al día siguiente no pudo evitar asustarse. Las pesadillas o sus ensoñaciones seguían allí y ese no era su lugar. Pero... reconoció en ellos su chispa, su esencia. Los había creado ella, y definitivamente no eran ilusiones, eran seres reales. Mantenidos a través de su magia, pero tan tangibles como la cama, o la estantería.

Celeste, la señora de las ilusiones, había modificado la realidad, había creado vida.

Empezaba a manipular el poder de la creación.

Y por primera vez en muchos meses...

le hizo sonreír.


Celeste iba a repetir el hechizo que formuló con anterioridad, pero mucho más potente. Quería acabar cuanto antes ese baño de sangre y fuego. Y el más indicado para el combate, aunque Jules podría ser un buen objetivo de sus hechizos, era Aleph. Amen de protegerlo de los embites del ser, cubriendo su cuerpo con una película de agua.

Celeste empezó a elevarse sobre el suelo. Sus pequeños y delicados pies ya no tocaban la superficie del suelo del mausoleo, y un serpenteante hilo de energía del color del zafiro empezó a rodear a la peliazul, meciendo sus cabellos e iluminando la zona. Imágenes de seres marinos rodeaban a la chica, serpientes marinas descomunales parecían rodearla, pulpos gigantes hacían estelares apariciones entre la neblina que estaba creando el conjuro para abrazarse a la conjuradora y desaparecer segundos después.

De pronto, abrió los ojos, y éstos brillaron con un resplandor azul intenso. Lanzó una mirada a su compañero.

-Aleph, es tu momento.

Juntando los brazos delante suyo, señaló a Aleph, y la energía en movimiento formó un arco que rodeo al gigante en menos de un segundo. Un cilindro de agua surgió a su alrededor, del cual seguían apareciendo figuras de seres mitológicos, cada pocos segundos. El propio flujo de almas estaba cediendo temporalmente su poder al gigante, buscando lo más dañino que podía permitir.

El cilindro de agua empezó a decaer, y en su interior empezó a entreverse el enorme arma de Aleph, así como la sombra del gigante. pero la sombra había cambiado, no poseía dos brazos, y de lo que parecía ser su espalda surgían dos figuras alargadas y erectas, posicionadas a ambos lados del soldado.

Cuando todo el agua desapareció, se encontró de pie una criatura de las profundidades. La columna vertebral de Aleph había crecido descomunalmente, habiéndose añadido dos "colas" que surgían del final de su espalda. Estos dos apéndices tenían forma de serpiente marina, con unos amenazadores dientes en su cabeza, se movían alrededor de Aleph, acariciándolo y separándose de él a intervalos regulares, como si tuvieran vida propia. De su costado, surgían otro par de brazos, equipados cada uno con una espada curvada de la cual parecía gotear agua. Es más, parecía que toda la espada estaba formada por el líquido elemento.

Pero esto no era lo más amenazador. El descomunal arma de Aleph había sido potenciada. Su Ram dao estaba rodeado de un torbellino de agua que se movía a gran velocidad, y a intervalos regulares se veían las cabezas de los seres fantásticos surgir de su interior, como espiritus amenazantes sedientos del poder del enemigo.

Ese torbellino, al impactar liberaría toda su energía en un una explosión de agua monumental, que cubriría una zona de 3 metros de radio desde la zona del impacto, inundando a la serpiente casi por completo. Haciendo que todo su cuerpo se apagara en el mejor de los casos.

Había concedido a su compañero un gran poder, pero lo había hecho a costa de un gran sacrificio. Había empleado una gran cantidad de energía. Mucho más grande de la que podía utilizar sin repercusiones. Y al acabar de conjurar el hechizo, calló en el suelo, de rodillas. Siempre le extenuaba lanzar esa clase de poderes.

Y además, sería espiritualmente caro mantener ese cambio en la realidad. Tendría que emplear mucha energía para no dejar que la realidad cambiara de nuevo lo que había trasformado. 

