Partida Rol por web

Aire tocó el anillo que llevaba en su mano. ¿Y si...? Seguramente, para ella, sería muy sencillo acabar con su otra forma a todos los allí presentes. De hecho, estaba decidida a hacerlo cuando, por suerte, esquivó la pezuña de Jai. No, no cabrían dos allí con ese tamaño. Decidió cambiar de opción.

Y lo tenía claro. ¿Qué podía hacer, si su magia no era agresiva? Pues esconderse. Esconderse y morder, si era necesario, a los malos. Y sabía como hacerlo.

Metió la mano en su bolsa de componentes y sacó algo que parecía demasiado pequeño, una especie de pestaña. Tras soltar unas palabras en lenguaje arcano, se la puso en la cabeza. Y, en menos de un segundo, Aire desapareció de la vista de todos los presentes.

Eldarian lanzó a duras penas sus flechas, tenía delante a Valduane y medio cuerpo de su compañero ya no tan animal Jai. Le estaba resultando complicado acertar, y todas y cada unas de las flechas que disparó se perdieron en las profundidades de la habitación. El vampiro esquivaba cada flecha como si a él no le hubieran apuntado. Tan solo una de ellas logró golpearle, pero ésta rebotó contra su férrea piel sin hacerle ni tan siquiera un arañazo.

Y entonces Valduane formó unos grandes barrotes que rodearon a los qut-maren impidiéndoles así que pudieran golpear a sus compañeros. Ahora estaban en una especie de cárcel, incapaces de moverse, ni tampoco de huir. Era cuestión de tiempo que sus flechas terminasen matándolos*.

Ahora los únicos enemigos que parecían complicados iban a ser los vampiros, gracias al hechicero de la tierra ya no habría que preocuparse del resto de muertos vivientes. Aún así Nenfirien optó por congelarles, total esa era una de sus únicas debilidades. Así que era hora de ir acabando con ellos. Total, ¿para qué esperar?

Solom miró a los vampiros, ellos tienen una gran resistencia a los ataques fríos y eléctricos, dijo mirando a Nenfirien, sigue enfrentándote a los qut-maren que yo me encargo de los vampiros. Y entonces el drow que estaba de vuestra parte conjuró una nube de humo y ascuas que prendió vivos, o mejor dicho, no-muertos, a los vampiros. Asmodeo se retiró un paso hacia atrás, al igual que Jai para que esa nube no les dañase.

Jai comprendió que no podría hacer nada contra los qut-maren así que simplemento dio un paso hacia atrás para enfrentarse a los vampiros. Los muertos enjaulados golpearon y escupieron a la piedra, pero ésta se negaba a derretirse ante el ácido que expulsaban por su boca. Pero el resto debían tener cuidado, pues podría salpicarles y quemarles la ropa e incluso la piel.

Los vampiros se enfrentaron al único rival que tenían delante, pero éste esquivó la mayoría de sus golpes, aunque un logró golpearle en un costado haciéndole una herida que no tenía muy buena pinta.

Aire se reía en silencio por su ocurrencia. Había desaparecido en el calor de la batalla y ahora nadie la veía. Le hubiese gustado contar con algo de pintura para colorear a sus amigos, pero no llevaba nada encima. Además, tenía que luchar.

Acercándose hasta los vampiros, bastón en mano, le golpeó en la cabeza. Seguro que se ponía nervioso al no saber de dónde venía el golpe
 

Tras el conjuro de Aire, Jai comenzó a crecer obteniendo un cuerpo gigantesco.  El felino viendo su mejora física volvió a intentar pegar a los vampiros con los que estaba en liza.

Eldarian vio que sus disparos no eran efectivos, así que decidió guardar su arco, bloquear el poder de sus botas y esperar a que actuaran sus compañeros por si necesitaban de su ayuda.

Asiento ante lo que dice nuestro aliado drow y vuelvo a lanzar una vez mi conjuro para seguir debilitando a los qut-maren que aunque están atrapados prefiero acabar con ellos por si nos encontramos con más sorpresas.

-Puede haber alguien con la capacidad de destruir esos barrotes, no nos debemos confiar.

Por ahora todo parece marchar bien, pero las cosas podrían cambiar, hay muchos seres poderosos en el lugar y si no acabamos rápidamente con nuestros enemigos podríamos encontrarnos en una gran desventaja.

Ahora que estaban apresados, Nenfirien continuó insistiendo en acabar con los muertos vivientes, era mejor acabar con ellos cuanto antes, y así eliminarlos antes de que luego fuera demasiado tarde.

Solom apuntó a uno de los vampiros con su dedo, y salió de él un poderoso rayo negro que lo redujo a cenizas en un instante. Sin duda el poder de ese drow era muy superior al vuestro, y tal y como os había advertido, era mejor tenerle en vuestro bando. Matar a un vampiro con esa facilidad no era algo nada sencillo. Pues el gigantes Jai lo estaba intentado con todas sus fuerzas, y era completamente incapaz de tan siquiera hincarle el diente. Es inutil que los ataquéis cuerpo a cuerpo, vuestros golpes dudo que sobrepasen su resistencia.

