Partida Rol por web

Obsesión

Acto II - Epílogo

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26/10/2011, 12:16
Director

De vuelta a la mansión, el grupo se dejó caer sobre el sofá. Jules se encargó de dejar a María en una de las habitaciones de invitados para que se recuperase, y de llamar a un médico para la gimiente Serena. Tras ello, se permitió descansar sentándose en un sillón en el salón. Tenía el rostro sereno, sólo roto por el ceño fruncido. Algo estaba rumiando.

Tristán se sentó no lejos de él. La pesada armadura que llevaba le hacía difícil el descanso, pero no parecía dispuesto a quitársela, como si intuyese que aún había peligro. Elisabeth no tardó en llegar y hacer preguntas, pero cuando Jules le dijo que María estaba arriba, en una de las habitaciones, la chiquilla fue a verla de inmediato.

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26/10/2011, 15:14
Damien Goldman

Damien, demasiado nervioso para tumbarse en el sofá, tomó una de las sillas y se sentó en ella, como si fuera a levantarse en cualquier momento. Tomó un paño de un miembro del servicio a la entrada y fue quitando los restos de una sustancia oleaginosa de su estoque para después volver a afilarlo con la piedra que llevaba siempre consigo. Esto va a requerir bastante trabajo.- Pensó.

Pero esto eran movimientos mecánicos, cuando Elisabeth viene le sonríe tranquilizador pero no encuentra las palabras para decirle que lo ocurrido no volverá a suceder hasta que Jules, de manera inteligente, la envía con su amiga. -Ei pequeña, avisame si María despierta, por favor.- dijo antes de que se marchara.

-No lo he comentado por el camino, pero tremendo golpe Jules, a ver cuando me enseñas a hacer algo así.- Lo que había empezado como una visita para mejorar las habilidades de negocios del joven, se había convertido en una visita para mejorar sus habilidades de investigación, combatir lo sobrenatural y descubrir conspiraciones variadas. Espero que estas habilidades me sirvan en el futuro, aunque no espero estar toda mi vida haciendo esto... para ello tendría que alistarme en la Inquisición o algo así.

-Lo vuestro ya no aspiro ni a entenderlo.-dijo a Celeste y a Aleph.-Pero fue impresionante también.-su sinceridad era patente, aunque había practicado mucho para que la gente tomara todo lo que decía como verdad cuando el quería, esta vez le salía directo del corazón.

-Estoy empezando a ver un patrón en estos acontecimientos... y creo que lo que ha ocurrido hasta ahora puede volver a suceder, me aterra que no estemos allí para detener la próxima invocación.La carniceria que podría haber efectuado esa criatura en los Jardines Funerarios- Y si ya no es un guardián y es algo mas... no quiero ni pensarlo.

-Creo también que debemos poner en común lo que tenemos y dedicarnos a investigar lo que está ocurriendo, el tiempo es oro y cada uno tiene habilidades en unos campos diferentes. Muchas veces al exponer y recapacitar sobre unos acontecimientos descubres nuevos caminos y vías de encontrar soluciones.- Celeste y Aleph pueden investigar de formas que yo ni siquiera conozco su existencia. Junette puede peinar las bibliotecas pero necesitará protección y yo puedo dedicarme a investigar socialmente y encontrar a ese tal Silas y a su amiga.-Creo que alguien debe parar lo que está ocurriendo y ese alguien somos nosotros. Los únicos que sabemos algo y los que ya hemos detenido dos invocaciones.-dijo con voz grave y seria, exponiendo lo que probablemente todos pensaban.-Con nuestro estatus y nuestra posición viene pareja bastante responsabilidad. Es la hora de que lo aceptemos formalmente.-

-Mi única recomendación urgente adicional es que pongamos vigilancia a Serena, aunque está herida, no me fío para nada de ella.-

-Y tenemos que hablar con María, con cuidado, por supuesto, pero ella es ahora una fuente de información.- Si recuerda algo. Claro.

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26/10/2011, 15:58
Jules Lázarus

-Junette, ¿qué hacías allí? -preguntó Jules tan pronto como Damien dejó de hablar.

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26/10/2011, 22:20
Celeste Índigo

Celeste llegó a casa extenuada, el combate había resultado extenuante, puesto que ese hechizo había consumido casi la mitad de su energía mística en una sola acometida. Es cierto que el resultado fue sorprendente, y volvió a sentirse en comunión con Aleph. 

Cada vez que realizaba ese conjuro, sentía como sus vidas se fundían en una, como sus mentes se colapsaban en un único punto. Y ese punto no era de Aleph, ni siquiera pertenecía a Celeste, estaba en algún lugar intermedio entre ambos. 

De todas formas, pudo volver a la mansión sin desmayarse, y se tumbó en cuanto pudo en el lugar más cómodo que había. Sus energías físicas tampoco estaban al máximo.

Escuchó a Damien, habló realmente con sabiduría, había que poner los puntos en común. No por salvar a nadie, eso no le interesaba, pero si sabían algo de la extraña secta sería muy útil para ella. En el mausoleo no había nadie, o al menos no lo parecía, aparte de María y Junette, no estaban ni Silas ni su maestro. ¿Serían la misma persona?

Sin embargo, cuando Celeste iba a contestar, Jules preguntó algo que circulaba por la mente de Celeste, así que no continuó con lo que quería preguntar y dejaría que Junette contestara primero.

Pero... lanzó una pregunta al aire.

-Sí Junette, es extraño que si nosotros fuimos directos, llegaras antes que nosotros... ¿Cómo lo hiciste?

Pero... también me gustaría saber Jules... ¿Qué quisiste decir con el "ya ha empezado de nuevo"?

Miró a su hermano inquisitivamente. No era una noticia que les escondía cosas... tenía que saber qué es lo que sabía Jules que no les contaba. 