Pero Aleph lo merecía.

Celeste y Aleph, de nuevo en comunión.

La conjunción entre el cielo y el infinito.

El universo.

Notas de juego

Vamos a ver, después del tocho post, esto es realmente el mismo poder que usé la otra vez pero con los siguientes añadidos para Aleph:

Será Adquirir Poderes: Conjuro de Nv 50 de Creación. Con 12 aumentos de un máximo de 14 que puedo: Zeón total 220. Pierdo 1 de cansancio, por la extenuación... quedándome a 5 de Cansancio y a 250 de Zeón.

Efecto: Le doy 220 Puntos en poderes de monstruos, mantenidos a 44 Zeón por asalto. 


-20 PD doy al chicarrón armas naturales en este caso serían garras, pero también le salen cuernos en... Lo que me enlaza con el siguiente.  Daño del las armas: Según el tamaño de Aleph, como no me fío pongo los probables:

Medio: Tamaño: 9-22 -> Daño 40

Grande: Tamaño: 23-24 -> Daño 60

-80 PD Cuatro Ataques adicionales con -60 de Habilidad. Le salen los dos brazos nuevos, y las dos serpientes, con la que poder realizar el otros ataque simultáneo que con el Ram Dao.

Esta ventaja está cogida 4 veces, por lo que son 20 *4 ^^

-10 PD Ataque elemental. Todo su cuerpo se rodea de fuego y sus ataques, tanto con la cola como con el arma usan ese elemento.

-10 PD Dañar energía: Pues eso, que si no se le podía dañar, o se le quitaba menos vida si no dañabas energía, suple esa desventaja.

-100 PD Ataque especial: Daño base 200 área de 3 metros, sustituye el daño del ataque del Ram Dao básico, por este daño y este área.

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26/10/2011, 03:01
Aleph

Los golpes volaban por doquier, en un torbellino de espadas y fuego, mientras rugido y tensión llenaban el aire, quitando el aire y la templanza. Aleph sentía como el chi se arremolinaba a su alrededor, terminando de formar la armadura que le cubría, mientras la tierra parecía entrar en comunión con él, respondiendo a la llamada de su energía interior. Apretó los dientes, mientras todo aquel poder parecía conjugarse en un equilibrio precario y estable, chupándole su propia esencia como una lamprea ansiosa, pero fortaleciéndole al mismo tiempo. Aquella simbiosis no podía durar, así que Aleph debía de actuar rápido

Todo estaba ocurriendo demasiado deprisa. Al contrario que en su plan original, la atención del elemental se había centrado en los que él creía que iban a flanquearle, poniéndoles en peligro ya que, en caso de ser alcanzados, quizás no podrían soportar los golpes de forma tan efectiva como él. Aun así, mantuvo la calma. Aunque la adrenalina parecía estar pugnando por dominar sus movimientos, recordó las enseñanzas de su mamento, y dejó que su mente se vaciara durante unas milésimas de segundo, mientras el subconsciente analizaba la situación. Observó, inmóvil, como la serpiente atacaba a Jules y a Tristán. Observó su método de defensa, y sus patrones de ataque. Y luego, volvió a moverse

Pero no dio ni un solo paso cuando sintió como su conexión con Celeste se inundaba de un torrente puro e incontenible. Y entonces lo supo: Su compañera iba a realizar ese hechizo de nuevo. Pero esta vez había algo distinto, algo nuevo y más... Poderoso

Sin pensárselo dos veces, se abandonó a la comunión de almas que le ofrecía

***

Has vuelto

Aleph no dijo nada. Se limitaba a quedarse allí arrodillado, en posición de escucha, con el pelo tapando su rostro y las manos apretadas junto a lo que parecía ser un conejito de peluche. Brannagh no había visto nunca nada parecido, pero suponía que sería alguna clase de juguete o instrumento de alguna otra parte del imperio, más elaborado que las toscas figuras con las que los niños de los pueblos que solía visitar jugaban, pero con una finalidad similar. Qué hacía el grandullón con un objeto así, no lo sabía, al igual que tampoco se imaginaba porque había regresado tras tanto tiempo, y sin motivo aparente. ¿Qué habría visto en sus viajes? ¿Qué milagros, o tragedias, habría presenciado en sus aventuras?