Aire que estaba desaparecida, se seguía sin saber nada de ella. Pues no parecía estar por ninguna parte, ni tampoco hacer nada. Al menos nada que resultase efectivo.

Mientras los qut-maren continuaban encarcelados entre los barrotes de piedra, el último drow en pie seguía sufriendo las llamas que había creado antes Solom. Pero aprovechó para enfrentarse a Asmodeo que parecía estar ligeramente distraído y así encajarle un ligero golpe con su estoque.
 

Aire seguía oculta, pero se alejó tras ver que sus bastonazos no surtían efecto. Quiso darles una patada en la espinilla, a ver si también eran inmunes a eso, pero se lo pensó mejor, no podía estar perdiendo el tiempo.

Metió la mano en sus ropas y empezó a urgar, con la lengua fuera por la concentración. Al final, sacó un frasco con un líquido verde en su interior. Contenta, saltó en el sitio, con el frasco hacia arriba, demostrando lo alegre que se sentía por encontrar el ácido que buscaba.

Se puso en posición. Apuntó con el frasco a la criatura y, tras varios intentos lentos, lo lanzó, esperando darles en la cabeza.

Me asombra el poder de nuestro nuevo compañero. Con un simple gesto ha destruido a uno de los vampiros. no es el gesto, puesto que ellos saben muy bien qué es la mágica, pero la capacidad de sus conjuros y su conocimiento...

-Me seguiré ocupando de los Qut-maren- digo al resto, mientras repito el gesto una vez más. No me cuesta demasiado lanzar estos conjuros y espero que siga dañando a las criaturas poco a poco aunque me gustaría que fueran más efectivos.

Valduane levantó una mano y haciendo un gesto con ella apuntó al vampiro.

Al instante cinco bolas de energía se dirigieron al no muerto drow para impactar directamente en su cuerpo.

A pesar de no haber hechodañoalguno a los vampiros, Jai siguió con su empeño de derribar a esos seres. Con esta idea en la cabeza prosiguió su ataque.

Mientras sus compañeros atacaban el elfo se quedo a la espera de si ocurría algo y así poder ayudar. Visto que sus flechas no habían hecho nada, pese a que una de ellas pareciera ser muy certera.

Valduane lanzó cinco proyectiles mágicos contra el drow vampírico, pero el conjuro no fue lo suficientemente poderoso como para traspasar sus defensas, así que no logró hacerle ningún daño. Mientras tanto, Nenfirien continuó con sus bolas de nieve que poco a poco iban destruyendo los cuerpos de los qut-maren aunque aún quedaba para terminar de eliminarlos.

Solom había gastado uno de sus conjuros más poderosos para eliminar a aquel vampiro de un golpe, ahora tan solo tendría que encargarse del último que quedaba, que ya no parecía estar en plena forma. Lo siento, mi repertorio de conjuros agresivos diferente a los de electricidad y frío se han acabado. Aún me queda algo que pueda ayudar, pero ya no serán tan poderosos. Dijo el drow mientras lanzaba un proyectil idéntico al de Valduane, solo que el suyo sí que logró traspasar sus defensas mágicas.

El enorme Jai continuaba insistiendo en luchar contra el vampiro, pero tal y como Solom había advertido eran muy difíciles de golpear, y aún más difíciles de provocarles algún daño. De pronto un frasco con algún tipo de líquido golpeó contra la armadura del vampiro sin ningún efecto tampoco. Seguramente Aire anduviera haciendo de las suyas, aunque tampoco parecía estar logrando nada.

Y el vampiro, que no parecía estar muy molesto por lo que le estaba pasando, continuó luchando contra el tiflin que tampoco parecía estar haciendo mucho por defenderse. Poco a poco, Asmodeo iba estando más herido, y si nadie se encargaba de él, terminaría muerto, como todo en aquel lugar.

Aire frunció el ceño, y volvió a buscar en su mochila. Si el ácido no le hacía daño, sería otra cosa, pero ¿Qué? No, una cuerda no lo haría. Unos abrojos tampoco... ¡El pedernal menos! Pero el frasco de fuego alquímico... ¡Sí, había que intentarlo!

-Valduane, mientras aguanten tus barrotes todo irá bien- digo mientras sigo con el conjuro. Se que no les está haciendo mucho daño, pero ¿cuándo tendremos esta oportunidad nuevamente?. Prefiero reservar mis conjuros más poderosos para encuentros más urgentes.

-Asmodeo, retírate antes de que sea demasiado tarde- digo al ver la actitud de nuestro compañero. Sin duda esos vampiros son demasiado poderosos para enfrentarnos así. Y sin duda alguna, los hermanos eran una pieza importante en nuestro grupo.

-Ellos eran el músculo ideal para solucionar estos problemas...

A pesar de ver que no hacía daño alguno, Jai volvió a atacar a los vampiros a los que se estaba enfrentando. No podía dejar de hacerlo pues si no estos caerían sobre sus compañeros.

Así con ánimo renovado volvió a atacar a los vampiros.