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27/10/2011, 01:19
Aleph

Cuando, aún en el mausoleo, Aleph sintió como su cuerpo volvía a mutar para regresar a su estado original, casi sintió como si le arrancaran un cacho de sí mismo. Fue una sensación horrible, pero soportable, al saber que, al fin y al cabo, aquel pequeño sacrificio había sido necesario para acabar con la bestia antes de que hiriera a nadie. Sí, habían vuelto a salir victoriosos, pero... ¿Era eso suficiente? No, desde luego que no lo era

Al principio, le costó racionalizar todo lo ocurrido y poner orden en su cabeza. Las imágenes seguían algo confusas, y, aunque por fuera parecía estar simplemente recobrándose del enorme esfuerzo físico que suponía la transformación a la que se había visto sometido, por dentro, y eso probablemente solo lo sabía Celeste, se encontraba la verdadera razón de que el gigante no hubiera reaccionado de forma inmediata al desaparecer Kirian. La magia solía nublar la mente, y el ki, los sentidos. La adrenalina del combate había hecho el resto, y lo que antes estaba claro para él, ahora no parecían más que los quebrados reflejos de una historia sin acabar sobre la ondulada superficie de un estanque agitado y pedregoso

La vuelta fue más corta de lo que habría parecido. Aunque en otras condiciones Aleph habría propuesto el investigar a fondo el lugar, su estado le impulsó a salir a tomar el aire, que, por otra parte, le sentó bastante bien, y le ayudó a despejar sus ideas. Durante todo el camino se dedicó a velar por Celeste, la cuál parecía algo extenuada, pues era probablemente el único en aquel lugar que se podía hacer una idea de cuanto le debía de haber costado ese hechizo ancestral a su amiga. Aún así, no le ofreció su hombro para caminar: Conocía a Celeste lo suficientemente bien como para saber que no aceptaría dar muestras de debilidad tan a la ligera. Él, por otra parte, también estaba cansado. Y la magia aún no se había extinguido en su cuerpo, ofreciéndole una sensación de extrañeza y malestar que, por otra parte, se compensaba al notar el inconfundible tacto del alma de Celeste en cada gota de energía que la componía. No habló nada, exceptuando lo estrictamente necesario

Una vez en la mansión, sin embargo, decidió tomar un papel más activo. Cuando hubo confirmado que Celeste y María se encontraban a salvo, se acercó para hablar durante unos segundos con Jules, en voz baja y evitando que oídos indeseados pudieran escucharles. Le informó de su decisión, más por cortesía que como una verdadera pregunta o duda, pues no tenía intención de ceder ante amenaza o propuesta alguna: Iba a curar a Serena. O, al menos, iba a hacer todo lo posible por aliviar su dolor. No lo dijo de forma ofensiva, sino más bien con tacto y educación, pero se preparó para dejar claro al burgués que, por muy mal que le cayera la "guardaespaldas", o por mucho que la odiara en aquellos momentos por lo que hizo, no iba a permitir que ningún ser humano sufriera de esa manera sin motivo

No tardó mucho en volver a la sala común, donde le esperaba el resto del grupo. Sus dotes curativas no eran demasiado potentes, y tenían un límite. La naturaleza no siempre le prestaba toda la fuerza que hubiera deseado, pero él nunca pedía más. Si las heridas no cerraban, era por algún motivo, y él no era nadie para cuestionar dicha decisión. Y, aún así, había hecho todo lo posible por facilitarle la tarea al médico que luego atendiera a Serena. Se había apresurado a hacerlo antes de que este llegara, y en privado: Por mucho que le preocupara el estado de la mujer, aun conservaba el raciocinio suficiente como para intentar evitar que posibles testigos delataran luego sus "capacidades". Por su parte, poco más podía ayudar. Ahora, solo tocaba esperar

Aunque estaba algo cansado, no se sentó. Quería tener la mente despejada para aquella conversación, y temía que si se relajaba demasiado pudiera llegar a abstraerse de lo realmente importante. Así que se sitúo junto al sofá en el que estaba tumbada Celeste, y apoyó una mano sobre el respaldo de este, como un imponente gólem guardián de las leyendas populares que custodiara a su dueña en silencio. Simplemente, escuchó

Notas de juego

Hermanastro, querida. Hermanastro ;)

Dire, ya me dirás tú si la curación de Aleph le ha servido en algo a Serena. En caso de que esté despierta (Y supongo que agonizante) intentará calmarla, y prometerá que no va a hacerla daño. En ese último caso, luego le soltará la típica charlita de "Por favor, no digas nada de lo que has visto..." y luego la dejará al cuidado de los criados, a la espera de que llegue el médico

Espero a la respuesta de Junette y Jules. Pero ya os aviso de que Aleph tiene un par de cosillas que añadir

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27/10/2011, 01:46
Aleph

No había querido admitirlo hasta ese momento. Pero ahora que la situación se había normalizado, seguir negándolo parecía ser una causa pérdida de antemano: Era innegable que aquello que había visto durante la conexión no era uno de sus recuerdos, ni una simple alucinación. Había sido tan claro, tan vívido, que incluso entre la locura y el caos del combate, aún podía recordarlo con claridad. No había sido hasta unos minutos después que se había dado cuenta de que aquellas imágenes se habían alternado con la realidad durante la transformación. Ahora que repasaba el suceso una y otra vez en su cabeza, cada vez tenía menos sentido

Y sin embargo, lo sabía: Había visto el pasado de Celeste

Una chica sola, perdida, sin rumbo. Un alma torturada, herida, que se había visto obligada a llenar el vacío de su propia conciencia con amigos imaginarios. Seres invisibles, que, con el tiempo, se habían manifestado como animales de carne y hueso, insignificantes representaciones del poder latente de Celeste. Sí, no había duda: Aquello había sucedido. Cuando, y donde, no lo sabía. Pero compartir el dolor de su amiga, aunque ese dolor fuera ya viejo y agrietado, había sido mucho más impactante de lo que en un principio se atrevía a admitir. ¿Habría ella visto también sus recuerdos?