Aquel hombre que miraba al suelo era muy diferente del chico que había partido de los bosques de Alberia años atrás. Ahora era un hombre, más maduro, más sabio y taimado. Más atormentado. Brannagh podía verlo en sus ojos. Pero, entre todas esas brumas, entre las capas nebulosas que parecían ocultar la luz de su interior, aún latía el chico frenético y sonriente que había criado hacía tanto tiempo. El mismo chico que había encontrado hacía ya lo que parecía una vida, en esa tea anaranjada con forma de caravana, siendo aún un bebé. Aleph. Su Aleph

Aún no puedo creerlo. Tras tantos años... Creí que nunca volvería a verte

Brannagh sonrió. A pesar del aparente estado de debilidad del gigante, el reencuentro había sido emotivo. Aleph le había abrazado con fuerza, y durante un rato, ninguno había dicho nada. El alma siempre se alegra cuando se reencuentra con un amigo perdido... Y más si ese amigo es lo más parecido a un hijo que has tenido nunca. Por ello, Brannagh había dejado que el momento quedara inmortalizado en el más níveo de los silencios, un silencio solo roto por el tenue rumor de sus almas vibrando al sentirse de nuevo juntas

Aleph alzó la cabeza, y, por primera vez desde que se había arrodillado, miró a Brannagh

Athaironna, yo...

Brannagh alzó una mano para silenciarle, y ensanchó su sonrisa unos centímetros

No hay nada que perdonar. No hay niebla en el camino. Mis puertas están abiertas, hermano

Aleph se quedó unos segundos callado, algo impactado por aquella antigua fórmula, que no escuchaba desde su más tierno florecer. Al final, hizo un esfuerzo, y, esbozando una media sonrisa algo pudorosa, terminó la frase no sin vacilar

No hay rostros que inclinar. No hay pesar que recordar. Mis brazos están abiertos, Athaironna

Brannagh soltó una viva risotada, mientras su rostro se adornaba con las muecas de la nostalgia

Ya no tienes por qué llamarme así, Aleph. Ya no eres un niño

Aleph negó con la cabeza, tozudo como siempre, y, por unos momentos, el sacerdote creyó ver a su pequeño Aleph, confuso, confesándole que no había entendido la lección del día. Como en aquellos años...

El abeto puede crecer hacia el cielo, y el roble volverse grueso cuál montaña. Más ninguno de ellos osará nunca mirar al anciano sauce como un igual

Pues en él se haya la sabiduría de las eras Concluyó Brannagh, asintiendo Veo que al menos alguna de mis lecciones se te quedó grabada en la cabeza

Todas, Athaironna. Quizás no fui el mejor pupilo, pero...

No, no lo fuiste Dijo Brannagh entre risas Aún recuerdo el día en que casi nos echan de aquel pueblo por tu aparente incapacidad para mantenerte quieto

Aleph se puso rojo como un tomate, aunque no pudo evitar una sonrisa

Creía que te habías divertido

Brannagh asintió enérgicamente, mientras soltaba otra carcajada

¿Quién ha dicho que no lo hiciera?

