Partida Rol por web

Ocaso

Capítulo I: La oscuridad al final del túnel

Cargando editor
16/06/2015, 20:25
Narración

El fuerte sentimiento que le recuerda a sus hijos, que le evoca a Marc y a Patrick, hace que dentro de ella un torrente de emociones se mueva con inusitada fuerza, una fuerza y una vitalidad que ahora viene desde muy adentro de ella y que la hace brillar por breves instantes con una luminosidad cargada de emoción y de fuerza. Por unos instantes sentía que había sido capaz de tocar la sensación, de saborear aquellos sentimientos, de palparlos con sus manos y de atesorarlos dentro de sí. Aquello parecía cargarle con ciertos elementos de vida, como un invisible manantial que parecía nacer en ella misma.

Embelesada por esta sensación, Rocío parecía haber descubierto un aspecto más de esa existencia, un aspecto que también emanaba de ella misma y parecía darle otra ventaja en medio de lo que se había convertido una carrera por su alma. Se sintió con renovadas energías y busco una manera de salir interactuando con el mundo físico: Todo se le presentaba con increíble solidez. La puerta cayéndose a pedazos, la chapa oxidada, la pared, todo lo podía tocar, era capaz de percibir las ásperas y crujientes texturas de los elementos, pero estos no se movían ni un ápice sin importar cuánta fuerza aplicara. Era como si la materia misma la obligase a aceptar su solidez, pero ignorara su presencia y sus interacciones. Afuera, podía escuchar el eco de pasos que seguramente provenían de los guardias, podía escuchar... 

Y entonces se percató. La voz aguda y tierna de la chica, en medio de sus fantasías, se había apagado. Había silencio en en el lugar, un silencio que le hizo girarse. Los ojos azules de la chica estaban clavados en la argentina. La chica sostenía a sus muñecos como si hubiese detenido abruptamente su juego y la miraba. La miraba. Aquello era simplemente una imposibilidad, pues la pequeña niña esta tan viva, que el toque corrupto del la Tierra de las Sombras no afectaba demasiado sus rasgos, pero allí estaba ella, mirando con una mezcla de curiosidad y miedo al sitio en el que Rocío Felton se encontraba...

Notas de juego

Lanza tu pasión "Velar por mis hijos" a dif 9. Cada éxito es 1 punto de Pathos.

Cargando editor
16/06/2015, 21:31
Alexander de Huntington

Alexander pestañeó extrañado cuando esa voz de su cabeza susurró adelantándose a sus propios pensamientos para pronunciar las palabras que estaban gestándose en su cerebro. Sí que era una maldita perra esa inmigrante, pero se sintió durante un instante con jet lag, como si su mente estuviera funcionando con un segundo de retraso al reaccionar a lo que le rodeaba. Sin embargo, no estaba en condiciones de preocuparse por aquello. Tomó aire rápidamente, como quien se zambulle en una piscina y se lanzó hacia el otro lado de la pared. 

Al sentir la mano que seguía tirando de su tobillo sus labios se torcieron en un rictus de desagrado. Y aún así se sentía capaz de patear de nuevo al guardia y escapar de él... Hasta que el tipo barbudo le puso la espada junto al cuello. Vio las esposas en manos del guardia y carraspeó, suavizando su expresión.

—Oh, por favor, por favor —dijo, pensando rápido y levantando las manos en un gesto de rendición. Eso no será necesario. En absoluto necesario.

Negó suavemente con la cabeza mientras esperaba estar mostrándose inofensivo. Era bochornoso. Detenido por unos guardias. Desde luego no iban a esposarlo si podía evitarlo, prefería acompañarlos con dignidad, como habría hecho antes de morir si la policía hubiera acudido a él. Además, si esperaba tener alguna oportunidad para escapar... Sería más sencillo sin las esposas. Trató de parecer lo más inofensivo posible y siguió hablando, esperando que sus aires de lord lo ayudasen a enredar a aquel guardia que no parecía tener muchas luces.