¿Te encuentras mejor?

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27/10/2011, 10:03
Junette Branctorche

La vuelta a casa fue un tanto extraña, con todo el mundo en silencio salvo los quejidos de Serena. No fue hasta que llegaron que se dio cuenta del estado deplorable de sus propias manos. Se las quedó mirando, absorta, tratando de recordar qué planta era mejor para paliar un dolor que estaba segura que llegaría de un momento a otro.

- Aloe... o era lavanda... - musitaba absurdamente, mientras caminaba hacia la biblioteca donde seguro que encontraría la respuesta. La gente se iba moviendo a su alrededor, pero ella poco más podía hacer.

La pregunta de Jules, sin embargo, la hizo volver a la realidad. Se lo quedó mirando, extrañada, como si fuera obvia la respuesta, hasta que en su mente se volvieron a juntar como un puzzle los retazos de memoria.

- Oh... yo... - seguía de pie, con las manos extendidas - Llevaba demasiado tiempo esperando aquí, sin saber nada, así que fui a buscaros. - de repente fue consciente de que probablemente se llevaría una reprimenda por eso, y bajó la mirada con culpabilidad - Conseguí seguiros la pista hasta los Jardines Funerarios, pero preferí mantenerme oculta hasta saber que no estaba interrumpiendo nada... - miró a Aleph, con la disculpa en los ojos - Para no volver a meter la pata.

Suspiró frustrada, pues sabía que al final su táctica le había salido del revés y la situación había resultado ser menos segura que si hubiera aparecido entre ellos pegando gritos y golpeando una pandereta. Se sentó, por fin, el relato le llevaría un tiempo.

- El problema fue que la mujer que me encontré en la cafetería, - se señaló el cuello - la del tatuaje, me vio. Y antes de que pudiera reaccionar me tiró alguna especie de hechizo, porque me quedé completamente dormida. Cuando desperté, ya estaba donde me encontrastéis... - se levantó, como movida por un resorte, y fue hasta la mesa más próxima de donde cogió papel y pluma, que le dio a Jules cuando se dio cuenta de que ella no podría escribir - Será mejor que apuntemos los nombres y las cosas... se me acumula la información en la cabeza y quiero tenerla ordenada. Cuando desperté había seis personas, - dijo con tono resolutivo - más la mujer y el tal Silas. Al parecer las seis primeras eran las que hacían el ritual, uno de ellos se llamaba Alecto... - hizo una señal hacia su escote, distraída - pero Silas llevaba una extraña piedra azul colgada, que brillaba mucho. Probablemente también tenía que ver con el ritual. Sabían que estabáis a punto de llegar, y aunque en principio se tenían que enfrentar ellos a Kirian... el monstruo, supongo, - añadió de forma aclaratoria - decidieron irse y dejar que os pelearáis vosotros con él. Me parece que discutieron por eso, y alguien dijo algo como que Lucian tendría que entenderlo. Luego se fueron, dejándome allí como sacrificio. - dijo con tono ligero, como si no tuviera la menor importancia - Y después, aparecistéis vosotros.

Miró al resto, esperando que la información proporcionada le sirviera como disculpa ante su imprudencia. Ella no lo sentía así, sin embargo, y no dejaba de pensar que su vida sería mucho más fácil si se limitara sólo a encargarse de los libros.

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27/10/2011, 12:04
Tristán Sadler

Aleph había logrado cerrar las heridas de Serena, pero las espantosas cicatrices persistían en la carne blanda y dolorida. Aunque su sufrimiento había sido calmado en gran medida, la guardaespaldas nunca volvería a ser la misma. Jules no había dicho nada al respecto, demasiado meditabundo o demasiado prudente como para decir nada al resuelto Aleph.

Tras el relato de Junette, Tristán intervino.

-No fuimos exactamente directos -dijo Tristán-. Dimos un pequeño rodeo. Nosotros... Jules, ¿se lo has contado?

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27/10/2011, 12:12
Jules Lázarus

Jules apretó los labios al escuchar las palabras de Tristán. No era lo único que mantenía en tensión: sus puños estaban blancos de tanto aferrarse al reposabrazos del sillón. Intranquilo, se soltó y puso las dos manos sobre el regazo, frotándoselas con indecisión. Levantó la cabeza y habló:

-No. No se lo he dicho... al menos no todo.

Ladeó la cabeza y, tras suspirar, se dispuso a hablar.

-Debo confesar que no he sido totalmente sincero con vosotros. No os he revelado toda la verdad. Tengo cierta idea de quiénes son estos Siete Círculos y lo que hacen. Sé más sobre el mundo sobrenatural de lo que créeis. Bueno, más que saber, he sido testigo de ciertas cosas. Por eso no me asusté al observar lo que vosotros hacíais.

Jules se puso en pie y caminó hacia el retrato que presidía el salón. Lucas los observaba con ojos duros y postura inflexible.

-Mi padre nunca lo supo, pero mi tío Mateo nació con un don. Podía ver cosas que los demás no. Hacía maravillas con la realidad, doblándola a su antojo. Era un brujo. Un hechicero. -Se dio la vuelta y enfrentó a Celeste-. Mi tío quería aumentar sus conocimientos mágicos, de modo que se unió a un grupo de brujos, los Siete Círculos. Sé poco de lo que ocurriera entonces, pero... algo salió mal. Muy mal. Mateo se desligó de ellos y trató de continuar con su vida, pero... No fue tan fácil. Nos amenazaron y le dijeron que nos matarían si no les servía para siempre. Mateo ya había visto suficiente y no quería continuar. Era un hombre bueno, brillante. Demasiado temerario, quizá, pero sí con un espíritu lleno de grandeza. Se sacrificó por nosotros. Se sacrificó, y nadie lo supo. Todos pensaron que se había suicidado por una depresión. Siempre melancólico y delicado... Ellos pensaban que era un poeta bohemio, pero en realidad, no hacía más que pensar en cosas que el resto no comprendía. Su suicidio nos salvó de las represalias de los Siete Círculos... hasta ahora.