Los dos rieron durante unos minutos, disfrutando de su mutua compañía. Pero al terminar, el sacerdote Lilium volvió a ver como aquella sombra, aquel fantasma etéreo e intangible, se volvía a asentar en los ojos de su antiguo discípulo, haciendo que su expresión adoptara la fría resignación de los derrotados, la espinosa culpa de los arrepentidos. Brannagh no era tonto. Si Aleph había vuelto a verle a él y a los otros, no era por capricho. Había algo que le estaba destrozando, poco a poco, por dentro, y su visita no era más que una muda súplica de auxilio. Una súplica que, mientras Brannagh viviera, siempre recibiría una mano redentora

Suspiró, y, decidiendo que ya habían reído lo suficiente, se dispuso tomar las riendas del asunto. Si no lo hacía ahora, Aleph no sacaría el tema a coalición, y cuanto más tardara en hacerlo, más difícil sería arrancarlo de raíz. Desde los poderosos dedos de Aleph, el conejo relleno de algodón le miraba con el único ojo que parecía restarle, un botón mal cosido que formaba una imagen dispareja con respecto a la otra mitad de su cara, en la cuál apenas quedaba un mal disimulado rastro de lo que antes fue el hermano de aquel botón, ahora convertido en un simple punto negro con varios descosidos como consorte. A pesar del tamaño relativo del falso animal con respecto a las manos que le daban soporte, el grandullón lo sujetaba con delicadeza y cuidado, como si temiera que pudiera romperse a la menor brisa de viento. Era sorprenderte ver a una mole como Aleph tratando a un objeto tan frágil de aquella burda representación con ese amor, con esa aparente dedicación y control. Siempre había sido un mar de contrastes

¿Qué es lo que te sucede, Aleph? Se puso algo más serio ¿Qué es lo que aflige a tu corazón?

Aleph no respondió al instante. Pero sabía que no podía mentir a Brannagh. Los dos lo sabían. Así que respondió lo único que podría haber respondido en aquella situación: La verdad

Ocurrió hace un mes. Quizás más. El tiempo parece fluir de forma extraña desde entonces. Era una tarde lluviosa. De eso me acuerdo perfectamente

Ella se llamaba Lea. Era apenas una niña, una simple niña, tan cálida como el Verano. Sus ojos estaba siempre abiertos, observando todo. No hablaba mucho, pero sí observaba. Le encantaba mirar el paisaje, y susurrarme al oído sus pensamientos, sus ideas. Tenía mucha imaginación, mucha más de la que he visto nunca en otra persona. Para ella, las montañas eran viejos dedos de gigantes enterrados, los bosques ancianos mares verdes que se habían cansado de las aguas y habían decidido emigrar a la tierra para sentir el cálido roce de los rayos del sol en su superficie. Le encantaba subirse encima de mis hombros, y a mí no me importaba llevarla. Solía inclinarse para hablar conmigo en un tono bajo y privado, de modo que nadie pudiera oír lo que me decía. Era nuestro pequeño espacio personal... Nuestro santuario

La encontré hace un par de años. Viajaba por cierta región, persiguiendo a un perverso hechicero que había corrompido el orden natural del ciclo de almas, y que tenía pensado volver a hacerlo. En mi gesta por detenerle, llegué a una de sus guaridas, en donde encontré a muchos prisioneros, a cada cuál más desnutrido y martirizado. Estaba el anciano calvo y estigmatizado... La chica de cabellos azules como un zafiro... Y también estaba ella. Lea. Apenas una niña, sin pasado, sin futuro. Nada más que un nombre que se perdería en la sombra, arrastrado junto al polvo de las eras

La tomé bajo mi cuidado. Y, con el tiempo, se convirtió en lo más parecido a una hija que nunca he tenido. Entonces pude llegar a comprender, Athaironna, lo que pudiste sentir tú por mí cuando me encontraste... Pues el ciclo se repetía. Al igual que yo fui criado por mi salvador, criaría a mi protegida. Tú me lo enseñaste. Nada cambia. El mundo gira, y los hijos suceden a los padres. Lea me sucedería en el futuro, guardando mis conocimientos, que tú me trasmitiste, para trasmitírselos a su vez a su futuro protegido. Todo tenía sentido. Hasta ese día

Como he dicho antes, estaba lloviendo. La emboscada fue repentina, inesperada. No pude reaccionar a tiempo mientras los sirvientes del nigromante al que aún perseguía caían sobre mí, atacándome desde todos los flancos y posiciones. Logré defenderme como pude, y acabar con ellos, no sin esfuerzo. Pero ella no... Esos hombres sin alma la atacaron también, sin motivo alguno, y la hirieron de muerte. Murió entre mis brazos, Athaironna... Murió entre mis brazos, y yo no pude hacer nada más que observar como su alma se fundía en el ciclo...