—Le acompañaré, claro que sí. Aunque le agradecería que me explicase por qué me detiene... Esa gente se echó a correr y los seguí por puro miedo, pero no he cometido ningún delito. Ni antes, ni ahora —matizó, refiriéndose al punto de inflexión que lo había llevado a esas tierras de muerte—. Le garantizo que no trataré de escapar. 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Manip+Subterfugio

Tirada: 7d10

Dificultad: 6+

Resultado: 2, 1, 3, 3, 2, 10, 1 (Suma: 22)

Exitos: 1

Cargando editor
19/06/2015, 18:03
Elisa Requena

Tan cerca y a la vez tan lejos. El futuro de Elisa era incierto. Alexander había sido "cazado" o al menos había caído del muro. Y ella podría correr la misma suerte. De hecho, aunque lograra escalar nada le decía que se había librado del todo.

¿Hizo eso que se detuviera? No, rendirse ya no era una opción. No iba a obtener más clemencia por esos soldados si se dejaba atrapar ahora. Seguramente serían duros con ella por haber intentado escapar, y si había una pequeña posibilidad de que eso pasase, lo haría.

- Tiradas (1)

Motivo: Destreza + Atletismo

Tirada: 4d10

Dificultad: 7+

Resultado: 8, 10, 5, 10 (Suma: 33)

Exitos: 3

Notas de juego

Si te digo la verdad, no había visto este mensaje, no sé si no me había aparecido en novedades o qué xD

P.D: Quien lo iba a decir, buenas tiradas xD

Cargando editor
20/06/2015, 22:14
Rocío Felton

¿Acaso...? Rocío ceja en su intento de mover la puerta al ver que la niña ha dejado de jugar y tiene su vista clavada en el lugar donde se encuentra. Pareciera que la ve, pero aquello no tiene sentido. Rocío está muerta, la niña irradia vitalidad. ¿Cómo puede ser posible?

Afuera, pasos amenazadores se escuchan cada vez más cerca. Rocío sabe que tiene que huir, hallar la forma de mover esa estructura de madera vieja, correosa, enferma y abandonar el departamento, pero la mirada de la niña despierta su curiosidad.

Con lentitud, se vuelve para quedar frente a ella. La mira con ternura y le sonríe. Si es verdad que ella puede verla, no quiere asustarla. Se agacha, así sus ojos quedan a la misma altura y sin levantar demasiado la voz, la saluda-. Hola! cómo te llamas? Sabes como puedo salir de aquí?

Luego vuelve a mirar la puerta, se incorpora y lo intenta una vez más. Tal vez esta vez sea distinto y lo logre.

- Tiradas (2)

Motivo: Interactuar con el mundo

Tirada: 4d10

Dificultad: 9+

Resultado: 34 (Exito)

Motivo: Interactuar con el mundo

Tirada: 4d10

Dificultad: 9+

Resultado: 9, 3, 3, 4 (Suma: 19)

Exitos: 1

Notas de juego

Perdón, olvidé desglosar en la primera tirada :( (encima, más de un nueve tenía que tener TT_TT)

Cargando editor
29/06/2015, 05:50
Connor Gordon

La respuesta sarcástica de Rose, le sobraba bastante aparte de que había cosas de las que decía que no entendía en absoluto. A Connor no le parecía tan precipitado, si había huido de un grupo de militares, ¿por qué no iba a poder huir de esas dos personas, si se lo proponía?
Al menos parecía tener un verdadero interés en ayudar a los nuevos.

El hombre con aspecto rústico, el tal Angus resume la situación de forma escueta pero suficientemente convincente como para que el chico le de un voto de confianza a la extraña pareja. Estaba a punto de aceptar irse con aquel hombre, cuando algo captó inevitablemente su atención, aquellas alas hechas de pura oscuridad, aparentemente. La petición de la chica le hace salir de su ensoñación.