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27/10/2011, 12:29
Tristán Sadler

-Hace casi quince años yo era mercenario. No tenía oficio ni beneficio, pero Mateo me contrató como su escolta personal -explicó Tristán, tomando el relevo de Jules-. Viajamos por el Viejo Continente y visitamos muchos lugares que yo ni siquiera habría podido imaginar. Por entonces, Mateo sólo había tenido contactos esporádicos con esa secta. Él buscaba algo llamado la Armadura de Kyrie. Decía que la grandeza de Dios se encontraba en su interior. Todo se complicó cuando los otros se enteraron de lo que estaba haciendo. Tuvimos que escapar de sus garras en muchas ocasiones. Mateo me dijo que habían doblegado la magia y la habían convertido en una perversión. Él era un hechicero, pero sólo quería ayudar. Liberar a las masas de su yugo, decía.

Un día tuvimos un grave enfrentamiento no muy lejos de aquí. Regresábamos a casa por un camino de costa y los Siete Círculos nos emboscaron. Estuve a punto de morir, pero Mateo me curó y me trajo a casa. Cuando desperté, le vi aterrado. Me dijo que tendría que continuar con su trabajo, no permitir que los Siete Círculos se apropiasen de lo que había conseguido. Me dijo que lo retorcirían y transformarían en una herramienta para hacer el mal. Él me dijo... Me dijo algo así como "Ya no está en la Armadura, sino a buen recaudo. Sólo queda uno." No lo comprendí. También me dijo "Alguien debe terminar el trabajo, salvar el mundo. Ayúdame a detenerlos".

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27/10/2011, 12:42
Jules Lázarus

-Por entonces yo tenía poco más de trece años. Mi tío volvió de su viaje muy angustiado. Recuerdo que mi padre comentó que debía de haber tenido una mala experiencia con una mujer. -Jules sonrió cínicamente-. Para mi padre todo se reducía a eso. No podía comprender que su hermano estaba trabajando para salvar su vida y las de todos.

Un día, Mateo me llamó a su habitación. Se despidió de mí y yo le pregunté si se iba de viaje. Me explicó que sí, que sería un viaje muy largo y que alguien debería ocuparse de la tarea inacabada. Cuando le pregunté a qué se refería, me dio un beso en la frente y me dijo "Cuida de Elisabeth." Hasta entonces, su presencia me había molestado. Era una niña traviesa que llamaba demasiado la atención y nadie me la prestaba a mí. Pero hubo algo en su manera de decírmelo... algo que me hizo comprender que era una tarea importante. Quizá la tarea inacabada de mi tío. Siempre cuidé de ella, pero no supe el motivo hasta que Tristán llegó un día a casa y me dijo que los Siete Círculos volvían a estar en activo. ¡Yo ni siquiera sabía a qué se refería! Cuando me lo explicó, apenas pude creerlo. Entonces llegasteis vosotros y quise despacharos cuanto antes para ocuparme de lo que realmente me importaba: mantenerla a salvo de ellos. Todo comenzó a ir demasiado deprisa cuando intentaron asesinarla. Pensé que eran ellos, pero no... No les interesaba matarla, sino utilizarla. ¿Y para qué? Para activar esos Guardianes.

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27/10/2011, 17:16
Aleph

Y usarnos como marionetas para acabar con ellos

Durante la historia de Jules, la habitación se había mantenido en un silencio sepulcral, mientras todos escuchaban atentos aquella historia de traiciones y secretos, aquella lista de vivencias viejas y ocultas, llenas de polvo tras el paso de los inclementes años. Aleph sintió un escalofrío, como si la habitación hubiera descendido un par de grados desde que las palabras de Jules hubieran terminado de morir en el vacío. Suspiró

Jules... Comprendo que no nos contaras todo esto. Al fin y al cabo, hace una más de una semana no eramos más que extraños. A partir de ahora, sin embargo, debemos confiar los unos en los otros, o fracasaremos todos

Se giró hacia Junette

Te debo una disculpa Observó la expresión de la joven, que probablemente le devolvía la mirada, sorprendida Antes te aconsejé que te mantuvieras aparte cuando ocurriera algo como lo de hoy. Ahora me doy cuenta de que estaba en un error. Fuiste muy valiente al rescatar a Serena de las llamas, con esa bestia delante, y sin ti, puede que no lo hubiera contado

Inclinó la cabeza, reforzando sus palabras de disculpa. Luego continuó, no queriendo perder el hilo de sus pensamientos

El guardián, efectivamente, se llamaba Kirian. Me lo dijo antes de regresar junto a... Jorosh. Y de nuevo, aparece ese nombre. Tanto Sandor como Kirian se han reunido con esa entidad, con ese demonio del que hablaba Damien. Y creo que es obvio que el objetivo de los siete círculos es despertar a los otros guardianes. Quizás, una vez liberados, Jorosh vuelva a la tierra. Quizás quieran dominarlo, e imponer un reinado de terror en Gaïa con su ayuda

Ahora mismo, estamos en una encrucijada. Los siete círculos quieren a los guardianes derrotados, pero no dudarán en dejarlos sueltos para que les hagamos el trabajo, sabiendo que no vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras siembran el caos y la destrucción. Siempre parecen ir un paso por delante nuestra, y lo peor es que son conscientes de ello. Sin embargo, nuestras especulaciones van siendo cada vez más claras y concisas. Por un lado, sabemos que necesitan un "canal" para invocar a esas criaturas. Un medio, una puerta con las que traerlas al mundo. Y esa puerta se ha manifestado, por ahora, en dos chicas: Elisabeth, y María. Agua, y fuego