Aleph empezó a llorar. Ver al gigantón llorando habría sido extraño e impactante para cualquier persona... Pero Brannagh conocía muy bien al hombretón como para sorprenderse. Le observó durante unos segundos, meditando. Ahora todo cuadraba. El conejito era de la niña, por supuesto. Y el pesar de Aleph, también

Tú no tuviste la culpa, Aleph

Aleph negó con la cabeza, estrechando el conejo contra su pecho

Sí, Athaironna. Fue mi culpa, mi pecado. Juré que la protegería... Pero no pude hacer nada... No fuí lo bastante fuerte

Nadie podría haberla salvado Brannagh frunció el ceño El cauce de almas ya la había reclamado para sí. No te atormentes por lo que no puede cambiarse

Aleph se mantuvo quieto durante unos segundos. Luego alzó su rostro bañado por lágrimas, esta vez con el ceño fruncido, y los dientes apretados. Subió el volumen de su voz

No... No, Athaironna. No volveré a permitirlo. Me haré más fuerte... Y llegará un día en el que ya nunca más vuelva a faltar a mis promesas. Un día, podré proteger a los que quiero. Un día...

Apretó el conejo contra su pecho, y cerró los ojos

Nunca más volveré a fallar. Nunca

***

El chi explotó dentro de su cuerpo. La energía le invadió sin pedir permiso, y comenzó a moldear su cuerpo a voluntad. Aleph sentía a Celeste, la sentía dentro de sí mismo. Mientras la maga iba dibujando su cuerpo a voluntad, el gigante se concentró en controlar el aparente torrente de energía que mandaba su propia alma hacia la de Celeste, como un ente sediento que recibe tras muchos días una cantimplora, o que recibe a una vieja amiga largo tiempo añorada. Sus costillas crujieron, y luego se amoldaron a las dos nuevas estructuras que crecían junto a ellas. Su columna vertebral estalló entre un montón de astillas, dividiéndose en tres de forma tan natural como si aquello fuera una simple muda de piel. Fue doloroso, pero Aleph no se quejó, ni temió por un momento, tal era la confianza que tenía en su amiga

Luego, el poder

La nueva criatura surgió del torrente de agua, en el mismo lugar donde antes se había erguido Aleph. Un antiguo ente, una extraña y alienada reminiscencia de dioses olvidados y cuentos nunca acabados. Y entonces la figura dio un paso hacia delante, y colocó el Ram Dao en posición de combate

Corta ha sido tu visita, y a pesar de ello, más larga de lo que debería haber sido. Vuelve ahora a tu reino, hermano. Yo te libero

Nunca

Acto seguido cargó, con la fuerza de Celeste acompañándole

- Tiradas (5)

Notas de juego

Bueno, pues me uno al club "Libro-posts", y, ya de paso, hacemos un "Sandor-Part 2" en toda regla ;)

2 punticos de cansancio al primer ataque. A ver si hay suerte y sale abierta, que la última vez me quedé con las ganas :P

Pues va a ser que no -.-'

-1 ataque a 232 con 200 de daño, 3 metros de área (No sé cuanto cubrirá del bicho pero si es la mitad -Que mira que lo dudo- dobla el daño), elemental de agua (No se dobla dos veces en caso de que también pille lo del área, simplemente se vuelve a sumar 200)

-4 ataques de 151, 110, 137 y 145 con daño de 60, elementales también

Si toca tirar algún crítico (Ojalá, que como le de tiempo a responder... XD) tira tú por mí ;)