-Se llamaba Lisa... ¡No! ¡Mierda! Elisa, Elisa... se llama Elisa. -Con cara de circunstancias de encogió de hombros a modo de disculpa por la confusión, pero no hacia tanto que la conocía.

Cargando editor
03/07/2015, 22:13
Soldado Barbudo

-Bah!- gruñe el soldado con voz carrasposa mientras lleva sus manos lejos del cinturón y la emplea como apoyo para levantarse, mientras con la otra te amenaza con la espada. Se levanta pesadamente, haciendo sonar su armadura metálica, que parece vibrar con varios tonos metálicos y etéreos, como si estuviese echa de hierro y de viento al mismo tiempo, produciendo unas cacofonías inquietantes y poco agradables al oído.

Te toma de la camisa con su mano enorme y gruesa y te levanta de un solo sacudón, haciéndote atravesar la pared de nuevo, de regreso al techo. -De pie, maldito pietierno- dice mientras la hoja aún te pica al nivel del pecho. -Al diablo con tu sarta de mentiras y patrañas. Ya te pondré las esposas cuando den la orden- dice con su fuerte acento. Su barba era un desorden de cabellos rojizos que se enredaban entre sí, y su olor corporal era una mezcla de sudor viejo y de las esencias pútridas que emanan los objetos que han sido guardados durante muchos años sin ver el sol. Su armadura, que cubre su rostro, parece haber visto bastante acción: el metal parece abollado y remendado en varias partes, con manchas oscuras como si hubiesen sido sobre-expuestas al fuego. Sólo el visor parece ser reciente. Su hoja es mucho más "limpia" y aunque tiene tonos poco brillantes, si parece filosa.

Pero aquella confrontación es interrumpida por una visión inesperada. Una sombra oscura corta el cielo con rapidez, como una estela de siniestro color, lo que llama la atención de ambos y los hace mirar hacia arriba, una sombra alada, como si fuese un ave de gran tamaño, de alas deformes, puntiagudas y humeantes. La silueta bloquea la escasa luz del cielo y se confunde con el firmamento envuelto en la tormenta, mientras se dirige hacia el techo del edificio que el ex-lord y que la española habían estado escalando hasta hace un momento.

-¡Elisa!- grita la alada figura con una voz femenina. -¡Elisa! ¡Venid conmigo, debemos irnos de aquí!- 

El soldado barbudo maldice con gran furia -¡Mierda! ¡Están aquí también!- dice mientras se gira hacia la puerta, seguramente esperando por los refuerzos.

Cargando editor
03/07/2015, 22:57
Narración

Logras llegar hasta arriba, finalmente. Los ecos de los pasos, las voces del soldado abajo, todo parecía lejano. Desde allí podrías tratar de seguir huyendo saltando hacia el edificio del frente, saltando la calle y tratando de caer un par de pisos más abajo sobre el tejado negro y mohoso de la otra cosa, o intentar continuar saltando entre los tejados, en dirección perpendicular a la que venías, hasta encontrarte de nuevo con el borde de la calle.

Los vientos aulladores hacían difícil concentrarse en tomar una decisión pronta, el cielo encapotado por la eterna tormenta rugía ahora con más fuerza sin las voces de la persecución o de tus infortunados compañeros de muerte. Ahora separados, la suerte de cada uno de ellos te es desconocida y tu suerte es incierta. Los tejados de aquel barrio de la ciudad se alzaban como bordes desiguales e inclinados, negros y derruidos de aspecto descuidado, desvaneciéndose en medio de una bruma indescifrable y unas ráfagas constantes que no habían abandonado el aire desde el momento en que habías llegado a aquel lugar, a aquella "Tierra de las Sombras".

Entonces, escuchas tu nombre detrás de ti...

Cargando editor
03/07/2015, 23:13
Desconocida

-!Elisa!- grita una voz femenina detrás de ti, justo por el camino por donde escapabas.