Cuando estuve en Shivat, aprendí algo de su cultura y religión. Allí creen que hay cinco elementos principales que rigen el universo: El fuego, el agua, la madera, el metal y la tierra. Eso nos dejaría a cinco guardianes. Pero es posible que sean siete, si nos ceñimos al nombre de la secta. Y tampoco sabemos cuáles de esos guardianes han sido derrotados ya sin que nosotros lo sepamos

Pero sí sabemos que las personas que actúan de canal entre dichos guardianes y la realidad han sido mujeres jóvenes, y que durante algún suceso de su infancia tuvieron relación con alguna catástrofe directamente relacionada con su elemento. Por ejemplo, Elisabeth estaba relacionada con el agua, y fue encontrada cuando era pequeña, en una inundación. María tenía relación con Kirian, el guardián del fuego, y según he oído tuvo un incidente cuando era muy joven en un incendio. Además, las dos son huérfanas... ¿No, Jules?

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28/10/2011, 03:18
Damien Goldman

Todos van compartiendo la informacion que tienen, incluso Jules y Tristán se sinceran, y Damien escucha todo pensativo. Es mucha la información, y como de costumbre hay que separar el grano de la paja. Aunque casi todo es grano. Las revelaciones de la familia lo llenan de un propósito común al resto. Yo no tengo grandes poderes mágicos ni una habilidad suprema con la espada... pero creo que aquí vamos a hacer falta todos.

Interrumpe cuando Aleph se dirige a Jules. Casi se arrepiente porque coincide con todo lo que ha dicho el hombre, pero debe hablar para ponerselo en claro a si mismo y no pasar a las vías de investigación hasta tenerlas todas.

-Un momento, ahora iremos con las jóvenes... ciertamente ahí tenemos un patrón y es posible que podamos encontrar algo más pero antes...-

-Recapitulemos, tenemos primero a Jorosh, un demonio muy poderoso, y varios guardianes que se están activando y deben ser derrotados para volver con él. Sea lo que sea que ocurra cuando sean derrotados todos, no puede ser bueno. Que sepamos van dos derrotados, Sandor y Kirian.-

-Los que lo están haciendo son los llamados "Los siete círculos", gentuza que acosó a Mateo hasta llevarle al suicidio y que son al parecer muy poderosos, tenemos reconocidos a seis, uno de ellos se llamaba Alecto, más la mujer... y Silas, con su piedra azul, el padre de Silas es un tal Lucien, al menos según escuchó Junette.-sonríe a la joven, que tiene una gran capacidad para enterarse de cosas importantes.- que anteriormente también logró averiguar que era el que instigaba todo.- Asiente con la cabeza cuando ve que empieza a apuntar... el hará lo mismo en breve. No puede mantenerlo todo en la cabeza.-No podemos descartar que existan otros grupos a favor o en contra de activar los guardianes, pero tenemos que tener en cuenta que "Ellos tienen la única llave" y que "Mientras Silas esté,  nunca podrán "Terminar la tarea" o eso les escuchó Junette. ¿La llave podría ser esa piedra azul?.-

-Bien, por último seguro que lo que nos dijo Mateo tiene maximo importancia aunque ahora no lo entendamos... buscaba la Armadura de Kyrie y dentro estaba "la grandeza de Dios" pero luego indicó que "Ya no está en la Armadura, sino a buen recaudo. Sólo queda uno." creo que si seguimos investigando encontraremos significado a esas palabras y nos abrirán camino.-

-Una vez puestos de manifiesto los hechos comprobables tenemos las vías de investigación.- Inspira y empieza a enumerar con los dedos.

-En primer lugar Serena, hay que curarla, nadie merece sufrir tan atrozmente, pero que quede claro que intentó asesinar a Elisabeth, y eso es un delito muy grave. Creo que fue por celos de la atención que sentía María por Elizabeth pero no estoy seguro, querría investigarla un poco más, ver que significa el símbolo del unicornio en sus dagas y si trató de matar a Elisabeth para que no se despertara el guardían. Hay que tener en cuenta todas las posibilidades.- Aunque se nota que Damién no cree mucho que sea otra cosa.-

-En segundo lugar podemos investigar quienes son los Siete Circulos, que aparte de poderosos hechiceros o brujos, son gente de esta ciudad, tenemos los rostros de algunos, investiguemos quienes son y si procede un ataque a por ellos.- La juventud habla por boca del joven en este caso.

-Luego tenemos todo el punto de vista arcano del asunto, Jorosh, Kirian y Sandor, la piedra azul, la "última llave", la "Armadura de Kyrie" y lo que ya no está en ella. El uno que queda. Lo que Aleph dice del número de guardianes ¿cinco? ¿siete?-

- Y la cuarta y última vía que veo son como comenta Aleph las jóvenes, ambas huérfanas, ambas usadas para invocar guardianes. Las dos tuvieron terribles tragedias en su vida... ¿Podría haber otras? ¿Alguna que hubiera sufrido algún derrumbe? ¿Que hubiera sufrido un huracán?. ¿Un problema en una fragua? Aquí retomo las palabras de Aleph... las chicas que actúan de canal ¿Ambas huerfanas no?...

Notas de juego

Pues eso, quien tenga algo que añadir que añada, y pongo los cuatro puntos que podemos investigar.. y continuo la pregunta de Aleph, que era importante.

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28/10/2011, 11:27
Jules Lázarus

-Esa piedra azul... La llave... Eso me escama. Junette, ¿cómo era exactamente? -preguntó Jules tras escuchar a Aleph y a Damien y dando una pausa para reflexionar.

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30/10/2011, 11:14
Junette Branctorche

La confesión la pilló un poco desprevenida, aunque después de cómo había empezado el día no podía esperar que los hechos evolucionaran de otra forma. Guardó silencio en todo momento, sabía que Jules tenía sus secretos pero nunca los había imaginado de tal envergadura. ¿Debería sentirse molesta por no haber sabido un asunto tan familiar? La verdad era que jamás se había sentido tan desunida a Jules como ahora, de repente se sentía como una empleada más, desvinculada de tan extraña misión. No podía negar que sentía cariño hacia Elisabeth, pero ahora era más extraña a ella que cuando llegó por primera vez a la casa. Sin embargo, todo eso no la hacía menos propensa a ayudar en todo lo que pudiera. Al fin y al cabo, aquel era su trabajo, ayudar. Su sentido de la responsabilidad emergió ante la avalancha de información.

La alabanza de Aleph le pilló desprevenida. Ni se había planteado que lo que había hecho por Serena era algo especial. De hecho, estaba convencida de que podría haber hecho mucho más, como siempre que se encontraba en esas situaciones. Compuso una sonrisa de agradecimiento, pero no supo cómo responder. Su mente estaba en otra parte, analizando e intentando recordar cualquier cosa que se le hubiera pasado por alto. Obviamente hacía bien, pues Jules en seguida encontró algo sobre lo que podría haber especificado más.

- Uhm... me temo que no vi demasiado... sólo que era una piedra azul claro, que brillaba mucho y que la llevaba colgada al cuello... - dijo pensativa, esforzándose por recordar - Parecía que era clave para el rito, pero no era él el que lo hacía, sino el tal Alecto y otras cinco personas más, que danzaban y cantaban, o algo parecido. - suspiró frustrada - Lo siento, no recuerdo nada más. ¡Pero al menos es un buen elemento para empezar a buscar en la biblioteca! - exclamó esperanzada - ¿O a ti te suena de algo? - preguntó a Jules, con curiosidad. A esas alturas, ya no le sorprendería que él tuviera la respuesta.

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31/10/2011, 23:14
Jules Lázarus

-No, no me suena de nada... -murmuró él, tocándose los labios con un dedo-. Pero tampoco se puede decir que sepa mucho sobre lo sobrenatural. Tengo algunos apuntes que hemos ido recolectando con el tiempo sobre la propia secta, pero sus prácticas... Espero que tú, Celeste, puedas desentrañar el misterio.

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03/11/2011, 15:56
Celeste Índigo

Espero que tú Celeste, puedas desentrañar el misterio.


¿Era eso una muestra de confianza? ¿Acaso su querido "hermano" estaba tratando de implorar la ayuda de la hermana desaparecida? Celeste casi empieza a carcajearse en la cara de Jules cuando escuchó estas palabras. Pero, acostumbrada como estaba al trato con los demás, solo simuló asentir, fingió estar sumida en sus pensamientos y no prestar excesiva atención a lo que allí se discutía.


En realidad, no era del todo falso, allí en su cabeza se estaban encontrando una serie de pensamientos olvidados para la mente de Celeste. Ideas, recuerdos que había enterrado en el fondo de su subconsciente, deseando que nunca más salieran, tratando de que las consecuencias de sus recuerdos nunca más salieran a la luz. Pero... eso era imposible, no puedes tratar de hundir un aceite en un vaso de agua, irremediablemente, por mucho empeño que hagas, en algún momento, en algún lugar, cuando todos los impedimentos que le hayas puesto se derrumben, cuando menos lo esperes... saldrá a flote, haciéndote recordar lo que eres, lo que fuiste...


Había entrado ya hacía mucho tiempo la noche y Celeste caminaba por las calles de Arkángel sin prestar mucha atención a dónde se dirigía. Eso eran tareas del subconsciente, conocía la ciudad y sus caminos, así que con haber pensado hacia dónde se dirigía, sus piernas le llevarían hasta allí si tener que reparar en la dirección. Su cabeza volaba por otros lugares.

Pensaba qué es lo que haría con el dinero de aquella subvención. Suponía que un burgués adinerado o un noble de poca monta quería aumentar su posición social financiando investigaciones científicas. Algo que siempre aumenta un poco la concepción de ese tipo de personas. Ser el mecenas de un artista, o un científico estaba bien visto por la alta sociedad, y podría reportarle beneficios como descubrimientos nuevos en primicia, y quizá incluso patentes de inventos extraordinarios.

Por eso, Celeste iba contenta mientras recorría las calles más concurridas, y algún que otro callejón que facilitara su ruta. Y en su mundo de fantasía se mantuvo, hasta que llegó a una taberna llamada "La divina proporción". Allí es dónde había concertado la cita con su contacto. No sabía aún nada de él, sólo que iría vestido con una capa negra y un sombrero de ala ancha, también del color del azabache. Ella iba vestida con un vestido blanco, que hacía, junto con su peinado recogido, que la chica pareciera mucho más formal de lo que en realidad era.

Se adentró en el local, y para su desgracia, nadie había allí que cumpliera esas características. Pero, para no perder tiempo, preguntó al encargado, quién le certificó que un hombre de las características citadas había estado allí, pero había salido hacía un momento a la calle, por la puerta trasera, y no parecía con intención de volver.

Celeste tragó saliba, pensando que su contacto habría desaparecido para siempre y no recibiría el dinero que tanto necesitaba para su investigación y salió corriendo por el lugar indicado, tratando de encontrar al hombre.

Tras la puerta, un callejón poco transitado, y muy oscuro en el cual no se veía ni un alma. Celeste pudo observar como un fugaz movimiento se entreveía en una de las esquinas. Parecía una oscura capa ondeando. Sin perder un segundo se dispuso a seguir a su portador y lo que vio al rebasar la esquina no le gustó en absoluto.