Al girarte, una figura planea hacia ti: Una mujer de cabello corto y rostro redondo, en chupa de cuero. De su espalda sobresalen además...  un par de enormes alas negras que se extienden con casi dos metros de envergadura, humeantes y silbantes. La mujer se desliza por el aire hacia donde te encuentras, como si hubiese aparecido del edificio al frente de la calle y ahora estuviese volando hacia ti. Sus ojos te observan fijamente, sus ojos negros azabaches y en su rostro hay un gesto de urgencia, de prisa.

-¡Elisa! ¡Venid conmigo, debemos irnos de aquí!- grita mientras estira su mano a medida que se acerca hacia ti, esperando seguramente que la tomes

Cargando editor
03/07/2015, 23:22
Angus

Rose atraviesa el muro entonces tomando apenas impulso y vuela por el aire dejando tras de sí un silbido y una ráfaga que aúlla durante unos instantes. Se dirige hacia donde se encuentra Elisa en el techo del edificio más allá. -¡Elisa!- escuchas que comienza a gritar para llamar la atención de la chica... tratando de ir por ella

No obstante, La premura de Angus impide que puedas concentrarte en la escena de la ventana, aunque alcanzas a notar que de nuevo el guardia y el orgulloso Alexander habían reaparecido, esta vez con el ex-lord con las manos elevadas y el guardia con la espada a la altura de su pecho.

-Nuestro turno- dice Angus con su singular manera de ahorrar cada palabra. Pone de nuevo su mano en tu hombro y gentilmente te invita a girarte. Ahora es su turno: De su espalda aparecen de la nada un par de alas negras también, como manifestándose en la realidad. A diferencia de las alas de su compañera, estas son más cortas y discretas, asemejándose más en apariencia - que no en tamaño - a las alas de un cuervo o de un ave de menor envergadura. No obstante, el tamaño de dichos órganos sigue siendo considerable y hacen que el rústico hombre parezca alguna especie de siniestro ángel. Sus alas parecen estar hechas de plumas oscuras y desproporcionadas, oscilantes y reverberantes, del mismo líquido negro y humeante del que estaban hechas las membranosas alas de Rose.

Angus te ofrece su brazo, poniéndolo frente a ti, semi-flexionándolo. -Agárrate con fuerza.- dice, esperando que lo tomes, sin mediar mayor palabra.

Cargando editor
03/07/2015, 23:33
Narración

Los ojos de la pequeña niña se abren de par en par al acercarte. Su boca se abre y como en cámara lenta, puedes ver como su gesto de curiosidad cambiaba por uno de terror. La chica pega un pequeño y agudo grito, mientras comienza a llorar espantada levantada y corriendo hacia atrás de un sofa. -¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!- dice entre sollozos alejándose de ti.

Por un instante todo viene hacia ti, la punzada de la verdad, opacando la agradable sensación que obtuviste al encontrar reflejada en la pequeña niña tu propio deseo por proteger a tus hijos. Entiendes entonces que eres una desconocida en su casa, una desconocida que había llegado de la nada. Una desconocida muerta, que ella podía ver, podía verte tal y como eras ahora, a pesar de que tú misma no sabías que aspecto tenías ahora... en muerte.

-¿Veronique?- se escuchó una voz desde una de las habitaciones del fondo, una voz femenina. La chica lloraba mientras te seguía viendo fijamente, con su rostro contorsionado por los mohines y las lágrimas empañando sus hermosos ojos azules. Había miedo, había terror al verte fijamente, pero había una certeza por encima de todos los acontecimientos de ese momento. Esa pequeña niña era capaz de verte. -¿Veronique?¿Dónde estás?- unos pasos anuncian que pronto la mujer vendría en busca de la niña, al tiempo que los ecos de pasos en el pasillo, de pasos metálicos marcados con ecos militares completaban un conjunto más cercano a un callejón sin salida que a un escape exitoso...