Un charco de sangre cubría aquel pequeño callejón sin salida. En medio de dicho lago se encontraba un cuerpo inerte, degollado el cual hacía un tiempo que no se movía. El ambiente estaba cargado de un penetrante olor a muerte que Celeste no fue capaz de percibir hasta ese preciso segundo, y, como si de un resorte se tratase, su cuerpo se activó instintivamente y cubrió sus formas con una extraña capa brillante que apareció en sus manos como "por arte de magia". 

La comparación es afortunada, pues realmente Celeste había usado uno de sus conjuros para manipular el arte de la mentira para poder ocultarse en este lugar. No le gustaba esa situación, no quería ser testigo de un asesinato y... si la sangre estaba aún caliente, tampoco quería ser asesinada. Por lo que empezó a caminar en dirección contraria, pero una voz grave, como procedente del otro lado de la existencia le heló el corazón.

-Detente.

Celeste se dio la vuelta lentamente, ella era invisible, no estaba allí para nadie más que ella. No existía... estaba encerrada en si misma en un mundo al que sólo ella tenía acceso y nadie podía violarlo... ¿o sí?

Al terminar de girarse, vio a un hombre alto, oculto en las sombras del callejón. Instintivamente Celeste tuvo el impulso de huir de ese lugar, de alejarse de ese hombre. Tenía algo que ella no era capaz de comprender, pero le hacía sentirse realmente incómoda e... indefensa.

No sabría decir cómo, ni por qué, pero lo cierto es que como si una ráfaga de viento sacudiera el frágil velo que separaba a Celeste del mundo visible, se encontró cara a cara con ese hombre, sin la protección de su conjuro. Algo lo había cancelado, algo había hecho que los poderes de Celeste se anularan y se apagaran como si fueran una vela ante una ráfaga de aire de una ventana mal cerrada. Celeste no sabía que ocurría.

-Vas a venir conmigo.

La voz grave del hombre volvió a tronar, y Celeste estaba cada vez más nerviosa. Algo en el tono de voz le hacía ver que no estaba bromeando, y parecía tener suficiente poder para obligarla contra su voluntad. Sin embargo, Celeste no iba a rendirse sin... ¿pelear? No, realmente no tenía ninguna idea de cómo combatir, pero al menos podría tratar de confundirle. 

Celeste invocó criaturas de los infiernos, solo visibles para los ojos del hombre misterioso, hizo sonar gritos de pánico, voces de auxilio, incluso a todo un batallón de guardias dirigiéndose hacia allí, con la intención de salvar a la peliazul. Pero el hombre ni se inmutó. Es más, parecía estar hasta aburrido. Nada de lo que hacía tenía efecto, todo se perdía en una voluta de energía mágica a su lado. Y... Además, Celeste tenía problemas para reunir su magia, parecía perderse, parecía que ese hombre era un foso sin fondo, donde la propia existencia caía sin remedio para desaparecer en su interior.

La chica calló al suelo, exhausta, no le quedaban más energías. Tosió... tosió sangre, estaba agotada física y mentalmente. Ese hombre había podido con ella sin hacer absolutamente nada. Absolutamente nada. Esa idea atosigaba la mente de la científica.

-Eres débil. Pero yo voy a despertar dentro de tí un poder que nunca antes habías imaginado. Tienes potencial pequeña. Escucha estas palabras, porque te vas a acostumbrar a ellas muy pronto.

La cara del hombre salió de la penumbra, y se acercó al oido de Celeste, donde, lentamente empezó a recitar su salmo.

No temas cariño, realmente todo es por tu bien, por el bien de todos. Muere, y vuelve a nacer. Mata esa parte de tí que sigue viva y renace como la perversión de la vida. Todo esto no hace sino ayudarte. Las mayores penas, nacen de la propia felicidad. En la muerte no hay tristeza, no hay nada. Todo es... poder."

Y lo último que vio Celeste antes de cerrar los ojos, y dejar su destino en manos de ese hombre fue su cuello. Ahora iluminado por una pequeña farola de Lampyridae. Un intrincado dibujo negro estaba marcado en su cuello.

Un círculo, rodeado por otros seis.

Los siete círculos.


 

Una pequeña lágrima pareció resbalar por las mejillas sonrosadas de la peliazul. Una lágrima que con presteza limpió antes de que nadie la viera. No le gustaba mostrar debilidad, nunca lo haría, pero recordar aquello no era plato de buen gusto. Y más cuando aquellos recuerdos estaban tan a la orden del día.


Celeste sopesó la idea de contarlo. Sería confiar mucho en ellos, seria quitarse el vestido y dejarles el corazón libre para que fuera apuñalado sin piedad.


No.


No lo haría, esos eran sus secretos. Aleph lo sabía, y eso era ya más de lo que la peliazul hubiera esperado. Quizá en otro momento, quizá si la situación fuera más clara les vendría bien saber esa información. Saber que ella también tuvo relación con los siete círculos antes de llegar aquí. Quizá esa fuera otra pista a seguir, pero... si lo era, sería propia de Aleph y Celeste. Si Jules tenía secretos que no contaba, pues Celeste dudaba mucho que el burgués hubiera dicho todo lo que sabía, ella también podía tenerlos. Jugar con un as en la manga es mucho más seguro que mostrar tu mano. En teoría todos somos amigos en este círculo. En teoría...
Y Celeste no confiaba en cosas no demostradas.


Poco a poco, los diversos planes de acción se fueron sucediendo y explicando en las bocas de los asistentes. Junette habló con sabiduría, al igual que Damien, la verdad es que sabían jugar bien con los datos que conocían. Era un buen plan de acción, aunque a Celeste le faltaba uno. Sí... era cierto que la última vez no habían encontrado nada... pero ¿y si esta vez habían sido un poco más descuidados? Puede que en el mausoleo hubiera algo, algún indicio que les llevara ante los magos. Y luego estaba la segunda parte del plan, algo que realmente tenía enormes lagunas.


Muy bien, supongamos que el grupo encuentra pistas de los siete círculos, y todo va tan perfectamente que logra encontrarlos. ¿Qué se haría después? Son magos terriblemente poderosos, no se les podrá vencer tan fácilmente. Al menos Celeste tenía su magia, y en combates contra magos era una gran aliada. Aunque la magia de Celeste en sí no era ofensiva, tenía varios trucos guardados para cuando se acaban las otras opciones, como Aleph podía asegurar, pero no era tan sencillo hacer eso cuando te enfrentas a un mago. Un gesto suyo y todo tu hechizo se puede ir al garete.


Por lo tanto, un mero espadachin, dudo de sus posibilidades contra un mago entrenado. Realmente, las aspiraciones de todos son bastante... utópicas. Salvar a la familia, liberar al mundo de un mal atroz. Dios... sus razones tendrán para hacerlo ¿Acaso nadie les ha preguntado? Puede que realmente estén haciendo esto para librarnos de un mal aún peor, y mientras luchamos para detenerlos estamos condenando nuestras propias vidas. Ya estoy desvariando.
Los pensamientos de Celeste volaban, pero había uno que permanecía férreo dentro de su cabeza.


Sin embargo, yo tengo otro objetivo. Me da igual la armadura de Kyrie, me da igual todo ese rollo de salvar el mundo. Solo quiero ver la cabeza de ese hombre bajo mi bota, viendo como suplica por su vida y con una sonrisa, arrebatársela. No es bueno matar, el asesinato es una atrocidad. Pero la venganza es tan dulce... no voy a olvidar todo lo que me hizo ese hijo de puta. Morirá... aunque tenga que dar la vida para conseguirlo.


Y, realmente, eso es lo que unía a la peliazul en esa empresa al variopinto circulo de personas que allí discutían. Aunque, secretamente, también estaba una enfermiza sensación de inseguridad cuando se alejaba de Aleph. Y él sí que creía en esas bobadas de salvar el mundo, purificarlo y extender el bien. No podía irse sin él, no se lo perdonaría. Así que, si le necesitaba estaría allí, tratando de dirigir los pies de su pequeño gigantón.

 

Pero de pronto, Celeste se aclaró la voz.


-Puedo preguntar qué es lo que haremos... ¿Después? Me explico, si los siete círculos son magos tan poderosos como creo no seremos rivales ninguno de nosotros a sus conjuros, por lo que si somos sus marionetas es porque quieren que lo seamos. Están jugando con nosotros. Por mucho que los encontremos, que averigüemos dónde viven y dónde comen. Incluso a la hora en la que van al servicio, todo será inútil sin un plan de acción. Símplemente sabremos mejor cómo nos controla el enemigo.


Ni siquiera Mateo pudo enfrentarse a ellos, y según he entendido él era mago, y viajó mucho perfeccionando su arte. No es fácil enfrentarse a un hechicero, y más con tus manos "desnudas". Miró a Damien y a Junette. Así que, exponerse tan fácilmente a que dejen de querer usarnos no sé si es la mejor opción. Sería ponernos en peligro, quizá inutilmente.


No voy a negar que las rutas de acción me convencen, pero tenemos que asumir nuestro lugar en el juego. Pienso que no somos más que piezas en su tablero, que juegan con nosotros sabiendo cómo reaccionaremos. ¿Y si tratamos de hacer algo inesperado? ¿Si nos saltamos las reglas que creen establecidas?


Por ejemplo, la próxima vez que nos encontremos con un guardián, podríamos tratar de capturarlo en vez de matarlo. No sé si será casualidad o don del destino pero parece que no realizan el ritual hasta que estamos cerca del objetivo, esto nos daría tiempo si es cierto, a prepararnos debidamente antes de afrontar un combate como los que hemos tenido. Podríamos tratar de llevar algo preparado para mantenerlo con vida. Sé que hablo muy vagamente, pero quizá con un poco de investigación encuentre algo que sirva para mantenerlos en una especie de letargo.


Respecto a las lineas de acción, tendría que añadir la investigación del lugar de la invocación. Si bien es cierto que la última vez no encontramos nada útil. ¿Quién sabe si esta vez habrá algo interesante? Una pista que hayan olvidado, o algo parecido. Sinceramente, me gustaría que no fueran perfectos.

Notas de juego

Buff y eso que me quedé sin internet ayer y no pude postearlo. 

Como siempre que pongo Flash-backs de su pasado, no son imprescindibles de leer, sólo saltar una vez empiece la línea y obviar hasta la siguiente línea.

^^

Cargando editor
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03/11/2011, 20:29
Damien Goldman

 Todos habían aportado su granito de arena, o su océano de granos, a la investigación, Damien se encontró por un instante un poco fuera de lugar, cuando comenzó con su charla le parecía que tenía que convencer otra vez a un montón de adolescentes de no hacer lo primero que se les pasara por la cabeza, usualmente una gamberrada, y de trabajar juntos.

Y ahí estaba, con que sus palabras habían sido hueras, pero sólo porque probablemente no habían hecho falta. Todos se habían comportado con absoluta profesionalidad y nobleza. Como era de esperar entre gente de bien, no unos cuantos adolescentes con ganas de montarla y conocimiento de armas.-Efectivamente, la quinta línea de investigación es el lugar de la invocación, y no debemos descuidarla.-Alcanzó a decir, dándose cuenta de que cualquiera de los reunidos sería mucho más necesario y útil que él.

-Espero por nuestro bien que los siete círculos no sean más de lo que podemos morder. Pero creo que no tenemos otra opción, aunque claro, como Celeste ha dicho siempre podemos morder en blando, hacer algo que ellos no esperan. Tu plan acerca del próximo guardián me parece excelente.-

Cargando editor
04/11/2011, 15:54
Director

Todos de acuerdo en el modo de actuar en los días siguientes, Jules anunció que se iba a descansar. Y el tiempo pasó.