Cargando editor
04/07/2015, 00:00
Representante de la Legión Siniestra

-¡Atención infantes!- los ecos de la voz del representante se extienden por todas partes, con un vibrante eco, proviniendo desde la calle. Su voz, imperativa y autoritaria, su acento impoluto, se deja escuchar con gran volumen. -¡No pretendemos haceros daño!, repito ¡No pretendemos haceros daño! Estamos aquí para transportaros a una locación segura y explicaros vuestro actual estado.- dice con inflexiones que le hacen sonar como un perfecto mensaje pre-grabado.

-¡Os pido que os detengáis! ¡Estamos aquí para ayudaros!- añade la voz del hombre que se había presentado como representante de la Legión Siniestra. 

Cargando editor
06/07/2015, 00:45
Alexander de Huntington

Alexander no hizo nada por evitar que las comisuras de sus labios se arrugasen en un rictus de desagrado al percibir el olor de aquel soldado. Era sencillamente repugnante. Se quedó al lado del tipo, tratando de tener la apariencia más inofensiva posible, pero guardando las distancias lo suficiente como para que el olor desagradable no se le pegase en la ropa. Desde luego no tenía esperanzas de poder hacer a ese tipo entrar en razón. Tendría que conseguir hablar con sus superiores. Hacerles entender que él era un miembro honorable de la sociedad. Un médico. Tendrían que dejarlo en paz. O eso esperaba.

Al ver esa sombra alada, Alexander dio un pequeño paso hacia atrás, asustado.

—¿Qué demonios es eso? —preguntó, apartando la mirada de esa figura un instante para buscar alguna respuesta por parte de su acompañante barbudo. La mirada del tipo hacia atrás tan sólo hizo que las ganas de escapar del heredero de los Huntington aumentasen, pero sabía que no podría correr más que él y no quería cabrear a alguien con una espada y cara de tener pocos escrúpulos para usarla.

—Oiga—insistió con el tono de quien está acostumbrado a que sus exigencias sean escuchadas—. ¿Qué es eso?

La voz amplificada del tipo de la calle puso más nervioso a Alexander y miró a su alrededor, estudiando con disimulo si habría alguna forma más rápida y discreta de desaparecer. Terminó mirando hacia arriba de nuevo, donde la figura se dirigía al tejado del edificio. Por un instante temió que los ángeles de esa religión de la que siempre había renegado existieran. Pero al vislumbrar sus alas puntiagudas y humeantes, apartó esa idea de su mente. En todo caso parecía más bien un demonio o un dragón. Si tales cosas existiesen, cosa que él dudaba sobremanera. Había algo, sin embargo, que había llamado poderosa su atención. ¿Por qué había llamado a Elisa? ¿La conocería?

Cargando editor
08/07/2015, 23:13
Elisa Requena

El que decía ser el representante de la Legión Siniestra, curioso nombre para alguien que iba con buenas intenciones, les instaba a quedarse. Decía que les ayudaría a adaptarse, a conocer sus intenciones. Le chocó que hablara con esas palabras, si de verdad su objetivo era hacerles daño habría hablado de rendirse y utilizado peores modales. 

Por otro lado, una mujer, aunque de mujer tendría bien poco dadas las alas que portaba, le tendía su mano. Antes de todo aquello Elisa habría huido o negado a aquel ser alado. Pero ahora ya creía en cualquier cosa. Ella misma estaba muerta y viva a la vez. Aún así la desconfianza sembró sus dudas en la joven, o al menos lo era antes de morir, española.

La sensación de que quizá había sido un error salir corriendo esquivando esos hombres, cosa que ni el anciano que les atendió había recomendado demasiado, se agolpaba cada vez más en la mente de Elisa. ¿Por qué había hecho aquello, entonces? Por miedo. Miedo a que en realidad no les dejaran volver y sobre todo a las voces de su cabeza. le habían dicho que saliera pitando de allí, hasta sintió una fuerza sobrehumana cuando subió por las escaleras para ayudarla a escapar. Pero esa voz que la ayudaba podría estar haciendo lo contrario. Le había intentado enemistar con su amiga y dicho que tampoco amaba realmente al que ella creía el amor de su vida. Una voz que decía y hacía cosas malas, o quizá buenas. Sin embargo, esta vez iba a decidir por ella misma, sin esperar a que su otra parte de ella le guiara los pasos.

Sorprendiéndose a ella misma, se vio dándole la mano a la total desconocida. Elisa era un espíritu libre y muy independiente, aunque creía que no era ingenua. No obstante, ésta vez eligió una opción de la que no estaba nada segura de cuales serían sus consecuencias. Podría estar metiéndose en un terreno muy peligroso. Aún con eso, sujetó de forma firme y fuerte a la desconocida que le metía prisa para salir de allí.

Cargando editor
09/07/2015, 10:51
Sombra de Elisa

Con esas pintas, seguro que es lesbiana.

Poco necesitas para dejar atrás a la otra.

Cargando editor
11/07/2015, 20:50
Rocío Felton

Rocío siente -o cree sentir- un escalofrío que le recorre la espina dorsal. La historia de su país (su historia personal) le ha enseñado que no puede confiar en las fuerzas armadas. "Por un bien mayor", decían, han diezmado una generación. Su generación. Ella era chica o no tanto se dice. Acordate de la noche de los lápices y el boleto estudiantil... que eran? dos o tres años mayores que yo? Era chica pero no lo suficiente como para no recordar las noticias de las desapariciones, el salir a la calle y saber que podían pararte y meterte mano para "verificar que no fueras armada", los tiros en la madrugada...

No.

Palabras dulces que quieren atraerla como la miel a las moscas y conducirla a una trampa de la que no podá escapar. No. Por sus hijos, que la necesitan allá en el otro mundo. Por ella y su alma, que es todo lo que le queda, su única posesión. No. No se dejará atrapar si luchar.

Fenética, vuelve a intentarlo con la puerta, pero no está dispuesta a perder demasiado tiempo con ello. De ser necesario, buscará una salida de incendios por alguna ventana. Llegado el caso, tomará´energía de la niña que parece saber que se encuentra allí y que no le teme. Sus hijos necesitan una madre libre y ella hará lo que sea para que aquello siga así.

Notas de juego

Qué pasó al final con el intento de abrir la puerta?

Cargando editor
19/07/2015, 13:02
Connor Gordon

Por un instante me detuve pensativo cuando la voz de aquel hombre volvió a llegar desde la calle. El chico buscó cruzar la mirada con aquel extraño anciano pueblerino, esperando respuestas, pero la tranquila expresión del hombre le dio a entender de inmediato, que no habría a menos que no preguntase, y ni así estaban garantizadas.

-Se que estoy haciendo la elección adecuada al no dejarme capturar por ellos, y agradezco que me ayudeis a evitarlos, pero aún así tengo que saber... ¿quienes son esta gente?

Cargando editor
26/07/2015, 21:55
Soldado Barbudo

-¡Cabrones!- dice el soldado mientras la figura alada desaparece tras el techo por el que Elisa ha subido. Te observa de manera poco amigable, puedes sentirlo aún a través del yelmo que porta. -Eso, eso es un maldito renegado. Vuestro numerito les ha dado el tiempo de llegar... - y sin darte tiempo a reaccionar, el viejo te da un golpe fuerte con la empuñadura de su espada en el estómago. -...y ahora se ha llevado a tu amiguita. ¿Contento?

El golpe llega de lleno y blando, y aunque se transmite con cierta potencia, es más doloroso que incapacitante, haciendo que te arquees un poco. El barbudo se da cuenta de que ha sido un intento chapucero y aquello sólo sirve para aumentar su visible rabia. Lanza al suelo un escupitajo translúcido que se disuelve con rapidez. -Me daría gran placer que os llevaran a la forja, malditos niñatos. Os lo merecéis por hacernos perder el tiempo- masculla entre dientes con aparente disposición de desquitarte contigo.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Fuerza+1

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 4, 4, 3, 1 (Suma: 12)

Notas de juego

No sufres daño por el golpe. Por ahora

Cargando editor
26/07/2015, 22:20
Sombra de Alexander

-¡Vaya insolencia!- se escucha en la voz altanera del mismísmo Alexander. -¿Te has dado cuenta que un sucio montañés nos está tratando como si fuésemos alguna clase de... plebeyo iletrado?- se escucha resonar en la cabeza.

-Quizás sea el momento de hacerle saber a ese sucio escocés con quién está hablando. Porque ya sabes... a lo mejor en lugar de follarse a tu prometida, te termine follando a ti. ¿eh? ¿No es lo que nos falta?- se escucha con un tono levemente jocoso.

Cargando editor
26/07/2015, 22:41
Narración

De repente, de la puerta entra el grupo de soldados armados en asincrónica marcha. Agolpándose de manera rítmica a medida que llegan alrededor tuyo y del soldado barbudo. El primero en llegar es el otro soldado que los había observado abajo, luego el resto de la variopinta milicia se agolpa. Algunos tienen prominente vello facial y cascos de diferentes inscripciones y estilos, aunque del mismo color plateado cuasi-transparente y armaduras variadas.

Las voces se entremezclan, con acentos diferentes y exclamaciones aún más extrañas.

-¿Renegados? ¿En pleno territorio de la jerarquía?- se escucha de uno de los soldados afuera del círculo

-Usando Argos para moverse- explica el barbudo

-Joder, sabeis lo que ha dicho el Anacreonte- dice otro cuyo casco parece algo abollado, aunque más elegante que otros

-Esas no son las órdenes del Regente, al menos tenemos a este... es peor que nada- dice otro de aire corpulento

-Yo digo que lo encadenemos, por seguridad- de nuevo el barbudo, mirándote fijamente. Y tras varios murmuros y consideraciones, todos parecen estar de acuerdo con la última frase.

-Moveos, moveos, tomad posiciones. Bradley, busca por dónde se han escapado los Renegados. Bajaré con el prisionero- anuncia de nuevo el barbudo, que parece tener alguna especie de autoridad basada en la manera como se expresa y como los demás parecen asentir y protestar poco ante sus intervenciones

Cargando editor
26/07/2015, 23:01
Desconocida

Al tomar firmemente la mano, sientes como bajo la imposible inercia del movimiento de la mujer alada, eres arrastrada con fuerza por el aire tras ella. Tus pies se despegan del techo y estás ahora elevándote bajo la acción de aquella chica, sin que eso afecte la imposible física de su vuelo, un vuelo que no debería ser posible.

-Sostente fuerte. Tendremos que pasar por la Tempestad si queremos perderles el rastro- dice la chica inclinando la cabeza hacia abajo para verte. Sus ojos emiten un opaco brillo negruzco que se incrementa. La chica parece concentrarse de nuevo mirando hacia el frente y los silbidos y truenos de la eterna tormenta se incrementan en intensidad: Extendiendo su mano, un agujero en el tejido de la realidad se ha abierto frente a ella a unos metros, como una cortada que sangra un icor negruzco y que deja ver con más claridad las violentas nubes que eclipsan el cielo en la Tierra de las Sombras.

-No va a ser un viaje agradable- dice de nuevo la chica, esta vez sin mirarte, mientras aumenta su velocidad y ambas son tragadas por las ráfagas violentas y oscuras del negro agujero, desvaneciéndose de la realidad y dejando tras de sí nada más que una estela y una cicatriz invisible que poco a poco desaparece.

Notas de juego

Fin de la escena para Elisa.